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Categoría: Confesiones

Lección para mi esposa

NO hace mucho, mi esposa y yo cambiamos de residencia. La actual, está muy bien ubicada en un sector eminentemente residencial y lo suficientemente amplia para nuestras necesidades y planes a futuro.Ésto, como es habitual, lleva un tiempo de adaptación y nuevos conocimientos en cuanto a reglamentos del condominio y vecindario, así como adaptación a nuevos horarios de salida y llegada por el tráfico gigantesco que hay en ésta ciudad.

Por lo anterior, yo tengo obligación de salir de casa antes que mi esposa para estar a tiempo en mis labores. Mi llegada, también es más tarde que ella. Sin embargo, después de un par de meses de habernos cambiado, noté un comportamiento extraño en mi esposa. Durante varias semanas la estuve observando, persistiendo aquel comportamiento. Decidí entonces, ante la imposibilidad de mi parte de averiguar lo que estaba sucediendo, contratar los servicios de una agencia de investigación, cuyo propietario no era desconocido para mí, aunque no somos amigos. Le planteé mis dudas y le dí dirección del trabajo de ella, dirección de casa y números de matrícula de su vehículo. Quedamos que a más tardar en una semana tendría resultados y en base a eso, acordamos los honorarios.

Poco antes de una semana, en efecto había resultados. Ella, saliendo de su trabajo a eso de las cuatro treinta por las tardes, se reunía al menos una vez por semana con un hombre que, según el video mostrado por el investigador y por haberlo investigado también a él, era un vecino cercano a nuestra residencia. Se reunían en un centro comercial. Ella caminaba hacia el vehículo de él e iban a un auto hotel no muy lejano donde permanecían por espacio de unas dos horas. Ella llegaba a casa antes que yo como dije, teniendo tiempo suficiente para borrar cualquier evidencia. Así pues, con el investigador elaboramos un plan para darle una lección.

El investigador se comunicaría con ella y le haría llegar copia del video donde aparecía juntándose con el vecino y entrando y saliendo del auto hotel, diciéndole que había sido contratado por mí para tal averiguación, pero si ella quería el silencio o una información falsa hacia mí, tendría que reunirse con los dos investigadores y con el dueño de la empresa de investigación en el mismo sitio donde se reúne con el vecino, para ir al auto hotel. Le dio tiempo para que lo pensara y le dijo que se comunicaría en dos días para saber la respuesta. Lo habíamos planeado de esa manera, para que los dos investigadores que la siguieron y la filmaron, la cogieran mientras el dueño los filmaba. Yo quería esa prueba...la filmación de que ambos la cogieran. Y que lo hicieran bien.

A los dos días, en efecto llamó el dueño de la agencia, respondiendo ella que estaba bien, que lo haría pero con la condición que le dieran el video original y que no sacaran copias. La cita se concretó para el día siguiente, asistiendo ella puntualmente, subiéndose al vehículo donde iban los tres investigadores y llegaron al mismo auto hotel.

Al inicio del video, puedo ver la habitación por dentro, donde los dos investigadores proceden a desvestir a mi esposa besándola y acariciándola completamente. Ella al inicio, no parecía sentirse cómoda sino más bien reacia a entregar la pasión que es capaz de desarrollar; sin embargo conforme fueron acariciando sus partes más íntimas, chupando sus senos y besando su boca, se abandonó al placer y la lujuria, pidiéndoles más y más. Así pues, la tendieron en la cama de forma transversal, de manera que la cabeza quedaba al borde de la cama y sus piernas abiertas en el borde contrario. Uno de ellos, le puso la verga en su boca y en un santiamén se la tragó, mientras el otro metía su cara entre las piernas y le chupaba la concha y acariciaba el clítoris. Los gemidos que daba, eran los conocidos por mí al demostrar toda su pasión y el deseo de sexo. Al que le chupaba la verga, también le chupaba las pelotas y el que le chupaba la concha, le metía el dedo en el culo. Ella vibraba y gemía de placer, Cambiaron de lugar los investigadores, y ahora el que estaba entre sus piernas, le puso su verga en la boca. El otro, se metió entre sus piernas y siguió con la chupadera de concha. Por fin, éste último la penetró duro y con fuerza. Ella dio una exclamación fuerte de placer, mientras el otro seguía ofreciéndole la verga a su boca. Volvieron a cambiar de sitio, y así estuvieron por un rato, cambiando, cogiendo, chupando y acariciando, hasta que uno de ellos terminó con un grito de placer. Con eso, quien estaba en la boca de ella, tomó el papel del otro, penetrándola y acometiendo con fuerza. Por su parte, ella ya llevaba varios orgasmos pero seguía ofreciendo todo lo que tenía para recibir aún más placer. Cuando el segundo terminó, el dueño de la agencia, caliente como estaba de ver y filmar todo aquello, se quitó la ropa, dio el teléfono a uno de los investigadores, y se montó en ella provocando otro grito de placer al penetrarla. Quien había terminado primero, ya estaba casi listo de nuevo, por lo que colocó de nuevo su verga en la boca mientras el jefe acometía con fuerza y ella gemía de placer y alcanzaba más orgasmos. Terminó el jefe, y quien tenía su verga en la boca, quiso montarse de nuevo, pero ella lo impidió diciéndole que ya no podía más. Él no se se conformó con la negativa, y la montó de nuevo aún contra su voluntad. Ella ya tenía rostro de dolor o de arrepentimiento. NO sé cuál de los dos. Pero ya no estaba tan gozosa como antes. Luego de unos seis o siete minutos, aquel vuelve a terminar y la monta de nuevo el que había ido en segundo lugar, también contra la voluntad de ella. Éste duró aún más tiempo. Tal vez unos ocho minutos. Mientras, el jefe le puso la verga en la boca para montarla después que terminó el que la había montado en segundo lugar.

Todo debidamente filmado como yo lo quería, por lo que el jefe antes de darle el video a ella como era el compromiso, me envió el video a mi correo. Procedió a entregarle los dos videos, el que le habían tomado con el vecino y el que habían filmado en la intimidad del auto hotel.

Me calenté muchísimo al ver las grandes cogidas que le dieron, a la vez que pretendí con eso que no volviera por sus fueros de buscar en otro lado lo que tiene en casa. Sin embrago, eso me ha servido de fantasía, y creo que en algún momento le sugeriré que lo haga y me cuente. LO que si sé, es que recibió una lección. Primero era todo placer. Luego, dolor.

Datos del Relato
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