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Categoría: Incestos

LAS HIJAS DE MI HERMANA -parte V

Una suave brisa entraba por la ventana que daba justamente al mar moviendo las cortinas, un rayo de sol que se filtraba furtivamente a través de ellas me despertó, estaba desnudo y recostada junto a mí, Carmen.
Estos días serán inolvidables, lo paso estupendamente con esta mujer maravillosa pensaba, mientras acariciaba su blanca, suave y aterciopelada piel. Entonces pensé en despertarla muy suavemente pero no de una manera convencional, sino de la forma más agradable y sensual.
Su cabeza apoyada en mi hombro y sus piernas apretando mi pierna izquierda nos quedamos anoche cuando nos sorprendió el sueño después de terminar con una maravillosa sesión de sexo.
Comencé a separarme liberando tiernamente primero su cabeza y luego sus piernas que aprisionaban la mía y que aun todavía conservaba la humedad que afloró de su cuerpo la noche anterior. También sin que se despertara la coloque boca arriba desnuda y dormida. ¡me emocionó!
Comencé a besarle los pechos muy suavemente, con pequeños mordiscos en sus pezones, mientras mis manos bajaban por su vientre llegando a su vulva. Acaricié los pelitos de su pubis muy despacio, al llegar a sus piernas, las separé levemente, y coloqué una mano en su sexo. Con los dedos rozando los labios dulcemente pero sin que entrara, continué unos instantes, comprobé con sorpresa que afluía un líquido viscoso y dulce. Humedecí un poco mis dedos, coloqué la palma de la mano en su pubis y comencé a acariciarle el clítoris. Al poner la mano que tenía libre sobre sus pechos, de repente.
¡Que hermoso despertar!.musito Carmen intentando levantarse
Espero te guste- dije sonriendo
¡Me encanta! me gusta, sigue- respondió mirándome fijamente y recostándose en la cama
Mientras le acariciaba besé su pubis, sus pechos, su vientre. Ella respondía a mis caricias con gemiditos y suspiros de aprobación.Introduje dos dedos dentro de su sexo, mientras continuaba acariciándole el clítoris, sus gemidos se tornaron en grititos.
-Sigue.sigue. así.
Durante unos minutos esos fueron los sonidos de la habitación. La miré a la cara y vi la excitación, los ojos entornados, la boca entreabierta, una mano apretando un pezón, la otra aferrando fuertemente a las sábanas de la cama. De repente se incorpora, me abraza del cuello y se mete fuertemente mis dedos que buceaban en el interior de su vagina, mientras deja escapar un alarido que retumba en la casa.
Hay. ¡Mi amor! mi hermano querido
Acababa de tener un orgasmo
Demonios, fue hermoso.esto.sí me ha gustado- dijo con una sonrisa de satisfacción, mientras volvía a tumbarse en la cama
Todavía no hemos terminado corazón, quiero seguir haciéndote cositas
¡No! Por ahora no. Me voy a bañar porque desde anoche estoy llena de leche y pegajosa.
Me levanté con la verga nuevamente parada siguiéndola, cuando nos disponíamos a entrar al baño, apareció de improviso mi sobrina en el cuarto viéndonos desnudos y a mí con la verga en ese estado.
¿Qué haces mama en este cuarto?
¿Tío porque estas así, y desnudos los dos?
Carmen se apresuró a aclarar nerviosamente tratando de ser convincente,
¡Clarita! estamos desnudos porque nos íbamos a duchar; hace un calor insoportable.
Puede no ser correcto pero recuerda que somos hermanos.
Comprendo., los dejo porque me estoy orinando. Cuando termine me baño con ustedes
Dejo caer su túnica mostrándose en toda su desnudez; algo ha cambiado, no lo se aun, pero lo presiento, sin embargo me queda claro al verla caminar con la seguridad de una mujer completa. Comparé visualmente su cuerpo con el de su madre, dos generaciones pero ambas de lo mejor, se destacaban sus nalgas y sus pechos.
Entró al baño y se sentó en el sanitario con las piernas abiertas mostrando su peluda vulva, mientras claramente se oía el sonido de su orín saliendo con fuerza.
Empiecen a bañarse, que enseguida voy, dijo guiñándome un ojo
¡Mamá! entra tú primero. . .así te limpias esa gran cantidad de liquido transparente y un poco espeso que chorrea por tus muslos.
¡Me estoy orinando!..Contesto Carmen un poco cortada.
