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Mi madura gordita

No se como había comenzado,  pero allí me encontraba lamiendo su inmenso culo,  el sudor recorría el interior de sus nalgas y su olor era poderoso,  envolvente.................ya me entendéis;  llevaba todo el día de limpieza en su casa y la verdad es que toda ella estaba completamente sudada, aunque esto no es nada de extraño dado su volumen.  Tenía tantas ganas de poseerla, de lamerla por entero, que me parecía increíble encontrarme allí,  entre sus nalgas.................



Todo empezó cuando la conocí.  Por aquel entonces era novia de un amigo mío y la verdad es que siempre me habían excitado sus ampulosas formas: michelines marcados,  escotes provocadores,  cometarios cargados de segundas intenciones,  en el fondo creo que siempre fue un poco guarra. 



Siempre pensé en follármela pero si he de seros sincero solamente eran pensamientos,  nunca creí que realmente se iba a presentar la ocasión,;  aquel día fue distinto;  llevaba casada ya algún tiempo y realmente creo que su marido no alcanzaba a entender que se había casado con un volcán de vicio.



Llegué a su casa por la tarde,  a dejar unas cosas que me habían encargado comprar en la ciudad y como me caía de paso me ofrecí a llevárselas,  en aquel momento os confieso que no pensaba en nada más;  al llegar a su casa llamé a la puerta pero nadie contestó,  pensé que no estarían en casa,  insistí y al no obtener contestación me dirigí hacia la calle  cuando de repente se abrió la puerta principal. 



Allí  apareció la musa de mis noches solitarias.  He de deciros que  la mujer de la que os hablo era un tanto gruesa,  pero prieta;  y dado el calor que hacía, corría el mes de agosto,   su ropa consistía en   una camiseta tipo baloncesto, por el que sin ningún pudor se desparramaba todo su cuerpo, junto con  unos pantaloncitos que no acertaba a imaginar como había sido capaz de entrar en ellos. 



El sudor recorría su piel y la hacía brillar de una forma que me produjo inmediatamente una erección imposible de  contener.   Hola!!  Me dijo,  vaya calor eh?  Llevo todo el día limpiando y ordenando un poco la casa por que mi marido está de viaje y no volverá hasta mañana,  y he decidido aprovechar la ocasión,  ya sabes que cuando está él solamente le gusta estar tumbado en el sofá y no puedo hacer nada,  todos los hombres sois iguales,  ja ja ja. 



Yo,  la verdad no le prestaba atención a lo que me decía,  solamente estaba concentrado en las marcas que el sudor dejaba en sus axilas,  las cuales por cierto no tenía depiladas,  no podéis imaginar  la pelambrera que tenía; en el canalillo que formaba sus dos pechos el sudor era más evidente,  y cuando se dio la vuelta para invitarme a entrar,  el sudor que tenía acumulado entre sus nalgas había mojado completamente la trasera de su pantalón;  estaba a punto de volverme loco,  su marido fuera de la ciudad y yo allí ,  era  increíble,  nunca se presentaría una oportunidad como aquella,  y estaba decidido a aprovecharla.



Al entrar en la casa,  todo estaba revuelto,  la verdad es que estaba llevando a cabo una limpieza general a fondo.  Me ofreció algo de beber,  pero le dije que si quería mejor podía ayudarle a ordenar un poco la casa y después tomaría algo,  se negó rotundamente,  dijo que ya hacía bastante con llevarle lo que me habían encargado en la ciudad,  así que me serviría algo de beber mientras ella se ponía una ropa más cómoda,  “es que llevo todo el día con la misma  ropa y estoy empapada de sudor” mi corazón se desbocaba por momentos pensando en limpiarle ese sudor como a mi me gustaría,  y mi polla al mismo tiempo pugnaba por romper la bragueta del pantalón. 



Salió del salón y subió a cambiarse de ropa;  le dije que se duchara si quería que yo no tenía prisa pero me contestó que ya lo haría más tarde,  que solamente se quería poner cómoda.  Al bajar de su habitación se había puesto una sudadera que apenas le cubría su enorme culo pero la verdad es que toda su ropa era así,  yo ya no sabía que hacer,  estaba completamente descontrolado pero ella actuaba con una naturalidad que me desconcertaba y realmente no sabía muy bien como actuar.



