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María y yo

Bueno, pues ya estoy aquí. Después de años leyendo relatos por el puro placer de la lectura, me atrevo a contar una experiencia personal ocurrida hace menos de dos meses. Realmente no puedo decir más que es la única experiencia fuera de la relación con mi pareja, pero era algo que quería hacer desde hace años... muchos años.



Soy una persona de 36 años que desde joven, por mi timidez, apenas tuve relaciones con mujeres hasta que conocí a mi pareja actual hace 7 años y reconozco que es la mujer de mi vida, una persona de la que estoy locamente enamorado y que me complace a todos, todos los niveles.



Sin embargo, desde muy joven me sentí atraido por las mujeres, por todas las mujeres y desde que mi verga empezó a ponerse a muy a menudo tiesa las pajas eran diarias y repetidas. Compañeras de colegio, vecinas, toda mujer que pasara a mi alrededor era objeto de mis fantasías. Sin embargo, mi timidez me impedía relacionarme con ellas. Si, siempre fui muy amigo de muchas de ellas,a veces incluso cómplice, pero nada más que eso. No os podeis imaginar lo que se sufre cuando amas a alguien y te cuenta todos sus problemas con sus novios... es terrible.



La historia que quiero contar ocurrió hace menos de dos meses, como dije. Pero tiene su origen hace muchos, muchos años. Mi abuela tenía una granja en un pueblo del norte de España y en ella trabajaban varios empleados, entre los cuales se encontraba una chica mayor que yo que, ni siendo guapa ni fea, ni gorda ni flaca, ni alta ni baja, era seguida por el resto de los trabajadores de la empresa. Sé (sabíamos todos) que se acostaba con cualquiera de los empleados por el puro placer del sexo y eso era algo que a mi me ponía y mucho.



Nunca la vi con uno de ellos pero desde los 15 años yo la perseguía por toda la granja intentando llevar a cabo cualquiera de mis fantasías y hacía todo lo posible para quedarme a solas con ella para organizar mi ataque. Aunque era bastante mayor que yo, seguro que me doblaba en edad, para mi era mi musa. Las pajas eran constantes y las miradas continuas, pero nunca me atreví a atacar.



Ahora me doy cuenta de que casi todos los que se acostaron con ella no hacían más que reirle cuatro gracias y sobarla directamente ante lo cual ella no oponía resistencia y seguro que no me hubiera costado nada poseerla siempre que quisiese, pero nunca lo hice. Lo más próximo a ésto fue una sola vez que estando mi abuela fuera del pueblo fui a buscar a esa muchacha con la intención de lanzarme a por ella, a cogerle los pechos, a besarla, a tenerla por un día para mi sólo. El plan era bastante simple. Fui a la granja y le dije que mi abuela quería hablar con ella por teléfono, que se pasara lo más rápido posible por la casa. Yo, que estaba sólo, me moría de los nervios, y al poco tiempo sonó la puerta y allí estaba ella. La acompañé al teléfono y marqué cualquier número intentando hacer creer que llamaba a mi abuela, estaba a cien, nervioso pero a cien, y como no me cogieron, me levanto de la silla con intención de abrazarla y no fui capaz. Sólo le dije: “No contestan. Ya llamará ella luego y te aviso.”. Con esto ella se fue por donde vino y no me quedó más que ver como esas preciosas tetas giraban hacia la puerta y como ese culo iba moviéndose poco a poco hasta desaparecer de mi vista.



Desde ese día me di cuenta de que no podía, no era capaz de hacer nada con ella y durante años sólo me quedaron miles de pajas pensando en muchas mujeres pero fundamentalmente en ella.



A mis 18 años me fui a estudiar a la universidad y desde entonces no la vi prácticamente a no ser algunos fines de semana que me la crucé por la calle. Ella dejó de trabajar para mi abuela cuando cerró la granja y apenas supe algo más de ella durante todos estos años hasta que el año pasado me entero que trabaja en la finca de mi tía. Una finca apartada del pueblo en la que mi tía tiene su casa y le presta a un vecino las tierras para que pasten sus ovejas. Es un chaval de mi edad más o menos pero que resulta que desde hace unos dos años es la pareja de esta mujer, que ahora rondará los 50.



Desde ese momento no hago más que aparecer por el pueblo intentando coincidir con ella. Los fines de semana me voy al pueblo ya que mi pareja trabaja esos días y duermo en casa de mi abuela, pero con la excusa de ir a internet a buscar cosas me voy a casa de mi tía y desde la ventana espió los movimiento de esa mujer.



