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Luisa, la suegra atenta

Pero es que, de verdad, no entiendo porque se tiene que quedar tu madre?- decía Marcos a su mujer 

Pues por que el bebe apenas tiene unos meses, y además tu te vas a agobiar con él.  Mi madre tan solo vendrá mientras yo este fuera unos días por el trabajo, para ayudarte con el bebe. Tú ni te enteraras de que está aquí. Además, así te cuida a ti un poco, que a saber lo que comas tu solo. Si no sabes hacerte un huevo frito- le refunfuñaba Lucia 

 

En el fondo sabía que su mujer tenía razón y que si se quedaba a solas con el bebe no sabría muy bien que hacer, aunque le fastidiaba darle la razón.  

Lucía y Marcos, ya en los treinta habían tenido su primer bebe. Estaban muy contentos con ello, pero Lucia, con su trabajo, que la obligaba a viajar continuamente, notaba que no podía acudir a todo, por eso requería de la ayuda de su madre. 

Luisa, su madre, acepto encantada el ir a pasar unos días a su casa, ya que, aunque vivía en la misma ciudad, era mas cómodo quedarse allí para poder atender al bebe las veinticuatro horas. 

Marcos, en un principio,  reticente de tener a la suegra metida en casa día y noche, y mas a solas,  entendió que era lo mejor para el bebe, y también para él. 

Llegó el día de la partida y Marcos y su suegra Luisa se quedaron a solas en casa, no sin antes insistir considerablemente Lucia a Marcos de que no discutiera con su madre, y que le hiciera caso en todo lo que le dijera como si fuera ella. 

El primer día a solas con su suegra a Marcos se le hizo interminable. Era como tener a su mujer, pero con veintiséis años mas. Luisa no paraba de tratarle como si fuera un niño y no supiera hacer nada, cosa que a Marcos le ponía de los nervios, y tenía que contenerse para no contestarle a su suegra.  

Luisa era una mujer mas bien bajita, un poquito regordeta,  con gafas, de pelo corto, teñido de rubio y ligeramente rizado, de un carácter maternal, pero bastante fuerte. No aceptaba un no por respuesta y siempre se hacía su santa voluntad. Lucia era su única hija y estaba muy unida a ella, sobre todo desde que enviudo  hacia siete años. Para Lucia lo que decía su madre era indiscutible e irrevocable. 

Marcos llevaba la relación con su suegra como buenamente podía. Se había acostumbrado a ser un convidado de piedra en  muchas ocasiones, ya que su mujer prefería la compañía de su madre a la de su marido. 

El segundo día no fue mejor, y Marcos se estaba poniendo de los nervios. Afortunadamente esa noche su suegra se fue a la cama temprano, después de acostar al bebe, y por fin pudo disfrutar de unos momentos de tranquilidad.  Cambiando de canal en la televisión fue a dar con un canal erótico. Marcos hacia ya varios meses que no mantenía relaciones con su mujer. Entre el embarazo, el bebe, el trabajo, y el estrés que ello conllevaba,  Lucia no tenía tiempo para el sexo. 

Marcos se fue excitando con lo que veía en televisión. No es que fuera gran cosa. La consabida película porno en la que siempre pasaba lo mismo.  Se bajo el pantalón del pijama, cogió su pene, que se había puesto erecto, y comenzó a masturbarse. Por un momento sintió una gran relajación y parecía evadirse de los problemas. Parecía que estuviera solo en el mundo, pero... 

….¡¿que estas haciendo?¡..... 

¡Luisa¡...¿pero no estabas dormida?.... 

Marcos había sido sorprendido por su suegra. Rápidamente trató de taparse y lo hizo con un cojín que encontró a mano. Trató de buscar el mando para quitar el televisor, pero no lo encontraba por ninguna parte. Su suegra estaba ahí, de pie frente a él, echándole la bronca, mientras los jadeos de placer de los protagonista de la película no paraban de escucharse. 

¿pero se puede saber que es esta guarreria?, vergüenza debería de darte 

Luisa, no eres quien para venir aquí a echarme la bronca y decirme lo que está bien o está mal- decía Marcos, mientras trataba infructuosamente de buscar el mando a distancia. 

aquí, haciéndote una paja, viendo follar a esas guarras en televisión. ¡Que pensaría mi hija si te viera¡ 

sinceramente Luisa, creo que le daría exactamente igual..- dijo Marcos visiblemente molesto con su suegra 

¿Qué quieres decir con eso?- respondió Luisa intrigada 

nada 

¿como que nada?. Anda habla... 

pues que su hija y yo....pues ya....vamos, que nada de nada... 

