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Categoría: Incestos

LAS HIJAS DE MI HERMANA -parte IV

A veces dormíamos juntos y generalmente andábamos desnudos por la casa; esa temporada del año hacia demasiado calor por lo que aprovechábamos de vivir libremente, lejos de ataduras y prejuicios. Sara se calentaba sobremanera el verme hacer el amor con mi sobrina sobre todo cuando la cogia por el culo, mientras que a Marita le causaba un enorme gozo chuparle la concha por los gemidos que profería y delataban.
El resto del semestre fue una temporada deliciosa disfrutando y siendo atendido por mis dos mujeres, incluso cuando Sara que por la salud de su anciano padre, viajaba a visitarlo.
Mariela era la esposa sustituta y dormíamos juntos, debido a la habilidad para no crear diferencias los celos no existían para nada.
Al final del semestre escolar de Marita, debía pasar sus vacaciones en su casa, por lo que Sara me insinuó que como Carmen mi hermana hacia mucho tiempo no venia a la ciudad, sería conveniente invitarla para que me hiciera compañía al menos durante 15 días que suponía era el tiempo que se tomaría para estar con sus padre, y de paso atendiera en su ausencia el departamento.
Me comunique con mi hermana y le propuse su visita, aceptó encantada, desde su matrimonio me comento, esa lejana zona rural había sido su única morada. Haciendo un silencio…me pidió si la podría acompañar la pequeña Clarita.
Sorprendido y excitado le dije que serian bienvenidas.
Marita se despidió esa noche con dos orgasmos; provocado el primero por mi lengua y con una auto masturbación el segundo mientras miraba como me cogia de pie a Sara contra la pared y esta tuvo el suyo conmigo. Yo solo acabe una sola vez producto de una hermosa paja frente a las dos mujeres como les solía morbosamente gustar. En ningún momento llegamos a estar los tres revueltos, y tampoco lo hemos repetido, aunque si lo hemos comentado en esta ocasión, y solo el recuerdo nos ha excitado ofreciéndome Marita una mamada especial. Mientras yo chupaba la vagina de mi esposa sentada en mi cara, ella mi sobrina se sentó de golpe sobre mi verga hasta que sus labios y mis huevos se tocaron ¡Me estas partiendo grito, mierda, pero me encanta! Ah. ¡como me gusta!- Así como estábamos, con mi pija dentro de ella, me tomó de los hombros con sus manos subiendo y bajando, sentada sobre el, cabalgando como la más brava de las yeguas.
Había mejorado en el arte de hacer el amor.
Antes de partir entro al dormitorio diciéndome; vengo a despedirme, Sara esta esperando en el coche para llevarme a la estación y agarrándome de la pija bajo las sabanas me advierte ¡No me olvides por la calentona de mi hermana! Te prometo que tratare de volver pronto. Me beso y partió.
Dos horas después recibimos a las dos visitantes en la Central del Ferrocarril.
Carmen abrazo fuertemente a mi mujer, aun conservaba su exótica belleza con sus negros cabellos jugueteando en su blanca cara y cuyos verdes ojos siempre envidie.
A pesar de su inestable situación económica, mantenía un cuerpo lozano pese al viejo vestido cerrado hasta el cuello que delataba la silueta de sus perfectos senos, una característica de la familia. Mi sobrina Clarita con sus 15 años, era un encanto de niña mujer, sus gestos expresaban la fortaleza por su vitalidad y alegría que le daba su espíritu extrovertido, que trasmitía sin embargo el toque de inocente malicia de niña que había crecido demasiado rápido.
Cuando me vio me estampo un tremendo beso en la mejilla y se colgó de mí, como siempre lo hacia con su tío preferido.
-Tío espero que pronto me haga lo que quedo pendiente, y donde me gusta, murmuro sonriendo pícaramente.
-Te voy a enseñar algunas cosas, pero cuidado con tu mamá, no debe sospechar lo que ya hicimos.
Carmen estaba sorprendida como había cambiado la ciudad, pero más Clarita que quedó maravillada de las vidrieras adornadas con distintas variedades de ropas.