Se que todos los día ella trabaja en la finca con las ovejas por la mañana y su pareja por la tarde, pero durante este último año mi timidez siguió impidiéndome acercarme a junto de ella. Las pajas continuaban desde el piso superior de la casa de mi tía durante este 2005 viendo como ella se agachaba a coger hierba y dejaba su hermoso culo marcado en la falda o sus tetas colgando entre el jersey. Mientras la veía y leía los relatos de esta página me meneaba la verga una y otra vez hasta quedarme seco.



Sin embargo, un día, sábado en concreto, me acerqué a casa de mi tía con intención de volver a verla y cuando llego no estaba. Me dediqué a dar un paseo por la finca fumando un cigarro y ver el hermoso paisaje de este otoño para luego volver a la casa y dedircarle un rato a 'todorelatos'. Cuando me estoy acercando a la puerta de la casa veo la entrada de la cuadra donde guarda las ovejas y el caballo abierta y me acerco a ver que hay. Están los animales pero no hay nadie, sólo la ropa colgada de mi musa. Dios mío!!! la ropa de mi soñada mujer a mi disposición. Una simple camiseta, un pantalón de chandal y nada más pero para mi era como un tesoro. No tardé ni un segundo en abrir la bragueta y empezar a menear mi verga con esa ropa pegada a ella. Creo que era la primera vez que realmente me sentía cerca, muy cerca de ella.



Mientras meneaba mi polla pensando en su cuerpo las sensaciones eran indescriptibles, se me encogía el cuerpo y nunca, ni siquiera con mi pareja sentí un placer igual. Lo juro. Mi mano se movía con fuerza de arriba abajo con esa ropa pegada a la verga y cada vez con más fuerza. Mientras, repetía su nombre con fuerza...'María... María...'. Cada vez con más fuerza apretaba mi polla con  las manos y recorría con la ropa mis huevos y toda la polla pensando en todos esos años esperando aproximarme a ella. Cuando no aguanté más, noté como con fuerza salía toda mi leche hacia la ropa de mi musa, de mi deseada mujer.



Cuando terminé, froté la ropa todo lo posible para que no se notara mucho la mancha y al poco tiempo me encaminé a la puerta. En ese momento oigo una moto acercarse a la finca. Sé que es ella. No me digais por qué pero se que es ella. Sin ver, salgo corriendo y me dirijo a la casa y desde la ventana veo como se acerca a la cuadra y en unos minutos sale a empezar su tarea diaria vestida con la ropa que yo tuve en mis manos.



Dios mío... Seguro que notará algo... No se que hacer... Sabrá que estoy aquí??... Mis nervios comienzan de nuevo a hacer de las suyas comiéndome la cabeza... me habrá descubierto??? Se lo dirá a alguien???....



Sin embargo veo que se ava a trabajar y hace sus faenas sin ningún problema. Empiezo a relajarme. Puede que no se entere. Está haciendo lo que hace todos los días. Simplemente trabajar. Me relajo. Sus movimientos de cuerpo siguen excitándome como todos los días. Me empalmo de nuevo. Una nueva paja pensando en esas tetas y ese culo. De nuevo en la gloria. No quito ojo de encima en las horas que se pasa trabajando. Lo único raro que noto  es que ese día está delante de mi vista durante todas la jornada. Me digo que es una suerte pero no le doy la mayor importancia.



A eso de la doce del mediodía, un poco antes de lo habitual, veo que recoge las cosas y los animales y se retira.Yo me vuelvo a internet. Con la cabeza hecha un lío pensado en lo que había hecho y si tendría consecuencias. Las situación indicaba que no. Pero mi mente, que de un grano de arena hace el mayor de los problemas se queda meditando con lo hecho y que no se volvería a repetir.



Me dirijo a 'todorelatos' a seguir con mis lecturas cuando de repente alguien llama a la puerta.'Dios mío. Es ella. Seguro. No puede ser.' Mis nervios afloran de nuevo.  Bajo despacio, sin prisa, pensando en que explicaciones dar, como resolver la situación. Llego a la puerta. Abro. Allí está. Con la camiseta y el chandal. No veo las manchas pero sé que las lleva puestas.



–Hola



–Hola María



–Cuanto tiempo sin verte



–Si, los fines de semana me encanta estar por aquí. Estoy un poco agobiado de la ciudad y es relajante descansar en sitios como este. - Realmente no sabía que decir. Sólo sé que estaba nervioso y se me notaba.- Oye... ¿a qué venías?



–Ah... bueno... ¿no está tu tía?