¿Cómo que nada de nada?...aahhh, ya entiendo.... 

 

Luisa, ya, algo mas calmada, se sentó junto a Marcos en el sofá, que seguía tapado con el cojín, mientras trataba de buscar el mando.  

bueno, tienes que tener paciencia Marcos.  Lucia, no da mas de sí. Con el niño, la casa, el trabajo, tú...pues no da abasto y ya no puede hacer más.  Además que llevéis unas semanitas sin acostaros no es para tanto 

unas semanas¡, ¡llevamos ya así ocho meses¡ 

ocho meses, no me digas...ay madre...y eso que sois jóvenes 

si yo entiendo que lucia esta mal y no puede hacer mas, por eso no le digo nada, ni la presiono, pero, entiende Luisa que de vez en cuando tengo que desahogarme... 

si claro, pobrecito. Pero Lucia y tu os queréis verdad? no  os iréis a separar?¡ 

¡no, claro que no¡. Soy consciente de que esto es algo pasajero, pero hasta que pase, pues se hace largo. Muy largo... 

ya, entiendo, y por eso de vez en cuando te tienes que apañar tu solo- dijo Luisa, ya algo mas comprensiva- oye, y dime ¿lo haces muy a menudo? 

Luisa, por favor, que esto es muy cortante, como te voy a decir eso... 

venga, hombre, que yo ya estoy curada de espanto, cuantas veces...- dijo Luisa, haciéndole a Marcos el gesto de la masturbación, con una pequeñita sonrisita. 

pues....unas tres o cuatro.... 

¡ tres o cuatro al mes¡ 

no, a la semana..... 

madre mía...por favor....pero tu estas muy mal vida mía.... 

y que quieres que haga Luisa, es que me cuesta mucho aguantarme... 

 

Luisa miró a Marcos con cara de compasión. Entendía a su hija, pero también entendía que Marcos lo estaba pasando mal. 

Entonces, para que yo me entere, con mi hija todo bien,  pero lo único que falla es el folleteo, ¿no? 

si, básicamente es así...supongo.... 

Eso lo arreglo yo ahora mismo. Anda sácate la pilila. Quítate ese cojín... 

pero que dices Luisa, ¿Qué haces?....- decía Marcos tratando de agarrar el cojín que le protegía. 

Anda, no seas tonto, que lo que puede hacer mi hija también te lo puedo hacer yo, trae para acá tu cosita 

te has vuelto loca?, déjame Luisa, déjame... 

que no, que yo estoy aquí para ayudar a mi hija en lo que haga falta. Si ella no puede atender  a su hijo lo hago yo, y si no puede atender al marido pues ya lo atiendo yo también... ¡trae para acá de una vez y estate quieto¡... 

 

Sin darle tiempo a más Marcos comprobó como su suegra ya había agarrado su pene. Su ensortijada mano  lo cogió con fuerza y había comenzado un movimiento de masturbación.  Marcos, bloqueado sin saber que hacer, oía como las pulseras que llevaba Luisa en la mano sonaban ante el movimiento que esta realizaba.  

Pero sería por los nervios o por lo extraño de la situación que Marcos no estaba precisamente disfrutando del momento y su pene no conseguía ponerse erecto, a pesar de la insistencia de su suegra. 

pero que le pasa a esto que no sube? 

venga luisa, déjalo ya. Te lo agradezco de veras pero no hace falta que te molestes de verdad.  

ah¡, ya se lo que te pasa. Es que no tienes demasiada motivación. Espera, ahora verás 

 

Luisa no aceptaba un no por respuesta, y ante el asombro de Marcos, se sacó uno de sus pechos de la bata. Marcos se quedó asombrado. Siempre había intuido que su suegra tenía unas buenas tetas, pero aquello, aunque caídas por la edad, era de un volumen considerable, más de lo que imaginaba. 

anda, tócame la teta...- invitó Luisa a Marcos 

pero, que dices. Como te voy a hacer eso 

que no seas tímido. Venga, hay que ver como te haces de rogar. Tócame un poco la tetica... 

