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Categoría: Incestos

Mi familia 5

Esta es la continuación directa del relato anterior. Había salvado a mi prima Rocío de unos compañeros, uno en particular, que quería violarla. La llevé a su casa, pero por el dolor de lo que le había pasado, no podía bañarse. Así que lo hice yo, además de masturbarla y hacerle sexo oral por primera vez. Acabó y la llevé al dormitorio.

La sequé, dejándola muy limpia. Ella aún estaba roja y yo todavía estaba excitado. Parecía cansada, ya que había tenido un gran orgasmo en la ducha. Sus ojos verdes como esmeraldas me miraban con alegría y satisfacción, y yo tomé su carita y le di un dulce beso en los labios al terminar de secarla, el cual la pequeña respondió tiernamente. Me levanté para buscar algo de ropa para ponerle y en ese momento sus ojos se fijaron en el bulto que tenía en los pantalones, ya que me había vuelto a subir el cierre al salir del baño. Su rostro cambió a uno de tristeza cuando le traje lo primero que encontré: su uniforme del colegio que se había sacado al irse a bañar, quizás con qué dificultades por sus dolores, pero que evitó pronunciar para no incomodarme, y para que no la viera desnuda, lo que en el momento en que le pasaba el uniforme, ya no parecía importarle tanto. El uniforme se componía de una camisa blanca y un jumper azul, era distinto del que usaba Fernanda, en otro colegio, ya que ahí usaban una faldita roja. Pero su cara de tristeza, que pensé que venía de la ropa -tal vez no era lo que quería usar- me intrigó.
-¿Pasa algo? –le pregunté
-Es que… tu… cosa… perdón –me respondió, mirando mi entrepierna, donde mi pene aún estaba algo erecto por la situación del baño y no me había venido.
-Ah… ¿qué pasa con eso? –le pregunte sin ocultar mi erección… no lo encontraba necesario, incluso, me gustaba tenerla.
-Yo tuve mi… eso… y tú no. Perdona –me dijo bajando la mirada por primera vez en varios minutos, y poniéndose roja.
-¿Eso? Jaja, tranquila princesa. Es algo que ya va a pasar –le dije dulcemente, aunque realmente tenía ganas de que se me quitara rápido, lo que sabía que no iba a ocurrir si seguía mirando a mi prima desnuda, así que le pasé la ropa. Ella se puso un calzón en su cama, y luego tomó el jumper, pero repentinamente volvió a mirarme.
-Pero… ¿puedo hacértelo pasar yo? –me dijo volviéndome a mirar con sus ojazos.
-Eh… ¿Cómo? –le dije, excitándome nuevamente ya que sabía lo que iba a pasar.
-Pues, nunca lo he hecho pero… ¿Puedo…?- y lentamente y con timidez, me bajó el cierre del pantalón, y sacó mi pene. Estaba muy caliente, mi falo duro, completamente levantado, más con esa pequeña manita sujetándolo. Comenzó a masturbarme lentamente de nuevo, y esta vez lo hacía mucho mejor. De hecho, lo hacía… muy bien.
-Ah… Rocío, lo haces… ah… qué rico…- le dije, cerrando los ojos.
-¿En serio? –Me preguntó mirándome con una sonrisa –Bueno, ya había masturbado a un chico una vez, aunque no logré hacerlo terminar, no lo hacía bien…
-Yo creo que lo hacías bien… ¡Ah! –Gemí y la miré a los ojos- supongo que el tipo era gay, no hay otra explicación.
-Ja… gracias –me respondió tímidamente y de repente miró el pene y sonrió -¿Y si… bueno… puedo hacer otra cosa? Es que quiero…
-¿Qué quieres primita?. ¡Hmm!
-Probarlo… quiero saber como saben los… estos… -me respondió y se llevó mi pene a la boca, poniendo la lengua abajo y abriendo la boca lo suficiente para que no me mordiera.
-Oh… vaya bebé… lo haces muy bien –dije, sin mentir, ya que la manera en que chupaba mi falo, aunque claramente era su primera vez, era delicioso. Empezó a bajar y subir la cabeza después, tal vez por instinto. Cuando quitó la cabeza y sacó tímidamente la lengua para lamer la punta de mi pene, pensé que podía ser otra cosa.
-Me gusta que me di… digas bebé.
-¿En serio?
-Sí… pero tú… –me dijo mientras seguía lamiéndome el pene y, poniéndose más roja, preguntó- ¿Está bien?
-Sí bebé… ¿Dónde aprendiste a hacerlo tan bien? Ah…
-He visto… películas –dijo con vergüenza, y se metió de nuevo mi verga a la boca para chuparla. Eso era. Había visto porno, y yo no entendía por qué no lo había deducido. Al decirme esto, por un impulso de excitación llevé mi mano a su entrepierna, bajo el calzón. Estaba empapada. Así que me decidí. La recosté en la cama y le bajé la ropa interior. Ella solo se dejaba hacer, no había soltado mi pene de la boca, ni menos cuando metí mi lengua en su tesoro. Ella gimió de placer, chupándomelo más rápido.

