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Categoría: Dominación

Mi odioso y viejo vecino se folla a mi esposa (V)

Para una mejor comprensión de la historia sugiero a los lectores la lectura de los relatos anteriores.



Pasaron dos meses desde aquel día en que Juan Carlos se había follado a mi esposa. El tiempo transcurrió de manera muy rápida y los acontecimientos se desbordaron, Alba, mi bella esposa, había contado a nuestras familias y amistades sobre su amorío con el desagradable vecino. Cuando todos se enteraron de todo, mi mujer fue señalada de puta, zorra y perra y yo de ser un impotente, un miserable perdedor que no sabe complacer a su esposa. Mientras ella y el vecino continuaban follando como conejos todos los días, en nuestra cama matrimonial, juntos en la ducha, en la terraza de nuestra casa y en el apartamento del vecino.



Cada vez que follaban, Oscar siempre eyaculaba dentro del coño de Alba con la intención de dejarla embarazada mientras yo me seguía masturbando como el cornudo sumiso que era, el vecino por orden de mi esposa impidió que su hermano Juan Carlos y Miguel Ángel, el rival y enemigo de mi esposa continuaran follándosela, pues ambos querían que el bebé sea hijo de ambos y no de otro hombre. Yo me sentía muy mal al respecto, no podía aceptar la idea de que mi esposa tirase a la basura nuestros ocho años de matrimonio. El hecho de pensar que una hermosa mujer como ella, una milf de 42 años con una belleza admirable y un espléndido cuerpo de diosa, prefiriese estar con un asqueroso viejo verde, un patán de casi 55 años sin nada de atractivo, pero lo peor es que ya no podía hacer nada al respecto. Pensaba que debí haber puesto un alto a la situación desde el principio, pero me consolaba el saber que todo esto lo había hecho únicamente por mi esposa, de dejar que ella correspondiese al tipo que le excitaba y que fuese él quien le dese lo que yo no podía darle.



Me encontraba sentado en el comedor totalmente sumergido en mis pensamientos hasta que Oscar y mi esposa entraron a la casa, desvaneciendo mi mente.



-¿Qué te parece, cornudo pichafloja? Por fin he logrado mi objetivo, tu esposa, la altiva y superior Alba, la vecina que con tanto desprecio me trataba mirándome como un despreciable viejo degenerado, ahora quiere casarse conmigo. Quién lo iba a imaginar, todas esas pajas que me hacía viendo su hermoso cuerpo en vuestra terraza y fantaseando con que me la follaba para luego descubrir que ella también estaba enamorada de mí y fantaseaba con lo mismo, qué coincidencia, exclamó el vecino mientras propinaba una fuerte nalgada a mi esposa.



-Así es, amor. Y ahora finalmente podremos casarnos y tener muchos hijos como originalmente debió haber sido, quiero que follemos ahora mismo, que nos entreguemos el uno al otro y disfrutemos una vez más de aquello que tanto hemos anhelado, contestó mi esposa al vecino tomándolo del cuello y dándole un beso lleno de coquetería.



Luego ambos se dirigieron a nuestra recamara, yo como el sumiso que era, fui tras ellos para no perderme la escena. Al llegar a la recamara, los amantes tras beso y beso comenzaron a desnudarse mutuamente, quedando mi esposa totalmente desnuda mostrando sus espléndidas tetas y enorme culo junto al grotesco cuerpo velludo del vecino, tirándose ambos en nuestra cama comenzando a besarse, abrazándose y acariciándose con frenesí.



-Estás muy caliente zorrita, eres una puta ramera hambrienta de polla, comentó Oscar a mi esposa.



-Sí, sabes que soy tu hembra y tú eres mi macho, fóllame, te lo suplico, dijo mi esposa totalmente llena de lujuria.



-Tranquila, zorrita. Antes quiero que me la pongas bien dura, cómete mi polla mientras yo disfruto de tu dulce papayita, respondió Oscar.



Tras esto, mi esposa se puso encima del viejo y comenzó una tremenda mamada mientras Oscar se comía el coño de mi esposa, yo empecé a desnudarme y a cascármela viendo la escena a detalle. Mi excitación se desbordaba fuertemente viendo el 69 de los dos amantes, dos cuerpos blancos y castaños dándose placer el uno al otro, ensalivando y preparando sus órganos reproductores con sus expertas lenguas.



-Ya es suficiente, Oscar. Mi coño está hambriento de tu polla y sediento de tu leche caliente, quiero que me folles y disfrutemos de aquello que tanto fantaseábamos, exclamó mi esposa.



Después de varios minutos de mamada, Oscar y Alba se reacomodaron en la cama y empezaron a comerse sus bocas morbosamente, introduciendo sus lenguas en sus bocas intercambiando el sabor de sus genitales, después Oscar se acostó boca arriba en nuestra cama matrimonial y Alba se sentó encima de él en la posición del cangrejo.



-Cornudo, ya sabes cuál es tu trabajo, me ordenó Oscar interrumpiendo mi masturbación.



Entendí cuál era mi labor de cornudo y rápidamente me acerqué a los dos amantes, sujeté el tremendo falo de Oscar que se encontraba a un centímetro de la entrada del coño de Alba y empecé a jugar frotándolo en la vagina de mi esposa volviéndola loca a ella.



-¡Vamos, ya deja de jugar y métemela toda!, gritó desesperada Alba.