 

Tímidamente, y ante la insistencia de su suegra, Marcos acarició el pecho de Luisa delicadamente. 

que haces?, así no hombre. Agárrala con fuerza. Estrújala bien... 

así mejor? 

claro hombre...así mucho mejor....uuhmmm, parece que esto ya va cogiendo tamaño.... 

 

Marcos se moría de la vergüenza al ver como su pene comenzaba a ponerse erecto en la mano de su suegra. Veía como comenzaba a salir ligeramente algo de liquido del mismo, manchando la mano de Luisa. 

Así si que vamos bien, anda tócame la otra teta 

 

Y sacando el otro pecho de su escondite Luisa mostro a Marcos su impresionante y voluminoso pecho ante sus ojos. Este, viendo que discutir con su suegra no tenía ningún sentido y que esta no pararía hasta ver como se corría, cogió con su otra mano y agarro el otro pecho de Luisa. Aquello era tremendo. Nunca había tenido algo semejante en las manos y su pene noto la excitación poniéndose completamente erecto. Luisa, al ver la reacción involuntaria de Marcos se echo a reír. 

ja, ja,ja...nunca habías visto unas tan grandes, ¿a que no? 

no, desde luego que no. 

es una pena que mi hija no haya heredado unas tetas como las mías. Pero anda, sigue, aprovecha, aprovecha. Tócalas bien todo lo que quieras.... 

es que me da un poco de vergüenza Luisa. 

no digas tonterías. Toca, toca.... tienes un buen instrumento entre tus piernas Marcos....es una pena que mi hija no tenga tiempo de aprovecharlo....¿te gusta? 

ay...si Luisa si.... pero no tienes que hacerlo....de verdad... 

quieres que pare ahora?- le dijo Luisa 

bueno ….no....sigue un poquito mas...aaahhh 

pues no tengo yo experiencia ni nada, "tocando la zambomba" cuando era joven a los chicos del pueblo 

aahhh...Luisa...siii.... 

tu también tocas muy bien las tetas. Dime, ¿te gustaría chuparlas? 

estas segura? eso es ya demasiado abusar Luisa 

anda, no te cortes y comete estos pezoncitos que lo están deseando 

 

Los pezones de Luisa eran grandes pero muy claros. Marcos se metió dentro de su boca ambos pezones. Primero uno y después otro.  La excitación iba en aumento. Cada vez su pene estaba mas duro y manaba mas liquido de él.  Nunca había tenido la oportunidad de poder tener en sus manos un par de tetas tan grandes como aquellas.  Luisa reía ligeramente al ver la avidez con la que Marcos le agarraba los pechos y chupaba sus pezones. 

uuhmmm...si cielo..siii...las chupas muy bien...uuhhmmm. sigue...chupa, chupa.... 

que tetas tienes  Luisa, que tetas.... 

aahhh...siii....es una pena que mi hija no las haya heredado...aaahhh.... pero sigue...sigue... 

que vergüenza Luisa.....pero me gusta 

aahhh...déjate de tonterías....sigue chupando...aaahhhh..... 

 

Las manos de Marcos ya se perdían por entre el cuerpo de Luisa.  Hacia tanto tiempo que no acariciaba el cuerpo de una mujer que le daba igual que Luisa fuera su suegra, fuera mayor o tuviera kilos de mas. Para él, en ese momento era el bocado mas apetitoso del mundo. 

Luisa por su parte, cada vez se iba excitando mas.  Sus jadeos iban en aumento y Marcos parecía que cada vez iba mas desenfrenado. No parecía que ninguno de los dos quisiera parar. Entonces Marcos termino de desabrochar la bata de Luisa y bajando la mano hasta sus bragas comprobó como estas estaban totalmente empapadas. 

luisa, tienes el coño empapado.... 

pues que quieres...aahh...no soy de piedra...aaahhh... 

quieres que pare Luisa?- en el fondo a Marcos le daba reparo aprovecharse así de su suegra, aunque había sido ella la que había insistido en todo esto. 

ni se te ocurra....aahhh.... 

 

Luisa echó hacia atrás a Marcos, que no terminaba de entender que era lo que pretendía su suegra, aunque enseguida lo descubrió. Luisa cogió fuertemente el pene totalmente erecto  y chorreante de Marcos y abriendo ampliamente su boca se lo metió en ella.  

