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Categoría: Maduras

Marta los prefiere jóvenes (17)

Un día normal de trabajo para mí, en mi oficina trabajando y esperando para regresar a casa junto a mi esposo. Casi era hora de irnos y yo me dirigí a la oficina de él como todos los días y le dije



Hola amor



Hola linda



Me avisas cuando nos vayamos a ir, te espero en la oficina



Vete sola porque hoy voy a salir con Alberto y José



¿Otra vez te vas con tus amigotes? –dije ofuscada-



Tranquila que no me voy a demorar



Haz lo que quieras



Salí de su oficina furiosa, tomé mi bolso y me dirigí hacia mi casa. Allí llegué, cené, vi TV un rato y luego me quedé dormida. A eso de las 11 de la noche sentí que mi esposo se acostaba junto a mí con un leve olor a alcohol y empezaba a tocarme intentando tener relaciones, por como me tocaba se notaba que estaba calientísimo. Yo me rehusé, pero él insistió y terminé accediendo aunque no tardó mucho en venirse y yo apenas me estaba calentando. Él se acostó junto a mí y yo decepcionada me giré, él se acercó a mi por la espalda y me habló al oído



La he pasado genial amorcito, estaba calientísimo



Ajá



¿T e puedo preguntar algo?



Dime



¿Tienes alguna fantasía sexual?



¿Queeeee?-pregunté completamente sorprendida-



¿Que si tienes alguna fantasía?



¿Por qué me lo preguntas?



Te digo pero me prometes que no te vas a enojar conmigo



Está bien, te lo prometo –dije ya inmersa en la curiosidad-



Es que hoy fui con José y Alberto a un club para adultos y allí hicieron un show con unas personas del público y no dejé de pensar que tú lo podrías hacer



No te entiendo



Pues que me parecería muy excitante que te folle otro hombre y que toda la gente te vea



¿Esa es tu fantasía? –pregunté con naturalidad-



Sí, ¿tú tienes alguna?



Pues me gustaría tener sexo con un hombre con un gran pene –dije a mi esposo ante su atenta mirada y sabiendo que él creía que solo me acostaba con él-



Si quieres podemos ir al club, y si te animas cumples mi fantasía y quién quita tal vez cumplas la tuya



No sé….



Dale amorcito anímate



Está bien, pero solo si me animo –acepté aunque no muy segura-



No te preocupes, entonces vamos el próximo viernes



Él me abrazó y empezó a dormir mientras yo pensaba en la idea que mi esposo me viera follar con otro hasta que al fin logré conciliar el sueño. El viernes, me desperté consciente de lo acordado con mi esposo, así que dejé que él decidiera qué ropa vestir. Él quería que fuera mostrando mis atributos, pero con ropa adecuada para estar en la oficina, así que decidimos que vestiría un conjunto de sostén y tanga negra semitransparentes, vestido azul oscuro muy ajustado (un saco que iba con botones casi hasta el cuello y una falda que dejaba a la vista la mitad de mis muslos), medias veladas negras (debo anotar que me encanta vestir medias veladas, me siento muy sexy) y zapatos y moño rojos.



Fuimos a la oficina y trabajamos de manera normal, al salir fuimos a cenar y mi esposo no dejaba de insistirme aunque yo no estaba aún convencida. Salimos en al auto de mi esposo hacia el bar y llegamos a eso de las 9:30 de la noche. Era un lugar muy bonito por fuera, al cual entraban personas de todas las edades, en pareja y solas. Dejamos el auto en el parqueadero, agarré a mi esposo por el brazo y nos dirigimos al lugar, donde el vigilante nos dijo



Buenas noches



Buenas noches –respondimos-



¿A qué zona desean ir?



¿Perdón?-pregunté yo sin entender lo que decía-. No entiendo



Señora lo que quiero decir es si quieren ir a la zona de hombres, de mujeres o de parejas



Pues a la de parejas –respondí yo con seguridad sin soltar a mi esposo-



Está bien señora, permítanme los guío –fue delante de nosotros y nos llevó a un lugar donde había apenas 8 o 9 parejas más y era notorio era una zona swinger-



Discúlpeme señor, pero queremos ir al lugar donde hacen shows y participa el público –anotó mi esposo-



Haberlo dicho antes señor, es por acá



Antes de entrar le pidió un dinero a mi esposo pues esta zona era como una zona VIP, nos hizo pasar una puerta y nos acomodó en una mesa. Era un salón grande, en el medio había un círculo central (desde ahora puede ser llamado simplemente círculo) donde había un sofá, una mesa de oficina y una cama con apenas unas sábanas y una almohada encima, alrededor de este lugar que era el lugar del show, había unas 30 mesas a unos 2 o 3 metros, con poca luz pero aún así se podía divisar vagamente a los otros asistentes al show. Mientras nos sentábamos, un hombre (animador o presentador)que había en un costado del círculo animaba al público a aplaudir a una mujer joven y un hombre de mi edad que salían desnudos, sudorosos y con la ropa en sus manos hacía una puerta emergente que había allí. De fondo se podía escuchar música, pero el presentador no tardó en hacerse escuchar



Saluden por favor a Camila –apareció una joven de unos 54 años, de bonita cara pero sin muchas curvas ante el aplauso de los presentes y principalmente de una mesa donde había 2 jóvenes de su misma edad que al parecer eran sus amigas- Hola Camila



Hola



¿Qué deseas hacer?



