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Categoría: Maduras

La “EXPLOSION” de una madre muy necesitada

Estando en mi habitación con la puerta cerrada, porque duerno desnudo y a mi madre no le gusta, si la ve cerrada no entra. Estaba tumbado en la cama, tenía una lucha interna, seguía excitado, además no me había corrido, pero a la vez con unos remordimientos tremendos. Peor que con mi tía. Me estaba planteando y dudando lo de mañana. Pero estaba convencido que una vez que mi madre lo reflexionase, no ocurriría nada.



Pero cuando me tranquilizaba, me venía a la mente la forma tan impresionante que tuvo de correrse. Estaba claro que mi padre no la daba lo que ella necesitaba. Lo que le ocurre a muchas parejas después de vivir mucho tiempo juntos, la monotonía se apodera de ellos.



Me levante pronto para hacer un poco de deporte, pero poco porque no había descansado bien. La puerta de la habitación de ellas estaba entornada, las pude ver a las dos durmiendo, cada una en una cama a pierna suelta. No hice nada de ruido, me duche tranquilamente y con el mismo sigilo, fui a la cocina a desayunar, cerrando antes todas las puertas para no despertarlas.



Oí que se abría muy despacito una puerta. Pensé ya me van a dar el desayuno. Lo cierto que creía que sería mi madre, pero era mi tía. Nos dimos los buenos días y hablando en bajito, aunque las puertas estaban cerradas y era casi imposible que nadie nos oyera.



-Al final tú y yo nos quedamos a medias.



-Es que no me gusto como se torcieron las cosas.



-Chico teníamos que haber seguido.



-No he pasado buena noche, la cabeza me dio muchas vueltas.



-No te vendrás atrás.



-Es que los remordimientos…



-Aclárame una cosa, a la tía bien que te la has follado como has querido y ahora… ¿Te vas a rajar?



-No es lo mismo.



-Es casi, casi, lo mismo. Tu madre y yo somos dos gotas de agua. La única diferencia, que ella tiene unos kilitos de más, que la hacen más atractiva y un pecho mayor. Punto.



-Además, estoy convencido que cuando se despierte, se asustara de lo que ha pasado, ya verás. La conozco bien.



-Yo también la conozco. Lo mismo no te gusta lo que te voy a decir pero, tu madre era la tía más cachonda que había, hasta que se casó con tu padre. Pero es como el que deja de fumar y a los años se fuma un cigarrito, está perdido porque vuelve a fumar. Pues a tu madre te aseguro que le ha pasado lo mismo. Si le cambio la cara después de correrse. Esta más atractiva. Hasta durmiendo tiene mejor cara.



-Lucia, que películas que te montas.



Después de esta pequeña charla me marche al gym, iba decidido a hacer una serie de mantenimiento y poco más. Pero como los pensamientos se liaban en mi cabeza, me puse a hacer ejercicio más fuerte, que eso siempre me despeja. No había mucha gente y la que había prácticamente no conocía a nadie. Al salir me encontré a Pedro uno del gimnasio de unos 25 años. Un tío deportista, bien parecido y majete. De esa gente que la conoces y desde el primer día es confianza total, como si nos conociésemos de años. Ni él ni yo solíamos ir a esas horas pero… cuando me vio dijo de ir a tomar algo.



Estaba un poco fastidiado porque su padre se enfadó con él, el motivo del enfado era que porque él había acabado Administración y Dirección de Empresas, hizo dos master en el Reino Unido para aprender de paso el idioma. Todo con la idea de trabajar en la empresa del padre. Por cierto una gran empresa. Pero se dedicó tanto al estudio, como me dijo, que desatendió tanto a la novia que tenía, que apareció otro y se la llevo. Ya se recuperó del palo, que por lo que yo se le costó. Le dijo al padre que quería vivir solo y dos o tres meses sin hacer nada. Después de hablar con él, le dije que una vez que se fuera mi madre, teníamos que quedar.



Regrese a mi casa, estaban las dos metidas en la cocina hablando y haciendo la comida. Yo hice señas a mi tía de cómo iba la cosa. Cuando mi madre no se daba cuenta, ella encogió los hombros como diciéndome que no sabía nada. Yo las dije que iba a dar una ducha. Una vez que lo hice, me sali a la terraza a regar plantas que tenía. Lo que aprovecho mi tía para hablar conmigo.



