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Categoría: Maduras

Me gustaria que fuera realidad (1)

Me gusta imaginarme cosas con Piru, esa mujer madura que conocí en la red a través de sus fotos y relatos y que me tiene enloquecido. Tiene un cuerpo estupendo y cuando veo sus fotos, es increíble, me apetece besarla toda, pero digo así toda y todo y tener sexo con ella.



Si la tuviera cerca, buffff, la aprovecharía minuto a minuto y practicaría sexo con ella y su pareja muchas veces seguida, porque es tan increíble que se me levantaría al terminar consecutivamente, y digo esto, porque me ha pasado en más de una ocasión de masturbarme tres veces seguidas viendo sus fotos. Es preciosa. A mi me encanta el sexo y soy tremendamente morboso. Podría dedicar un día entero al sexo con morbo, pausa y lentitud con Piru.



Me gusta imaginar en mis masturbaciones historias con principio y final y voy a pasar a contaros lo que me he imaginado en mi última corrida dedicada a Piru y Euge, su pareja:



"Es hora punta en el metro y voy en un vagón atestado de gente. En una parada cualquiera tú, Piru, entras y te sitúas frente a mi pero de espaldas. Al entrar te has dado cuenta que te he mirado con admiración y que en mis ojos había rasgos de apetito sexual hacia ti.



A medida que el vagón se va llenando te vas aproximando de espaldas acercándote más y más a mi. Llevas una falda larga preciosa como tú y en la parte de arriba tu camisa es abierta y en mi posición, desde atrás, puedo ver de cerca tu preciosa piel y tu sensual cuello que se me antoja increíblemente apetecible. Siento unas ganas locas de lanzarme al cuello y chupar y chupar, extraer el jugo y el olor de tu piel. Tengo la verga dura y como de tamaño he de reconocer que no está mal. Noto como mi capullo presiona porque necesita salir y buscarte y no hay sitio.



Puedo notar como comienzo a segregar el líquido transparente de la extrema excitación a la que estoy sometido. Te aproximas según se va llenando el vagón y llega el momento en el que sitúas tu estupendo trasero apoyándolo en el bulto duro de mi pantalón.



Lógicamente, lo notas y comienzas a excitarte segregando también tú líquido caliente y suave en tu vagina. Qué ganas siento de bajarme y comenzar a besarte por todas partes!!!



Pero te aprietas cada vez más a mi. Oh!!! La ropa sobra, verdad. Como el vagón está atestado de gente dejas caer tu brazo izquierdo y apoyas tu mano entre tu trasero y mi bulto y comienzas a apretarme suave y rítmicamente la verga a través de mis pantalones. No puedo más.



Incluso, llegas con increíble destreza a bajarme la bragueta e introduces solo la punta de tus dedos en el interior. Puedes notar el calor que desprendo dentro y la humedad propia de la excitación, y me rozas la verga.



Al llegar a una parada haces ademán de bajarte y, obviamente, yo también, aunque he de reconocer que me cuesta andar debido a lo dura que tengo la polla.



Al bajar me sonríes y haces un gesto para que te siga pero no me diriges la palabra.



Como estoy medio atontado por la excitación te sigo como un perrito faldero. Al salir a la calle haces una seña para que continúe mi marcha contigo y me preguntas mi nombre.



Yo te contesto y te digo que no puedo más.



Me pides paciencia...



Al llegar a un portal sacas tus llaves y me invitas a entrar. Subimos hasta una casa y allí abres.



Cual es mi sorpresa que al entrar me encuentro con otro hombre. Nos presentas, se llama Euge y es tu pareja, y le dices que me has conocido en el metro y que como te he caído simpático me has invitado a tomar una copa en casa.



Yo no entiendo nada, estoy perdido y pienso que quizás tú no sabías que estaba él en casa y que el plan se ha estropeado.



Pero hay algo en vuestras miradas de complicidad que me hace pensar que hay alguna posibilidad de hacerte mía.



Vosotros dos os sentáis en un sofá frente a mi y yo en otro. Piru decide ir a ponerse cómoda y se marcha a su habitación y entablo conversación con Euge, nada importante.



Al volver quedo deslumbrado al verte con una bata preciosa, corta (por encima de las rodillas) y te sientas enfrente de mi.



Entreabres las piernas y puedo observar lo magníficas que son al igual que sus muslos. Eres realmente hermosa.



De repente empiezas a tocar el paquete de Euge que comienza a crecer. Yo estoy perdido pero me gusta el juego.



Le abres la bragueta y sacas su verga y la mueves de arriba abajo mientras la piel se estira y se encoge. La cara de Euge comienza a expresar esas sensaciones y está a punto de estallar.



Te abres de piernas y paso a ver tu bello y húmedo sexo. Euge apoya su mano, abre la bata y comienza a tocarte los fabulosos pechos.



