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Categoría: Maduras

Mi historia con Juan 2ª Parte

Como recordaran en el relato anterior, tras joder con Juan en el camión, nos trasladamos a Alcobendas a casas de Inés, donde Juan follo, bien follada a Inés y yo participe también formando un trió fenomenal. Tras la follada, nos duchamos y aseamos,  luego Inés preparó una cena para los tres y tras cenar, Juan nos invitó a salir a dar una vuelta y divertirnos un rato. Aquí quedamos el relato anterior, ahora que ya les he puesto en situación continuamos.

Yo me quise poner otra ropa, pero Juan no me dejó, me dijo:

“Esperanza, estas preciosa y provocadora, no te cambies, me gusta exhibirte y que tu cuerpo así vestido sea una provocación, además donde vamos a ir son todos amigos y conocidos, allí no encontrarás a nadie conocido tuyo de tu vida decente, eso sí probablemente conozcas alguno que haya pasado por casa de Marisa, pues son bastantes de los que van a este sitio que os visitan”

Yo le contesto:

“Juan, es que ya es final de Octubre y hace un poco de frio, para ir por la calle de esta guisa, si quieres que vaya así iré, pero hasta que lleguemos allí tengo que llevar algo por cima, para no pasar frio. Yo traía mi chaqueta de punto calada, pero me la he dejado en tu camión. Diré a Inés que me deje algo de ella, y así lo solucionaremos. ¿De acuerdo, estas contento?, podrás exhibirme dentro de los locales que estemos y hacer conmigo lo que quieras y con Inés también menos que la follen a pelo, sabes que hasta que no sepamos si esta preñada el único que la folla sin preservativos eres tú, si queda preñada ha de ser de ti”

Juan un poco contrariado acepta que me ponga algo encima de las ropas que me dijo que me pusiera y he tenido desde que salí de casa esta tarde y estoy con él.

Inés, en mientras se está preparando, y cuando sale, esta maravillosa, pero Juan dice:

“No Inés, no me parece bien que Esperanza vaya exhibiendo su cuerpo con las ropas sexis que la he dicho que se ponga y tú vayas tan decente, cámbiate y ponte algo que también deje ver tu bello cuerpo, quiero ser la envidia de todos cuando me vean con dos monumentos de mujeres como vosotras”

Yo entonces la digo a Inés:

“Ven mi amor, yo te ayudo a prepararte como quiere y le gusta que salgamos hoy a Juan”

Nos dirigimos a su cuarto y dejamos a Juan solo en el salón, bebiéndose una cerveza. Me dirigí a la cómoda y miré entre los conjuntos de ropa interior que tenía Inés y saque uno (por supuesto más pequeño que la talla que la correspondía, esto ya era habitual en nosotras por nuestro trabajo en la casa de putas, pues con ello resaltan más nuestras zonas más eróticas) de color malva transparente y de encajes, tanto la braguita como el sujetador. Se puso las braguitas, totalmente transparente, por cuya transparencia se veía perfectamente toda su raja y la pelambrera que la adornaba, como eran pequeña gran parte de sus pelos se la salían fuera de las bragas, dando esto un morbo especial y provocativo. Después cogió el sujetador y al ponérselo los pechos parecían que se la iban a salir de las copas del mismo y al ser transparente se podían apreciar a la perfección las grandes aureolas de sus pezones y el bulto que formaban estos sobre la transparente y delicada tela. Después la di un liguero blanco (para que destacara) de encaje y muy sexi. Para completar su ropa interior, la di unas medias blancas transparentes acabadas en un elástico con una puntilla que la llegaban hasta medio muslo, las cuales una vez enfundadas en sus bellas piernas las abrochamos al liguero. La miré y la hice diera varias vueltas para observarla detenidamente. La verdad es que estaba sexi, apetecible, tentadora y preciosa, era un manjar para cualquier hombre que la pudiera ver así vestida con esa ropa interior. Luego busque una faldita, procurando coger la más pequeña que tenía, esta era una de color blanco con un poquito de vuelo y de unos 30 centímetros de larga, por lo que la quedaban bastante más arriba que donde tenía el elástico de las medias (prácticamente dos dedos por debajo de donde la quedaban las bragas), esto hacía que rebosara erotismo por los cuatro costados. Después busque una blusa, transparente y muy fina, (con una caída espectacular) también de color malva, se la puse metiéndosela por dentro de la faldita, pero con 4 botones desabrochados, con lo cual lucía todo su canalillo y se veía la mayor parte de sus grandes pechos a través de su transparente sujetador. Luego cogimos dos chaquetas tipo levitas, una negra y la otra blanca, ella se `puso la blanca y yo la negra, nos llegaba por encima de nuestras rodillas como unos 20 centímetros, tapándonos si nos las cerrábamos nuestros cuerpos. Fuimos donde nos esperaba Juan y quitándonos la chaqueta nos mostramos como él quería: con pinta de putas y muy sexis y provocadoras, Juan podía exhibirnos a su antojo, pues con esas ropas que nos habíamos puesto enseñábamos más que nos tapábamos, estoy segura que provocábamos menos si hubiéramos ido desnudas que así vestidas. Entonces Juan nos dijo:

“Estáis las dos espectaculares, sois unas bellezas, que pechos, que cuerpos, cuantos me van a envidiar. Como ya hace un tiempo que nos hemos tomado el afrodisiaco os voy a dar otra pastilla para que no se os baje la calentura y no me pongáis pega a nada que os pida y diga que hagáis, pues igual tenéis que follar con alguno de mis conocidos, ya veremos”

Entonces cogí las llaves del coche y bajamos a la calle, montamos en el coche y Juan me indicó que me dirigiera a un lugar en San Sebastián de los Reyes, que yo sabía que no gozaba de muy buena reputación, dado que se daban cita a parte de los camioneros otra serie de personas de baja clase e incluso de mal vivir (moros, emigrantes, traficantes, borrachos, putas, etc….), cuando llegamos aparcamos a unos 10 metros de la puerta, entonces Juan nos dijo:

“Podéis quitaros las chaquetas y dejadlas en el coche, de aquí ahí a la puerta, no creo que cojáis frio y de esa forma los que nos vean pueden disfrutar viendo a dos mujeres de bandera y que exhiben su anatomía con el estilo que vosotras lo hacéis”

A mí no me gustó mucho la idea, y más sabiendo lo que me ha pasado cada vez que he estado con Carlos y Juan, pero por no ser la que siempre protesta, le hice caso y deje la chaqueta en el asiento de atrás junto a la de Inés.