Se sentó a mi lado y se puso una copa de vino,  al dejar la botella sobre la mesa,  se vertió un poco y rápidamente se puso a limpiarlo.  Aquello fue alucinante,  al agacharse delante de mi pude comprobar que no llevaba puestas las diminutas braguitas que acostumbraba a ponerse,  y ante mi apareció en todo su esplendor su culo y parte se su coño,  cubierto por un enorme bosque de vello como nunca hubiera imaginado.   No pude más,  aquel olor que desprendía fue superior a mi pudor y sin dame cuenta de lo que estaba haciendo acerqué mi cara a su culo y comencé a olerla y a lamerla.



Fue increible,  no solamente no me rechazó sino que empezó a restregarse por mi cara al tiempo que emitía ronroneos de placer:  uuuuuuuuuummmmmmmmmmmm!!!!!!111  aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh!!!  Que lengüita mas juguetona tienes,   me decía.  Y seguía diciendo:  lámeme todo el cuerpo y seré tu esclava.



No teníamos ninguna prisa así que empecé a limpiarla como a ella le gustaba: lamí primero sus pies, también sudorosos como toda ella, chupé cada uno de sus dedos lentamente mientras ella ronroneaba como un gatito, todo su olor era poderoso, recorrí sus piernas lamiendo cada gota de sudor hasta llegar a ese lugar donde se encuentran esos agujeritos tan preciados, allí me detuve más tiempo entre otras cosas por que ella sujetaba mi cabeza con su mano saboreando aquél momento; mientras tanto le introduje un dedo en su ano sin apenas dificultad dado lo lubricado que se encontraba por lo que estaba sudando,  ella al tiempo empezó a lamer con fruición mi pene,  saqué mi dedo de allí e introduje mi lengua,  el olor  y sabor de aquello me excitó aún más,  no solamente era su sudor, es que como me dijo después, a primera hora de la mañana había estado en el servicio haciendo sus necesidades y no se había limpiado bien con lo cual le habián quedado restos de esa suciedad que de sobra conocéis.



Aquello no hizo otra cos que excitarme aún más y empezar una limpieza a fondo, a todo esto ella se había subido encima de mi en la posición del 69 y lamía mis huevos, aunque más bien los succionaba como una aspiradora, yo después de limpiar bien el interior de sus nalgas, le introduje totalmente la lengua en su ano lo que provocó unos gritos de placer que aún hoy me aturden, y por supuesto me excitan, en aquel momento me pidió que la penetrara analmente algo que yo hice con sumo placer pero no puede evitar preguntarle si su marido se o hacía así a lo que ella contesto que nuca dado que ere un poco tímido y este tipo de cosas ni siquiera se las planteaba. En fin el se lo perdía por que cabalgar sobre aquella especie de ballenita insaciable era una experiencia que recomiendo a cualquiera.



En aquellos momentos ella ya había tenido varios orgasmos y yo estaba a punto de tener el primero, no podía aguantar más y me vacié completamente dentro de su ano, recuerdo que estabamos ya tan sudados que a veces su inmenso culo  se me resbalaba entre las manos, después de llenarlo bien saqué mi pene aún en forma pero un tanto sucio, esos si,  aunque ella se encargó de limpiarlo perfectamente con su lengua, saboreando el momento y provocando una renovada erección de mi pene. En aquel momento me dijo que iba un momento al servicio para hacer un pis y que volvía rápidamente, se levantó y salió de la habitación, yo me quedé tumbado pensando que esa era otra oportunidad para hacer con ella alguna de mis fantasías y que había que aprovechar el momento, quien sabe cuando se volvería a presentar otra ocasión como aquella,  así que me levante y me dirigí hacia el servicio, pero esa es otra parte de la historia que dejaré para el próximo capítulo en el que os contaré lo que sucedió dentro del servicio y alguna situación nueva con mi ballenita, hay que tener en cuenta que está sola en contadas ocasiones y aún así tenemos que coincidir los dos, en fin amigos ¡¡harto complicado esto del vicio!!


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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