Yo deseo tener sexo con un negro –respondió tímidamente mientras la aplaudían-



Está bien, te lo conseguimos. Pasa Rodrigo –entró al salón un hombre negro de unos 27 años, que al parecer venía con un grupo de amigos y amigas que lo animaban al entrar-



El presentador hizo que se saludaran y poco a poco y con ayuda del público hizo que se empezaran a besar y a morrease frente a todos. De pronto, el negro sacó su herramienta de unos 19 cms que hicieron que la joven se alegrara enormemente, el presentador continuó y los amigos de los protagonistas los animaban mientras follaban como locos sobre la cama. Mi esposo bebía un whisky y yo un coctel, y él no paraba de acariciarme las piernas mientras yo me excitaba cada vez más al ver el espectáculo que estaba dando esa pareja de desconocidos. Tras unos 10 minutos, y con el salón casi lleno, mi esposo me dijo



¿Ya te decidiste Marta?



Eeeeeeeee…………



Hazlo por mí, por favor



Está bien, pero solo lo hago si el hombre tiene un pene grande –dije observando esporádicamente la pareja del show-



Yo sabía que lo harías por mí, te amo –él llamó un mesero y le contó de mi decisión de hacer parte del show, luego éste llamó a otro hombre y mi esposo lo saludó- Hola caballero



Hola señor ¿qué necesita?



Lo que pasa es que mi esposa quiere participar en el show



Por supuesto señora, no hay ningún problema. ¿Tiene alguna preferencia: negros, mujeres, jóvenes, maduros, dos hombres?



Lo que ella quiere es un pene grande-respondió mi esposo antes que yo reaccionara-



Está bien, ¿qué tan grande?



Muy grande -me apresuré-, si no es así no haré nada



¿Prefieren alguien del público o un empleado?



Alguien del público, me parece mejor para que los acompañantes del hombre lo animen a follarse a mi esposita-dijo él agarrándome la mano-



Como quiera señor. En cuanto le consiga una pareja, volveré.



El hombre desapareció en la oscuridad y yo intentaba mirar los otros asistentes e intentar adivinar quién sería mi amante aquella por la poca luz no me fue posible, así que seguí mirando a los jóvenes que no dejaban de jadear. El negro ya se había venido una vez dentro de ella, pero decidieron seguir follando ante los aplausos y gritos de sus amigos. Aquella jovencita gritaba como una loca y el negro la bombeaba con fortaleza mientras mi calentura y ansiedad aumentaban. Al fin el negro se volvió a venir dentro de ella y salieron del "círculo" ante los aplausos del público incluyéndonos a mi esposo y a mí. Hubo una leve pausa, se apagaron las luces que alumbraban el círculo y un par de minutos después se volvían a encender para que un joven fuera presentado y empezara a follar con dos prostitutas que trabajaban en el lugar ante los gritos del público. Terminaron y salieron ovacionados, se volvieron a apagar las luces y pasó una pareja de empleados (entiéndase una prostituta y un chulo) del lugar a follar cuando las volvieron a encender. Yo pensaba que no follaría aquel día, y miraba desanimada el show a pesar del entusiasmo de mi esposo que aplaudía los gritos y gemidos de los protagonistas. Casi hora y media después de que el hombre abandonara nuestra mesa regresó y nos dijo



Perdón señores, pero la búsqueda no ha sido fácil porque me debía cerciorar que la señora no se arrepintiera, así que conseguí un par de candidatos



Tranquilo –dijo mi esposo-



Gracias por su comprensión señor. Ahora necesito hacer un par de preguntas –sacó un formulario y empezó- Su nombre señora



Marta –dijo mi esposo-



¿Cómo quieren que la presenten?, ustedes ya han visto un par de ejemplos supongo



Sí claro. Quiero que digan que Marta es una mujer casada y que su esposo quiere verla follarse un gran pene



Está bien. ¿sexo oral?



Como quieras –dijo mi esposo esbozando una sonrisa-



Sí –contesté dubitativamente-



¿Sexo anal?



No, eso no, eso solo lo hacen las putas –respondió mi esposo con prontitud-



Uno de los hombres que encontré dijo que prefiere el sexo duro, ¿algún problema?