Cuando entramos, al estar con luces indirectas apenas distinguía lo que había en el interior, cuando paso un poquito de tiempo y mi vista se hizo a la luz del local, pude comenzar a ver como estaba el ambiente. Junto la barra había varios hombres de todas las pintas que os podáis imaginar, se volvieron hacía nosotras y no nos quitaban sus ojos de encima. Entonces dos de ellos se acercaron a nosotros saludaron a Juan muy efusivamente, al parecer eran también camioneros y se conocían desde hacía tiempo. Juan nos presentó diciendo:

“Andres, Antonio estas son mis amigas Esperanza e Inés, hemos salido a dar una vuelta y divertirnos un poco”

Ellos dándonos un beso en nuestras mejillas, alabaron nuestros cuerpos y Antonio, que parecía el más lanzado dijo:

“Os apetece una copa, podemos sentarnos y charlamos un ratito, si no os importa a vosotras y a Juan”

Juan aceptó su ofrecimiento y dejándonos pasar a nosotras dos, para ir las primeras nos señalaron una mesa que había en un rincón del local un poco oscuro y ellos siguiéndonos llegamos al sitio que nos indicaron y nos sentamos Juan en el medio y nosotras cada una a un lado de él y los otros dos aprovecharon Andres colocándose al otro lado mío y Antonio al otro lado de Inés.

Pedimos unas copas y ellos comenzaron a contar anécdotas y a seguir una serie de conversaciones sin importancia para acabar en unos chistes un poco verdes o picantes y de ahí pasar a temas todos ellos relacionados con el sexo. Juan a todo esto no dejaba de meternos manos por nuestros pechos y sexos tanto a Inés como a mí, entonces en un momento dado Juan les dijo:

“Que os parecen mis amigas, os gustan sus pechos y sus cuerpos, mirad Esperanza es mi amante, aunque el hijo que espera no es mío, Inés es una amiga a la cual estoy tratando de quedarla preñada para tener con ella el hijo que tanto deseo, gracias al consentimiento para ello de mi querida Esperanza, que es a la mujer con  la que me gustaría pasar el resto de mi vida.”

Ellos contestan (Antonio):

“Realmente tienen las dos unos pechos espectaculares, grandes y apetecibles, quién pudiera tenerlas en sus manos como tú puedes picarón”

Entonces Juan, abriéndonos las blusas les dice:

“Miradlas ahora bien, ya que las he abierto sus blusas y para que no solo las veáis, podéis tocar cada uno, con cuidado y delicadeza los melones de la que tengáis al lado.”

Antonio, no se hizo esperar y rápidamente se lanzó a coger entre sus manos los pechos de Inés, la cual echando su cabeza hacia atrás en el sofá en el que estábamos sentados, se dejo hacer. Andres, como era más tímido no acababa de lanzarse, entonces fui yo la que cogiéndole una de sus manos la lleve a mis pechos y le dije:

“Andrés, es que no te gustan, ven tócamelos sin miedo, me encanta que me los toquen y me los chupen, ven acerca tu boca a mis pezones y chúpamelos a la vez que me los sobas a tu gusto, no te cortes, si Juan quiere que me los sobes tienes también mi permiso”.

Entonces él comenzó a sobarme todos los pechos y acercando su boca a mi pezón izquierdo comenzó a chuparlo y succionarlo con ímpetu, produciéndome a cada lamida un placer divino, esto hacía que mi calentura un poco dormida comenzará de nuevo a despertarse, entonces Juan empezó a besarme en mi boca y llevo sus manos a mi coño empezando a masturbarme, yo con estas caricias no tarde mucho tiempo en comenzar a destilar flujos por mi coñito, lo cual Juan lo notó rápidamente al sentir la humedad de mis jugos en sus manos y mirándome me guiñó un ojo y me dedico una picara sonrisa. Inés y Antonio , no perdían el tiempo y se morreaban sin ningún pudor, las manos de él no dejaban de tocarla sus senos, estos ella se los acercaba a la boca del hombre cuando este dejaba de besarla en su boca y la chupaba sus pezones con ganas a la vez que con una de sus manos se los apretaba con fuerza como si quisiera ordeñarla (por supuesto sin conseguir sacarla la leche, dado que no tenía al no estar embarazada ni estar criando a ninguna criatura), con la otra mano llego hasta su almeja y como hacía Juan con la mía, Antonio comenzó a masturbar el chochito y clítoris de Inés.

Yo con mi calentura le decía a Andres:

“, Andrés, te gustan , te gustan mis pechos, chupa, chupa de ellos succiona fuerte mis pezones , apriétalos un poquito, veras como consigues sacarme la leche, pues ya con cinco  meses de embarazo ya tienen leche, sigue, sigue no pares ordéñame, ordéñame, por favor, oooohhhh que placeeeer me estas dandooooo…..aaaaahhhh.”

Y a Juan le decía:

“Juan mi amor, no pares, no pares tú tampoco, quiero que sigas masturbándome, quiero correrme en tu mano, hazme gozaaarrrr, siiiiiiii, asiiiiiiii, aaaahhhhhh que placeeerr me estáis dando los doooooosssss, siiiiiii, siiiiiii, me corrrooooooooo………”

Y diciendo esto llegue a un gran orgasmo corriéndome como una perra en celo, consiguieron los dos llevarme al séptimo cielo. Inés no tardó mucho más tiempo en estar como yo, chillando y corriéndose como la buena puta que estábamos haciendo de ella.

Tras tranquilízanos nosotras dos un ratito, aunque nuestra calentura gracias a los afrodisiacos seguía muy elevada y no pudiendo aguantar más le dije a Juan:

“Juan mi amor, necesito que me folles. Con tu paja y la comida de tetas de Andres,  habéis conseguido que me corra, pero las pastillas me tienen tan caliente y salida que necesito tener tu polla dentro de mi conejito, vamos algún lugar donde me puedas poseer, quiero ser toda tuya, quiero darme por completo a ti, te necesito dentro de mí y sentir tu esperma llenar de nuevo mi coño, por favor…..”

Yo miré a Inés y aunque no decía nada, vi como se pasaba sus manos por sus pechos y una de ella se acariciaba su almejita, síntoma de que estaba tan caliente o más que yo.

