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Categoría: Maduras

Mi historia con el joven Javier 17ª parte

Recordareis que tras entregarme Matías al caballo Lucero, después tuve una sesión de sadomasoquismo suave que me proporcionó Matías. Luego nos acostamos desnudos juntos y dormimos hasta las 11,45 de la mañana. Al despertarse y levantarse Matías me pidió perdón por el daño que me causo en la sesión de sadomasoquismo y viendo como tenía mis pechos y los dolores que tenía me aplico una pomada para que me aliviara esos dolores y borrarme las marcas que me había hecho con el castigo, después le puse el desayuno. Y ahora puestos ya en situación para coger el hilo,  sigo con la historia.



Tras desayunar, me dijo Matías:



“Vamos a vestirnos es tarde y quiero ir a un sitio a comer y para que te conozcan, ven te vas a poner ropa de Inés, no es cuestión de que vayas por ahí como te lleva el señorito Javier enseñando todo tu cuerpo, (aunque seas muy caliente y seas una gran puta en privado, por eso me gustas) tú fuera debes dar el aspecto de una señora seria y respetable como corresponde a tu edad”



Este comentario me quedó de piedra, criticaba a su señor por mostrarme semidesnuda pero le gustaba que me mostrara como una puta con él en la intimidad (esto les pasa a muchos hombres que quieren que sus mujeres sean decentes en la calle pero muy, pero que muy putas en la intimidad de la cama). Acercándose a la cómoda sacó un conjunto de ropa interior color negro de encaje. El sujetador me estaba bien, aunque Inés tenía los pechos un poquito más grandes que los míos en ese momento (pero ese conjunto se le había comprado Matías y se le había cogido una o dos tallas más pequeñas), No eran como los que yo usaba ahora, este me tapaba bien arriba mis pechos dejando solamente libre la parte superior de los mismos y un poquito del canalillo. Las bragas, también de encaje negro, si eran caladas dejando entrevé muy débilmente bajo ellas parte de mi carne, pero eran altas, tapándome muy arriba de mi barriga, quedando prácticamente a unos 8 ó 10 centímetros de mi ombligo.



Luego me dio un liguero rojo y negro, este si era sexi y una medias negras de cristal con blonda en la parte superior de las mismas.



Después se acercó al armario y abriéndole, sacó una falda fina de color azul marino, abierta por un lateral y cogido esta abertura por un imperdible grande que le hacía de adorno, y en la parte superior me dio una blusa blanca de botones, dejándome dos botones abiertos, pero que al ser blanca y la ropa interior negra se me transparentaba todo el sujetador. En definitiva, no enseñaba nada pero al transparentarse el sujetador Matías en plan de recatado me exhibía a su manera.



Después salimos y cogimos una furgoneta vieja y sucia que tenía, la cual olía toda a ganado y emprendimos viaje hacia Puertollano, donde llegamos a eso de las 2,30 de la tarde, dejo la furgoneta por la zona del paseo de San Gregorio, el cual me enseño y me llevo para que probara el agua de la fuente agria. Después nos dirigimos hacía un restaurante por la zona de salida hacía la carretera de Córdoba. Al llegar hablo con el camarero, que llamó al dueño y este volvió hablar con Matías el cual le dijo:



“Manolo, te presento a Esperanza una amiga, quisiera comer con ella en una habitación reservada y que no tengamos que soportar las miradas de la gentes, pues ya sabes que la mayoría de los que vienen me conocen a mí y a mi mujer y podían comenzar las habladurías. Si puede ser que sea una habitación cerrada y que podamos cerrar para no ser molestados”



El dueño le contesta:



“Ya te entiendo Matías, no te preocupe os colocaremos la mesa en una habitación que tengo en este pasillo, reservada para casos especiales como el tuyo, pero esto ya sabes es un servicio especial y se paga”



Matías contesta:



“No te preocupe, se te pagara y creo que la moneda con la que te voy a pagar te complacerá”



Esta contestación de Matías, me hizo pensar, que la moneda de pago seguramente fuera yo, pero él oliéndose mi mosqueo y desconfianza, se me acerco, dándome un beso me dijo:



“No te preocupes, somos amigos y nos gastamos estas bromas”.



Entramos en la habitación, donde había una mesa redonda, con capacidad para seis u ocho comensales, la cual ocupamos nosotros solos. Nos prepararon la mesa y nos ofrecieron la carta y nos preguntaron que queríamos para beber. Matías no dándome tiempo a responder dijo:



“Nos traes de ese vino que tenéis, que me gusta tanto, creo que a ella también la gustará”



Miramos la carta y tampoco me dejo elegir, llamo al camarero y le dijo:



“Nos traes unas gachas y de segundo cordero asado, el postre cuando acabemos os le pedimos”.



Yo le miro con cara extrañada y me dice:



“¿Qué pasa, es que no te gusta lo que he pedido?, recuerda que puedo hacer contigo y con tu cuerpo lo que quiera en estas 48 horas, ese es el trato con el señorito Javier y aún no hemos consumido ni veinticuatro horas, pues empezaron a contar ayer tarde a las 8 de la noche, por tanto tenemos y me obedecerás y serás mía para lo que yo quiera hasta mañana a las 8 de la tarde en que te intercambie por mi mujer al señorito Javier. ¿De acuerdo?”.



Yo le contesto:



“Sí Matías, estoy de acuerdo y te vuelvo a repetir que haré todo lo que tíu quieras y podrás hacer tú o los que tú quieras lo que les apetezca con mi  cuerpo siempre que no pongan en peligro la criatura que llevo dentro de mi vientre. Y te diré que la elección del menú que has hecho es estupenda, me ha gustado”



Esto pareció gustarle y de nuevo le salió su sonrisa en su rostro. Después nos trajo el camarero el vino que habíamos pedido y me sirvió una copa. La comida tardo un poco en llegar y cuando esta llego ya llevábamos yo dos copas y el tres, por lo que yo ya estaba totalmente desinhibida y un poco alegre. A eso de la media hora llego el primer plato y Matías pidió otra botella de vino y yo le dije que trajera también agua. Tras las gachas nos trajeron el cordero asado, que estaba en su punto y riquísimo, cuando acabamos este plato eran las 4,30 de la tarde. Matías pidió tarta de la casa, trayéndonos una tarta entera de San Marcos, de la cual comimos poco pues aunque estaba francamente buena no podíamos de lo lleno que estábamos de la comida. Luego llego el dueño Manolo y le dijo a Matías que si todo había estado a su gusto y que si queríamos unos chupitos. Yo le dije que no pero Matías pidió uno de orujo de hierbas para él.