Marcos no podía creer lo que le estaba sucediendo. Después de tanto tiempo le estaban haciendo una mamada, y muy bien además. 

aahh....luisa....luisa......aaahhh.... eres fantástica...aaahhh...... que bien lo haces....aaahhh 

menuda polla tienes....shurrpll.... te va a reventar.... 

aaahhh......aaahhhh..... 

 

Marcos se retorcía de placer, mientras Luisa parecía no tener intención de soltar la presa que tenía entre sus manos.  Se metía y sacaba el pene de Marcos de su boca, lo encerraba entre sus grandes tetas y después seguía chupándolo. Para Marcos era la mejor mamada que le habían hecho nunca. Su pene estaba a punto de reventar. 

luisa...para....para que me voy a correr.... 

nooo....aun no......espera..... 

 

Luisa se levantó. Se terminó de quitar la bata y después su enormes y empapadas bragas, que cubrían un peludo coño, quedándose totalmente desnuda. Tan solo llevaba puestas sus gafas,  anillos, pulseras, unos horribles pendientes colgantes en sus orejas y un collar pasado de moda colgado al cuello. Se pasó la lengua por los labios, rebañando los últimos restos de la mamada realizada a Marcos. Después se puso a cuatro patas sobre el sofá, mostrando su enorme y celulítico trasero a los ojos de su yerno. 

Vamos, métemela por el coño, date prisa.... 

pero Luisa.... 

que ocurre?, no te gusta esta posición? prefieres otra? 

no,no, está bien.... 

pues entonces a que esperas...méteme ya la polla en el coño joder, que no aguanto mas.... 

 

El pene de Marcos entró suavemente dentro de la vagina de Luisa que estaba totalmente lubricada y empapada. Marcos agarro con fuerza el trasero de Luisa y comenzó a darle embestidas metiendo todo su pene hasta lo mas profundo de las entrañas de su suegra. 

aahhh....aaahhh...aaahh.... Marcos....aaaahhhh..aaahh.. 

aaaahh....Luisa....aaaahhh... 

Follame, Marcos...follame¡...aaahhhh..... 

si,si,….quiero follarte.... 

siiii..aahhhh....siiii...... 

Me voy a correr pronto.....aaahhh....no aguanto mas.... 

pues correte...aaahh....córrete dentro de mí.....no la saques....aaahhh... 

aahhh.. me corroooo....aaahh.... 

 

Marcos descargo toda su leche dentro de la vagina de Luisa. Cuando hubo terminado tiro para detrás de su pene y tras él le siguió una gran cantidad de semen que había eyaculado. Marcos cayo exhausto y sudoroso en el sofá.  Luisa, hizo lo propio en el otro extremo. Los dos estaban sudando. Se miraron sus cuerpos desnudos y se echaron a reír. Entonces Marcos se acerco a su suegra y,  agarrándola del cuello, le dio un gran beso en sus labios. 

pero Marcos¡, por que has hecho eso? 

gracias Luisa. Muchas gracias. Eres maravillosa...Nunca esperaba esto de ti. No solo eres una magnifica madre para tu hija, sino que eres una maravillosa suegra para mí.- dijo volviéndola a besar 

Marcos, pero que tonto que eres- dijo ella ruborizada- si lo he hecho encantada... 

 

Marcos, recostó a su suegra sobre el sofá, y le abrió las piernas. 

pero, que quieres hacer vida mía? 

tu que crees? 

¡pero estas loco¡ que eso esta pringoso y asqueroso... 

 

Sin escuchar a su suegra, Marcos metio la cabeza entre sus piernas. Su sexo estaba completamente chorreante. Todavía se podían ver entre la pelambrera de su coño los regueros de semen que unos instantes había soltado dentro de él y ahora se escurrían lentamente gracias a los jugos que Luisa soltaba del interior de su vagina. 

Marcos metió un par de dedos dentro de la caverna de su suegra.  A la vez, son su lengua, fue recorriendo su clítoris. Luisa no tardó en excitarse y empezar a gemir del placer que Marcos le estaba dando ahora a ella. 

Ay, vida mia...aahhh...aaahhh...siii...siii.... que placer que me das...aaahh...ooohhh.... sigue.... que maravilla de lengua...aaaahhh- decía Luisa mientras se acariciaba las tetas con sus manos tratando de excitarse aún mas- si sigues así me voy a correr...aaahhhh... 