Entonces Juan, nos dijo:

“Mira Esperanza, aquí no podemos hacerlo. Lo más que nos está permitido es lo que hemos hecho, pero si quieres conozco cerca un sitio, unas casas en ruinas y abandonadas, en la que si no te importa el sitio y la incomodidad puedo darte gusto a tu petición. Además si ellos quieren pueden acompañarnos y mientras nosotros nos amamos ellos pueden follar con Inés, ¿Qué te parece? ¿y a a vosotros?, tu Inés ¿estás de acuerdo , te apetece ser follada por estos amigos? “

Yo con la calentura que tenía le dije rápidamente:

“Sí,  vamos rápido,  no me importa el sitio, si es bonito, si está en ruinas o si vamos a estar incómodos, lo único que quiero es que me poseas de una puñetera vez, te necesito dentro de mí, mi amor……”

Los dos amigos de Juan dijeron que sí que ellos iban e Inés le contestó:

“Juan bien sabes lo salida que estoy, pero por muy salida que este, no quiero que me folle nadie sin preservativo que no seas tú, quiero tener la seguridad si me quedo preñada que es tuyo, por tanto haz prometer a tus amigos que me follarán con preservativo, caso contrario ….. aunque me muera de ganas no les dejaré siquiera que me toquen. Bueno podemos hacer una cosa, solo usará condón obligatoriamente el que me folle por mi almejita cuando me follen (si lo desean) por mi culo podrán hacerlo a pelo, ¿estáis de acuerdo, todos. Tú también Esperanza, te gusta así?.

Todos a la vez contestamos: “De acuerdo, así será”.

Entonces nos dirigimos hacia la puerta de salida y Juan les dijo a sus amigos:

“Vosotros ya que tenéis los camiones ahí en la explanada del aparcamiento, podíais coger alguna manta o algo que nos sirva para podernos tumbar en el suelo”

Ellos haciendo caso a Juan se dirigieron hacía sus camiones y cogieron unas mantas y algunas cosas más y tras yo abrí el maletero lo metieron en él. Luego Juan se montó conmigo delante y dejando a Inés en el medio, ellos junto con ella se montaron en la parte de atrás de mi coche. Puse el coche en marcha y me dirigí hacía donde me indicó Juan, no tardando más de 5 minutos en llegar, eran las afueras de San Sebastián de los Reyes, me pareció conocer el lugar, y en efecto sí que le conocía, era donde me había traído Adham el moro la noche que estuvo conmigo y me prostituyo entregándome a sus compañeros. Me dio, al reconocer el lugar y venírseme el recuerdo de las folladas que me metieron en él , un morbo especial y dentro de mí cabeza pensé para mis adentros, que ojalá se presentarán todos aquellos asquerosos moros y nos obligaran a Inés y a mí a follar y de nuevo con ellos delante de Juan y de sus amigos .

Nos bajamos del coche los cinco, y abriendo el maletero cogimos las mantas y demás cosas que los amigos de Juan habían cogido de sus camiones para estar más cómodos.

Entramos en la casa, y parece que ya no vivía nadie, estaba todo abandonado, se veía que no hacía mucho alguien había estado allí, pues había varias botellas con velas puestas (2 ó 3 por habitación y en el salón 4). También habían quedado las camas con los colchones (que yo ya conocía), la casa ya no tenía puerta y las paredes estaban todas pintadas. El suelo estaba sucio y lleno de excrementos  y restos de orín de personas y animales, y se desprendía algo de olor, no muy agradable.

Juan cogió una de las botellas con vela que había en el pasillo de entrada, la encendió y entramos hasta el salón y encendimos todas las velas que había en él. Entonces siguiendo con la vela que habíamos cogido en la entrada fuimos a ver el estado de las otras habitaciones y al final Juan dijo:

“Mirad todos, creo (y es mi opinión) que lo suyo es que estuviéramos los cinco todos en la misma habitación, dado que esto está abandonado y si viniera alguien a molestarnos (aunque no creo) sería más fácil hacerle frente todos juntos. Por tanto propongo que cojamos tres colchones de estas tres habitaciones y los pongamos en el salón todos juntos, los cubrimos con las mantas y ropas que hemos traído para protegernos de la mierda que puedan tener y comenzamos a pasárnoslo bien.”

Antonio le contesta:

“Estoy de acuerdo contigo, aunque yo ya he venido en varias ocasiones a este lugar con alguna amiga y nunca hemos tenido problemas, pero de esa forma que tú dices es mejor y así todo estamos más tranquilo.”

Juan me dio la vela y dijo a Inés que cogiera las que pudiera de las otras habitaciones y las llevara al salón y las encendiera. Entonces los tres hombres cada uno cogió un colchón y lo llevaron al salón, colocándolos en el suelo juntos. Después colocaron, las mantas y las ropas que habíamos traído encima de ellos y formaron una gran cama. Con las velas encendidas (9 en total), la habitación quedaba totalmente iluminada, al mirar a Inés vi lo deseable y provocativa que estaba, luego mirándome hacía mí misma, me di cuenta que yo estaba también prácticamente enseñando todo y muy deseable aún con la barriga de 5 meses de mi embarazo. Entonces yo rompiendo el hielo, me puse de rodilla sobre uno de los colchones y dije:

“Juan, mi amor, ven estoy deseando tenerte”

Juan no lo dudo y se acercó a mí, le dije que se quedará de pie, y desabrochándole el pantalón se lo baje y se lo quité, después hice lo mismo con el calzoncillo y cogiéndole su gorda verga comencé a acariciársela para acabar metiéndomela en la boca.

Inés, al verme se tumbo boca arriba en otro de los colchones y con sus manos hizo un movimiento llamando a sus dos amantes, tanto Andres como Antonio se colocaron cada uno a un lado de ella y comenzaron a besarla, morrearla,  tocarla, sobarla y meterla mano, quedando rápidamente solamente con sus bragas y su sujetador transparente color malva y con el liguero y medias blancas, dando un aspecto de morbo y sexi incomparable. La parte de sus bragas que tocaban su coño, estaban completamente mojadas, mostrando claramente toda su raja y pelambrera. Ella, entonces les dijo:

“Parad, parad no tengáis prisa, tenemos tiempo, por favor quitaros vuestras ropas, luego dejaré que acabéis de desnudarme a mí si es eso lo que deseáis”

Inés iba aprendiendo pronto, se comportaba ya como toda una experta en el trato con los hombres, cuando hace apenas una semana no sabía apenas nada,, solamente lo que la había hecho y practicado con su marido Matías.