No ninguno –dije yo antes que mi esposo respondiera-



¿Puede usar palabras fuertes con usted como puta, perra, etc?



Sí, no hay problema



¿Quieren que el hombre se venga una sola vez o más?



Preferiblemente más de una –respondí otra vez anticipándome-



¿Dónde quieren que el hombre se venga: dentro de ella, en su culo, en sus tetas, en la boca?



Decide tú amorcito –dijo él al notar mi silencio-



Donde él quiera –contesté-



Está bien, ¿la señora quiere usar un tipo de ropa especial o que su compañero se vista de alguna manera?



No señor



¿Alguna cosa que le quiera decir a su esposa antes de llevármela? –le preguntó a mi esposo-



Mi amor, haz lo que sientas, no te preocupes por mí. Piensa que lo que hagas va a ser para cumplir mi fantasía –me dijo-



Está bien amorcito –le respondí-



Le di un beso en la boca y salí tras el hombre que nos acompañaba dejando mi abrigo y mi bolso al cuidado de mi esposo. Él me guió hacia un cuarto donde había bastantes vestidos y disfraces de todo tipo para mujeres, un tocador con maquillaje y un espejo de cuerpo entero. El hombre me dijo que me alistara que en poco tiempo saldría, y que él me avisaría, cerró la puerta y me dejó allí sola. Yo estaba ansiosa, me miré en aquel espejo, desabroché un par de botones de mi saco de tal manera que se viera parte de mi escote, acomodé mi cabello, retoqué un poco mi maquillaje y empecé a mirar la ropa que había en el lugar para intentar calmar mi ansiedad aunque era imposible. Tras casi 10 minutos, tocaron a la puerta, la abrí y era el hombre que me había llevado allí anunciándome que era mi turno. Las luces del círculo estaban apagadas y de pronto se encendieron, allí el presentador dijo



Con ustedes una madurita casada, que quiere cumplirle la fantasía a su marido de ser follada por otro hombre, con ustedes Maaaartaaaaaaa…..-el hombre que me llevaba me hizo seguir- Miren esta hermosa mujer, hola Marta



Hola –respondí tímidamente mientras me aplaudían



Me contaron que tu esposo te quiere ver follar con otro hombre ¿es cierto?



Si señor –respondí nuevamente con timidez-



Te noto nerviosa, siéntate.



¿Dónde?- pregunté inocentemente-



Donde quieras, el escenario es tuyo, puedes hacer lo que quieras donde quieras-



Está bien –dije mientras me sentaba en el sofá-



Tranquilízate, mira que es la fantasía de tu esposo y no lo vas a querer decepcionar ¿cierto?



No señor –este hombre me estaba haciendo sentir confianza, además yo ya estaba metida en esto, así que iba a follar como mejor pudiera-



Y dime, ¿es cierto que pediste un pene grande?



Sí, deseo follarme un pene grande –dije con total seguridad-



Esa es la actitud, un aplauso para Marta –el público me aplaudía y vi que mi esposo también lo hacía mientras sonreía-



¿Y quieres saber quién te va a acompañar?



Por supuesto, lo quiero conocer



Marta, le presento a Juan –entró un hombre de unos 26 años, 1.80 mts de estatura, el cabello muy corto, barba tipo candado y bien parecido, con complexión gruesa y vestido de corbata y traje de oficina. La gente aplaudía y mi esposo también lo hacía-



Hola Juan -dije dándole un beso en la mejilla y tomando asiento nuevamente-



Hola Marta –me respondió-



Vamos Juan, siéntate junto a Marta –el hombre accedió- Parece que hoy vamos a tener sexo en la oficina, tenemos un par de ejecutivos acá.



Eso parece –dijo él con seguridad-



Ahora dime, ¿cómo te parece Marta?



Es una mujer muy bonita



Gracias -le respondí-



Vamos Marta, da una vuelta para que Juan te pueda observar bien –me levanté, giré sobre mi eje y me volví a sentar mientras Juan me agarró la mano y no la soltó más- ¿Y qué te parece?



Tiene un cuerpo espectacular



¿Qué es lo que más te gusta de ella?



Su culo –dijo mirándome a los ojos, sonriendo y apretándome la mano-



Que bien. ¿A ti te gusta Juan Marta?





Ah, ya sé porqué no sabes bien. Agárrale el paquete a Juan, eso es lo que te interesa ¿no?