 

Luisa no tardó en correrse entre un gemido de placer intenso. 

ay, ahora te tengo que dar las gracias yo a ti 

no tienes por que darlas. Era lo mínimo que podía hacer. 

si. Ha estado bien la noche. 

si. ha estado bien. 

 

Descansaron durante un rato en el sofá, sin hablar demasiado. Estaban agotados. Luego Luisa se levantó y, despidiéndose de Marcos con un beso en la mejilla, se fue a la ducha para luego irse a dormir. 

Marcos observo a su suegra mientras subía las escaleras, enfundada en su bata y no podía creer lo que había hecho, pero ante todo, no se arrepentía de nada. 

…............................................. 

A la mañana siguiente Marcos se levantó mas animado y se dirigió a la cocina. Allí ya estaba luisa, que acababa de dar el biberón al bebe y le había preparado el desayuno. Ante su sorpresa Luisa se comporto de una forma muy natural, como si no hubiera pasado nada. No habló para nada de lo sucedido y volvió a tratarlo como si fuera un niño, insistiéndole en que se comiera todo lo que le había preparado. 

Marcos pensó que lo ocurrido fue algo excepcional y que su suegra probablemente no quería recordar nada de lo sucedido y preferiría pasar pagina. Tal vez fuera lo mejor, pensó, y se fue a trabajar. 

…...................................... 

 

Llegó la noche. Lucia había llamado, y, como de costumbre fueron cinco minutos de teléfono con su marido y, sin embargo, ya llevaba casi una hora hablando con su madre. 

Marcos veía la televisión, mientras Luisa, sentada junto a  su lado en el sofá hablaba por teléfono con su hija. 

Si querida....el niño ya esta durmiendo....un angelito la criatura.....¿con Marcos?....no te preocupes....muy bien...si....me hace caso en todo.....no te preocupes que te lo cuidare bien....si, los hombres ya se sabe....no se les puede dejar solos....Vale, chao cariño. Te quiero hija... 

 

Luisa colgó el teléfono. A Marcos le reventaba que su mujer y su suegra lo trataran como un inútil cada vez que hablaban de él. 

Seguidamente Luisa se levantó y dirigiéndose al televisor, lo apago. 

Pero que haces Luisa?, estaba viendo el partido.. 

se acabó la televisión. Hay que irse a la cama 

Pero Luisa, no quiero irme a dormir....no tengo sueño 

Y ante sus ojos Luisa se quitó la bata que llevaba. Iba completamente desnuda. Sus gruesos muslos, entre los cuales se encontraba su peludo pubis, su hinchado abdomen y sus enormes pechos, todo quedó ante los ojos de Marcos. 

Y ¿ quien ha hablado de dormir?.....vamos a follar....- dijo Luisa con una media sonrisa 

 

…....................................... 

Los días pasaron y Lucia llegó. Todos estaban contentos con el regreso. Aunque Marcos sentía cierta pena. Esos días con su suegra habían sido muy intensos sexualmente, y tenía la sensación que ya no se volverían a repetir. 

Tengo que deciros algo. Me han propuesto algo y he de consultarlo con vosotros- dijo Lucia. 

Claro, cuenta hija, cuenta.... 

Veréis, resulta que en el trabajo me han propuesto un ascenso... 

eso es fantástico- dijo Marcos 

si, pero eso significaría mas viajes, estar mas tiempo alejada. Por una parte es una  oportunidad única,  pero por otra parte me duele alejarme del bebe y de vosotros. 

tu  quieres ese trabajo, hija?- pregunto Luisa 

Creo que sí, pero no quiero precipitarme, quería hablarlo con vosotros, porque claro, el bebe, Marcos, quedarse aquí solos los dos 

No te preocupes,  si a Marcos le parece bien, cuando tu te vayas, me puedo venir aquí para cuidar del bebe y de él. 

si claro, si es lo que tu quieres y así estas contenta cariño, por mí no hay problema 

¡ de verdad¡, no sabeis como os lo agradezco.¡ Voy a llamar ahora mismo a la oficina¡ 

 

Y Lucia salió disparada para llamar a su jefe a decirle que aceptaba el trabajo, llena de alegría. Luisa se dio la vuelta y miro a Marcos. 

bueno, parece que vamos a tener la oportunidad de quedarnos a solas bastante a menudo- le dijo Luisa con una sonrisa 

eso parece... 

En fin, ¡que no haría una madre por su hija¡ 

Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 8.43
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