Yo todo esto lo veía y oía mirando de reojo hacia ellos mientras chupaba y me deleitaba saboreando la esplendida polla de Juan, a la vez yo le decía a Juan:

“Glooogggooo, gloooggg, chuugguuuu, uunnmmmmm que rico que esta, y que duro se está poniendo, cuanto deseo tenerlo dentro de mí, aahhhhh, gloooohhhoooo, chuuuugggooooo……..”

Entonces él apartándome, me tumba de espalda sobre el colchón  y dando un tiron de mi faldita me la quta de un golpe, luego se coloca encima de mí en la posición del 69, me abre más si se puede aún, la raja de mis bragas y comienza a comerse mi coñito, a la vez que yo de nuevo me agarro a su polla y metiéndomela de nuevo en mi boca continúo con mi mamada. El muy cabrón sabe comerme el coño, me está volviendo loca, que locura, que placer me está dando. Esto hace que yo aceleré y chupe su instrumento con más fuerza y más deprisa, estoy que me corro y no aguantando más comienzo a correrme en su boca y a duras penas por el placer puedo continuar con la mamada.

Al lado a Inés, la veo sentada sobre la polla de Andrés que se la tiene metida por el culo y a Antonio tumbado encima de ella fallándosela por su coño, tiene que estar disfrutando a tope, pues solamente se la oye a ella que no para de gritar:

“Sii, asiiiiii, asiiiiii, es esto lo que queríais tenerme ensartada por mis dos agujeros, seguid cabrones, seguid, seguiiiiddddd, aaahhhhhh que gustoooooo me estaisss dadooooooo, siiiii asiiiiiiiii, más, más, más fuerteeeeee, follarme con fuerzaaaaas hasta que me me corrraaaaaaa y vosotros me llenéis toda de vuestro semennnnnnn cabroneeeeesssssss, tú Andres correteeeee en mi culooooooooo y tuuuuuu Antonio cuando te corras en mi coño quitate el condón y dame toda tu corrida en mi bocaaaaaa quiero tragarme tu corridaaaa hasta la ultima gotaaaaaaa, aaaahhhhaaaa,,cabroneeeeeesss me corroooooo…..oooohhooooooo…..sssiiiiiiiii………”

Entonces yo le digo a Juan:

“Juan, por favor deja ya de comerme el coño, quiero tener tu polla dentro, mira esos dos ya han hecho correrse a Inés y ellos mismos ya se han corrido dentro de ella, y tú aún ni has empezado, quiero que te corras dentro de mí, mi amor te deseo, follame ya de una puta vez, lo necesito…..”

Entonces Juan deja de comer mi almeja y echándose a mi lado me dice:

“Esperanza, quiero que te sientes encima de mí y te la metas tú misma, dado tu estado creo que será la mejor posición y en la que los dos más disfrutemos. “

Haciéndole caso, me incorporo y me quito la blusa (que aún tengo puesta y que solo me hace más que estorbar)  y colocándome a horcajadas sobre su cuerpo, voy descendiendo poco a poco sobre su polla, hasta que la noto tocando la entrada de mi conejo, sigo empujando y la introduzco dentro de mí, poco a poco, la noto como me llena , como toca las paredes de mi vagina, noto un gran placer, hasta que llego a tenerla toda dentro y sentándome sobre él noto en mi culo sus huevos y la pelambrera de su sexo, me siento llena, no creo que quede ni un milímetro libre entre las paredes de mi vagina y su polla. Una vez dentro toda, permanezco unos segundos, casi un minuto quieta, para que mi chochita se adapte al grosor de la esplendida y gorda polla de mi querido Juan.

Al tocar la polla las paredes de mi vagina se me viene a mi cabeza cuando el caballo Lucero me penetró mi almeja con su espectacular tranca, en la hacienda de Javier, cuando este me entrego a Matías. También recuerdo la fenomenal tranca de Matías, también muy gorda (con sus 26 ó 28 de larga por su 9 ó 10 de ancha). Cuando veo que mi vagina ya se ha acoplado perfectamente a la herramienta de Juan, comienzo a sacármela y entrármela despacio, comenzando poco a poco, para continuar saltando ya a un buen ritmo sobre sus huevos, los cuales los siento al caer sobre ellos tocarme mi culo, el movimiento de mis pechos es descomunal, saltan y saltan al ritmo que yo impongo en la follada, entonces le digo a Juan:

“Juan por favor cógeme mis pechos, acaríciamelos, juega con mis pezones, sabes que me gusta que me los toques, me excita mucho que me acaricien mis pechos. Juega con ellos , ordéñame, ordéñame,  mi amor, sabes que ya tengo leche , incorpórate y abrázame, chúpame mis pezones mientras me follas, trágate mi leche, es toda tuya, mi amor, así , así jodeme, así así, aaaahhhhh que placer me daaaasss , sigueee, sigueeee, chupa chupa mis pechooooos, son tuyoooos no pareeees , no pareeeeesss……”

El continua durante un rato y después de nuevo se tumba sobre su espalda y yo continuo cabalgando, como amazona sobre su caballo, miro hacia el lado en que están Inés con sus amantes y veo como se han intercambiado los puestos y ahora es Antonio el que acaba de correrse en su culo, saliéndose de él y Andrés apura las últimas embestida en su coño, este al fin acaba y se queda tumbado encima de ella agotado. Entonces les digo:

“Andrés quiero que me des tú en mi boca el semen de tú corrida que debes de tener en el condón, y tú Antonio acércate que mientras me folla Juan te coma la polla y te la limpie de los jugos y mierda que esa puta de Inés tenga en sus esfínter.”

Antonio me hace  caso y se acerca con su polla, ya flácida y llena de los restos que ha sacado del culo de Inés y me la mete en la boca, que yo dada mi calentura chupo, con ansía y placer tragándome los restos que esta tiene, sin importarme la güarreria que estoy haciendo al tragarme trozos y restos de la caca de mi querida Inés. Entonces Andrés levantándose de encima de Inés se acerca también a mí colocándose al otro lado y puedo ver que no tiene el condón puesto, le pregunto que donde está y me dice que no lo ha usado, entonces comienzo a insultarle y a decirle que eso no es lo acordado el cogiéndome de la cabeza me la atrae hacía él y de un solo golpe me mete su capullo, aún chorreando semen y lleno de los jugos de Inés en mi boca llegando a tocarme con él hasta la campanilla, provocándome una arcada. No me deja la cabeza y siguiendo empujando impide que me le saque, entonces me dice:

“Puta, preñada, traga, traga mi semen y los jugos de esta otra puta, sois las dos las mayores putas con las que me he cruzado, una preñada de alguien que no es su marido, con un amante que es un crio y otro que es un viejo y colocando a su marido unos cuernos más grandes que un ciervo trofeo de honor y la otra una puta que abandona a su marido para prostituirse y que anda buscando quedar preñada del amante de su amiga, caya y chupa y traga hasta la última gota”

Yo hago lo que dicen y pienso en lo que acaba de decir, pienso que tiene razón, me he convertido en una puta, una zorra, yo que hace menos de un año o un año era una ama de casa decente, recatada. Yo que no había tenido relación de sexo con nadie que no hubiera sido mi marido hasta aquella noche que al ver la película erótica que echaban en aquel canal de la televisión y ver el anuncio que salía suscrito en la parte baja de la pantalla, de aquel camionero ofreciéndose para la que quisiera, que se encontraba en mi ciudad, aquel día en que no sé porque que fuerza me hizo llamar al teléfono que aparecía en la pantalla y contacte con Carlos, al cual me entregue, y a partir de ahí él fue capaz de sacar a esta puta que yo llevaba dentro. Pienso en una ráfaga de sensatez en quién he sido y en lo que me he convertido, pero mi calentura y mis ganas de sexo son más fuertes que la razón y ahora ya no soy capaz de dejarlo, por eso me entrego a todos los que mis amantes quieren y me ceden, disfruto y lo peor , me gusta. Pensando esto le dejo hacer.

Noto como Antonio ha cogido con sus manos uno de mis pechos y comienza a sobármelos al principio despacio para después pasar a sobarlos fuertes y sin cuidado, prácticamente me los aplastas me los estruja, hace movimientos como si me estuviera ordeñando y al final consigue sacarme la leche de ese pecho. Andrés poco a poco va dejándome de apretar mi cabeza contra su polla, al ver que no le rehuyó, me la deja, ahora soy yo la que no quiero soltarla, se la chupo y mamo con ganas y noto que de nuevo se le está poniendo tiesa. Él también como Antonio ha cogido mi otro pecho y me está dando el mismo trato que su amigo hasta que también consigue extraerme y sacarme la leche de él. Al ver salir la leche de mis pechos se excita tanto que no aguanta más y de nuevo Andres se corre en mi boca, yo con sumo gusto me trago de nuevo todo su semen, cayéndome lo que no trago por la comisura de mis labios.

Yo a todo esto no he parado de cabalgar a mi querido Juan, el cual me está proporcionando un placer difícil de definir. Inés al quedarse sola se ha incorporado y sentándose  encima de la cara de Juan, dándome a mí la espalda le dice a Juan:

“Juan necesito que me limpies, comete mis jugos y sácame el semen de ese hijo de puta de Andres que se ha corrido dentro de mi coño, no quiero que me preñe, solo quiero ser preñada por ti, sácame el néctar de ese hombre sin palabra”

Juan acerca su boca al coño de Inés y comienza con fuerza a absorbe todos los líquidos que la almeja de mi amiga está echando, ella aprieta su conejito contra la cara de mi amante y este no para de tragarse esos jugos y de extraer el semen de Andrés todo lo que puede, esto hace que a Inés la comience a venir una serie de orgasmos uno tras otro y no para de echar jugos en la cara y boca de Juan, el cual se traga todos los que puede y el resto los deja correr por su cara.

Yo con el mete y saca de mi cabalgada sobre Juan y el sobeteo que me traen los otros dos hombre en mis pechos no puedo más y comienzo a correrme como una loca, enlazo orgasmos tras orgasmos y Juan parece que se ha contagiado de mi y también comienza acorrerse, nos estamos corriendo los dos a la vez, yo grito:

“Siiiiii, siiiiiiii, ahhhhhhhhsiiiiiii que gusto que placer me habéis dado cabrones, seguid, seguid sobándome mis pechooooos mientraaaas mi amooooor se correeeee y yo con él dentro de miiiiiiii siiiiii, siiiiiii aaaaahhhhhhh me corrroooooo……..aaaaahhhyyyyyy Diosss que orgasmooooo que correduraaa tan inmensaaaaaa…….nooooo puedooooo máaassss…..aaaaahhhhhhhh”

Juan a su vez grita empujando a Inés y quitándosela de encima:

“Asiiiii, asiiiiiiii, asiiiii queriaaaass mi amoooooor que me corrieraaaa dentro de tiiiii, asiiiii queriiias que te llenaraaaaa tuuuuuu caliente coñooooooo con mi lecheeeeee…… tomalaaaaa es tuyaaaaaaa……….”

Yo caigo sobre el cuerpo de Juan y abrazada a él y el abrazando mi cuerpo con fuerza y sin aún sacar su polla de mi coño permanecemos abrazado y besándonos durante más de cinco minutos, yo con mi cuerpo sobre el suyo, apretado sintiendo su calor y sintiendo en mi interior aún su maravillosa herramienta, entonces le digo:

“Por favor no te salgas aún de mí, quiero seguir sintiéndote dentro de mí……me produce un gran placer y hace que sienta aun más amor por ti.”

Inés está a nuestro lado tumbada completamente desnuda, toda llena de semen y jugos por todo su cuerpo. Antonio y Andrés nos miran a Juan y a mí y se colocan uno a cada lado de Inés y de nuevo comienzan a acariciar el cuerpo de ella.

Tras un tiempo de descanso, me incorporo y sentándome en el colchón recostada sobre el torso de Juan, le digo a Andrés:

“Andrés , no eres un hombre con palabra, prometiste que lo harías , si follabas a Inés por su vagina, con preservativo y no has cumplido tu palabra, encima en vez de disculparte, arremetes contra mí, cuando no tengo defensa , insultándome tanto a mí como a Inés, no quiero seguir ni un minuto más contigo, o te vas tú o yo marcho. Lo que has hecho no tiene nombre, llevamos un tiempo en que Inés con el único que folla sin protección es con Juan porque ambos, tanto ella, yo como Juan deseamos que quede preñada y que el hijo que tenga sea el que Juan tanto desea, y bienes tú en una noche y en un polvo en el que se te pidió que la podías follar pero con protección, pierdes la cabeza y lo hace sin condón pudiendo haber echado todo a perder, por favor márchate…”

Andrés trata de defenderse y no se creé lo que le acabo de decir, entonces es Juan el que le dice:

“Si Andrés, es mejor que te marches, y a mí no me vuelvas hablar, acabas con tu proceder de estropear una bonita velada y una amistad que tú y yo teníamos desde hace años”

Andrés dice:

“Pero, como queréis que me marche, no he traído ni coche ni el camión y esto está un poco alejado de donde he dejado mi camión y que es donde tengo que dormir esta noche, por favor si queréis que me marche, yo me marcho pero acercarme hasta el camión”

Yo entonces le contesto:

“No Andrés, el coche es mío y yo no te voy acercar  a tú camión y desde luego no te voy a dejar montar en mi coche, así que ya puedes coger como se suele decir “carretera y manta”, porque esta noche en mi coche no vas a ir, el que me la hace la paga”

Andrés, coge su ropa se viste y marcha con la cabeza baja,  antes de salir volviéndose hacía  Antonio le dice:

“¿Y tú también me dejas? ¿Te quedas o me acompañas?”