Tras terminar Matías pidió la cuenta, se la trajeron y mirándola le dijo al camarero que llamará a Manolo.



Al poco tiempo se presentó Manolo y Matías le pago la nota y le dijo:



“Toma la cuenta pero el sobrecosto del reservado no te lo puedo pagar con dinero, pero si lo haré de otra forma que seguro aceptaras, y esto es en especie”



Manolo pregunto:



“¿Qué es eso de especies? ¿y qué clase de especies es?”



Entonces Matías me cogió de la mano y me hizo ponerme de pie y le dijo:



Será tuya y de los camareros durante una hora, yo creo que el sobrecosto del reservado con ella esta súper bien pagado, por esto es porque te le he pedido y te he dicho que se pudiera cerrar, pues te quería dar una sorpresa y obsequiar con sus favores, por ser mi amigo, te gusta”



Y diciendo esto me abrió la blusa y llevando sus manos a tras de mi espalda me desabrocho el sujetador, quedando mis tetas al aire. Luego me hizo que me apoyara las manos en la mesa y me echara para delante, me levanto la falta y le enseño mi culo con las bragas altas puestas. Cuando estuvo Manolo detrás de mí, cogió Matías y tirando de las bragas me las bajo hasta media pierna y me dijo que me las quitara. Luego me hizo separar bien las piernas para mostrar a su amigo todo mi culo y la raja de mi coño, me hizo dar la vuelta para que Manolo viera mi pelambrera y con sus manos me abrió bien abierta mi almeja.



Manolo le dijo:



“Gracias Matías, pero ¿ella querrá, está de acuerdo ¿”



Cuando fue a contestarle Matías yo me adelante y le dije:



“Si es eso lo que quiere Matías yo lo haré, quiero darle gusto en todo lo que me pida, pero pongo una condición (pues sé que esto le gusta a él), que Matías este delante y si quiere participar que participe, si estáis de acuerdo podéis hacer con mi cuerpo lo que os plazca, siempre que no me produzcáis daño a mí ni a la criatura que llevo en mi vientre”



Manolo y Matías dijeron:



“De acuerdo”



Entonces yo les dije:



“Pues cerrar la puerta y comenzar, y tú Manolo si quieres que participe alguien más llámale que entre, sino cierra ya la puerta y comencemos, que se hace tarde”



Manolo cerrando el cerrojo por dentro de la puerta dijo:



“No no participará nadie más, me gustas tú mujer y quiero ser yo el que goce completamente de tu cuerpo y si quiere Matías participar que lo haga, pero los camareros no participarán ninguno ni tienen porque enterarse de lo que pasa aquí.”



Se acercó a mí y cogiendo el imperdible de la falda lo abrió y dejo caer la falda al suelo quedándome solamente con la camisa en la parte de arriba de mi cuerpo y el resto completamente desnuda. Luego llevo sus manos a mis hombros y me deslizo despacio por mis brazos la camisa hasta caer también al suelo, quedándome ahora completamente desnuda, tal como mi madre me trajo al mundo.



Entonces él le dijo a Matías:



“Matías tendremos que desnudarnos nosotros también, no te parece, y deprisa pues no podemos hacer esperar a este bombón”



Cogieron los  dos y comenzaron a desnudarse. Manolo era un hombre de unos 45 ó 50 años de mediana estatura, más bien bajo, con las sienes llenas de cana y de aspecto agradable un poquito de barriga, como la mayoría de los hombres a esa edad. Al quitarse el calzoncillo y quedarse desnudo apareció una polla que no estaba mal de unos 23 centímetros de larga por unos 5 de ancha y ya estaba erecta. Matías también se desnudo.



Entonces Manolo acercándose a mí me puso las manos en mi cintura y subiéndome en volandas me sentó encima de la mesa, con tan buena suerte que mi culo cayó (después me dijo que lo había hecho a propósito) encima del sobrante de tarta aplastándola toda y llenándome todo mi trasero y parte de la raja de mi coño de ella.



Después Manolo se colocó entre mis piernas y abriéndomelas todo lo que pudo colocó su boca en mi almeja y comenzó a darme una lamida que al poco tiempo me estaba volviendo loca. Matías se acercó a nosotros me hizo que me tumbara hacía atrás en la mesa, él se subió encima de ella de rodilla y colocando sus piernas una a cada lado de mi cabeza me hizo que me tragara su gorda tranca y que comenzara hacerle una mamada.



Manolo dejando por un momento de lamer mi coño dijo:



“Matías, esta tía tiene el coño lleno de correduras, y huele mucho su sexo, ¿es que no se lava?”



Matías le contesta:



“Manolo, es una de las partes del trato que he llegado con su amante, el que no permita que se lave el coño hasta que de nuevo se la entregue, quiere ver y oler el coño de su “mujer” lleno de esperma y corredura de otros hombres. Así que Manolo que si quieres follártela tiene que ser así, caso contrario lo tendremos que dejar”



Manolo contesta:



“De dejarlo ni hablar, aparte de eso el olor a hembra y sexo que tiene me gusta y me pone más caliente y la verdad es un manjar poder comerme este coño tal como esta”



Acabando de decir esto de nuevo vuelve a la carga sobre mi almeja. Yo  no he dejado de mamar la polla de Matías que noto cada vez más tiesa y temblorosa, cuando de pronto, el muy cabrón sin avisar comienza a correrse dentro de mi boca y a gritarme:



“Tomo puta, toma trágalo todo, traga tu postre perrraaaaaa, me corroooooo, como la mamaaaaaasss cabronaaaaa, aaahhhhhaahhhh”



Yo no le dejo que la saque y me trago todo lo que me ha echado. Manolo está haciendo una buena labor en mi potorro, estoy cada vez más caliente, estoy a punto de llegar al orgasmo, se lo digo y él me contesta:



“Córrete puta, córrete en mi cara, quiero que te corras en mi boca y cara perra asquerosa, guarra suciaaaa, te voy a limpiaaar tu asquerosa y oliente chochaaa”



Yo no aguanto más y comienzo a correrme y a gritar como una posesa diciendo:



“Siiiiiiii, me corrooooooo, cometeeee todos mis jugooooos , trágate mi correduraaaaaaa, limpia mi potorrroooooo, cabrooooonnnn , pero no pareeees sigueeeee quiero que sigasssssss, aaaahhhhaaaa aunque me corrrraaaaaaa, aahhhhhaaaaa, oooooohhhhhhhhh siiiiiiiiipusch, push”