La verdad estaba excitada y yo una terrible erección, me levanté despaciosamente, me quede un instante quieto y serenamente dándome vuelta me dirigí hacia el baño. Los ojos de Clarita se quedaron prendados ante mis desnudes, vi como sus pezones se erguían poniéndose duros, por lo que intente disimular tapándome con la mano
¡No tío!, déjala que la vea ¿Se te pone tan dura?
Pregunto mi sobrinita sin ningún disimulo mientras la contemplaba.
Clarita ¡No puedes decir eso! La reprendió Carmen
¡Si que puedo!. ¡Mira tío que lindas! Apretando y mostrando los hermosos pechos que conocía y Carmen ignoraba. ¡Tócalas! Me las ofreció y acepte acariciando uno y pellizcando el otro pezón al tiempo que mi verga se disparaba hacia arriba dura como una piedra.
Clarita mirándola me dijo:
Me gustaría tocarla… ¡Me dejarías mama!
Carmen no contesto y entró a la ducha tratando de darle a la situación un cariz de naturalidad, abrió la lluvia y cuando el agua caía sobre su cara, mi sobrina sentada en el sanitario me guiño el ojo, para que le siguiera la corriente, le sonreí confirmando que entendía su plan de dárselas de inocente involucrando a su madre en una morbosa situación, sin saber que Carmen gozaba precisamente por lo que ella hacia.
Al pasar frente a ella en el sanitario dice mi sobrina inocentemente señalando el miembro parado.
¿Tío siempre la tienes parada?”
Siguiendo la corriente le contesté: Siempre que tenga calor se pone así.
¿Te la puedo tocar para sentirla?
Mire a mi hermana que seguía la conversación y asintió con la cabeza para seguir con la apariencia de naturalidad familiar,
¡Puedes cariño! Es la cosita de tu tío.
Tomó mi verga como viéndola por primera vez y la palpó comprobando su dureza, peló la cabeza del todo bajando y subiendo el prepucio pajeándome y mirando a su madre le dice:
Que fiebre tiene tiíto, ¡pobrecita!, las venas están hinchadas y está muy dura. Mama tócasela para que veas
Carmen tomo mi verga para comprobar lo evidente y que por lo morboso del momento estaba recaliente dice:
Lámesela para enfriarla.
Clarita reacciono rápidamente llegando justo a mi pene, alcance a levantar su cabeza, recogí su pelo con una mano y la bese con todo lo que ella estaba despertando en mi, bajo después su boca a mis testículos y los lamió despacio, los mordisqueo y succiono muy suave hasta la raíz de mis vellos, lamió todo mi pene hasta su glande de una forma increíble así de seguido y sin usar las manos que acariciaban el pecho o se aferraban a mis nalgas. Saco mi pene de su boca y me dijo: ¡Tío no se baja! ¿No podría probar si la metes dentro de mi cosita?
Eso evito momentáneamente que acabara aunque ella siguió dándome un placer increíble con la lengua. Creí sentir como sus labios sonreían
¡No sigas Clarita! Deja a tu tío…Es cierto que está muy caliente, mejor Marcos te mojas que te lavaremos entre las dos.
Me coloqué debajo de la regadera y Carmen en su afán de seguir aparentando la candidez del momento, comenzó a jabonarme la espalda y luego las nalgas pero le tomé el jabón y comencé a fregarla, lavé sus tetas y sus pezones duros, me agache, al meter la mano por sus muslos, podía oírla gemir suavemente y sentir las primeras convulsiones.
Clarita solo observaba, pero cuando lavé la vulva de su madre y jabonaba dentro de la raya, mi hermana dejo escapar un gemido profundo mientras por sus muslos comenzaban a bajar un torrente de flujos blanquecinos que se mezclaban con el agua, se dio cuenta, no sabia si pedir que parara o siguiera, cuando mi sobrina dice:
¡Tío ahora báñame a mí, por favor!
Mire a Carmen que aprobó aliviada.
Comencé por su cuello y bajé por sus tetas, sus axilas, su vientre, jabone bien el monte de Venus hasta su vulva, lave sus labios mayores y abriendo sus labios menores metí dos dedos en su vagina que estaba ardiendo y mojada no precisamente por el agua. La mocosa en ese instante cerró sus piernas atrapando mis dedos-
¡Mama me gusta que me bañe el tío! Lo hace muy bien… sobre todo en mi cosita… ¿Quieres probar?
Carmen para no despertar sospechas aceptó, y comencé a jabonar su vulva, estaba excitada, lo veía en sus ojos y lo sentía en su endurecido clítoris, y empezó a gemir cuando le metí dos dedos acariciando su vagina.
¿Tío estás lavando a mamá por dentro?