Vamos Marta -me alentaba Juan, observé a mi esposo quien me miraba atentamente y complacido y le pasé la mano sobre el pantalón-



¿Y qué te parece? –volvió a preguntar el presentador-



Me encanta –se sentía bastante grande a pesar de solo haberlo apreciado un par de segundos-



Bueno, al parecer los dos se gustan, así que pueden empezar



Sin tardar, pero con suavidad Juan se lanzó sobre mi cuello para empezar a besarlo mientras yo sorprendida y u poco nerviosa observé a mi esposo quien empezaba a aplaudir como el resto del público. Si mi esposo quería que aquel hombre bien dotado me follara yo no me iba a oponer, así que me olvidé totalmente de él y empecé a hacer mi trabajo. Lentamente mi compañero se acercó a mi boca y me besó con mucha ternura agarrando mi cabeza con una de sus manos y mi muslo con la otra mientras yo le sacaba el saco y lo tiraba al suelo. Juan no paraba de acariciar mi muslo y de comerme la boca y yo aprovechaba para sacarle la corbata y la camisa dejando su torso desnudo, y apareciendo frente a mí un cuerpo con un par de tatuajes en los brazos y que al parecer tenía cierto trabajo en el gimnasio. Ahora él empezó a bajar su boca por mi cuerpo y me desabrochó y sacó el saco ante la ovación del público. Él besaba mi pecho sin llegar a mis senos, así que yo misma me saqué el sostén y acerqué su cara a uno de mis duros pezones, logrando que aquel individuo lo comiera con gran maestría mientras acariciaba mis piernas y mi espalda. Como pude acerqué mis manos a su bulto y le saqué el cinturón y empecé a sobarle el paquete sobre el pantalón y él no dejaba de chuparme las tetas. De pronto él me besó la boca, pellizcó uno de mis pezones y se puso de pie frente a mí.



Yo desabroché y bajé su pantalón y quedó frente a mí un slip que aprisionaba un pene que se aparentaba de buen tamaño, lo agarré y lo besé sobre el slip ante los aplausos del público incluido mi esposo. Bajé lentamente mi lengua por su abdomen y con mis manos bajé su slip, teniendo a escasos centímetros de mi cara un pene de más de 20 cms de largo con un grosor tal que debí agarrarlo con mis dos manos, con grandes bolas y algunos pelos no muy largos a su alrededor, pues parecía que hacía un tiempo que no se depilaba. Con mi dedo índice empujé la cabeza de su verga contra su abdomen y pasé mi lengua desde sus bolas hasta el glande mientras mi amante me agarraba suavemente por el pelo, el presentador no paraba de animarme y el auditorio no cesaba de aplaudir. Aquel pene estaba duro y caliente y no dudé en ponerlo en mi boca, chupaba la cabeza de aquel falo y jugaba con mi lengua al tiempo que observaba a Juan a los ojos quien excitado solo atinaba a mirarme. Poco a poco y alternando aquellas chupadas con algunas lamidas a todo el tronco de aquella verga, empecé a introducir un poco más de su miembro hasta albergar la mitad de aquel hermoso falo dentro de mi boca y la gente aplaudía a rabiar.



Yo lo masturbaba y le chupaba las bolas mientras observaba a mi esposo quien animado me aplaudía y gritaba alentándome. En un momento, Juan me pidió que dejara mis manos atrás y yo le obedecí, agarró fuertemente mi cabeza y empezó a follarme la boca con suavidad, pero poco a poco empezó a clavarme más su polla hasta que al fin la logró insertar toda dentro de mi boca. El lugar era pura algarabía y mi amante soltó mi cabeza y me permitió tomar un pequeño respiro mientras escuchaba gritos del público



Como lo chupasssss!!!!!!!!!!!!!!!



Que suerte tienes Juan –este seguramente de algún amigo de él-



No paren



Cómasela toda solita, se nota que tiene hambre



Dale mi amor, lo haces muy bien –escuchaba a mi esposo en ese tumulto de voces-



Yo estaba entrando en confianza y ahora sin que me lo pidiera, yo misma me metí aquella enorme polla entre la boca generando una algarabía general en el salón y un suspiro en mi amante. Jugué con mi lengua sobre aquel pedazo de carne sin sacar un solo centímetro, luego lo saqué, tomé un respiro y repetí la actuación unas 6 o 7 veces ante los gritos del público y los gemidos de Juan quien apenas me agarraba por el pelo. Cuando terminé mi mentón escurría saliva al igual que el hermoso miembro de mi compañero quien tranquilo me dejaba tener la iniciativa. Chupé aquel pene y le limpié mis babas durante un rato más, hasta que él me agarró por los brazos, me puso de pie frente a él y me besó profundamente, bajando lentamente sus manos hasta llegar a mi culo, el cual morreó con lujuria. Teniéndome agarrado el culo aún, y dirigiéndose al público dijo



¿Le saco la falda?



Siiiiiiii –se escuchó casi al unísono-



Pero miren que hermoso culo tiene Martica –dijo girándome y dándome una suave palmada en las nalgas sin dejar de sonreír al público-



¿Hermoso verdad? –intervino el presentador-



Divino, y mire como está de duro –dijo él volviendo a darme una nalgada mientras me sonreía-



Vamos a interactuar un poco con el público ¿están de acuerdo?