Caminamos visitando centros comerciales haciendo algunas compras, sobre todo a madre e hija que primero se negaron pero terminando aceptando porque vieron con el amor que le ofrecíamos los regalos.
Llegamos entrada la noche al departamento donde mi mujer ubicó en el cuarto que usaba Mara a Clarita que se puso a revisar todo y en la suite de huéspedes alojo a Carmen que estaba más alejado de los demás.
En la mañana de ese sábado, muy temprano lleve a Sara al aeropuerto porque viajaba por una semana a la casa de su infancia para ver a su padre que estaba enfermo. Mis labios quedaron aferrados a los suyos en aquel beso de despedida, su lengua jugaba furiosa con la mía mientras verga y pelvis se apretaban como no queriendo separarse.
Tomando mi rostro con las dos manos mi mujer me dice ¡Por favor trata de llegar temprano a casa, no las dejes solas. Me beso suavemente y se alejo por la puerta de embarque.
Cuando llegue a casa se estaban levantando, Carmen con un camisón largo y un poco raído por el uso sobre todo en la zona de las nalgas. Me senté en la silla de su alcoba justo cuando se desperezó levantando sus brazos y pude ver sus axilas peludas. Recordé que las mujeres de la zona rural no se depilan.
Cuando mi hermana pasó delante mío en dirección al baño no pude evitar mirar su trasero, yo sabia que ellas dormían sin bragas, su raya se alcanzaba a divisar en un culo perfecto que se apreciaba al moverse. Mientras seguía mirando sus nalgas le comento; Carmen recuérdame de cambiarte esa bata, está muy gastada.
Se paro justo frente al enorme espejo que cubría las puertas del placard, giro sobre sus talones notando que la raya se traslucía claramente a través de la tela gastada.
- ¡Marcos que pena! Si, se me ven todas las nalgas.
-No te preocupes que somos hermanos, además todavía tienes un hermoso cuerpo, déjame que te vea bien, hace mucho tiempo que no te recuerdo así. ¡Si! que eras la mas bella de la familia.
- Fijándome bien alcanzo a ver a través de la gastada bata la silueta de tus pechos algo grandes y también tus pezones que se encuentran firmes. Caminó a través del cuarto mirándose las caderas y sus nalgas sin celulitis.
-Con los embarazos me crecieron mucho los senos y los pezones los tengo muy grandes.
Como es la vida, tiene que ser mi hermano el que se da cuenta de mis encantos pues mi marido jamás, es un buen hombre, pero sin ninguna atención.
Antes de hacer el desayuno me voy a dar un regio baño aprovechando esta maravilla del agua caliente, sus modernos artefactos, sus azulejos, toallas… todo, todo es hermoso en tu casa.
Entró al baño cerrando la puerta sintiendo el ruido que hacia al orinar, pero al instante alzando la voz grita,
¡Marcos! Como funciona la ducha, es la primera vez que entro a una ducha sin canillas.
-¿Me permites que entre y te enseñe?
-¡Si! pero pásame una toalla, que acá no hay.
Tomé una pequeña toalla y mi hermana sacó la mano, se la puso enfrente tapándose las tetas y la vulva, pero los costados y toda la espalda quedó descubierto o sea que sus nalgas estaban al aire. Entré al baño pero ella se recostó en la pared para que no la viera medio en pelotas.
-Bueno, menos mal que eres mi hermano de otra forma estaría asustada.
Tranquila que no eres la primera mujer que veo desnuda ni espero que sea la ultima, además entre hermanos tiene que haber cierta confianza.
La pequeña toalla apenas la cubría delante por encima de sus muslos firmes, al hacerla salir de la ducha, su espalda y sus nalgas quedaron expuestas y cuando levantó la pierna, se deslizo la toalla y de reojo alcancé a ver su velludo pubis.
Le enseñe los usos de la ducha, el bidet y el sanitario y salí, pero me había excitado la fugaz visión de la vulva de mi hermana.