No quieres que te jabone yo a ti.
Para evitar acabar delante de su hija, Carmen le contesto,
Hazlo Clarita lava bien a tu tío…sonriendo la mocosa tomó el jabón y comenzó a lavarme, al tacto de sus manos sobre mi cuerpo me provocan varios espasmos, ¡no de sorpresa, sino de placer! Percibía sus manos en la espalda, en el cuello, en el pecho y en mi vientre, las movía en sentido giratorio pero sin deslizarlas, haciendo que sea mi piel la que se deslizara provocando un placer que pocas veces había experimentado. Esa zona de mi cuerpo es muy erógena, ¡mi verga responde de inmediato babeándose! No pude evitar los espasmos y un gemido de gozo se me escapo como si estuviera acabando. Medio sorprendida y sonriéndome me dio vuelta, se arrodillo y quedo un momento inolvidable frente a mi -en esa posición tuvo una directa visión de mis genitales excitados. comenzó acariciarme mas que refregarme el endurecido miembro, miré su cara de niña inocente, pero sus ojos me decían lo caliente que estaba, la pequeña mano seguía frotando ahora en forma de una clásica paja, La leche empezó a subir desde mis huevos y Carmen entendiendo que mi eyaculación era un hecho, solo alcanzó a decir,
¡Sobre la nena no por favor!
Fue demasiado tarde, mi semen cayo sobre los pechos de mi sobrina, los otros en sus senos.
Clarita se empapo los dedos en ellos, los huele y los chupo mientras con la otra mano se lo esparcía por sus pechos mientras alegremente decía:
¡Mama! Es riquísimo el orín del tío.
No es orín cariño, es mi leche que guardo acá en mis huevos.
Mi hermana quedó impávida, todo había pasado tan rápido que no había tenido tiempo de organizar sus pensamientos. Mi sobrina no soltaba mi pene que daba muestras de relajación al cumplir su descarga.
¿Que pasó tío que me llenaste con leche? Lo decía maliciosamente chupándose la leche de los pechos con el dedo. Carmen hablo entonces, vamos a terminar de bañarnos y después le explicaremos a Clarita ciertas cosas que debe saber. Ven cariño que nos lavamos juntas.
Tomaron toallas y salieron de la ducha; madre e hija desnudas eran idénticas y realmente hermosas, solo sus vulvas distintas, la hija nunca se había depilado y la madre tenia apenas unos vellos que resaltaban aun mas su belleza.
Me tire en la cama boca arriba con la verga terriblemente dura frente a esas hembras que me enloquecían; mi hermana trató de explicarle a su hija:
Mira el pene del tío lo grande que esta; sucede por varias razones, en particular si frente a el tiene mujeres desnudas como nosotras, entonces solo puede bajarse masajeándosela para que largue la leche que guarda.
Mama. no entiendo como solo frotándosela se le puede quitar la fiebre al coso del tío.
La supuesta ignorancia de mi sobrina puso en aprietos a su madre.
No, no se dice coso, se le llama verga, pene, o pija como dice el.
Tampoco es la única forma de bajarla, la mejor es.Bueno también hum….., metiéndola en nuestra boca o en la vagina que también funciona.
Fijándose en el miembro que seguía templado. Dice mi sobrina.
¡Mami! la verga del tío sigue con fiebre, lo tengo que ayudar.
Rápidamente y sin escuchar razones se agachó tomando la verga pero de una forma mucho más serena, pausada, con delicadeza, se la colocó entre sus labios mayores excitando mi glande en su humedad, en la cálida presión de su entrada. La penetre por detrás poco a poco, con un cuidado que no imaginaba en mí: ella gime y se estira y yo la quiero con mi palma de la mano abierta, sobre sus hombros, en su nuca, bajo su pelo. Nos movemos, nos agitamos en un vaivén que la lleva a un orgasmo que crece prolongado en su deseo acumulado, que la libera con un grito satisfecho, que estremece su cuerpo con el mío atrapado en su interior quería metérsela toda pero no sabía hasta que punto ella quería mantener la comedia delante de su madre, pero siguió metiéndose y sacándose nada más que el glande que estaba tan caliente y mojado que sentía escurrir sus flujos vaginales por el tronco.
Coloque una almohada bajo sus caderas para alzar su pelvis, me arrodille entre sus piernas, abrí sus labios mayores y coloque mi glande en la entrada de su vagina ardiente con una suave penetración, mirándola a los ojos.
¡Tío querido! Murmura- te siento en mi interior es como una explosión de jadeante felicidad, gozar tu caliente y hermosa verga abriéndose paso dentro de mí. No puedo describir con palabras lo que siento.
