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MARCIA LA SEPARADA PERRUNA

MARCIA LA SEPARADA PERRUNA

 

 

Casi todas las tardes Marcia, que es un mujer de cuarenta y cinco separada, recorre las plazas cercanas a su casa.

Tiene tres plazas que recorrer a veces, solo llega a una y regresa a su casa, a veces visita dos y a veces tres, o sea las tres plazas y regresa a casa, feliz o no tanto.

Marcia es una bella mujer. Su figura no difiere tanto de cuando andaba por los veinte. Llamativa. De buenas tetas y un culo ponderable. Redondo y gustoso, que atrae.

Ella lo bambolea seduciendo a todos y a todas las personas que cruza. Sus ojos canela son de fiebre y su boca carnosa es resplandeciente.

Ella recorre las plazas. Se sienta en algún banco y espera. Sabe que tarde o temprano llegarán, tal vez uno, tal vez dos o más.

De pronto lo ve, es marrón oscuro, casi parecido al color de la pomada para lustrar zapatos.

Marcia siente cosquillas en la entrepierna, hay poca gente. Mira hacia todos lados. No porque le preocupe algo en particular, solo para saber.

El animal es bello, parece fuerte y esta alegre. Su pelo es corto. Se le acerca de inmediato como si el animal olfateara algo. Es bastante alto. Es bastante lindo, a ella le guasta, lo sabe porque su vagina empieza a largar flujo pegajoso y salobre. Ella junta las piernas, y se acaricia las labios, rozándoselos en tanto aprieta los muslos carnosos y sensuales.

El perro de corto pelo se pasea cerca de ella. Es como si tuviera un imán. Ella le habla, el animal alza la cabeza delgada y la mira. Ella chasquea los dedos y el mueve la larga cola y se le acerca definitivamente.

Marcia acaricia la cabeza del bello perro de pelo corto. Lo pellizca suave, en tanto relojea el capuchón que se ve gordo y delicioso.

Le pasa las manos por todo el lomo, sin ponerse de pie en tanto le habla

__¡Eres una dulzura, que lindo perrito, veo que andas solo, no tienes un dueño, andas por las calles…pobrecito…¿tienes hambre?...vienes conmigo y te daré agua y comida…un buen baño….¿quieres?__ las manos volaban por el hocico, las orejas paraditas y suaves, ya su almeja chorreaba líquidos, no se podía contener. Su aroma hacía que el animal lo detectara y quisiera meterse ya entre las piernas de Marcia que gozaba solo acariciando al bello animal.

El vestido es fácil de levantar. Piensa Marcia, abriendo un poco las piernas y dejando que el animal se meta un poquito allí y de unos lametones con su gruesa y áspera lengua. Las cosquillas calientes, las puntadas en el centro mismo de sus sentidos, alzan un poco más la calentura de la mujer.

No hay nadie cerca, muchos están jugando pero más lejos. A esa hora hay poco tráfico y ella disimula como el perro le come la almeja, saborea, mete al fondo la lengua, la ha penetrado y ella sucumbe a aquellas caricias, y tiene un orgasmo.

No aguanta más y se pone de pie. No hará nada, sabe que al animal la seguirá hasta donde sea.

Está cerca la casa, el perro de pelo corto marón oscuro, acelera el paso, levanta la pata en las paredes que va cruzando. Se adelanta un poco y luego se detiene y vuelve sobre sus pasos, alegre, el animal sabe que hoy gozará con la perra humana, no es su primera vez, es mucho más común de lo que muchos piensan. El la hará gozar y gozara.

Marcia se detiene frente al portón ciego. Lo abre. el perro entra dócilmente moviendo la cola.

Abre la puerta de la casa en donde vive sola. El animal da saltos alrededor de la perra humana, se le acerca por detrás olisqueando el culo precioso que tiene Marcia. No puede hablar, pero olfatea los rincones del lugar, observa maravillado.

Marcia se pone de rodillas, deseosa que el perro marrón la coja prontamente, le besa el hocico y el animal inteligente le da su lengua. Ella choca, une su propia lengua, y la saborea, tiene un sabor raro, pero está tan caliente, siente que gotea terriblemente, su concha gotea como una canilla rota.

__¡Ohh cariño…pensaba darte un baño…pero luego eh…siiii….estoy tan caliente…Hummmm!!!__ la mujer esta tan caliente, levanta su vestido tirándose en el suelo, el animal alzado ya, mete la lengua en la concha a plena vista está vez. Le da tremendos lengüetazos, dando pequeños saltitos en danza, volviendo otra vez a meter el hocico húmedo entre las piernas de la caliente y dulce mujer, su perra, la perra que quiere que el la goce.

__¡Me vas a hacer tu putita…tu perra putita…ohhh, si cariño soy tu perrita…me cogerás…me darás tu hermosa verga!!!__ gemía Marcia en tanto se acomodaba con la cola arriba, en cuatro, el bello animal se montó sobre ella y largando sus propios líquidos intentó insertar su vergón ardiente, su arpón delicioso.