Si –dije yo-



Esas son las personas que me gustan. Silencio un momento por favor. A ver señores –dijo acercándose a una mesa donde había 3 hombres y dos mujeres de unos 30 años en promedio- ¿Quieren que Marta folle con los zapatos y los tacones o que se los saque?



Pues que se los deje, quiero verla follar como en las porno, jajajajaja



¿Algún problema?



Ninguno –dije-



Pueden continuar



¿Quiere que me la folle ya? –me susurró al oído Juan-



Sí, por favor



¿Pero qué es esto? –dijo él al pasar la mano por mi tanga y sentirla empapada- Parece que Martica está bien mojada –terminó de decir esto y me sacó la tanga oliéndola con placer-



Entonces hagamos esto interactivo otra vez-volvió a interrumpir el presentador dirigiéndose a otra mesa- ¿quieren que Juan le entregue la tanga al esposo de Marta?



Sí, para que vea las ganas que tiene de ponerle los cuernos-respondió una mujer de unos 50 años-



Entonces Juan dale gusto al público



Ok -completamente desnudo, empalmado y con mi tanga mojada en su mano me pidió que lo acompañara a la mesa de mi esposo agarrándome de la mano- Acá tiene señor



Muchas gracias amigo, por favor fóllese bien a mi esposa –le extendió la mano a Juan para que se la apretara-



Tranquilo, le prometo que va a ver un muy buen show ¿verdad linda?



Si, espero que así sea –respondí-



Yo creo que no va a ser muy difícil por lo mojada que ya está mi esposa jajajajaja



A menos de 2 metros de mi esposo y ante mi incredulidad tras las palabras de éste, Juan me empezó a comer la boca y a agarrarme por todo lado ante la sonrisa del cornudo de mi marido quien ahora si conocería la fiera que llevo por dentro. A paso firme y sin soltarle la mano lo guié hasta la mesa que había en el círculo, hice que se acostara y le di un par de lamidas en aquel hermoso miembro. Me subí a la mesa, agarré su pene y lo dirigí a mi rajita. Juan me agarró por la cintura y yo poco a poco me clavé aquel pedazo de carne, que me hacía sentir un poco de dolor mientras se abría paso dentro de mí, me lo saqué y nuevamente lo clavé, poco a poco, suavemente fui enterrando el músculo de mi amante en mi conchita que ya estaba empapada. Al fin la pude albergar totalmente dentro de mi sexo y la mantuve allí por un par de segundos, para luego subir y bajar lentamente durante un rato más. De pronto, Juan me agarró por la cintura, me atrajo hacia él y me murmuró



Ahora sí empecemos el show-luego dijo en voz alta- ¿quiere que la clave duro?



Si, por favor, métamela toda –contesté siguiéndole el juego y ante los aplausos del público-



¿Así le gusta? –apenas empezaba a bombearme-



Si, me encanta –respondí, me comió la boca y empezó a metérmela más duro-



Cómo le gusta mi verga a esta hembra –decía al público-



Deme mas, más, más, más duro, quiero más –pedí a mi amante sintiendo mi orgasmo aproximarse-



Tenga, toda, toda para usted solita perra –ahora parecía un animal follándome y enterrándome su verga hasta el fondo sin compasión hasta lograr que me viniera-



Aaahhhhhhhh……….aaaahhhhhhhhhhhh……aaaaahhhhhhhh-------- no pare-dije con mis ojos cerrados sintiendo todo el placer en mí-



¡Como pide verga esta mujer! Jajaja



Aaaahhhh…..aaaahhhhh……aahhh-dije con mi último aliento, me dejé caer sobre el cuerpo de mi amante-



A su mujercita le gusta la verga ¿no? –dijo mirando a mi marido-



Eso parece, lo están haciendo muy bien –respondió él-



El público calló por un momento y escucho las palabras de mi esposo para luego aplaudir a rabiar y continuar con sus gritos. Juan me dejó tirada sobre la mesa mirando hacia el techo, hizo que yo le chupara la verga agarrándome por la cabeza y golpeando mi cara con su miembro, para luego acomodarse nuevamente entre mis piernas y clavarme su herramienta de un solo movimiento. Colocó sus manos en mi cadera y empezó a bombearme lentamente. Poco a poco, y tras un par de minutos, mi amante bajó el ritmo hasta quedarse prácticamente inmóvil, así que yo con mis piernas alrededor de su cintura me movía adelante y atrás hasta que mi amante se acercó y dijo en un tono tal que todos escucharon



¿Quiere mi leche putita?



Sí, la quiero toda –dije yo llevada por el morbo-



¿Quiere que adorne sus nalgotas con mi leche?