Yo no puedo más...



Me levanto y me acerco a vosotros. Estás con una mano masturbando a Euge y éste bajo la suya en busca de tu clítoris.



Al acercarme, con la mano que te queda libre comienzas a tocarme el paquete a través del pantalón y a desabrocharme, pero muy lentamente, la bragueta, el botón del pantalón y éste cae.



Me acaricias la polla a través del calzoncillo aunque ya está la mitad de la verga fuera, buscando espacio, y a Piru, su dueña.



Con el dedo índice acaricias el capullo húmedo y la piel de los alrededores y yo la acerco a sus labios calientes y mojados.



Qué calor siento en el momento en el que se introduce en tu boca, succionas y pasas la lengua alrededor de una manera espectacular.



Yo ya lo he dicho pero no puedo más.



Euge se agacha y te lame el clítoris con frenesí mientras tú jadeas con mi polla en tu boca.



Arriba y abajo son sus movimientos de cabeza, movimientos que mientras se van sucediendo hacen que vaya a explotar de placer.



Euge se levanta con un ademán que les haces y acerca su polla. Estás ahora con las dos pollas, una en cada mano y pasas a turnarlas a lametazos, ahora una ahora la otra y así sucesivas veces mientras nosotros dos jadeamos de placer y te tocamos los pechos.



De pronto te introduces, lo que puedes, en tu boca las dos vergas. Qué placer y qué morbo. Se puede ver que tu lengua realiza movimientos alternos y circulares. Entonces yo me aparto y me agacho mientras continúas chupando la polla de Euge.



Te beso los pechos poco a poco, ensalivándolos, y voy bajando despacio pasando la lengua por el estómago y alcanzando el clítoris que succiono muchísimo y lo lamo con locura.



Con los dedos aporto tus labios vaginales para poder admirar la belleza de tu sexo y el olor, que es increíblemente bueno, el tacto suave y caliente e introduzco mi lengua en tu vagina haciendo como tus movimientos circulares, sin abandonar tu clítoris que lo masajeo con mis dedos.



Debido al desenfreno abro la boca lo más que puedo y es mucho, e introduzco todo lo que puedo tu chocho en mi boca, saboreando el clítoris y vagina a la vez, el sabor me excita y me pone más caliente, está riquísimo.



Mientras tú succionas la polla de Euge.



Vuelvo a subir besándote por todo el cuerpo hasta llegar al cuello y a tu boca, mientras Euge se sienta y entre los dos te situamos encima de él sentada y de espaldas a él y te introduces toda su verga mientras gimes de placer.



Al mismo tiempo yo con mi capullo te acaricio y masajeo el clítoris mientras te mueves cabalgando sobre Euge. Así, dos vergas trabajando para ti y duras por ti.



Al cabo de un ratito voy subiendo y te introduces de nuevo mi polla en tu caliente y apetecible boca. Qué gusto!!!



Succionas, acaricias con tu lengua mientras mueves la cabeza de atrás a adelante con desenfreno. Siento que me va a estallar el capullo y esta sensación la tiene que conocer muy bien Euge porque contigo allí tiene que ser así día a día. Qué suerte tienes, Euge!!



El se mueve sin cesar y gime de placer, cuando le sobrevienen tremendas sacudidas de placer. Mientras realizas movimientos pélvicos para extraerle hasta la última gota de leche, a mi me viene la eyaculación, impresionante como te puedes imaginar, me entran espasmos de puro placer mientras se escapa en proyecciones fuertes mi caliente y de verdad caliente y blanco esperma en tu preciosa boca.



Me succionas el capullo como si me ordeñaras y va saliendo todo, me vacías con tu boca y garganta.



Mientras me chupas bajo y te doy un beso en la boca para agradecerte el inmenso placer que me has proporcionado.



Juntamos nuestras lenguas y Euge continúa con sus movimientos pélvicos con una cara de placer increíble.



Entonces decido que es el momento de que la preciosa e irresistible Piru y el hombre con suerte, Euge, se corran juntos.



Bajo hasta tu sexo, ya sabes. Euge está debajo de ti, sentado y tú encima de él pero dándole la espalda, follando como locos y yo, mientras él tiene dentro de tu vagina su polla, te chupo el clítoris pasando la lengua, atrapándole con mis labios (los tengo grandes y carnosos) y paseo mi lengua por la zona mientras comienzas a tener convulsiones de placer, soltando gemidos incontrolados.



Te estás corriendo y yo en ese momento te atrapo el clítoris con mi lengua, mis dientes y mi labio superior, al mismo tiempo que Euge descarga su leche dentro de ti y los tres nos encontramos en un momento de orgasmo desmedido e intenso placer.



Después subo para continuar con un beso en tus labios húmedos y calientes.



(Continuará)



 



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