Una vez, dos veces, bajo y le dio vueltas a Marcia que gemía y rogaba por verga

__¡Ohh vamos chico, anda súbete otra vez, móntame, hazlo, si, dame tu verga!!__el perro volvió a  montarla, intentó y de una vez y se mando a fondo. La verga entró y rápidamente creció dentro. El nudo quedó perfectamente insertado.

Los jugos de aquel animal llenaban la cueva, desbordándola y los gritos de Marcia retumbaban en el espacio en donde estaban. El animal en un momento se quedó quieto, la lengua larga colgándole, ella girando la cabeza para rozar la lengua del animal. Las gotas de saliva caían sobre el rostro de Marcia que se sentía llena, completa, teniendo varios orgasmos, mientras el perro inteligente giraba y tironeaba un poco, sabiendo que tenía que esperar, para que la bola se destrabara y empezara a aflojar en su tamaño descomunal, seguía largando líquidos. Los latidos del corazón de Marcia eran rimbombantes y acelerados, el bello animal se movía un poco, tirando, para ver si podía salir de su propia trampa gozosa. Agitado se escuchaban sus resoplos. Colgando la lengua afuera, pero acostumbrado a esos quehaceres de dar placer a mujeres perras y putas.

Un rato después, el tironeo de aquel bello can dio resultado y una chorreante pija salió del interior de Marcia. La mujer grito acabando una vez más. Se dio la vuelta y atrapó aquella hermosa verga y la metió en la boca sin pensarlo, dándole unos momentos más de placer al perro que esperaba que su caliente perra mujer lo dejara descansar unos momentos, la boca y la cara de la mujer terminaron llenas de líquidos.

__¡Oh querido que cogida me has dado…eres un semental…que bella verga tienes…has hecho feliz a tu mami perra…ahhh!!!__ el animal se repliega lentamente hasta un rincón alejado y allí empieza a lamer su verga y sus genitales, limpiando restos de su mujer perra, de su amante animal.

Marcia va en busca de agua y comida y le coloca unas casetas para que el animal rápido se levante y vaya a comer y beber con fruición y ganas, Marcia desnuda ahora lo observa.

__¡Tenías hambre mi bello amante, come, mami te espera, para después!!__ el bello can come veloz, con deseos, como la ha cogido hace rato, y una vez que termina empieza a dar vueltas. Marcia le sirve más, pero solo come un poquito, bebe agua, bastante, y husmea el lugar.

La mujer se da cuenta y le abre la puerta hacia el amplio patio, el sale corriendo, una puerta a la libertad. Recorre el amplio patio lleno de plantas y algunos árboles, levanta la pata aquí y allá, marcando el terreno, su territorio.

Un rato después Marcia lo llama y el mueve la cola y viene con la mujer, se restriega en su muslo deseable, ella sigue desnuda y el perro mete el hocico entre las piernas conociendo el olor y el sabor, da unos lengüetazos otra vez y hace que Marcia vuelva a levantar temperatura.

La sigue el animal y ella va al baño, se sienta a orinar y deja unas gotitas de brillante ámbar para que el perro la chupe, la beba, la trague deseoso y moviéndose nervioso alrededor de aquella mujer en celo, tanto como el mismo.

Se meten en la ducha los dos, el perro dando un salto entra dentro de la bañera y la mujer abre la ducha el agua cae, y el inmóvil espera el jabón, acostumbrado se ve, a esos menesteres, la mujer lo baña y de paso se baña ella, de vez en cuando la lengua del animal la acaricia los muslos, las nalgas, ella le muestra el agujero y el can afiebrado le mete la lengua dilatando y abriendo aquel hueco salobre y dulzón por la espuma del jabón.

Lo seca un poco con una mullida toalla grande  con dibujos de animalitos. Le da pequeños besitos en el hocico. La lengua del animal de color marrón le chupa la lengua a Marcia que se mete los dedos en su cuevita y de allí los mete en su ojete y los vuelve a clavar en la vagina depilada y rosada.

El perro la vuelve a montar otra vez le clava el aguijón que se agranda y se convierte en una hermosa y gruesa verga, nuevamente abotona a Marcia, está goza y lloriquea mientras el bello animal la taladra y gira su cuerpo llenándola de líquidos y fluidos , llenando la cuevita. Una vez que destrabe ella guiara el pedazo duro y lo clavara en su cola, gozando del pedazo un buen rato.

Luego caerá casi desmayada de placer, llena de fluidos, líquidos, el animal de color marrón la lamerá hasta dejarla desfalleciente, al punto del desmayo.

El se echara en un rincón, limpiándose y luego se quedará dormido.

Marcia lo dejara con ella hasta que él decida irse, un día cualquiera.-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Datos del Relato
  • Autor: MARIO
  • Código: 62884
  • Fecha: 23-06-2021
  • Categoría: Zoofilia
  • Media: 0
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  • Lecturas: 1678
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