En seguida tomé la enorme y gruesa, pero muy gruesa verga de Oscar y la introduje lentamente en el coño de Alba, primero entro el glande, luego el tremendo tronco lleno de venas abriéndose paso por los labios vaginales hasta que los depilados huevos toparon con la entrepierna de mi esposa. Volví a jalármela como un mono nuevamente, deleitándome observando como mi esposa era follada brutalmente por el vecino, la habitación se inundó de los gemidos y bufidos de los dos amantes junto al rápido treque-treque que hacían con su mete-saca. Era brutal, las tetas de mi esposa botaban velozmente a causa de la fuerte bombeada que Oscar propinaba a mi esposa mientras ella se corría varias veces de gusto luego de múltiples orgasmos, haciendo que los enormes testículos rebotasen en la entrepierna simultáneamente



No sé cuántas veces llegué a correrme viendo tan excitantes momentos, luego de casi una hora que transcurrió en instantes, mi esposa comenzó a moverse meneando sus caderas provocando un intenso orgasmo en ambos, después Oscar aceleró aún más su brutal follada y tras soltar un fuerte rugido de bestia comenzó a correrse dentro del coño de Alba. Mi esposa tuvo fuertes espasmos a cada trallazo de leche que sentía en su coño.



-Toma mi leche, puta. Me estoy corriendo dentro de ti y voy a preñarte finalmente, gritó entre bufidos Oscar.



-Sí, córrete dentro de mí, dame toda tu leche caliente y préñame Oscar, gritó mi esposa entre grandes gemidos.



Después de la gran corrida, Oscar continuaba empalando a mi esposa vaciando todo su semen en el útero de Alba. Mi esposa sin desacoplarse del viejo, se dio la vuelta y se acostó encima de él, los amantes se besaban mientras Oscar sobaba la espalda y las nalgas de mi esposa. Finalmente el vecino sacó su verga ya flácida del coño y grandes borbotones de semen escurrieron manchando la sábana de nuestra cama matrimonial, mientras ambos continuaban morreándose como dos novios.



El tiempo transcurrió y pasó lo que tenía que pasar, Alba y yo nos divorciamos y al cabo de unos meses mi ex esposa experimentó los síntomas del embarazo y se casó con el vecino, Oscar se la llevó a su apartamento y comenzaron a vivir juntos y así nuestro matrimonio acabó.



Han pasado 5 años desde aquel entonces y para mí la vida no fue muy bien, pues desde entonces no he conseguido casarme con otra mujer, fui despedido de mi trabajo y he estado solo desde entonces. Oscar, tras ver mi situación decidió contratarme de chacha en el apartamento en el cual vivía con su ahora esposa. Alba tras aliviarse tuvo gemelos con el asqueroso viejo, un niño y una niña a los cuales llamaron como ellos: Albita y Oscarcito.



Tras aliviarse de ellos, mi odioso vecino volvió a llamar a Miguel Ángel, el rival y enemigo de mi esposa para que se la follase también, quedando mi ex esposa embarazada nuevamente, aliviándose de otro niño. Se hicieron pruebas y definitivamente era hijo de Miguel Ángel, quien rechazó toda responsabilidad de él, pero exigiendo que se le pusiese su mismo nombre: Miguel Ángel. Luego, el rival ya no volvió a folla a mi esposa.



A diferencia de mí, a la nueva pareja de esposos les iba muy bien, Alba fue ascendida en su trabajo gozando de una mejor paga y una mejor vida, mientras que Oscar recibía grandes cantidades de dinero de sus negocios siendo felicitado por sus amigos de borracheras por la bella mujer que tenía como esposa.



Yo continuaba trabajando de sirviente en su apartamento para poder cubrir mis gastos e impuestos. También cuidaba de los niños de la nueva pareja, los cuales eran muy parecidos a Oscar y a Alba, como si fuesen una fusión de ellos, el otro chaval también se parecía mucho a Alba y a Miguel Ángel. Y así transcurrió el tiempo, el matrimonio prosperaba y a pese al pasar de los años, Alba continuaba siendo una hermosa mujer madura, conservando el cuerpo de una diosa, Oscar por su parte, también seguía conservando ese vigor que tanto lo caracterizaba.



Con el pasar de los días, los esposos continuaban follando a diario con el propósito de tener más hijos, ya que por sus edades pronto no podrían tener más. Un lunes en la mañana, me dirigí a su apartamento para mi jornada laboral encontrando la puerta de la entrada abierta, cuando entré los niños no estaban y me dirigí a la recamara en la que mi ex mujer y el vecino dormían, cuando entré en la habitación los encontré follando como conejos, parecía que ya tenían rato haciéndolo. Tras asignarme las tareas que debía realizar ese día, los amantes volvieron a lo suyo, Oscar tomó a Alba de la mano y la levantó de la cama fundiéndose ambos en un fuerte abrazo pegando completamente sus cuerpos, posteriormente ambos se susurraron algo que no pude escuchar y tras sonreírse el uno al otro se fundieron en un beso muy apasionado, introduciendo sus dulces lenguas en sus bocas y comenzando a follar nuevamente, y así fue como terminó nuestra historia.



FIN


Datos del Relato
  • Autor: Capata
  • Código: 45362
  • Fecha: 03-09-2017
  • Categoría: Dominación
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 7487
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