Tíremela donde quiera



Aaaaaahhhhh….. aaaaaaahhhhhhhh………ahí la tiene -exclamaba Juan sacando su verga de mi conchita, sacudiéndosela un par de veces y tirándome su esperma sobre mis nalgas mientras yo no paraba de observarlo-



Mmmmmm….mmmmm-me saboreaba al sentir el calor de aquella leche sobre mi cuerpo-



¿Te gustó mi leche?



Le verdad no sé, no la he probado –mirándolo fijamente a los ojos pasé dos dedos por mis nalgas y los dejé bien untados de leche, para luego metérmelos en la boca sugestivamente sin dejar de mirarlo a los ojos-mmmmm, pues sí que me gusta tu leche –repetí el movimiento y tragué un poco más de su semen-



Que hembra viciosa la que me he conseguido, creo que aquí tienes un poco más de leche-dijo señalándose la babeante punta de su verga-



Gracias lindo, no quieres que me pierda ni un poco



Claro que no Martica, su esposo me dijo que la hiciera gozar y eso quiero hacer. –giró su cabeza y dirigiéndose a mi marido dijo sonrientemente- ¿Le parece que su esposa esta disfrutando?



Yo creo que sí, ¿qué dices tú amorcito?



Estoy gozando como loca –dije arrodillada tras haber limpiado bien el miembro de mi amante-



Parece que a Martica le gusta mi leche ¿no cree?



Si, está contentísima –dijo mi esposo con una enorme alegría al verme follada por aquel desconocido-



Lástima que solo le pude echar un polvo



Se equivoca Juan –intervino el presentador-, Marta quiere más de un polvo ¿verdad?



Claro que sí –dije agarrando la flácida polla a unos centímetros de mi cara-



Y si el público desea que continúen….



Si……..¡Que sigan¡……..¡No paren¡ -se escuchaba en el público-



Entonces que no se diga más, pueden seguir con la acción



Espere un momento, necesito beber algo –dijo Juan acercándose a mi esposo, agarrando el vaso de trago que había sobre la mesa y diciéndole- Amigo, ya que comemos lo mismo podríamos beber lo mismo también ¿verdad?



Jajajaja claro que sí, me encanta su sentido del humor –dijo mi marido sonriente-



Gracias-bebió un sorbo y dijo-. Ahora si puedo volver a donde Martica



Espere –dije yo, le arrebaté el vaso y tomé un sorbo-. Necesitaba quitarme el semen de mi boca-me acerqué a mi esposo, lo besé y le dije- ¿Ya me quitó?



Creo que sí –dijo él sorprendido-



Ahora sí podemos seguir –acoté-



Yo no podía creerlo, Juan se ufanaba de haberme pegado una buena follada y mi esposo no decía nada, por eso decidí besarlo y hacerlo probar un poco del semen de su nuevo "amigo". Ahora fui yo quien totalmente desinhibida, agarré la flácida polla de mi compañero y lo llevé hacia el sofá donde lo hice sentar. Me ubiqué entre sus piernas y empecé a lamer y masturbar su pene hasta tenerlo tras un par de minutos lo suficientemente duro mientras el público (incluyendo a mi marido), el presentador y Juan me animaban para que hiciera bien mi trabajo. Yo no demoré mas, me levanté, me ubiqué de espalda a mi amante y lentamente me senté sobre su voluminoso falo que se enterró en mi sexo como una estaca. Rápidamente empecé a cabalgar a gran velocidad a aquel macho quien acompañaba mis movimientos moviendo su cadera arriba y abajo logrando una penetración formidable que estaba generándome un enorme placer. Yo hacía movimientos circulares sobre la verga de Juan quien no paraba de amasar mis tetas y darme nalgadas, hasta que tras un par de minutos empecé a gritar



Me corro……me corro



Que ricura de mujer –decía Juan aumentando su ritmo y mi placer-



Aaaaaaahhhhh…..aaaaaaahhhhh –gemía yo con mis ojos bien cerrados y dejando mi cuerpo a merced del placer que aquel hombre me ofrecía-no pare, no pare



Así folla un macho



Uffffff, que rico lo hace papi –dije derrumbándome contra el cuerpo de mi compañero quien me besó-



¿Le encanta verdad?