–No hoy es sábado y curra por la mañana, como siempre



–Claro, claro... Bueno, vendré por la tarde entonces. Es que tenemos que hablar de donde ponemos el material de obra que llegó ayer para la casa. Ahí fuera no está bien. Lo pueden robar o algo así. Bueno... ya hablaré con ella. Nos vemos



–Chao



Por dios!! Eres tonto??? Es la oportunidad de tu vida. Ahora o nunca. Estais solos. No hay nadie. Nadie vendrá antes de las 3 de la tarde. Tienes 3 horas. ¿Pero que coño haces? Deja tu timidez a un lado. No viste la sonrisa de su boca. Que cojones vas a hacer? Otra paja y a joderse?



Mi mente empieza a vencer la mierda de timidez. Entro de nuevo en casa. Espero unos cinco minutos. Que no se vaya, por favor, que no se vaya. Salgo a fuera. Voy a la cuadra.



–María...



–Que?



–Que acabo de hablar por teléfono con mi tía. Que si sabes si es mucha cantidad, que si no es mucho que la metamos nosotros



–Bueno, no es mucho, sinceramente, pero nos puede llevar un tiempo



–Vale, echo un cigarro y vemos lo que hay



–Ok



–Fumas?



–No, lo dejé hae tiempo. Es malo



–Si, es cierto, pero... Intento encender el cigarro pero no lo consigo. Empiezo a delatar cierto nerviosismo



–Y como te va la vida, chico?



–Pues bien, curro, pareja, estabilidad... no me puedo quejar



–Ya. Pero tan tímido y explícito como siempre



–Por?



–Ese cigarro... quieres que te lo encienda?



–Pues...



–Anda trae...



María se acerca a mi, me coge el mechero, lo enciende y me da fuego. Los nervios a flor de piel. Se que no le puedo ser infiel a mi chica pero si surge algo no me controlo. Que cojones va surgir. Si estoy temblando



–Pero, por qué estás tan nervioso?



–Yo, que soy así



–Pues para ESTO (me enseña la pernera del chandal) no estabas nervioso... o es que te quitas los nervios con las manos?



–Yo... Lo siento... - No supe que más decir y me fuí a toda prisa para casa



No os podeis ni imaginar la sensación... Corriendo para casa con el corazón en un puño. Temblando. Sufriendo. No sabiendo que hacer. Pensando en las consecuencias: mi pareja... mi tía... mi familia... dios me quiero morir



Pasaron unos minutos... para mi horas... estoy sentado delante del ordenador con un cigarro... casi llorando... de repente una mano sobre mi hombro. Salto de un grito



–Tranquilo...



–Es que...



–Pero hombre, que ya eres mayorcito...



–Ya... pero un poco gilipollas



–Pero gilipollas por qué?...



–Es que no está bien lo que hice pero no se por qué pero lo hice.



–Bueno, y no pasa nada... No sabes lo cachonda que me puso sentir todo eso mojado en mi pierna y en mi camiseta. Ya está lo hiciste y ya está



En ese momento mi polla se puso a cien. No reaccioné pero se puso a cien. Por mi cabeza pasaron mil imágenes de cuando era joven y la veía por casa de mi abuela... de como urdía planes para tirármela y no me atrevía. Ella me miraba sin decir nada y yo la miraba sin decir nada hasta que:



–Vaya, vaya... parece que tu bultito vuelve a tener ganas de guerra



–Lo siento, no lo puedo evitar



–Pues nada... haz tu trabajo



–No... No... mejor no



–Si hombre si... no sabes lo que me gustaría verte. Me halaga que con mi edad un jovencito se ponga así con mi cuerpo



–Es que, vaya cuerpo que tienes. Desde hace años que sueño con él



–Desde niño soñaba con tu cuerpo



–Y te crees que yo con el tuyo no? Mira... creo que fuiste el único con el que no tuve nada y para mi eras un trofeo pero también el nieto de la dueña. Anda... saca tu polla y muévela para mi que tenemos poco tiempo



De repente mi polla que estaba a mil salió para fuera y mi mano se colocó sobre ella arriba y abajo para deleite de María.



–Como me gusta verte... Como me gusta que hagas eso para mi... muévela, menéala para mi



Yo me estaba haciendo una paja monumental mientras ella me veía con esos ojos de lujuria y deseo



–Quiero que te corras para mi cabrón... dale más fuerte



–María... te deseo... cómeme... te deseo...