Cuando salió del baño en su toallita yo estaba sentado en la cama, y tenia un pote de crema para la piel en la mano, se la entregué y le dije,
- Como vi que tienes la piel de tus piernas muy secas usa esta crema.
¿Como se aplica eso?
¡Permíteme que te enseñe! Acuéstate en la cama, boca arriba.
Cubriéndose apenas con su toallita se acostó boca arriba con las piernas cerradas pudorosamente. Aplique la crema en sus muslos, recorriéndolos de abajo arriba y de arriba abajo. Cuando mis manos se acercaban a su entrepierna me daba cuenta que no podía reprimir un estremecimiento de placer y sensualidad. Cada vez las acercaban más y más, su piel se había erizado y sus flujos se derramaban mojando ligeramente las sabanas de debajo y humedeciendo la rayita entre ésta y el ano. Cuando mis manos rozaron descuidadamente los vellos de su vulva, abrió las piernas, lo suficiente para hacerme entender que deseaba otra clase de masaje más íntimo. Era algo que no podía dejar de darse cuenta máxime por el tamaño que había adquirido mi verga, era evidente que se había dado cuenta de mi excitación y deseo.
No dijo nada y trató de levantarse pero al hacerlo abrió las piernas mostrándome su peluda vulva un instante. Mis ojos quedaron fijos mirándola. Ella observó mi mirada y me pregunto sonriendo.
¡Que espectáculo te ofrecí! se me vio toda ¿Estoy muy peluda, verdad?
Me impresionante, pero tu también observaste mi bulto.
Despreocúpate y apúrate a vestirte porque Clarita debe de estar despierta. No seria bueno que nos encontrara así.
Nada puede decir ¿o acaso no somos hermanos?
-Dijo… mientras entraba al cuarto de baño mostrando su cola parada que era digna de admiración. Me encantaba mi hermana.
Entre al cuarto de mi sobrina que estaba durmiendo con la sabana descubierta y adormilada sobre un costado, aprovechando que su mamá estaba en el baño le levanté la bata ¡Maravilloso cuerpo! la piel blanca de sus piernas y entre ellas su ya conocido pubis peludo, quizás inconcebible para una quinceañera, le pasé la mano por su vulva, le acaricié los pelos, y entreabrió los ojos que al verme sonrió, levantando su falda impúdicamente y abriendo las piernas para que la observara mejor, pasé un dedo entre sus labios mojados y los chupe y saboree sonriéndole.
Clarita se levantó tenia una bata de tiritas mas abajo de las rodillas en uso forzado, sus pechos trataban de salirse por los lados, me abrazó apretando sus tetas contra mí, me besó a lado de la boca le puse mi mano en una teta apretándole suavemente el pezón y le dije en voz baja;
¡Clarita! Están estupendas has crecido mucho, mas tarde te las voy a chupar, me voy porque tu mamá debe estar por salir.
Llegue justo al cuarto de mi hermana y me senté en su cama. Mi hermana salía del baño y se sentó a mi lado, mientras Clarita entro al cuarto y se metió en el baño sin cerrar la puerta, se levantó la bata dejándonos ver su peluda vulva sentándose en el sanitario, escuchando su chorro, su mamá le dijo:
¡Hija… cierra esa puerta que te ve todo!
Mamita que importa si es mi tío, además ya acabé. Se levantó la bata para limpiarse abriendo las piernas, y nuevamente volví apreciar su mágica vulva.
Al verla mi verga se endureció sobre todo viendo a mi hermana con las tetas al aire por lo que decidí salir del cuarto e ir a la sala dejándolas solas.
Desayunamos y salimos a conocer el resto de la ciudad, regresando por la noche al departamento. A la hora de acostarnos y después de saludar a Clarita con un beso le dije a mi hermana; me hubiera gustado quedarme un rato conversando contigo pero no me siento bien y prefiero ir a mi habitación.
Te voy hacer un te caliente me dice Carmen, seguro que tomaste frió y se fue a la cocina.
Al rato regresa y me encuentra a medias cubierto por una sabana. ¡Tomate el te que te hará bien!