Si amorcito, me encanta como me esta follando



Quiero que se lo diga a su esposito



Lo que usted quiera lindo –se puso de pie, me agarró por la cintura y fuimos caminando hacia mi esposo sin que su verga saliera de mi conchita hasta que me hizo apoyar las manos sobre la mesa donde este se encontraba-



Ahora sí Martica, dígale a su esposito lo que me estaba diciendo



Que me encanta como este desgraciado me folla –le dije a mi esposo a apenas centímetros de su cara-



¿Ve usted cómo yo le dije que a su esposa la iba a hacer gozar? –dijo Juan-



Claro Juan, usted es todo un semental –decía mi esposo disfrutando esta situación-



Claro, nada más fíjese –tras esto Juan me agarró por la cintura y empezó a bombearme con una fuerza tremenda logrando más de un gemido en mí-



¿Te gusta como te folla Juan? –me preguntaba mi marido-



Si, me encanta, aahhh, es un machazo



Gracias linda, pero quiero que su esposo vea que usted no está mintiendo –desenterró su verga, puso frente a él y continuó-, demuéstrele que a usted realmente le gusta mi pene



Está bien –dije con sumisión y me arrodillé frente a él para empezar a chuparle la polla-



Me encanta como su esposa me chupa la polla



Sí, lo hace muy bien –respondía mi marido con naturalidad mientras yo me comía otro rabo a menos de 1 metro de él-



Vea como le gusta, parece una profesional



Si, Martica resultó ser una mamadora experta –que me llamara mamadora mi propio esposo no me pareció bien por lo que intervine-



Amorcito pero mira lo que es este pene-lo agarré por la punta y pasé mi lengua por su tronco-



Eres una viciosilla –dijo mi esposo sonriéndome-



Bueno, discúlpeme pero yo debo seguir con mi labor –dijo Juan-



Sin mediar palabra, me hizo poner a cuatro patas en el sofá y me clavó su pene de un solo empujón consiguiendo un gemido en mí. Sacó su verga y me la enterró nuevamente por completo, la volvió a sacar toda y me volvió a enterrar aquel pollón sin piedad logrando que me calentara rápidamente. Al fin me mantuvo clavada su verga y sin demora bombeó lentamente mi conchita mientras yo clavaba mi cabeza en el sofá concentrándome en el placer que sentía. Tras un par de minutos y cuando estaba calientísima, Juan se detuvo y dada mi calentura yo no pude hacer lo mismo y empecé a mover mi cuerpo adelante y atrás y en círculos para seguir estimulando mi vagina, cuando escuché a Juan dirigirse a sus amigos



¡Ven cómo le gusta mi verga a esta puta, ni siquiera la tengo que follar, ella se folla sola¡



Si Juancho, vaya hembra con la que ha dado –respondió un joven de unos 40 años-



¿Quiere que la folle duro?



Si, métamelo duro, me quiero venir otra vez



Jajajaja, está bien, pero pídaselo a mis amigos, que ellos me lo pidan



Díganle a su amigo que me folle –dije a los 3 hombres que había en aquella mesa sin dejar de mover mi cadera-



Déjame pensarlo –dijo uno de ellos-



Se los suplico, díganle a Juan que me folle –dije siguiéndoles el juego-



Pues……



Les prometo que si Juan me folla, él podrá venirse donde quiera



Está bien, si está dispuesta a tragarse la corrida de Juancho…..



Lo que me pidan



Entonces amigo, fóllesela y luego que se trague su lechita



Eso quería escuchar –mi amante me agarró por la cintura y salvajemente empezó a penetrarme logrando que yo gritara de placer al alcanzar mi orgasmo-



Aaaaahhhhhh….aaaaahhhhhh….Dios mío……aaaaahhhhh-gritaba aferrándome bien al sofá-



Eso le gusta ¿cierto perra?



Aaahhh si, deme un poco más



Con gusto –me bombeó un poco más hasta que al fin pasó mi orgasmo-



Que rico me folla papi –incliné mi cuerpo hacia atrás hasta tenerlo contra su cuerpo, giré un poco mi cabeza y saqué mi lengua, tras lo cual Juan sacó la suya y jugamos con ellas ante la vista de todos-



Bueno, yo me la estoy pasando genial pero usted prometió tragarse mi leche y eso va a hacer



Lo que usted diga bebé –me arrodillé y empecé a chupar y masturbar con energía aquel duro miembro esperando mi recompensa-



Así….así…..ahhh. Dígale a su esposo que te vas a tomar mi semen-dijo mi amante-



Amorcito mira bien como me todo toda la lechita de Juan



No me lo perdería -me respondió-



Me voy a venir –dijo Juan, agarró su verga y la empezó a sacudir-



Échemela toda en la boca, quiero su leche –abrí bien mi boca y saqué mi lengua haciendo cortos y rápidos movimientos con esta-



Aaaaahhhhhh….aaaahhhhhaaaa…….aaaaaahhhh-bramaba mi macho mientras tenía su orgasmo-



Mmmmmmmm…..-me saboreaba al sentir su esperma caer lentamente en mi boca y mi lengua-



Ahí tiene



Mmmmmm…..-miré hacia el techo y dejé el esperma en la comisura de mis labios para que todos lo vieran y luego lo tragué- ¡Que rica lechita papi¡



¿Se la tomo toda?