–Córrete cabrón que estoy aquí delante de ti toda mojada



–Por favor... acércate María... te deseo... acércate.... cógeme la polla



–De eso nada... ni tocarte... córrete para mi. Quiero ver como te corrías cada vez que estabas en tu casita pensando en mi culo y mis tetas. Quiero ver como lo hacías cuando yo no estaba... Córrete capullo



Mis manos apretaban cada vez más la polla con fuerza y los movimientos eran cada vez más rápidos. Mi polla, toda roja, toda húmeda, se movía con gran fuerza. Ya no podía más... contenía con todas mis fuerzas la corrida para que fuera lo más abundante posible pero no podía más y de repente una gran cantidad de leche salió de mi polla en dirección a ella. Yo puse mi mano delante para que no se derramara por el suelo pero alguna se fue, aunque la mayoría quedó en mi mano. Caí de espaldas, reventado por tan monumental corrida y sólo pude ver a María con su cara de lujuria y la mano entre las piernas por encima del pantalón de chandal haciendo fuerza como de no aguantar más.



Se acercó a mí, me besó en la mejilla y me dijo



–Precioso, realmente precioso



Sin darme cuenta, sin querer, pasé mi mano llena de mi leche sobre su cabeza... acariciándola y de repente ella giró su cabeza hacia mi mano y empezó a besarme la muñeca, despacito... poquito a poco... arrimando sus labios hacia la palma y pasando su lengua por encima de mi leche. Chupaba todo lo que se encontró y me lamió los dedos uno a uno, poco a poco, despacito. Yo no era capaz de articular palabra... Sólo veía y disfrutaba de su manjar. Terminó... Me besó en la boca y se levantó... Se fué en dirección a la puerta sin mirarme sin decir nada y al llegar a la puerta se volvió... sonrió y salió.



Me quedé de piedra... Que narices quería... Iré detrás de ella??? Querrá algo más??? Que cojones pasaba???



Despues de unos inquietantes minutos me levanté... fui a la cuadra donde estaba ella... me asomé cauto, sin hacer ruido, despacito. Quería ver que cojones estaba haciendo después de estar así conmigo. Asomo la cabeza... no veo nada... nada de nada. Es poco más de la una. Aun estoy a tiempo de estar con ella pero... querrá??. Entro en la cuadra. Sigo sin ver nada. De repente unos gemidos. Dios es ella. Seguro. Estaba tan cachonda y mojada que no lo pudo resistir. Es ella. Pero... donde está... me sigo acercando despacio hasta que en la caseta del caballo noto que los ruidos salen de ahí. Me asomo sigilosamente... sin ruidos y la veo. Sus pantalones bajados. Su mano en su coñito. Y gimiendo escondida detrás del caballo. Me acerco a ella. Entre su éxtasis y los movimientos del caballo no se entera. Gime... Oigo como balbucea...



–Si mi amor métemela... métemela más



Me sigo acercando despacito, con cuidado, ella sigue gimiendo, gozando, haciendo que su mano recorra todo su coño. De repente mis manos se agarran firmemente a sus tetas... a la mierda la timidez. No aguanto más. No puedo más. Se gira. Me ve pero sigue con su juego...



–Agárramelas fuerte cabrón... que me voy a correr para ti



Le beso el cuello, le sobo las tetas, juntamos nuestras bocas lentamente mientras ella sigue gimiendo. Es lo mejor que me pasó en mi puta vida. La mujer de mis sueños haciéndose unos dedos para mi solito mientras la toco. Meto mis manos entre su camiseta para tocar esas tetas que tanto deseé. Estoy en el cielo



–Ay, ay cabrón que me corro para tí... todita para ti...



Se paró, dejó caer su peso sobri mi cuerpo. Ella tampoco podía más. Yo seguía besándola y sobándole las tetas pero de repente, cuando sacó su mano de su coñito la subió hasta mi boca y ahora fuí yo el que chupé... Primero besé su muñeca... Luego poco a poco me acerqué a la palma de su mano pasando mi lengua y por fin, sus dedos, los chupé uno a uno intentando saborear ese gustoso manjar que puso a mi disposición.