Gracias, eres muy amables. Disculpa las molestias…Por favor soy yo quien te agradece ¿Te sigue doliendo? retira la taza y me acaricia el pecho desnudo.
Sí, lo tengo como endurecido, mira.
Se acerco a la cama, de frente a mí con las piernas ligeramente entreabiertas, me toco el estómago por encima de la sábana. Lo noto normal me dice. Le tomo la mano e hice que la bajara.
-Es un poco más abajo -le digo.
Bajo la mano y descubrió que estaba muy duro pero no era mi estómago, sino la verga que tenía una erección monumental.
Dejo su mano quieta, como si nada pasara y me miro a los ojos. Por mi cuerpo subió como un rayo de alegría pero, quería ver si ella estaba dispuesta.
-¿Crees que podrás hacer algo para que se me pase esto hermanita? - le pregunte.
-Ya lo creo que si.además lo sabes muy bien
Estaba inmóvil, con su mano suavemente apoyada en mi pene por sobre la sábana. Deslice entonces la mano entre sus muslos, por debajo de la falda y con el dedo acaricie su vulva por encima de sus bragas mojadas.
Empecé a mover el dedo con muchísima suavidad y me di cuenta de que rápidamente se excitaba. Era un placer enorme sentir sus labios mojados y palpitantes en mi mano, me transmitía toda la fuerza increíble de su calentura, mientras mi dedo la acariciaba de esa manera. Abrió la boca pero no le salieron palabras, solo un suspiro.
-Quizá tú sientes algo parecido a lo que siento, y podemos curarnos juntos -musite
-Si, Marcos eso mismo podemos hacer.
Cerró entonces su mano sobre su verga, siempre por encima de la sábana, y empezó a masturbarlo. Suave al principio, rápido después. Yo miraba la cara de Carmen, y gemía de placer con los ojos cerrados. Me masturbo largo rato hasta que de pronto, solté un torrente de semen, y creció una gran mancha en la sábana. Mi excitación era enorme, no había resistido más.
Se puso de pie, se bajo la falda que se había subido al sentarse en la cama y salió de la habitación.
La encontré en la cocina ordenando la vajilla y la abrace por detrás. Le apoye claramente la verga endurecida con firmeza en sus nalgas por sobre la tela de la falda. . Mis manos subieron hacia sus tetas que estaban libres, se pegó más contra mí mientras le besaba la nuca. Giro hasta estar frente a mí para decirme algo, pero le plante un beso en la boca, profundo, largo, húmedo. Nuestras lenguas excitadas se entremezclaron.
-Vaya Marcos por fin te has decidido, ¿no.?
-Lo siento Carmen es que yo no sabia si tu querrías hacerlo conmigo.
¡Pero si lo estaba deseando! O no te habías dado cuenta.?
Entonces puse mis manos sobre sus hombros e hice fuerza empujándola hacia abajo. Empezó a deslizarse hasta terminar de rodillas. Mi verga quedó pegada a sus mejillas. Ahora puedo verla bien, me dice. Esta ¡tan deseable!. gruesa, firme, con una vena hinchada que la recorre a lo largo, el prepucio corrido deja al descubierto la cabeza totalmente roja.
-Dime Marcos ¿cuántas chicas la han disfrutado.?
-Pues algunas, no muchas aunque la mayoría… no tiene importancia
La tomo desde la base y se paso la punta por sus labios cerrados como pintándolos con el jugo de su excitación. Apenas abrió un poco la boca con un suave empujón hacia delante clave mi lanza de carne hasta la garganta.
Le dio una arcada pero no se detuvo. Con ambas manos tome su cabeza obligándole a tragar más y más. Le estaba cogiendo la boca. Era su hombre conquistando a su hembra, sometiéndola.
Trato de detener el ritmo poniendo sus manos sobre mi vientre para frenar las embestidas e inicio una mamada más lenta aunque igual de profunda. Quiero disfrutar esta verga maravillosa, murmuraba torciendo sus labios, saborearla con toda mi lengua, sentirla recorrer el interior de mi boca.