Escuché la puerta, aunque no le tomé atención. Aumenté a velocidad de mi lengua y ya estaba a punto de irme, así que le pregunté-
-¿Quieres que… te lo haga, Rocío? –dije, posando mi dedo en su vagina por mientras hablaba, con ganas de tener sexo.
-No sé Felipe… es que… ah. ¡Ah!. parece que duele…
-Vamos, dale pene, es lo que necesita –se escuchó una voz. Miramos hacia la puerta y vimos a Fernanda, aún con su ropa de colegio puesta. Su mano izquierda estaba sobándose las tetas, y la derecha, metido bajo la mini-falda, que no le llegaba a las rodillas, ni de cerca.
-¡Fernanda! –exclamamos a la vez aunque la pendeja nos hizo callar con el dedo.
-¿Te acuerdas de lo que hablábamos el otro día Rocío? Querías perder la virginidad.
-Pero… -dijo Rocío, con mi pene un poco más flácido por el susto en su mejilla. Ella estaba completamente roja.
-Y yo te dije que el Felipe tuvo sexo con nuestras mamás, incluso la suya, y era muy bueno. Yo creo que él te puede dar lo que necesitas, un buen pene- dijo quitándose el calzón.
-¿Qué? ¿Cómo sabías? –de repente, recordé que esa vez Melissa llevó algo de mi semen hacia afuera y que alguien debió beberlo porque volvió limpia. -¿Tú te lo tomaste?
-Era la primera vez que tomaba algo así, y me encantó. Me obsesioné con el semen y por eso he probado el de los chicos del colegio. Pero son puros niños, debe saber mejor el de hombre, ¿No crees prima? –dijo acercándose a nosotros. Salí de encima de Rocío para retirarme, y la pendeja aprovechó para agarrarme el paquete.
-No puedo ver esto –dijo Rocío pero por el contrario seguía mirando la escena.
-Le vamos a enseñar, tal como te dijo mi mamá esa vez, ¿Ya? –me dijo comenzando a masturbarme para que se me volviera a parar. Fernanda lo hacía increíble, se notaba que tenía experiencia en lo que hacía. En un rato ya estaba lamiéndome el falo. Rocío miraba curiosa e interesada. Fernanda le puso saliva y me pajeó de nuevo.
-¡Qué rico! Hay que ponerle saliva prima, se vuelve más suave pero, ¿por qué no te tocas por mientras? –Dijo indicándole la entrepierna a su prima –Como lo hacíamos la otra vez.
-¿Se masturbaron juntas? ¡Ah, qué bien lo haces! –exclamé.
-Este pene sí es grande, y por eso lo hago tan bien, tonto. Sí, nos masturbamos juntas, fue delicioso. Nunca he estado con una chica, pero verla tocándose… hm… de solo recordarlo… me pasan cosas –respondió Feña soltándome y acercándose a Rocío mientras yo me pajeaba.
-¿Qué haces? –preguntó Rocío, dejándose hacer.
-¡Ayudándote, puta!- le dijo ella, y, con algo de timidez y duda impropia de Fernanda, la besó. Rocío se sorprendió, pero luego devolvió el beso para mi placer. Yo ya estaba a punto, y Fernanda lo notó.
-Si quieres correrte, hazlo, pero tienes que hacerlo de nuevo, ¿Ok? –dijo, acercándose a mí de nuevo.- En mi ropa, ¡Dame!
Me corrí, lo que Roció vio por primera vez en vivo –ya habían visto porno juntas, para masturbarse-. Cayó todo en su camisa, aunque no fue mucho, ya que hace muy poco se me había parado de nuevo. Tenía mucho guardado en mis testículos, lo sentía.
-Tiene que ser más a la próxima… pero hay que estimularte- Se acercó a su prima, y tomándole la carita la volvió a besar, pero esta vez con lengua. Rocío volvió a devolverlo, y comenzaron a masturbarse.
-Hm… Feña… ah… -gemía la pequeña Rocío.