Una vez que mis huevos se pegaron a sus nalgas, su emoción hizo que pronto empezara a subir su pelvis en la búsqueda de una mayor penetración, acelere el ritmo, con gemidos que se fundían con los suyos. Fue una serie emocionante, intensa y gloriosa, donde los sentidos y los sentimientos gozaban a la par. El placer más puro quedaba coronado con la entrega sin límites del instinto más primario e íntimo de la humanidad. Nuestros cuerpos se estremecían por las convulsiones del placer, mi verga entraba una y otra vez gozosa en su interior, a la que estaba haciendo tan feliz. Pronto los sentidos reclamaron su parte, sudoroso rebotaba sobre ella con una increíble energía, su sensual cuerpo me desafiaba con lujuriosa posesión. Con sus pies cruzados tras de mi, nos buscábamos con embestidas descontroladas, entre continuos gritos y gemidos, buscando cada vez más contacto de un cuerpo con el otro, más penetración, mayor angustia. Nuestro desenfreno llegó a tal punto, que ignoramos que Carmen nos estaba observando.
¡Es la experiencia más gloriosa que he tenido en mi vida! Murmuro Clarita…
Era como un animal en pleno celo, incansable, incontrolable, olvidando el mundo que la rodeaba, inmersa en una lujuria desenfrenada e irracional, con la única obsesión de más, más y más, cada vez más profundo. Me tenía rodeado con sus brazos y piernas, más que besarme, me mordía, sus uñas se clavaban una y otra vez desgarrando mi espalda, como temiendo que escapara, en un frenesí sexual, totalmente incontrolado.
De pronto me quede rígido, quieto, respirando profundamente desde el núcleo de la vida que mi miembro producía en su interior –entraba en éxtasis tántrico permitiendo que mi energía se movilice físicamente para crear esa sensación de unidad y éxtasis para que ella logre una gran cantidad de orgasmos. Al saber que llegaba el primero como jamás lo sentirá en su vida, un orgasmo infinito, cósmico, astral, donde millones de estrellas danzaban en su cerebro y todas sus células vibrando, se disgregaban como una súper nova, su gozoso placer era expansivo. La práctica del sexo tántrico me permitía que mi energía se movilice físicamente para crear esa sensación de unidad y éxtasis.
¡Es la experiencia más gloriosa que he tenido en mi vida! Murmuro Clarita…
Silenciosos, sudorosos, con la respiración aún agitada, gozosos los cuerpos de sensual placer, nos miramos a los ojos con una sonrisa de complicidad
¡Marcos! Creo que Clarita necesita aprender a conocer su cuerpo y como en estos momentos esta gozando intensamente, seria provechoso enseñarle el arte de las penetraciones.
¡Si Mami! Quiero que el tío me enseñe todo lo que hace contigo como los vi anoche.
¿Me dolerá? Pregunta con una sonrisa maliciosa.
-Nos miramos sorprendidos y avergonzados; tratando de disimular Carmen dice cariñosamente ¡Te puede doler!.Tu solo tienes quince años, yo lo he intentado siendo soltera y me dolió un poco, pero si quieres prueba.
No tengas temor ni te preocupes por los años, tratare como dice tu madre de hacerte gozar con el menor dolor, mientras la empujaba suavemente apretándole sus brazos en señal de complicidad hasta que se inclino y apoyo sus manos en la cama. Recorrí toda su espalda con mi boca y al llegar a sus nalgas note como cambiaba su respiración pero seguí por sus muslos, le gustaba no cabía duda, pero al parecer nadie se había tomado la molestia de ir descubriendo su cuerpo poco a poco como lo estaba haciendo yo, iba descubriendo los puntos sensibles de su piel a través de mi lengua, la parte de tras de sus muslos, detrás de las rodillas y al morderle suavemente el tendón de Aquiles no pudo reprimir un quejido, de regreso le beso las nalgas, tomo cada una de ellas, las separo y veo su ano, el delicioso punto de placer que pocos se atreven a saborear sin saber que es delicia, me acerco a el con mi lengua lamiendo la raya, su placer aumenta, sube su desesperación por sentirme, mueve y empuja sus nalgas apretando mi cara, buscando mi lengua en su ano, me retiro esperando se calme, gime… lo inicio de nuevo, ahora permanece quieta esperando y disfrutando su excitación que aumenta con cada caricia, hasta que mi lengua encuentra su ano, delicioso, pequeño, apretado y oscuro, se estremece, un gemido mas profundo se escapa de sus labios, siento como su cuerpo tiembla, acaricio sus labios interiores lubricados y con mis dedos empapados acaricio su clítoris que justamente asoma cuando mis dedos penetran en la vagina solo un poco, pero esto es suficiente y comienza a venirse de una forma increíble - esta de verdad disfrutando tanto como yo para que se venga tan rápidamente- hasta dejarse caer sobre la cama, la acuesto y la volteo dejando sus nalgas al aire, pongo sus piernas en mis hombros, su vagina esta empapada y deliciosamente ansiosa… olía deliciosa. Grita cuando apreso con mis labios su clítoris y succiono y acaricio con mi lengua y mis dedos la comienzan a coger y ella se pone y se muevo como loca, empieza a perder el control, el placer logra esto y ahora no sabe mas que pedir mas y mas, quiero tu verga pero ya por favor, cójeme, cójeme ya, que no aguanto, te necesito dentro quiero tenerte, se retuerce en la cama y aprovecho lubricando un dedo de mi mano ocupada para introducírselo en su ano, ella trata de escapar pero la detengo y poco a poco se acostumbra y así, comienzo a cogerla por ambos lados.