Si, mire –abrí mi boca y le mostré que no tenía ni una gota-



Acá hay un poco más –me acercó la mano con la que se masturbó, la cual estaba untada de leche y sin dudarlo se la lamí hasta dejarla sin semen-



Ahora sí –dije sintiendo la labor cumplida-



Claro que no, le falta lo más importante



¡Que tonta soy, casi lo olvido¡-metí en mi boca el aún duro miembro de Juan, lo chupé y le di un par de lamidas mientras perdía firmeza- Ahora sí, quedó limpiecito



Muchas gracias Marta, nunca me voy a olvidar de esto



Yo tampoco



Bueno, creo la han pasado bien ¿verdad? –nos preguntó el presentador-



Sin dudas –dijo Juan quien estaba levantando mi ropa y pasándomela-



Claro, la he pasado genial



Pero tenemos que preguntarle a él –mi amante señaló a mi esposo-, quien es artífice de esto



Claro que sí, ¿cómo la ha pasado viendo follar a su esposa? –dijo el presentador-



La he pasado muy bien, me dio mucho morbo ver como la clavaban



Marta, ¿repetirías esta experiencia?



Claro, me gustó como me clavó este capullito –dije mientras me vestía-



Y tú Juan, ¿lo repetirías?



Por supuesto, y si es con Marta mejor



Bueno, cuando quieran pueden volver, creo que al público le ha fascinado su show, hace muchísimo tiempo no veíamos algo así



Muchas gracias –respondí-



Me despedí de Juan dándole un beso en la mejilla (él no quiso dármelo en la boca pues aún sabía a semen) en medio del círculo, los dos estábamos ya vestidos y nos dirigimos a nuestras respectivas mesas, pero antes él me apretó el culo y luego sí se fue sonriendo. Al llegar, mi esposo me dijo



Muchas gracias mi amor, esto ha sido más de lo que yo esperaba



Gracias a ti amorcito, tú me trajiste aquí –le planté un beso en la boca y él bebió rápido un sorbo de whisky al sentir el gusto a semen-



Creo que los dos lo hemos disfrutado



Los tres diría yo



Bueno sí, Juan la pasó muy bien. Resultó ser un buen muchacho, espérame. –mi esposo se levantó y volvió con Juan- Amigo, le quiero dar las gracias por el buen rato que hemos pasado



No, ni más faltaba, yo soy quien debe agradecerle por permitirme estar con su linda esposa



Que bueno que estén juntos –dijo un hombre que al parecer era el administrador del lugar-. Su show fue un éxito



Muchas gracias, hicimos lo que pudimos–dijo mi amante mientras me sonreía-



Ha sido tan bueno el show, que tomé la decisión de no cobrar la cuenta de sus mesas el día de hoy, y cada que quieran pueden venir porque ustedes desde hoy son unos clientes muy especiales



Muchas gracias –dijo mi esposo-



No siendo más que eso, los dejo que continúen con su charla-el hombre se fue y quedamos nuevamente solos-



Bueno, nosotros también ya nos vamos–dijo mi esposo-



OK, un gusto conocerlos –dijo el joven-



Si algún día necesita algo no dude en llamarme –dijo mi esposo entregándole una tarjeta con sus datos-



A mí también me pueden llamar si le sirvo para algo –le entrego a mi marido su tarjeta-



Adiós –dije y me acerqué a darle un beso en la mejilla-



Adiós preciosa –me respondió acariciándome la cara-



Mi esposo se despidió muy amablemente de aquel semental y partimos hacia el auto para dirigirnos a nuestra casa. Al poco de subirnos, sentí que el hedor a semen y sudor era evidente, tanto que mi esposo me dijo



Amorcito, que olor a sexo el que tienes



Perdón –dije yo-



No tranquila, no tienes que disculparte. Es más, cuando tú quieras verte con Juan lo puedes hacer sin problemas



¿Qué dices?



Mira, yo estoy muy viejo y no puedo darte lo que necesitas, y sabes a qué me refiero, así que cuando quieras tener sexo con alguien lo puedes hacer, lo único que te pido es que me lo cuentes



¿Me estás hablando en serio? –decía yo incrédula-



Claro, el verte disfrutar con ese joven me abrió los ojos. Tú estás en tu plenitud sexual y necesitas tener relaciones y es obvio que yo no te las puedo dar como tú las necesitas, así que cuando quieras tener sexo hazlo, lo único que te pido es que me cuentes los detalles, eso me da mucho morbo



Pues……..está bien, lo tendré en cuenta. ¿Seguro que puedo tener sexo con cualquier persona?



So amorcito, desde hoy eres libre para follar



Gracias lindo, te amo



Llegamos a casa y nos acostamos a dormir, y al otro día volvimos a hablar sobre lo ocurrido la noche anterior y mi esposo me confirmó que no tenía problemas en que le pusiera el cuerno mintras le contara todos los detalles


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 5
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