-Sí, mi putita, ah… dame lengua… hm…- respondió Fernanda y viendo que mi pene estaba de nuevo en pie, me llamó con el dedo. Agarró mi pene y me lanzó en la cama. Volvía besar a Rocío, con lengua, y como antes, me lo devolvió también. Exquisitos labios. Empecé a tocar también su conchita y pronto estábamos haciendo el 69 de nuevo, solo que ella estaba arriba esta vez.
-Hm… ah… -gemía la pequeña comiéndome el pene, mientras yo la lamía. Se corrió otra vez, mojándome la cara, aunque no fue tan fuerte como antes. Sin embargo, continuó.
-¡Se corrió la zorra, rico! ¡Cómele el chorito! –Decía Fernanda masturbándose solo usando la camisa, sin sostén abajo, se veía muy sexy -¡Chúpale el pene, puta!
-Ven, pendeja de mierda, deja metértelo para que te calles –le dije a Fernanda que gimió de placer ante ese comentario y se acercó a mí, muy obediente.
-Sí, primo mayor, hágame lo que quieras. Sé que será mejor que los niños con los que me acues… ¡Ah! –gimió cuando le metí los dedos. Estaba haciendo lo mismo con ambas.
-Obvio que soy mejor, te metes con puros pendejos. Este es el pene de hombre- la agarré en brazos, y la senté en mi pene, quien ella no tardó en empezar a montar.
-¡Ah! ¡Ah! ¡Sí, esto sí es pene! Por favor, dame más pene- gritaba la pendeja moviéndose como una profesional. Empezó a botar saliva.
-¿Te gusta perra?
-Me encanta, por favor, dame rico… ¡Hm! –se corrió, pero siguió montándome.
-Ah… ah… oh… hm… -gemía Rocío mientras se masturbaba. Su prima la llamó y la volvió a besar mientras cabalgaba.
-¿Quieres pene también? –le preguntó Fernanda.
-…-respondió la niña en un sonido inaudible.
-¡No te oí!
-…Sí… -dijo ella aún en voz baja.
-¿Quieres pene o no?
-¡Quiero pene! –exclamó Rocío, y Fernanda con una sonrisa se bajó de mi y la recostó en la cama. Sin esperar un momento, la penetré suavemente ya que era su primera vez. Un coñito virgen, es deliciosa esa sensación, ¿cierto? Además, era de esas vírgenes que no sangraban, y luego pude montarla más rápido.
-¿Te gusta Rocío? ¿Es rico el pene de tu primo y las tetas de tu prima? –dijo Fernanda, poniendo sus senos a la altura de la boquita de su prima para que las chupara, lo que hizo como una bebé.
-Sí, me gusta mucho…
-Me encantaría hacer esto con mi hermana y la tuya.
-¿Con Paloma y Camila?- pregunté, encendiéndome mucho más al imaginarme eso. Ella sabía que me iba a calentar.
-Sí… las cuatro putas, besándonos para mi primo mayor… o con nuestras mamás… O todas, ¡Oh, qué rico sería!
-Sí, quiero hacerlo con mi mamá y mi hermana- dijo Rocío en voz baja, excitada. Sin embargo, no me gustaba tanto que ella hablara así, eso era para la otra, no para mi niña dulce.
-Este el mejor pene que he tenido, mi bebita puta –dijo Fernanda mirándonos con placer, y empezando a lanzar saliva en la vagina de su prima, lo que junto a mi aumento de velocidad y lo del sexo en familia, le dio su primer orgasmo por penetración. Casi yo también.
-¡Ah, me corro! –gritó haciendo brillar sus ojazos verdes corriéndose por tercera vez.
-Qué rico, se corrió de nuevo… –dijo Fernanda y me miró como si fuera una niña pequeña- ¿Qué hacemos ahora, primo mayor?
-Que me la chupen para que te la meta por atrás.
-Nunca me han hecho…
-¿Me desobedecerás?- le dije con autoridad y ella sonrió, junto a su prima.
-No, primo mayor, danos el pene para que me culees.
Entre ambas tomaron mi falo y se turnaron para chuparlo. Rocío lamía muy bien, lamía como una bebita un dulce, mientras que Fernanda se lo comía con hambre. De vez en cuando, se besaban usando mi pene entre medio, era exquisito. Fernanda se puso contra la ventana.