Sólo se oían nuestros gemidos y el ruido que ella hacía con la succión. Tenía la boca llena de saliva que me corría por los bordes de la boca. Me la chupaba sin tocarla con las manos, sus dedos estaban ocupados porque con ellos se acariciaba el clítoris, su calentura era tan tremenda como la mía-
-¡Ay hermanita! - nunca me la habían chupado de esta manera. Qué boca tienes, eres una mujer mamadora increíble.
Me la chupo largo rato, cada vez más entusiasmada. Se la saco de la boca, la pego contra el vientre mientras acariciaba mis huevos, uno a uno delicadamente, pasándole la lengua. Las tenía duras, rebosantes de leche aunque hacía apenas unos minutos había descargado una buena cantidad. Aferrando sus pechos totalmente endurecidos se los mordí con fuerza y esta vez ella se rindió, llevando mi mano a sus duros y erectos pezones, casi haciéndole daño. Ella cada vez suspiraba más.
¡Carmen! hermanita ¡estoy por acabar.! ya, ya chupa, chupa, por favor….

Se apartó un poco y con su mano dio los últimos masajes a mi pene para que acabara. Semidesnuda, desabotonada por completo, abochornada, colorada, excitada, aceleró el ritmo de su mano y vio como un chorro enorme de semen llegaba a la almohada. Nos quedamos en esa postura unos minutos, mirándonos, sonriendo levemente, sin hablar. Lo habíamos hecho. Le había visto las tetas, se las había tocado, la había lamido, la excité, me masturbó, me besó, me acarició.
Yo seguía con mi verga afuera y parada, mi hermana viéndola dijo,
-Por cierto que verga enorme tienes con esa cabeza tan grande, Sara debe estar feliz, mi marido solo tiene la mitad tuya, pero guárdala, ya debe estar Clarita por levantarse, me voy a bañar.
Apenas entro al baño fui al dormitorio de Clarita, mi sobrinita estaba dormida, me quité el bóxer, le coloque la punta de la verga en la boca, ella abrió los ojos y al verme me sonrió, y preguntó
Dónde está mama.
-Ocupada en el baño, puedes chuparla ahora, le contesté
Abrió los labios e introduje la cabeza roja en su boca, comenzó a chupar y a lamer.
-Tío, hace seis meses que no la probaba.
Sentada en la cama la metía y sacaba de la boca infantil pero experta. Me puso una mano en la nalga para manejar el ritmo. Con la calentura que llevaba sin descargar en su madre mi orgasmo se aceleró y descargue la leche acumulada en la garganta de mi sobrina que apenas podía tragarla chorreándole por la comisura de los labios, pero lo soportó. Se levantó de la cama, con sus labios cubiertos de mi semen, que al besarme en la boca, pude sentir mi propio sabor, baje entonces mi mano y la metí en su concha, entre los pelos localicé su clítoris y lo acaricie.
-Tío, tengo muchas ganas de comerte la verga pero con la conchita, cuando me la vas a meter, estoy caliente por ti desde que llegué.
Metí mi dedo central en su concha que estaba muy babosa y lo introduje hasta el fondo, el cálido interior de mi sobrina me incitó a meter otro dedo mas, pero al sentir la puerta del baño abrirse, solté a mi sobrina que se volvió a acostar, me puse el bóxer y fui a la cocina simulando buscar agua, regresé a la alcoba, mi hermana estaba en tanga colocándose el sostén arreglando un broche que no funcionaba, el par de pechos se balanceaban.
-¿Que te pasa? Pregunté.
Al verme se tapó los senos con las manos. Es que los sostenes ya están muy trajinados, me ayudas a colocarlos.
Me puse a engancharlo cuando entró Clarita, quien vio la escena de su tío y su mamá en interiores, pero su mamá con los senos medio cubiertos, pero siguió derecho para el baño, sin cerrar la puerta, oí el chorro de orín en el sanitario.
Como pude enganche el sostén, Carmen se dio vueltas y pude observar en detalle sus tetas, con finas venas en la piel, los pezones gruesos y oscuros. Tratando que pareciera un cariñito familiar tomé entre mis dedos su pezón que se puso duro.