Antonio le dice:

“Andrés yo he cumplido, me quedo, adiós”

Entonces yo me acurruco más a Juan y dándole un beso, les digo:

“Perdonad que me haya puesto tan seria, pero es que los hombres que no tienen palabra no los soporto y menos pensando en que a lo mejor nos ha echado todo a perder. Mañana mismo nos acercamos Inés a por el resultado de los análisis y si no da positivo haremos uno rápido con un predicto y si das positivo, tendremos un problema: tendremos la duda de si el que te ha preñado es Juan o ha sido esta noche Andrés. Bueno yo tengo la esperanza de que antes de esta noche ya estuvieras preñada, tengo esa corazonada. Y ahora para acabar quiero mi amor que me cojas por el culo con tu gorda polla mientras Antonio (dado que se ha portado bien y ha usado condón con Inés) me folla a pelo por mi conchita. Tú Inés te dejaremos participar, pero no serás penetrada por ninguno de ellos, como castigo por no oponerte a que Andrés te follara sin protección…”

Entonces busco algo donde poder hacerlo cómodamente o al menos más cómodo que apretada entre los dos hombres. En un rincón puedo ver una mesa como de unos 80 centímetros de alta, entonces cogiendo una de las mantas que hay encima de los colchones la coloco sobre el tablero de la mesa y le digo a Juan:

“Juan tú túmbate en la mesa y tú Antonio quítame las pocas ropas que aún me quedan (solo me quedaba puesto las bragas de apertura tanto por adelante como por detrás y el sujetador también con la raja abierta en mis dos pezones y aureolas), y tú Inés comienza a chupar la polla de Juan para que se le ponga tiesa y me pueda penetrar por mi culito”

Ellos hacen lo que les digo y Antonio a la vez que me va quitando las dos prendas que aún conservaba, me v a sobando y acariciando todo mi cuerpo, produciéndome un escalofrió de placer que hace que un calambre me recorra por todo mi cuerpo hasta llegar a mi clítoris encendiendo de nuevo mi calentura en mi coño y en todo mi cuerpo.

Inés se afana en chupar con ganas la polla de Juan que a duras penas la cabe en la boca. Yo entonces comienzo a subirme en la mesa y colocándome de espaldas a Juan y en cuclillas, le acerco mi trasero a su cara y abriéndomele con mis dos manos le digo:

“Querido, ábremele tú y chúpame mi agujerito para preparármele, para que no me duela cuando me introduzcas tu instrumento en él, quiero gozar con ella en mi culo, no sufrir, para ello me debes tener bien preparada. Tu Antonio acércate, quiero coger tu polla para acariciártela y ponértela a tono para que me penetres por delante una vez que Juan me tenga empalada por detrás, ven corre…..”

Ambos hacen lo que les he dicho. Noto la lengua de Juan en mi culo, noto como va pasando su lengua por todo mi agujero, como deposita saliva en él, como con una mano me abre el culo y con la otra va metiendo primero uno, luego dos y al final tres dedos en mi agujero anal y comienza hacer con ellos el movimiento de mete y saca, mete y saca y de vez en cuando los hace correr alrededor de las paredes de mi esfínter abriendo un poco los dedos para ir dando de sí mi entrada anal. Yo en mientras estoy masturbando con fuerza la polla de Antonio que ya está comenzando a despertar, puedo ver a Inés mamar la de Juan, y aprecio que a este también se le está comenzando a poner dura, sé que no tardando mucho estaremos los tres preparados para comenzar este asalto, y disfruto pensando en el placer que mis dos amantes me van a proporcionar en breves momentos. 

Los dedos de Juan me están excitando muchísimo, me está produciendo el cabrón un placer muy placentero con el manejo de sus dedos y lengua en el agujerito de mi culo. Entonces le digo que pare y saque sus dedos y a Inés que deje ya la polla de Juan y continúe con la de Antonio que yo dejo y andando un poquito en cuclillas me coloco justo con mi culo encima de la polla de Juan y ayudado por ël que sostiene su instrumento y me lo enfoca justo a la entrada mi ano, me voy dejando caer con sumo cuidado sobre él. Ya le noto comenzar a penetrar la entrada de mi agujerito, le cuesta y yo siento un poquito de dolor, pero quiero que me penetre, no me importa lo que me pueda doler y sin decir nada me dejo caer de golpe sobre la polla de Juan, dando este y yo un gran grito y consiguiendo que me entre toda ella de un solo golpe dentro de mi culo, entonces le digo:

“Perdona mi amor, si te he hecho daño, ten cuidado, a mí también me ha dolido un poco, estate quieto hasta que mis esfínter se hagan al grosor de tu polla, no te muevas aún mi amor, espera un poquito, se que lo harás por mí, siiiiii, asiiiiiii, que gusto tenerla metida toda ella en mi culooooo ooooohhhhhh siiiii….”

Juan entonces me agarra con sus manos justo bajo mis pechos y me atrae hacía su cuerpo y se coloca de tal forma que pueda realizar luego más fácilmente sus movimientos y evitar que su nabo se salga de mi culo.Ya empalada por Juan miré la escena de Inés comiéndose la polla de Antonio y pude observar que esta ya la tenía bien en forma, entonces le dije:

“Antonio, creo que tú estás ya también preparado, ven por favor y métemela en mi coñito, ten cuidado y ponte de acuerdo con Juan para llevar el ritmo de mi follada y así poder gozar los tres hasta corrernos juntos”

Antonio se deshace de la mamada de Inés y con su polla en ristre y sujeta con su mano derecha se acerca con ella donde estamos Juan y yo y me la apunta justo a la entrada de mi almeja, pero antes de entrarla me  la pasa unas cuantas de veces a lo largo de toda mi raja parándose a cada pasada en mi clítoris y jugando con él me hace una caricia que me vuelve loca. Luego de nuevo para en el centro de mi raja y va empujando poco a poco y su polla se va introduciendo dentro de mi cuerpo, yo noto como me penetra hasta que choca con la pared de mi vagina por la parte que al otro lado (por mi culo) se encuentra la polla de Juan, entonces Juan le dice:

“Antonio, agarrala a Esperanza por sus piernas y póntelas en tus hombros, y vamos a tratar de llevar el ritmo como yo te diga. Mira cuando yo en mi mete y saca me eche para atrás sacando parte de mi polla de su culo tú empujas hacía delante y se la metes a tope, para luego cuando tu vallas hacía atrás yo la vuelva a meter entera en su culo, así sucesivamente, primero vamos a empezar despacio y después iremos aumentando el ritmo hasta que nos corramos los dos. El primero que se corra seguirá fallándola hasta que el otro termine y si no aguanta se saldrá y continuará el otro solo, de acuerdo. Pues vamos allá. Yo me voy saliendo, tú ves apretando a la vez hacia dentro, así, así despacio, ahora yo  la entro tu a fuera, así, sí. Yo fuera , tu dentro, yo fuera, tu dentro…..”

Ellos comenzaron a llevar el ritmo y yo notaba como me llenaban con sus pollas, me sentía completamente llena por mis dos agujeros, me estaban dando un verdadero placer. Juan dejo de agarrarme bajo mi pecho con la mano derecha y comenzó con esta a sobarme y agarrarme el pecho derecho, jugando con mis pezones y produciéndome un placer adicional al que ya sentía con sus folladas.

Inés al vernos no se pudo retener y se pasaba su mano por su chocha, cada vez más rápido hasta que comenzó una masturbación en toda regla hasta que consiguió correrse, pero antes de correrse se subió también a la mesa y poniéndose de espalda a mí se colocó sobre la cabeza de Juan y le colocó todo su potorro en su boca en la cual se corrió y le dijo:

“Juan por favor, trágatelo, trágatelo, chúpame mi coñito, no me dejéis sola , quiero participar comete mi coño mientras los dos os falláis a la caliente de Esperanza, joder chupa, chupa aaahhhh siiiii siiiii que placer asiiiiii, asiiiiii, trágatelo, verá como te gustan mis jugos…..ooooohhhhhhooooo que gustoooooo.”

Nosotros en mientras continuábamos con nuestra follada, era espectacular el bocadillo que me formábamos ellos dos eran el pan y yo en el medio de los dos la carne viciosa que se estaban comiendo. Juan seguía sobándome mi pecho y Antonio soltó la pierna que me tenía cogida con su mano derecha y alargándola como pudo también comenzó a acariciarme y sobarme mi otro pecho, esto me hizo arder de placer, sus mete y saca era espectacular fuerte, rápido ty desenfrenado. No me explico como se podían coordinar de aquella forma, esto hacía que me proporcionaran muchísimo placer, yo ya no aguante más y comencé a correrme como una loca, encadenando un orgasmo tras otro y ellos parecía que no me oyeran pues seguían con su ritmo como si mis gritos de placer no les importara, como si solo buscaran llegar pronto los dos a su orgasmo, yo les decía:

“Ahhhhaaaahhhh siiiiii, siiiii me estoooyyyy corrriendooooooo oooohhhhooo que placeeerrrr, seguid, seguir, follarme penetrarme bien por mis dos agujeroooooossss, no pareiiiiis aunq os lo pidaaaaa matadmeeee de placeeeerrr siiiiiiii, siiiiiiiiii, Parad Paraaaaaaaddd , no puedoooooo maaaaasss me estaiiiiiis matandooooooo siiiiiiiiii me corrOOOOOOOO…..OOOOhhhhhhhOOOOOO AAAAAHHHHHH.

Ellos me decían:

“Chilla, chillaaaaa, golfaaaaa, pero que putaaaaa estas hechaa, no querías que te follaramos los dos a la vez, pues ahoraaa aguantaaaa perra viciosaaaa hasta que nos corramos nosotrooooos , hasta que nosotros nos corramos te vamos a estar dando caña aunque nos digaaaas  que pareeeemoooos…….”

Yo no podía más y les suplicaba que pararan, no paraba de tener un orgasmo tras otro y ya estaba agotada, cuando creía que no hiba a poder aguantar más sentí como Antonio se comenzaba a correr dentro de mi vagina diciendo:

“Tomaaaaaa, tomaaaaaa perrra asquerosaaaa, tomaaaaa mi lecheeeeee tomaaaa todaaaa no es eso lo que queríaaaaa, aaaahhhhhh ahhhhh mec corrooooooo oooohhhhhh qeue corridaaaa…aaahhhhhhhhque placeeerrrr……”

Aunque se había corrido siguió moviéndose hasta que al poco tiempo era Juan el que se venía dentro de mi culo gritando:

“Siiiiiiiiii…..mi amoooooooor tomaaaaaaa mi lecheeeee en tu culooooooocomo tú queriaaaassss aaaahhhhhhh que placeeeerrrr tomaaaaaa tomaaaa me corrroooooooo…… siiiiiii no no puedoooooo maaaassss siiiiiiiiiii…..aaaaahhhhh…….”

Entonces Antonio paró sus movimientos y tumbándose agotado encima de mi me besaba por mi cara, boca y pechos a la vez que decía:

“Gracias, gracias Esperanza ha sido el polvo más excitante que he echado en mi vida, gracias aaahhhh……”

Juan agarrándome con fuerza hacía lo mismo con mi espalda, me la acariciaba y besaba sin parar. Entonces llame a Inés y la invite a unirse a nuestros besos, cogiéndola de una mano la acerque a mí y acercando nuestras bocas nos dimos un beso  que poco a poco se convirtió en un morreo en toda regla ante la insólita cara de sorpresa de Antonio, que al ver esto se separo y se salió de mí (dado que aun permanecía con su polla dentro de mí), y cogiendo su ropa comenzó a vestirse, tras vestirse se salió a la calle diciendo:

“Yo os espero en la puerta, igual quereis hablar algo sin que yo este”

Diciendo esto se salió. Juan entonces arrimando su boca a mi oído me dijo:

“Esperanza es hora de marchar, levanta que nos vistamos”

Yo haciéndole caso me fui levantando poco a poco de encima de él, para que al sacar su polla de mi culo no me hiciera daño. Al salirse su polla sonó como cuando se destapa una botella de champagne y comenzó a correrme culo abajo y nalgas toda la corrida que Juan me había echado en mi culito. Por mi parte de delante también de mi almeja salían gran cantidad de líquidos como consecuencia de la mezcla de mis corridas y de la corrida de Antonio. Inés al darse cuenta, se puso de rodilla y con su lengua fue limpiándome todas las partes de mi cuerpo por donde me corría el semen de mis machos mezclado con mis jugos y restos de las heces que tenía en el interior de mi culo mezclado con el semen de Juan.