-Quiero que todos miren como me dan por el ano –dijo quitándose la camisa y poniéndose con el culo en pompa- ¡Ah!
Se lo rompí. La penetré con fuerza y no me importó, hace años que quería hacerlo. Ella gritó de dolor, pero Rocío empezó a lamer su oreja y su cuello, mientras tocaba sus pezones.
-Ah… Rocío, qué rico… ah…
-¿Te gusta Feña? Tu cuerpo es tan rico –dijo sorprendentemente ella, parece que sin tantas inhibiciones ya, lo que no me agradaba tanto, como dije.
-¿Te duele? –le pregunté deteniéndome un poco al ver lo de Rocío.
-Poco… ¡sigue!. ¡Eso, ya no me duele tanto!. ¡Ah!. ¡No pares, me gusta!. ¡Me encanta, dame por el culo! ¡OH SÍ, WOW QUÉ RICO ES ESTO, PRIMO MAYOR!- terminó diciendo. Rocío empezó a excitarse más y masturbaba a su prima. -¡Ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, ah, me corro, por la mierda!
-¿Quieres primita?- le pregunté luego de salir de Fernanda.
-Sí, dame… pene…-dijo en un susurro, se abrió las nalgas en posición vertical, y se lo metí. También gritó de dolor, pero al igual que antes, cambiaron de roles y Fernanda se puso en frente de ella, la abrazó del cuello y le dio un jugoso beso que cambió el dolor en placer. Con un poco de dificultad, juntaron sus conchitas, para masturbarse mutuamente.
-Niñas, ya estoy cerca.
-¡Yo también…! ¡Me corro! –exclamó Rocío, girándose para darme un beso. Eran tan dulces esos labios.
-¡Me voy también! ¡Por favor, primo mayor, quiero correrme y echar jugos con mi prima menor! –gritó Fernanda
-¡Pero queremos más!- gritó esta vez la pequeña Rocío.
-¡Si, queremos leche caliente, pegajosa y deliciosa que pongas en nuestros cuerpecitos pequeños, primo mayor! ¡AH, ME CORRO!
-¡Me… Ah!
Ambas se corrieron y se lanzaron en la cama besándose, empapando el suelo y las sábanas con sus jugos. Me miraron lamiéndose y chupándose los dedos de la otra, aunque Rocío no parecía entender muy bien todo el asunto.
-¡Danos lechita primo! –dijo Fernanda, y me corrí. Eyaculé como nunca, eché mi leche en su cara, sus tetas, su pelo, sus barriguitas, sus bocas, lenguas… todo lo compartían como buenas primas.
-¡Qué rica leche! calientita para nosotras, ¿cierto prima?, ¿Qué te parece, puta, la leche de hombre?- preguntó Fernanda
-Es como pegajosa, caliente –dijo, y tomó un poco en su boca- pero sabe muy bien…
-¿Somos buenas putas?- preguntó Fernanda, a lo que asentí.

No se bañaron, querían mantener el semen en el cuerpo, como buenas putas., y me fui a mi casa. Ellas durmieron juntas, tal vez haciendo cositas… Lo que quedaba era esa idea de sexo familiar de la puta de Fernanda. Pero yo aún me sentía triste. Parece que Rocío podía convertirse en alguien como su prima, y yo adoraba su ternura y sensualidad inocente, que tuvo al principio. Llegó la pendeja y se lo quitó de a poco… Pero preferí no pensar en eso… al menos por el momento.
Datos del Relato
  • Autor: Felipe
  • Código: 25287
  • Fecha: 17-02-2012
  • Categoría: Incestos
  • Media: 5.33
  • Votos: 24
  • Envios: 2
  • Lecturas: 7380
  • Valoración:
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
Beto42
invitado-Beto42 24-03-2014 17:26:35

Muy bueno, pero me hubiera gustado saber las edades de las primas.

invitado
invitado-invitado 10-02-2014 21:48:13

buenisimo esta muy caliente este relato

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