-Se ven bien, son bonitas- le susurré.
- Gracias, me alegro que te gusten y me sonrío.
En el baño oímos un chapoteo, nos asomamos era Clarita que había llenando la bañera y totalmente desnuda estaba acostada pataleando tirando agua por los lados, su mamá le increpó,
-Muchacha, sal de ahí que estas inundando todo
Clarita salió de la bañera con sus conocidos encantos descubiertos, los grandes senos y su velluda vulva, con su carita de niña regañada, yo permanecía impávido viendo desnuda a mi sobrina delante de su madre.
-No te preocupes, los pisos están impermeabilizados, intervine
-Sécate y anda a vestirte que ya le mostraste todo el culo a tu tío, terció riéndose Carmen
La niña tomó una toalla, mientras desnuda se secaba lentamente su cabellera, yo veía sus bellas nalgas paraditas y sus senos balancearse.
Al salir dijo, él me ve el culo, pero es mi tío, pero también te ve las tetas.
Si pero yo soy su hermana y nos hemos visto desnudos desde pequeños, replicó, no siendo del todo falso el argumento.
Dejé a Carmen arreglando la cama y yo entré a bañarme pero dejé la puerta abierta, entré a la ducha y comencé a jabonarme, Carmen apareció con una toalla en la puerta, yo puse mis manos sobre la verga al verla
Para que te la cubres si ya te la vi de cerca y bien parada, por cierto
Me quité las manos de la pija y se quedo mirándola diciendo ¡Sabes que también se ve bien!
Son muy hermosas tus tetas me encantaría chuparlas.
Realmente son bonitas, si quieres puedes chuparlas después que me bañe.
Tomé la más próxima y la acaricie suavemente, la piel suave se erizó y sus puntas se pararon.
Marcos me voy a bañar pues no aguanto el calor y entró al baño.
En un instante fui a ver a Clarita comprobando que ya dormía, regresé, me desnudé, y abrí la puerta del baño. El agua caía por el desnudo cuerpo de mi hermana que estaba de espaldas ¡que culo tiene la condenada!
-Creo que también me voy a bañar
Julia se giró y se cubrió su peluda vulva, miró mi pija que ya tenía una buena erección.
-¿Dónde está la niña?
Esta durmiendo de lo cansada que vino
-Menos mal, porque no quisiera que nos encontrara desnudos, a pesar que somos hermanos, pues ya estamos grandes para bañarnos juntos. Salgamos y más tarde nos bañamos. Nos salimos del baño y le pedí por favor sécame.
Comenzó por la espalda y bajó a mis nalgas demorándose. Tienes buena cola, date vuelta.
Mi verga cada vez mas dura palpitaba de la calentura; me secó el pecho, la barriga y despaciosamente se puso a secarla. La agarró con una mano corrió el prepucio hacia atrás sin soltarla y me dijo:
-Escúchame querido hermanito porque quiero decírtelo, tu pija es mas dura y mucho más gruesa de lo que recuerdo, ella y la de mi marido son las únicas que he visto y agarrado.
Luego dirigió el descubierto y rojo glande directamente a sus labios.
- Me alegro que te guste. Vas ha tener que hacerme el favor de chupármela estoy muy caliente y he soñado desde chico con este momento.
Me halaga lo que me cuentas, supongo que debo reemplazar a Sara y hacerlo bien porque ella me dejo encargada de la casa. Confesión por confesión debo decirte que desde ayer cuando la vi parada con algunas gotas resbalando sobre ella desee mamártela.