Cuando acabo de correrme, él se ha tragado todo lo que ha podido, el resto está en su cara, que la tiene toda llena de mis jugos. Entonces me coge y haciendo que me incorpore de la mesa pero permaneciendo sentada aún en ella me coge de la cara me mete toda su lengua dentro de mi boca traspasándome parte de mis jugos a mi boca para que me los trague y luego me dice:



“Putita, con tu lengua ves limpiando toda mi cara y trágatelo, son los jugos de tus entrañas, no los desperdicies”



Yo hago lo que me dice, cuando acabo, me agarra por la cintura y levantándome de la mesa en volandas de un solo golpe me clava su polla toda tiesa en mi coño, me apoya mi espalda en la mesa manchándome toda la espalda de la tarta y comienza a follarme como loco, quiere llegar pronto al orgasmo, quiere correrse, dado que de los tres es el único que aún no lo ha hecho. Matías se pode de rodilla bajo mi culo que sale de la mesa y comienza a chupármele todo él con su lengua comiéndose los trozos de tarta que quedan en él y metiendo su lengua viperina en el agujero de mi ano. Esta caricia y la buena follada que me está metiendo Manolo de nuevo me vuelve a calentar y comienzo de nuevo a sentir un inmenso placer, contraigo mis músculos vaginales presionando la polla de Manolo y haciéndole un masaje a su polla con mis músculos, el no puede aguantar mucho más y comienza a respirar cada vez más rápido, le está llegando el orgasmo, se va a correr y yo también de nuevo estoy a punto, acelero y me muevo con más ganas, quiero llegar al orgasmo con él quiero disfrutar de esta follada salvaje, de pronto noto como él se tensa y comienza a derramarse dentro de mí, al sentir su esperma caliente en mi interior yo también me corro y comenzamos los dos a gritar de placer, y a intercambiarnos insultos y gritos como consecuencia de nuestra corrida.



Tras este polvazo, caemos los dos rendidos, el sobre mi cuerpo y yo de espalda en la mesa, Matías al notar los jugos y corredura de Manolo salí de mi vagina, lame y traga lo que puede, pero luego se sale y se sienta en una de las sillas mirando la escena que formamos Manolo y yo. Manolo se levanta y con una servilleta y el agua de la botella comienza a limpiar mi cuerpo de los restos de tarta y él hace lo mismo con el suyo.



Después en silencio los tres nos vestimos, yo me vuelvo a poner la ropa interior que llevaba y el resto (falda y blusa) ordenamos un poco la habitación, abrimos la puerta y nos despedimos, Manolo como si nada hubiera pasado nos da las gracias y dirigiéndose a mí, me dice:



“Esperanza, ya sabes donde tienes tu casa, serás siempre bien recibida, y espero que no tardes mucho en volver, será bueno que repitas los postres, je,je,je,je…..”



Eran las 5,40 de la tarde, cuando salimos del restaurante, montamos en la furgoneta y Matías se dirigió hacia el cerro donde estaba el barrio gitano, yo le pregunté:



“¿A dónde vamos?”



Él me contesta:



“Quiero que conozcas a Nicanor, es el guarda de la obra que te hable ayer”



Al poco rato llegamos delante de una de las puertas de la barriada, paraq el coche y me dice Matías:



“Baja hemos llegado”



Nos acercamos a la puerta descorre la cortina y con los nudillos de su mano da unos pequeños golpes a la puerta. Al poco rato nos abre la puerta un gitano  con aspecto de guarro  y mal vestido de unos 35 años que saluda eufóricamente a Matías, al cual dice:



“Hola amigo, como tú por aquí, menuda sorpresa”



Y Matías le contesta:



“He venido a comer con esta amiga a casa de Manolo y he querido venir a verte”



Y dirigiéndose a mí dice:



“Mira Nicanor, te presento a Esperanza, una amiga mía y por tanto tuya también, espero que esta noche que te visitaremos en tu trabajo la conozcas mejor, ja,ja,jaa….. ¿Esta tú mujer?”



Nicanor contesta:



“Encantado de conocerte, esperemos llevarnos bien, los amigos de Matías son mis amigos. No Matías mi mujer no esta ha bajado al pueblo hacer unas compras, pero pasad no estéis en la puerta”



Pasamos al interior de una vivienda limpia pero muy recargada de adornos y la mayoría de ellos chabacanos, entonces Matías le dice:



“Mira Nicanor, mejor que no esté tú mujer, pues vengo a decirte , que como prueba de mi amistad, que esta noche a eso de las 10 ó 10,30 iré a la obra con Esperanza y te la dejaré durante tres horas para que hagas con ella lo que se te antoje si te parece a ti solo o si quieres juntos con los amigos u hombres que tú quieras, como si la quieres prostituir y quedarte con el dinero que saques, la única condición que me ha puesto ella y su amante es que no se la haga daño a ella ni al hijo que lleva en sus entrañas, pues la puta esta está preñada y no es de su marido, esa es la única condición que ponen para que puedas disfrutar de ella como se te antoje y sin condiciones, ella hará todo lo que tú quieras y te hará caso y obedecerá en todo”



Nicanor dirigiéndose a mí me pregunta:



¿Es verdad lo que dice Matías? ¿Te dejarás hacer todo lo que quiera por mi sin oponer resistencia y me obedecerás y harás todo lo que yo te diga, incluso prostituirte?



Yo le contesto:



“Si es eso lo que quiere Matías lo haré, mi amante me ha entregado a él durante cuarenta y ocho horas para que haga conmigo lo que quiera, la única condición que le ha puesto es la que te ha dicho, de modo que si tú y a los que me entregues cumplen esa condición esta noche durante esas tres horas podrás hacer conmigo lo que quieras”



El entonces se acerco a mí y cogiéndome por una de mis tetas me la apretó y acercando su boca a la mía me metió su lengua mal oliente dentro de mi boca dándome un beso durante más de dos minutos, luego dijo:



“Súbete la falda a la cintura pero no te quites las bragas y ábrete la camiseta y tampoco te quites el sujetador, quiero que cuando te entregue Matías a mí, descubra lo que guardas bajo esas ropas y quiero que acudas a la cita vestida como estas, es decir de mujer decente”



Hice lo que me decía y llevando su mano derecha a mi coño, metió la mano por debajo de las bragas tocando mi concho y pelambrera, todo mojado por la situación y por la corrida de Manolo de hacía un rato, y sacándola se la llevo a su nariz diciendo:



“Me gusta es peluda y está muy caliente pues esta toda mojada y me huele a hembra, ¿Cuánto llevas sin lavarte el coño? Huele fuerte como el de mi mujer, a la que no dejo lavarse más que una vez cada diez días.”