Luego cogimos nuestras ropas y comenzamos a vestirnos, yo no me pude poner la faldita que llevaba, pues Juan cuando tiró de ella para quitármela me la había rajado, la blusa también habían saltado varios botones de tal forma que solo pude coger  y ponerme mi juego de sujetador y bragas (con las rajas en mis dos orificios y en mis pezones)  y luego atarme un nudo a la parte baja de la blusa para sujetarla. Inés no estaba mejor que yo de ropa, pues Antonio y Andrés con las prisas por desnudarla la habían rajado prácticamente todo su vestimenta, solo se salvó (al igual que a mi) su sujetador y braga, el resto se lo colocó como pudo enseñando más que tapaba, parecía que veníamos las dos de un campo de batalla. Juan cogió su ropa y se vistió. Entonces antes de irnos apagamos las velas, por si alguien venía como nosotros que las pudiera aprovechar y salimos a la calle donde nos esperaba Antonio.

Cuando montamos en el coche, Antonio nos dio de nuevo las gracias por la velada que le habíamos hecho pasar. El coche emanaba un olor fuerte a sexo como consecuencia de nuestro sudor y de las correduras que corrían a lo largo de nuestras piernas y cuerpo. Tras dejar a Antonio en donde tenía el camión nosotros nos dirigimos a casa de Inés, al bajar nos pusimos las levitas que habíamos dejado en el asiento y de esta forma tapamos nuestras desnudeces, aunque las pusimos perdida de semen. Al llegar y tras ducharnos y asearnos, la dije a Inés:

“Inés mañana tras ir a mi casa a por Marisa, que como sabéis esta noche la está pasando con mi marido, iremos las tres a por el resultado de tu prueba de embarazo que te hicieron hace quince días, quiero saber si estas preñada o no.  Yo tengo confianza en que estes preñada, ya que la prueba rápida que te hicieron en la consulta dio positivo, aunque nos dijo el doctor que hasta que no tuviéramos el resultado de esta no sería seguro. Si esta, por desgracia, diera negativo de allí nos iríamos a una farmacia y compraríamos un predicto y te harías de nuevo la prueba para ver si aún sigues sin preñar, caso que así sea mañana desde esa hora (pues supongo que Juan ya habrá acabado de descargar la carga que ha traído hoy al matadero) estarás con Juan follando sin parar y al día siguiente yo vendré y Juan se vendrá conmigo y tú descansarás todo el día.  Ahora Inés tú acuéstate en tú cuarto, que Juan y yo queremos dormir esta noche juntos y creo que para nosotros aún la noche no ha acabado”

Esa noche Juan y yo aun hicimos una  vez más el amor. Le conté las ganas que tenía mi marido de verme hacer el amor y entregarme a otro hombre y le conté también que mi marido no sabía nada de mi trabajo en casa de Marisa y de mi relación primero con Carlos ni con Javier ni con él. Le pregunté si el estaría dispuesto hacer el amor conmigo delante de mi marido e incluso dejar que mi marido participase, a lo que me dijo que sí sin poner ninguna pega.

A la mañana siguiente cuando nos levantamos (eran las 7,30 de la mañana) salimos desde Alcobendas hacía mi pueblo los tres, acercamos a Juan donde tenía aparcado el camión (al lado del matadero) y dándole un beso le dije:

“Adiós mi amor, con el resultado de la prueba te llamaré y si tienes que ir con Inés te diré donde te recogemos, sino también te recogeré para que estemos juntos, igual podemos esta noche hacer lo que te he comentado y damos la sorpresa a mi marido. Esto siempre que el resultado de la prueba de embarazo de Inés dé positivo”

Después me dirigí hacía mi casa, cuando llegamos mi marido ya se había marchado a trabajar, estaba solo Marisa, que tirándose a mi cuello y dándome un beso en la boca me dijo:

“Gracias esperanza, ha sido una noche fantástica, luego te contaré ¿y vosotros como lo habéis pasado?”

Cuando iba a contestarla me sonó el teléfono móvil, miré la pantalla y vi de reflejaba el número de Javier, descolgué y tras saludarnos y decirnos lo mucho que nos queríamos y lo que nos echábamos de menos , me dijo :

“Tenemos que hablar, es sobre mi madre, pero si ahora estas muy ocupada luego hablamos. La semana que viene voy ya para comenzar el curso y ella vendrá conmigo y quiere hablar contigo, pues ya sabe lo nuestro, pero bueno luego hablamos, no te preocupe, creo que no pasará nada , ya te contaré todas las cosas que han pasado desde que os habéis ido Inés y tú”

Diciendo esto colgó.

Yo me quedé un poco preocupada, pero Marisa me saco de mi sorpresa al decirme:

“¿A qué hora podemos retirar el resultado de la prueba?”

Yo la contesto:

“Podemos pasar cuando queramos, abren a las 8,30, así que será mejor que nos marchemos, cuanto antes sepamos el resultado antes salimos de la duda”

Yo entré en mi cuarto y quitándome la ropa que Inés me había dejado para venir, me puse un conjunto normal de mujer decente para seguir pasando ante mis conocidos y en el pueblo por eso: una mujer decente, casada y ama de casa y madre ejemplar.

Después nos dirigimos a Madrid, fuimos a la consulta y tras recoger el sobre con los resultados  y abrirlos di un gran salto y abrazándome a Inés la dije:

“Querida estas embarazada, Juan te ha preñado”

 

 

Bueno queridos amigos voy a dejar aquí este relato, pues como siempre creo que ya me estoy alargando bastante.

 

En próximas entregas continuare con mis historias, aunque ahora no sé cuál será la siguiente, si continuaré con mi historia con Juan y el encuentro que tuvimos los dos con mi marido y en la que por primera vez me poseyeron delante de él y él fue consciente de sus cuernos que tanto quería. O bien con la historia de Javier, que como podréis ver va a tener un giro no esperado en el que entra a formar parte de ella la madre de Javier. También quiero seguir contarles alguna historia que hemos vivido en la casa de putas de Marisa. Como veis son tanto los frentes s que tengo para escribir que no sé por dónde empezar.

 

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Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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