Ahora tomé yo la inciativa. La cogí de la mano. La giré hacia mi. Saqué mi polla de nuevo del pantalón y tomándola por los hombros y sin decir palabra la bajé hasta que mi polla se puso a la altura de su boca. Sólo me faltó decirle 'Mámamela putita mía' pero ni siquiera hizo falta. Fue ella misma la que acercó su boca a mi verga, puso sus labios en la puntita y jugó con su lengua. La sensación fue indescriptible. Poco a poco su lengua recorría toda mi polla. Llegaba con la puntita de la lengua a los huevos y otra vez para arriba.Yo no podía aguantar mi excitación... era uno de mis sueños hechos realidad... me la estaba comiendo sin ni siquiera pedirlo. De repente como si le diera un espasmo o no pudiera más empezó a moverse con fuerza... mi polla entró en su preciosa boca con fuerza y aunque me hacían daño sus embestidas no sentía más que placer. Puso una de sus manos en la base de mi polla para que no entrara muy profundo y mamaba como una loca... Yo estaba como en una nube... gemía... sostenía su cabeza con una mano para que no se saliera y con la otra jugaba con su pelo



–Así María... Así... Llevo años esperando esto mi amor.... Sigue....



Ella no hablaba solo chupaba con su mano pegada a la base de mi polla hasta que decidí que tenía que entrar toda. Cogí su mano, la aparté de mi polla y agarré su cabeza con las dos manos apretando hacia mi cuerpo. Ella, en principio intentó separarse pero yo no la dejé. Estaba como poseído y mis manos marcaban ahora el ritmo de la mamada. Enseguida se dió cuenta de que ahora mandaba yo y se aferró a mis piernas sin rechistar. Se dejó llevar durante los minutos que mis manos la embestía contra mi cuerpo. Sólo era capaz de emitir un rítmico 'mmm...mmmm...' que me estaba poniendo cada vez más cachondo. De repente noto como me voy a correr. Por mi aguantaría lo máximo posible esa mamada pero no podía más. Tenía que correrme.



Agarré con las dos manos su cabeza, intentó echarse para atrás pero se dió cuenta de que no era posible y se aferró más a mi. Yo apreté con fuerza su cabeza contra mi cuerpo y empecé a dar embestir contra ella. Ahora ella estaba inmovil, era yo el que me movía rítmicamente en dirección a su boca esperando que mi leche la llenara del todo. Al segundo me corrí.



–Toma, cielo, toma... bebe mi leche... Toma toda tuya



–mmm.... mmmm....



–Toma mi leche putita mía.- Esta fuera de mi no podía más... era el éxtasis



–mmmm.... mmmmmç



Cuando terminé de correrme ella se echó para atrás como necesitando respirar. Su cara era de enfado pero de repente se convirtió en una maravillosa sonrisa.



–Mira tu para el timidillo... Que cabrón



–María...  no sabes lo que deseé este momento durante toda mi vida. Gracias



Se acercó a mi... me besó la polla... La incorporé... Nos dimos un beso en los labios que fue eterno y nos sentamos en el suelo mirando los dos al frente.



–Te gustó... mereció la pena esperar tantos años??



–María... Ni te lo puedes imaginar.



–Pero esto no puede quedar así



–Claro que no pero hoy sería peligroso, ¿no?, preciosa. Además yo ya no puedo más... me dejaste seco.



–Si, tienes razón. Además, tu vienes por aquí habitualmente a hacerte pajas en mi honor, no?



–Desde hace tiempo...



–Pues otro día coincidirá. Haremos para que coincida. Pero si no fuera así prométeme que las pajas seguirán, incluso en mi ropa



–Prometido



La besé mil y una veces más hasta que nos levantamos y nos fiumos cada uno a su sitio. Ella siguió en la cuadra y yo me fuí a casa. La vi irse hacia la moto y no quitó cabeza de la ventana con su sonrisa tan contagiosa y sus manos entre las piernas. Senté de nuevo... por mi cabeza pasaron miles de recuerdos pero sobre todo la sensación de que un sueño se había cumplido. Eso no me lo quitaré de la cabeza.



Ya pasó mas de un mes, y no volvimos a quedar. Fui varias veces por la finca pero o no estaba o no estabábamos solos. Cuando ocurría esto último las miradas eran constantes pero nada más... Espero que la promesa que nos hicimos siga en pie porque yo sigo soñando con ella y cada día sueño con conocer otras partes de sus cuerpo. Y sobre todo tener todo el tiempo para nosotros.



Desde ese día perdí parte de mi timidez y sinceramente no me siento culpable con mi pareja ya que sólo realicé un sueño de juventud, nada más que eso... Por fin pude demostrarme que las fantasías, a veces, se hacen realidad



No se si es un buen o mal relato... Sólo se que es lo que me pasó... Gracias a todos los que lo hayais leido y espero vuestras opiniones.



Por cierto, si se produjera la tan ansiada segunda parte la contaré aquí de nuevo si veo que interesa



Un saludo


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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