Matías le contesta:



“Lleva sin lavárselo dos días, es otra condición que ha puesto su amante el que no la permita lavarse el coño ni las sobaqueras, que como ves las tiene bien poblada de pelos como nos gustan las mujeres a los dos, hasta que se la devuelva, pues quiere ver y oler su coño lleno de la leche de todos los machos que se la hayan tirado”



Entonces Nicanor, dice:



“Entonces de acuerdo os espero en la caseta de obra a eso de las 10 ó 10,30 esta noche, será mejor que marchéis antes que venga mi mujer, ya sabes lo celosa que es y la que puede armar si ve a Esperanza y encima se entera de lo que vamos hacer esta noche”



Nos despedimos de él, salimos de la casa montándonos en la furgoneta y salimos dirección de nuevo de la finca, en cuyo trayecto a unos 5 ó 6 Km de Puerto Llano estaba la obra donde esa noche me entregaría  Matías a Nicanor al pasar me dijo:



“Mira esta es la caseta de tu picadero de esta noche, veras que bien lo vas a pasar, Nicanor folla como nadie y seguro que a los que te entregue o te prostituya serán también buenos folladores.”



Alrededor de las siete de la tarde llegamos a la finca y  nos fuimos derecho a casa de Matías, al pasar por la casa grande miré hacía la ventana del cuarto de Javier y mío y vi a Inés desnuda abrazada a Javier, que seguramente se la estaría follando. Esto me provocó un poco de envidia y nada más que entrar en la casa me puse mimosa con Matías hasta que conseguí calentarle para que me poseyera. Y quitándome la falda y la camisa, que deje en el suelo, y mostrándome con las bragas  negras grandes y el sujetador, me acerque a él, le baje la bragueta, metí mi mano dentro de su bragueta y sacando su miembro, me pude hacerle una mamada como nunca se la había hecho a nadie, pasado unos tres o cuatro minutos, él me aparta dándome un empujón que hace que caiga al suelo y me dice:



“No quiero hacer ahora nada contigo, quiero que estés caliente para esta noche, después de que vengas de estar con Nicanor te follare, te joderé y haré contigo todo lo que quieras y a mí me plazca hasta el amanecer en que nos acostaremos para descansar y a eso de las 12 de la mañana continuar amándonos. Me vuelves loco y daría cualquier cosa porque te quedaras conmigo, si el señorito Javier quisiera te cambiaría más tiempo por la guarra de mi mujer, y ten por seguro que cada vez que quiera hacerlo yo siempre que el cambio sea contigo yo lo aceptaré. También te prometo que si esto no sucede por lo menos una o dos veces al mes iré a la casa de putas donde trabajas en Alcobendas y aún pagando estaré contigo. Aunque te ofrezca a otros hombres y te trate como te estoy tratando, te deseo y quisiera que estas horas que aún quedan para que seas completamente mía sin condiciones, no pasaran. Esperanza creo que me estoy enamorando de ti, aunque sé que será un amor imposible y una pérdida de tiempo, por lo que me dices de tú marido y lo que me has confesado que quieres al señorito Javier.”



Entonces cogiéndome de la mano como estaba, me llevo al cuarto de baño, me bajo y quito las bragas y el sujetador y quedándome completamente desnuda, me metió dentro de la bañera y con una esponja mojada me fue lavando todo mi cuerpo menos mi coño, raja de mi culo y mis sobaqueras, pues a Nicanor le gustaba que oliera a hembra sucia y sudada. A medida que me iba lavando, no dejaba de besarme y masturbarme con la mano libre, cuando estaba a punto de llegar al orgasmo el cabrón dejaba de masturbarme. Yo entonces también cogí su pene y comencé a masturbarle hasta que se corrió en mi mano y los chorros de su esperma salieron disparados cayendo sobre mi cuerpo, que volvió a limpiar con la esponja.



Después me sequé y no me dejo vestirme, me hizo ir a la cocina y preparar una cena ligera. Cuando la tuve preparada nos sentamos en la mesa, el vestido y yo desnuda del todo y cenamos lo que había cocinado. Al terminar de cenar, serían ya las 9,00 de la noche, me dio dos pastillas del afrodisiaco para que me las tomara diciéndome:



“Tómatelas, no te importe que sean dos, esta noche te harán falta para poder soportar las folladas y vejaciones a las que te va a someter Nicanor y sus amigos. Estando salida y caliente lo pasarás mejor e incluso disfrutarás, no me gustaría que sufrieras, de verdad Esperanza no quiero verte sufrir. Te entrego a otros porque me pone muy caliente verte y saber que te follan otros, es tan morboso.”



Entonces cogiendo los afrodisiacos me los tome. Después Matías me llevo a la habitación de matrimonio me dio de nuevo ropa de Inés, muy similar a la de por la mañana, cambiando únicamente el color de la ropa interior, que en esta ocasión era malva pálido, pero de las mismas características y estilo que el conjunto negro que me había puesto para ir a comer. De ropa exterior me volvió a dar para ponerme la misma. Entonces cogiendo las bragas negras que me había quitado, todas impregnadas en mis jugos y manchadas por estos y las correduras que llevaba desde que deje a Javier dentro de mi coño, se las llevo a su nariz, las olió y se las guardo en un bolsillo, y me dijo:



“Estas no se las volverá a poner Inés, quiero tenerlas de recuerdo tuyo para oler y sentirte cerca a través del olor que has dejado de tu coño en ellas, cuando no esté contigo.”



Eran las 9,40, cuando me dijo que marchábamos. Cogió de nuevo la furgoneta y nos encaminando hacía la obra donde trabajaba Nicanor de guarda nocturno. Al llegar pude leer en la alambrada que impedía el paso a la obra un cartel que decía “Guarda gitano”, luego Matías aparcó al lado de la caseta donde vigilaba Nicanor, este al ver llegar la furgoneta salió y nos saludo invitándonos a entrar dentro de la caseta.