Al disminuir el dolor, pronto comenzaron los gemidos y chillidos que iban haciéndose más y más fuertes ¡Vamos a despertar a los vecinos! Le grite cuando su excitación parecía máxima. Ella colocó una mano sobre mi cabeza, cómo queriendo decir –nada me importa- pero no te separes de mí, mientras continuaba con una serie interminable de orgasmos…
Me encanta verla arrodillada con la cabeza descansando sobre sus brazos cruzados y sus caderas mirándome, me acerco excitado, el espectáculo de su culo me fascina, normalmente se lo chuparía pero ahora el tiempo y el placer es de ella, apoyo mi endurecido y enloquecido miembro en la entrada de su ano, y comienzo a empujar muy lentamente, se da vuelta y me mira fijamente en silencio, veo su expresión de dolor pero resiste, busca lo mismo que yo, el placer únicamente, por fin su esfínter cede y pasa mi glande, descanso un poco, que se acostumbre, le beso la espaldo y me retiro, solo un poco para tomar fuerza, arquea su cuello en expresión de dolor y placer por fin estoy completamente dentro de ella, despacio, poco a poco, es deliciosa la opresión de su ano virgen, quisiera moverme mas rápido pero se que la lastimaría, así que lo hago despacio, será un buen recuerdo de su primera relación anal, poco a poco el esfínter va dando paso al placer, la tomo ahora de sus caderas y le imprimo ahora si un ritmo fuerte, mis huevos chocan con su piel, el sonido de la verga entrando en ella, sus suspiros y suplicas de mas y mas, comienzan a embriagarme, la tomo de los hombros y la atraigo hacia mi, quiero que me sienta dentro de ella, la agarro de sus cabellos y tiro hacia mi, ella empuja hacia delante con fuerza, yo tiro mas fuerte, nada le importa nada siente, esta por acabar brutalmente ansiosa de sexo… comienza a insultarme y decirme las cosas que esta sintiendo, me dice lo que no ha dicho hasta ahora, quiere que termine con ella, que le llene el ano con leche, quiere sentirme y disfrutarme, pero como siempre no quiero- busco el éxtasis – por lo mismo aumento mi ritmo y con ello sus deseos, la tomo de sus caderas la subo y bajo de forma frenética, el pene se pierde entre sus nalgas que me golpean el vientre, ella parece transformada en un caníbal salvaje, pero disfrutando. Cabalgaba a toda velocidad hacia un nuevo orgasmo, bestial, gigante y único. Yo disfrutaba y me excitaba con la visión de una amazona salvaje sobre mi grupa. Se empieza a venir pero ahora de una forma diferente de igual intensidad pero con otro placer quizás más profundo, más animal…como no lo había hecho antes y ni siquiera sabia que pudiera acabar de esta forma, me gusta verla disfrutar, me excita verla en este estado, quieta, floja y sin fuerzas bañada en sudor.
Al sacar lentamente el miembro torrentes de flujos lo acompañan deslizándose sobre sus muslos y perdiéndose entre las sabanas, formando una gran mancha. Al mirarla a los ojos le pregunto si le ha dolido mucho, me observa unos instantes y después sonríe
¡Tontito! Que pija tan maravillosa tienes.
Carmen permanecía pensativa observándonos.de pronto rompe el silencio y mirándome con esos maravillosos ojos verdes me dice:
¡Ya es hora de volver a casa!

Mateo Colon
Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 5.69
  • Votos: 48
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