Al terminar la metió lentamente en su boca disfrutándola, veía como sus cabellos desordenados subían y
bajaban por la mamada que me estaba dando, sentía su boca caliente y su lengua hacía círculos en mi glande, podía sentir su saliva recorrer el tronco de mi verga, que estaba calientísimo. Veía su cuerpo completamente desnudo, era hermoso, bien contorneado. Ella comenzó a besarme en la boca y sentía el sabor de mi propio pene en mi boca, la tome de la cintura y la puse boca abajo sobre la cama, me quede observando su espalda, como sus senos se aplastaban en la cama, su lindo culo redondo. Comencé a frotarle mi verga por su cuello y luego por toda su espalda hasta llegar a sus nalgas, frotaba más y más fuerte mi verga entre sus nalgas, luego acerque mi boca a su trasero y comencé a lamerle su raya mordiéndole las nalgas despacio y luego la lengua entre ellas y al instante abría mas las piernas, bajaba por el orificio de su culito hasta llegar a su vulva. La puse boca arriba y metí mi cara entre sus piernas, podía sentir el olor y la humedad de su vagina inflamada. Comencé a succionarle todos sus flujos, sentía mi lengua empaparse de sus líquidos. Comencé a escuchar sus quejidos… ¡Mi amor, mi amor!. Chupa mas, mucho mas. así… así… mi amor sácame todo.
¿Te gusta así?.
M SI.ME ENCANTA.AAY DIVINO… MAS MAS.ASI…
Sentir el calor de su concha era mágico, sentía como su cuerpo se contorsionaba con cada una de mis succiones, mi lengua recorría toda su vagina y mi lengua jugaba con sus abiertos labios, paladeaba su sabor y bebía su lubricación.
La volví para que me mirara y pude ver su cara roja e hinchada del placer. Nuevamente metí mi cara entre sus piernas y ella subía y estiraba sus piernas más hacia arriba. Yo aguantaba lo único que quería era penetrarla, así que eso hice, agarre mi pija empapada y despacio puse mi glande en la entrada de su vagina y comencé a frotarlo, ella disfrutaba esto porque gemía como loca. Luego fui introduciendo lentamente el tronco y sentía como se deslizaba por sus paredes que quemaban, una sensación espectacular. Cuando había entrado por la mitad se la metí de un tirón. Recuerdo que abrió la boca y los ojos se le fueron hacia atrás.
UH UY ASII MATAME… MAS…CLAVAME MAS…
ASI MI AMOR COMEME TODA UY QUE DIVINA FIJA…QUE FIJA… ASI ESO ES LO QUE ME GUSTA
UUY AH AH AH AH AH
¿Te gusta como te cojo? ¿Te gusta sentirla adentro?
¡ME ENCANTA, NO HABLES CLAVAME MAS MAS UY ME MUERO
Yo estaba poseído me movía de un lado a otro. La agarraba de las nalgas y la levantaba con las piernas colgando a los costados de mis brazos para poder penetrarla mejor. Comencé a metérsela con más fuerza moviéndome en círculos para sentir toda su vagina.
- AY ME DUELE QUE RICO MAS DURO DAME MAS DUROO
Veía como mi pene entraba y salía de su vagina chorreante, sus líquidos salían a chorros. De pronto sentí como temblaba de placer y advertí que se iba a correr así que la subía y bajaba para ayudarla, en ese momento sentí como estiraba sus extremidades.
- AY ME VENGO MI AMOR ASI ME GUSTA UM AH SH
- MUEVETE MAS QUE YO TAMBIEN ME CORRO
AHAH AHAHH UM
- SI SIENTO TU LECHE UY EMPAPAME QUIERO QUE ME INUNDES AAH
Nunca antes había sentido esto, sentía como mi semen subía y mi cabeza explotaba llenándole la concha de leche muy adentro.
Lejos de tranquilizarme mi pene seguía parado y duro, Carmen al verlo fue y se lo metió a la boca secándolo y tragándose los restos de semen. Nos besamos en la boca y comencé a acariciarle las nalgas pero mi pene ya estaba nuevamente dentro de su vagina que hervía.
Era increíble, mi erección no terminaba nunca y sus orgasmos tampoco.
¡Que hijo de puta! Que divino.Hermanito.Me mataste….¡¡Jamás soñé gozar algo así!!
¡Es lo más agradable y excitante que puede gozar una mujer!
Cuando se incorporó, me levanté de la cama y me dirigí al cuarto de baño para lavarme. Al volver ya no estaba
mateo colon
Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 6.34
  • Votos: 35
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