Dentro de la caseta había una mesa con una silla y un sofá, todo ello con mucha mierda y muy sucio. Nos invitó a sentarnos y le dijo a Matías:



“Mira Matías aunque amigos desde hace tiempo, me ha extrañado que me ofrecieras una hembra como esta y más diciéndome que durante tres horas pueda hacer con ella lo que quiera, (follarla, prostituirla, entregarla a otros, etc.), me quieres decir sinceramente porque lo haces”



Matías le contesta:



“Nicanor, desde ayer y hasta mañana a las 9,00 de la noche mi señorito Javier (que es el amante de Esperanza) y yo hemos intercambiado a nuestras mujeres, con todo el derecho para hacer todo lo que queramos con ellas, siempre que no se las cause daños. Y yo quiero, a parte del morbo que me da saber que a una hembra de mi propiedad se la joda otro macho con mi consentimiento y sabiéndolo yo, entregártela durante estas tres horas en agradecimiento por desengañarme hace ya bastantes años de porque se casó Inés conmigo y como me engaño haciéndome creer que estaba preñada de mí. Por eso desde ese día te considero mi amigo y quiero agradecértelo hoy dejándote a Esperanza durante este tiempo”



El gitano le contesta:



“Gracias amigo, pero lo que yo hice aquel día solo era de justicia, no se podía consentí que por ser bueno y querer a una mujer esta te cargara un hijo que no era tuyo y además que lo sabía todo el pueblo, fueras punto de mira de la burla de la gente del pueblo. Quiero que sepas cual va a ser mi plan con Esperanza esta noche: De ahora hasta la 11,00 (cuando tú te marches) la probaré yo, jodiéndola y haciéndola todo lo que se me antoja, pues la hembra promete y tiene un cuerpo para hacer locuras. Luego a las 11,00 la llevaré al bar de Andres el de la acequia y la ofreceré al que quiera pagar por sus servicios, la estaré prostituyendo durante una hora u hora y media dependerá de los clientes. Y luego regresaremos aquí a la caseta donde dos amigos míos y yo nos la beneficiaremos hasta corrernos y hasta que tú a la 1,00 ó 1,30 aproximadamente vengas a por ella y si estamos en faena y quieres participes. ¿Qué te parece el plan que la tengo preparada a esta puta? ¿Está bien eh?”



Matías le dice:



“A partir de ahora es tuya, si a ti te parece que el plan es bueno y vas a disfrutar y vas a ganar encima dinero con él, me parece fantástico. Bueno yo marcho a la hora que hemos dicho estaré por aquí a por ella. Recuerda nada de hacerla daño y maltratarla, caso contrario no hay trato.”



Nicanor, dándole unas palmadas en los hombros le dice:



“No te preocupes, no la haremos daño, sino todo lo contrario, verás cómo te dice que la ha gustado y ha disfrutado, seguro que cuando vengas a por ella te pide que la dejes más o que quiere repetir otro día”



Matías, salió de la caseta cerrándola y marchó con la furgoneta, quedándome sola con el gitano. Este se acerca donde yo estoy y levantándome acerca su boca a la mía y me da un beso con lengua, al acercarse noto su olor a sudor y a humo  de no lavarse en varios días y de su boca sale un aliento que podría echar para atrás hasta a un muerto, los dientes los tiene amarillos y sucio, da toda la sensación de que el cepillo de dientes no lo ha usado nunca. No obstante a su suciedad y olor yo ya comienzo a estar caliente, por la situación y porque los afrodisiacos están comenzando hacer su efecto (pues ahora pienso que si no hubiera sido por ellos no hubiera podido hacer nada con una persona tan guarra y mal oliente). Yo me dejo hacer y me pongo mimosa con él. Esto parece que no le ha gustado o quiere hacerse respetar, el caso es que me deja de besar y sobar encima de mi ropa y con la mano abierta me da una fuerte bofetada en la cara que me hace volverla y el daño me provoca echar unas lagrimas, que procuro parar y tragármelas, llevándome mi mano a la zona de mi cara donde me ha pegado, él entonces me dice:



“Aquí el que manda soy yo y el que dirige la situación soy yo, que quieres o que te crees que con tus mimos y palabras dulce vas a hacer que yo haga lo que tú quieras, pues de eso ni hablar.”



Se acerca a mí, que aún me acaricio con mi mano la zona de mi cara donde me ha dado la bofetada y cogiendo la solapa de la camisa de un tirón logra abrirla dejando todo mi torso a su vista, tapadas mis tetas solamente con el sujetador malva, luego tirando fuerte de la falda y casi haciéndome caer al suelo, logra bajar la misma hasta mis rodillas quedando mis muslos al aire y la zona de mi sexo tapada por las bragas altas. Yo entonces cojo y desprendo el alfiler y hago que la falda caiga al suelo quedando solamente en ropa interior. El se retira un poco de mi observándome y me dice:



“Cuidado que estas buena, pedazo de puta. Es verdad que estas casada y le estas poniendo los cuernos a tú marido con el señorito de Matías, con ese niñato que podía ser tú hijo, si es así eres una verdadera zorra que te merece lo que te ha pasado de quedarte preñada y de todo lo que están haciendo contigo”.



Yo le respondo:



“Sí, si es verdad, estoy casada y tengo un hijo, y soy la amante de Javier (del cual estoy actualmente preñada), que como tú dices podía por la edad ser mi hijo, y por todo lo que le quiero permito y me dejo hacer lo que él me pide, soy toda suya. Pero eso no me quita que quiera y ame con todas mis fuerzas a mi marido. De todas formas esto a ti no te importa, puedes hacer conmigo lo que quieras que lo admitiré, ya que Matías así quiere y cuando Javier me entrego a él consentí en hacer y obedecer durante el tiempo que esté intercambiado con Inés a todo lo que Matías quisiera”.



Entonces él se acercó a mí y metiendo su mano por un lateral del lateral de una de mis perneras de las bragas comenzó a sobarme todo mi coño y fue sacando mis pelos por el exterior de las perneras, diciéndome que le calentaba ver a la hembra con los pelos largos del coño y saliéndosele de las bragas. Luego saco la mano de mi almeja y las fue subiendo por todo mi cuerpo hasta mis tetas que apreso con sus dos manazas apretándomelas y sobándolas como un bestia sin cuidado y sin delicadeza, pero siempre por encima del sujetador, no me saco los pechos fuera de ellos. Después me hizo alzar los brazos y vio mis axilas llenas de pelos, esto le calentó bastante, llego su boca a cada uno de mis  sobacos y comenzó a chupármelos y a tragarse la saliva y el sudor que me axilas desprendían, esto le encantaba, se estaba volviendo como loco comiéndose mis sobacos. Luego los dejó y me dijo:



“Me encantan las mujeres con pelos en los sobacos y que huelan ha hembra, me encantan que no sean remilgadas de esas que se lavan todos los días, a mi me encanta el olor a hembra, es decir al sudor en sus sobacos a pescado en su almeja, como tú estás. Tu olor me enloquece, me embriaga y me pone muy caliente, guarra, me encanta que seas una guarrilla y no te hayas lavado ni tu coño ni tus sobaqueras. Si sigues así nos vamos a entender muy bien y vamos a ser buenos amigos”



Diciendo esto, comenzó a desnudarse. Se quitó la camiseta, apareciendo un torso de piel oscura en el que se le marcaban todos sus músculos, estaba fuerte, sus pezones eran oscuros casi negros. Me excitó su torso, me estaba calentando, estaban entrándome unas tremendas ganas de que me poseyera quería que acelerara en desnudarse, quería cuanto antes tenerle dentro de mí. Tras quitarse la camiseta, comenzó a desabrocharse el pantalón, se los quitó y se quedó en calzoncillo, estos eran estampados con unos dibujos cilíndricos, se le marcaba un gran bulto bajo ellos. Se me acercó y de nuevo acercó su boca a la mía y comenzó a besarme a la vez que llevando sus manos a mi espalda me desabrochó el sostén dejándole caer al suelo y quedando mis grandes melones libres, luego comenzó a chupármelos y a dármelos mordisquitos , pero me sorprendió, pues comenzó a tratármelos con mucho cuidado y delicadeza. Este comportamiento me sorprendió, comparándolo como me los había tratado antes con el sujetador puesto. Luego a la vez bajando sus manos volvió a meterlas por dentro de las bragas, con una me sobaba mi culo y con la otra comenzó a masturbarme, me empezaba a calentar muchísimo, no pudiéndome aguantar le abracé con fuerza, me comía con fuerza su boca, deseaba comérmele allí mismo, le achuchaba contra mí, le acariciaba todo su cuerpo. Luego baje mi mano derecha y metiéndola dentro de su calzoncillo le agarré su polla y comencé a acariciársela, tenía un buen tamaño, tanto de larga como de gorda, notaba en mis manos como se le iba endureciendo y creciendo, comencé a masturbarle con un ritmo rápido y fuerte quería que se le pusiera a tope y quería esto para que se tirara encima de mí y me poseyera aunque fuera en ese sofá sucio y asqueroso que tenía en la caseta.



Pero él seguía entretenido comiéndose mis tetas, sobándome el culo y masturbándome cada vez más fuerte, me estaba llevando a un grado de excitación que ya no podía más, necesitaba que me la metiera de una puñetera vez, entonces empujándole con fuerza le hice que callera sobre el sofá, cuando estaba caído en él le bajé el calzoncillo y sacándome yo las bragas me senté encima de su polla consiguiendo metérmela en mi coño y le dije:



“Fóllame de una puñetera vez, estoy súper salida y ya no puedo más, no aguanto más, ¿lo haces o  qué?, ¿no eras tú él que mandabas?, pues demuéstralo fóllame hasta que me salga tu leche por todos mis agujeros, y si no déjame a mí que te folle”



No dejándole reaccionar me tiré encima de él haciéndole caer de espalda en el sofá  y sujetándole su manos con mis rodillas comencé a joderle, me le follaba con ganas como si aquello se fuera a terminar. Subía y bajaba sobre su mástil, que estaba duro, duro como una piedra, gastaba una buena estaca larga por lo menos de 28 ó 30 centímetros y gorda por lo menos como la de Matías, la sentía como llegaba hasta mi útero y con lo gorda que era como rozaba todas las paredes interiores de mi vagina. Con mis saltos sobre su polla mis melones no dejaban de moverse arriba y abajo y de vez en cuando me giraba hacía los lados, eso le encantaba, de pronto él me dijo:



“Por favor, déjame libre las manos quiero agarrarte esas tremendas tetas que tienes mientras me follas, si, si, sigue, coge tú el mando, tú, tú eres la que mandas, me encanta como me estas follando pedazo de zorra, so putaaaaaa, sigueee, sigueeeeeee haremos todo lo que tú quieras pero no pareeeeeeess, estoy en el cieloooooo, oooohhhhh que biennn me follaaaasssss payaaaaaa de mierdaaaaa.”



El gitano tenia aguante, pues con la follada que le estaba dando no se corría, yo comencé a notar que me venían los orgasmos y comencé a gritar:



“Siiiiiii, siiiiiiiii, aquí ahoraaaaa mandooooo yoooooooo, te gusta cómo te follo gitano, ¡he ¡tú mujer te lo hace asíiiiiii, o te gusta más como te lo hace esta payaaaaaa. Mueveteeee túúúuuuu también quiero sentirte bien dentroooo, cabróóonnnn, me está viniendo siiiiiiii, me corrrooooooo, pero tú sigueeeee, no parreeeesss, quieroooooo que te corras tú tambiénnnnn Nicanóooooooooo correteeeeeee, que yo ya estoyyyyyyy corriendomeeeeee, aahhhhhhaaaaa , oooooohhhooooo, pusch, pusschhhhh, aahhhhhhhh  me corrooooooooo agarrameeee miss tetaaaaaass cometelaaaasssss……..”



Diciendo esto me corrí como una posesa, moviendo mi cabeza para un lado para otro y entonces también noté como él se corría dentro de mí, la suya fue una corrida larga y abundante, me estaba proporcionando un gusto como hacía tiempo no había tenido, aquella había sido una buena follada, no puedo decir que haya sido la mejor de mi vida, pero si una de ellas. Yo me deje caer sobre su cuerpo, aplastando mis pechos contra su torso y agarrándole la cara volví a besar  aquella boca guarra y asquerosa, para tras el beso quedarme relajada sobre su cuerpo, sin dejar que él se saliera de dentro de mí. Así estuvo unos dos minutos, mientras él me acariciaba mis hombros y espalda y de vez en cuando pasaba su mano por mi cabeza acariciando mi pelo. Pero esta follada no había conseguido calmar mi calentura (consecuencia provocada por los afrodisiacos) yo necesitaba que él siguiera poseyéndome y se lo dije:



 “Nicanor, necesito que sigas follándome, estoy muy caliente y no puedo aplacar mi calentura, si tú no puedes tienes que hacer algo , llévame a follar al bar con todos los que estén en él, cobra por mi cuerpo, llama a tus amigos o a los que quieras, pero necesito que me follen. Entrégame a todos los que quieran follar a esta mujer, lo necesito”



Mis palabras me sorprendían a mí misma al oírmelas decir, estaba y me comportaba como una ninfómana, yo nunca antes había sido así, ni el día que Carlos (el camionero) me había dado los afrodisiacos (que ese día también estaba muy caliente, pero ni punto de comparación a como estaba ahora), yo misma no me conocía, hacía cosas y pedía cosas que nunca yo me hubiera imaginado que pidieras y más que estuviera dispuesta hacer. Matías se había pasado con los afrodisiacos, no debía de haber tomado dos pastillas juntas, eso me había llevado a ese estado y no podía controlarme.



Pero Nicanor quería disfrutar todavía a solas de mí y por ahora no quería llevarme al bar, pero su polla se le había bajado y tardaría en subírsela de nuevo. Él me dijo:



“Mira, ahora que te he probado quiero disfrutar yo solo de ti, pero me has sacado hasta la última gota de leche y por lo menos tardaré de media a una hora en recuperarme, puedo masturbarte o comerte el coño en mientras y después en cuanto se me ponga dura de nuevo te follo otra vez como nadie te lo ha hecho hasta ahora”



Yo fuera de mí, le di un tortazo tan fuerte o más como el que él me dio y le dije:



“Mira, si no eres hombre y no puedes follarme, llévame a que otros lo hagan, en mi estado lo necesito y tal como estoy no voy a consentí en quedarme aquí contigo sin que tengas fuerza para joderme. Ahora la que mando soy yo y me proporcionas otro u otros que me jodan o sabrán todos que no eres capaz de echarme un segundo polvo, tú decides”



El al decirle esto me miró como no sabiendo que hacer, estaba indeciso si seguir mis indicaciones o quedarse donde estaba y retomar de nuevo el mando y someterme de nuevo a su mando. Pero fue más fuerte el miedo a que le ridiculizaran por no haber podido echar dos polvos seguidos a esta madurita, así que optó por comenzar a vestirse y me dijo:



“Está bien vístete, nos vamos al bar de Andrés, te venderé al que quiera pagar por tus servicios, y supongo que al estar delante se me volverá a endurecer y al regresar podremos continuar tú y yo, pues me gustas muchísimo y quiero poseerte de nuevo antes de que regrese Matías a por ti”



Yo le hice caso, me puse la ropa interior y el resto y salimos de la caseta. Nos dirigimos hacia donde tenía la furgoneta ( una furgoneta grande como las que llevan los gitanos a los mercadillos), montamos, arrancó y nos dirigimos hacía el bar, donde llegamos rápido.



Al entrar se quedaron todos mirándome, entonces Nicanor se dirigió a un hombre que se encontraba tras la barra y habló con él, luego dirigiéndose a mí me dijo:



“Ven vamos arriba”



Yo le seguí, subimos por unas escaleras estrechas y desconchadas, sucias , y oscuras, pues la luz que tenía era pobre , por lo que alumbraba la bombilla debería de ser de 40 no creo que fuera de más. Cuando llegamos al primer piso, abrió una de las habitaciones, encendió la luz  (también con bombilla de 40) y entramos . En la habitación había un Water con un lavabo y un camastro, con las sabanas todas arrugadas de haberlas usado y no haber ni cambiado las sabanas ni hecho la cama, las sabanas se las veía usadas y olían a sudor de otras personas, me senté en la cama y entonces Nicanor me dijo:



“Le he contado a Andrés lo que queremos y me ha indicado que subamos a este cuarto, que es el que tiene para estos menesteres, pero a cambio de usarle y no pagarle nada tendrás que prometer que harás perder la virginidad a un sobrino suyo, el hijo de su hermana, que está pasando unos días con él y está seguro que aún no ha estado con ninguna mujer. Dice que si esta noche no quieres por aprovechar a los clientes, una vez que acabes aquí se vendrá con nosotros y en la caseta o donde queramos habrá que cumplir el pacto. Yo voy a bajar y dentro de un rato te enviaré al primer cliente que tendrás. Cuando yo vea que vuelvo a estar en forma subiré a por ti y nos iremos para continuar en la caseta tú y yo y el sobrinito de Andrés”



Diciendo esto, salió de la habitación. Yo seguía como un barco de vapor, caliente, caliente, entonces me metí la nao bajo la falda y comencé a acariciarme mi sexo, necesitaba que subiera quien fuera cuanto antes, me daba igual quién fuera y como fuera lo único que necesitaba era que alguien me follara y me poseyera. Pero el primer cliente tardaba, habían pasado 5 minutos y no subía nadie ¿sería que Nicanor no encontraba a nadie que quisiera pasar un rato conmigo? ¿Sería que no había gustado a ninguno de los que estaban en la tabernucha aquella cuando había entrado y se me quedaron todos mirando?. Estaba en estos pensamientos cuando se abrió la puerta entrando dos individuos, un negro alto y fuerte  como de unos 27 u 28 años y otro hombre, este blanco, de unos 60 años, que era el que llevaba la voz cantante. Este último se dirigió a mí y me dijo:



“Mira puta, este es un semental africano que está trabajando de jornalero por una de las fincas de esta zona, él desde que ha venido de su país no ha estado con ninguna mujer por no tener dinero, pero esta noche yo he pagado a tu chulo, a Nicanor y bien pagado para que te joda y para darme el gusto de ver joder a un negro con una blanca y si es posible y me caliento participar, así que venga comienza a desnudarte que veamos la mercancía”



Haciéndole caso me quité rápidamente toda la ropa incluso la interior y me quedé como mi madre me trajo al mundo. Ellos a la vez que me miraban como me desnudaba hicieron lo mismo. Luego el negro se acercó a mí y comenzó a tocar todo mi cuerpo, debía de ser excitante ver el contraste de mi piel blanca y delicada con la piel negra del muchacho. Yo miré hacía la entrepierna del negro y pude comprobar que lo que dicen de ellos, referente a su miembro viril, es cierto, pues este estaba bien armado. Al contacto con mi piel, y quizás si era verdad que desde que salió de su país no había estado con ninguna mujer, se le puso rápidamente tiesa y dura. Era más larga que la de Javier y Nicanor y de gruesa tampoco estaba mal. Yo arrodillándome se la cogí con mis manos y comencé a acariciársela de arriba a bajo y llevándomela ami boca comencé hacerle una buena mamada, para luego cogerla ya lubricada y metiéndosela entre mis tetas comenzar hacerle una cubana. Aunque mis pechos son grandes, su polla con lo larga que era sobresalía de mis pechos llegando a la altura de mis labios, por eso aprovechaba cuando llegaba a ellos para abrirlos y comerme semejante herramienta. Cuando más entusiasmada estaba en esta labor, el negro cogió mis manos y quitándomelas de mis pechos consiguió sacar su polla de entre ellos, entonces se tumbo en el catre de sabanas sucias y sudorosas y me dijo:



“Puta, ven aquí quiero que te claves mi polla y que te entre toda, cabálgame durante un rato, luego seguiré yo fallándote, pero primero quiero que seas tú la que me folles y quiero que con tus movimientos sobre mi estaca esos pechos tan apetecibles que tienes se muevan como si fueran unas campanas”



Le hice caso y me ensarté su herramienta, tenía solamente tres cuartas partes de ella  dentro y ya me estaba tocando el útero, pero él dando un empujón hizo que entrará toda, parecía imposible que semejante sable hubiera cogido en mi vagina. Yo comencé a subir y bajar, primero lento para continuar luego poco a poco cogiendo velocidad y con ella haciendo que mis melones se movieran arriba y abajo con un ritmo endemoniado. Yo comencé a sentir que me llegaban un orgasmo tras otro me estaba corriendo como una fuente, no podía parar y tampoco quería, no sé las veces que me corrí, mientras que él aún no se había corrido. Desecha caí sobre su pecho, ocasión que aprovecho para al cesar yo de moverme decir al señor mayor:



“No quiere usted metérsela a esta puta por el culo, venga anímese y así nos la follamos los dos a la vez”



El hombre no se hizo de rogar y colocándose detrás de mí me abrió los cachetes de mi culo con sus manos y echándome un escupitajo grande en mi agujero acerco su polla tiesa (que parecía pequeñas, dado que tenía el pollón  del negro dentro, pero no era tan pequeña, pues por lo menos tendría sus 22 centímetros por sus 5 de diámetro) y como pudo la fue colocando dentro de mí, cuando pasó su glande dio un empujón y consiguió metérmela entera en el aguajero de mi trasero, entonces el negro impuso el ritmo y comenzaron los dos a follarme acompasados cada uno por un agujero de mi cuerpo. Yo estaba cansada, pero la calentura que tenía hacia que me moviera al ritmo que ellos me marcaban y que disfrutará. Al poco tiempo volvieron mis orgasmos uno tras otro sin parar, hasta que a los 10 o 12 minutos sentí en mi recto como se corrió el viejo, sintiendo su leche caliente en mi interior y un poquito más tarde hizo lo mismo el negro, ambos me echaron una gran cantidad de esperma dentro de mi cuerpo, al sacar sus miembros toda la leche que mis dos cavidades no podían albergar salían escurriéndose por mis piernas abajo. Entonces el viejo al salirse de mí, le dijo al negro:



“Si te has corrido ya salte de esa putona, y ven a mi lado y tú guarra siéntate o túmbate en el suelo, quiero que nos meemos encima de ti, lo he estado deseando tantas veces pero mi mujer no consiente que se lo haga, y ahora que he pagado quiero que esta guarra me sirva de Water y que se trague todo nuestro orín”



Yo aunque cansada, seguía caliente y no sé qué fuerza me movía hacerles caso. Así que hice lo que me ordeno, me tumbe en el suelo y ellos orinaron sobre mi cuerpo haciéndome el viejo abrir la boca y que me tragara su orín.



Luego salieron y me dejaron allí tirada.



A los cinco minutos apareció Nicanor con el chaval, sobrino del dueño del bar, el cual al verme desnuda y toda llena de correduras y orín le dio asco y dijo que no quería hacer nada conmigo. Entonces cogí las sabanas de la cama y me limpie el orín de mi cuerpo. Luego me dijo Nicanor:



“Vístete, por hoy ya no te prostituiré más, a partir de ahora hasta que llegue Matías serás solo mía, ya he llamado a mis amigos y familiares a los que te iba a entregar y les he dicho que no vengan que tú no has aparecido, de esa forma podremos disfrutar solos tú y yo dado que este crio no quiere”



Entonces antes de comenzar a vestirme me acerque al niño y palpándole su miembro noté que se le había puesto tieso al verme desnuda, pero que el miedo no le dejaba lanzarse a follarme, entonces le dije:



“Tienes para apuntar”



Él me contestó:



“Sí señora”



Yo le dije:



“Entonces apunta 65. ………., ese es mi número de teléfono, si cambias de opinión llámame, estaré aquí en la zona hasta el domingo”



Luego dándole un beso en la boca, comencé a vestirme, al terminar salimos de la habitación, bajamos por el bar, donde al pasar todos volvieron a mirarme y alguno que otro me silbaba y me piropeaba. Montamos en la furgoneta y volvimos a la Obra.



Por el camino me dijo Nicanor que el viejito le había pagado 200 euros por mí. No fue más que entrar se quedó completamente desnudo y agarrándome me desnudo de nuevo y como dos posesos comenzamos a amarnos, yo con unas ganas locas de que me poseyera y él no con menos. Parecíamos y nos comportábamos como animales, nunca antes un hombre me había follado de esa manera, se había recuperado bien pues fue capaz de echarme dos polvos seguidos sin sacarla, mientras que yo no paré correrme en todo el rato que estuve con él. Aún antes de que llegara Matías nos dio tiempo de echar el último y al marchar dándome un beso me dio las gracias y yo se las devolví diciendo:



“Nicanor no podré olvidarte jamás, eres el hombre que mejor me ha follado hasta ahora, yo pensé que nadie superaría a Javier, pero tú lo has conseguido”



Al llegar Matías me vestí y volvimos a la finca. Al llegar Matías me estuvo haciendo el amor hasta bien entrada la madrugada, hora en la que yo ya estaba más calmada y que con el cansancio me quede dormida desnuda a eso de las 5 de la madrugada entre sus brazos.



Así estuvimos dormidos y descansando hasta el día siguiente, último día que estaría perteneciendo a Matías, pero ese día ya os lo contaré en la próxima entrega.



Como siempre estoy dispuesta a recibir vuestros comentarios.


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