-¿Ha dicho algo?



-De lo de ayer nada de nada. Como si no hubiera pasado y cuando he tratado de entrar en el tema, se hizo la loca. Tenías tu razón, la conoces mejor que yo.



-Te lo dije y aunque por un lado me apetecía, mejor así. De todas maneras tenía pensado que si hubiese querido con buscar a otro ya estaba.



-JA, como es tan fácil encontrar una con un “cañón” como el que tú tienes y luego el aguante.



-Ya no hay que dar más vueltas al asunto. Todo vuelve a la normalidad.



Nos salimos de la terraza, ella volvió a la cocina y yo a mi habitación de estudio. Ya era prácticamente la hora de comer, cuando llamaron a la puerta, era Carmen con Bárbara, venían porque la niña tenía una pega para un examen que tenía esa tarde. La hice pasar y nos fuimos a donde estudiaba.



-¿Qué problema tienes?



-Que necesito que me folles, estoy demasiado salida. No aguanto más.



-Pues tendrás que hacerlo, hasta que no se vaya mi madre…



-Busca un sitio, donde sea, me da igual.



-Déjame pensar y no hagas esto otra vez.



Salimos y dije que era una tontería. Que se obceca uno en un problema y no ve el resto, pero que una vez que se sabe, todo es sencillo. Carmen le decía a mi madre que hijo más simpático y atento que tenía. Mi madre halagada le daba las gracias. Nos sentamos a comer y cuando acabamos nos sentamos a tomar café y pusieron la televisión para ver un programa de tarde. Mi tía fue al servicio y vi que mi madre me iba a decir algo, cuando sonó el teléfono de mi tía, oí como decía que cogiéramos la llamada, así lo hice, era mi tío, después de decirle que la tía estaba en el servicio, me pidió que cuando pudiera que la llamara. Fue colgar y aparecer mi tía. Cogió el teléfono y como la tele estaba encendida, se salió a la terraza para hablar con más tranquilidad.



-Oye Carlos, ¿Te puedo contar algo que no salga de nosotros? (Con voz de intriga)



-Sabes que si mama. (Dudando de haberla dicho que podía)



-Tu tía ayer se ligó a un hombre, bueno se medio ligo.



-¿Y qué tengo que ver yo en eso?



-Pues es que le hace falta un sitio y me pidió si podía aquí. No sabía que contestarla, porque eres tú el que tiene que decidir y si estas ella no querrá. Es que me ha metido en un compromiso.



-Pues me has pillado por sorpresa. (Mirando a mi madre, incrédulo de ver cómo me mentía a la cara)



-No, si ya la he dicho que todo dependía de si tú estabas o no. Porque no le dije que te lo contaría.



-Ya, te entiendo. Pero como no sé qué decirte y es tu hermana, decide tú. Yo me lavo las manos. Lo que tú decidas me parecerá bien.



-¿Y qué me aconsejas?



-Mama, en temas de moral, no doy consejos, que cada cual se las apañe. Solo dime que decides para saber a qué hora puedo venir para no encontrarme nada.



-Pues si no te parece mal le diré a tu tía que puede y lo de la hora, espera que me diga ella algo.



No me lo terminaba de creer. Luego me decía a mí. Me fije y ya no sé si era verdad o sugestión, pero se la veía mejor cara como dijo mi tía.



La tarde siguió y ninguna de las dos se movía. Hasta que mi madre fue al servicio y le conté todo a mi tía, que riéndose…



-Sobrinito, te lo dije… tu madre quiere volver a “FUMAR”, jajaja.



-Me gustaría ver cómo te lo dice. Esta loca porque me vaya un momento.



-Seguro



Regreso mi madre y las dije a las dos que estaría en mi habitación con los cascos puestos oyendo música, que si querían algo que no me llamaran que se acercaran. Mi madre sabía que cuando hacia eso, no oía nada. Me fui pero no cerré la puerta del pasillo del todo, la deje dos dedos abierta. Lo suficiente para poder enterarme de lo que hablaban.



-Carlos no estará. Puedes llamar a “nuestro” amigo.



-¿Estas segura de que no estará?



-Segurísima, le he dicho que te ibas a traer a uno aquí para tíratelo.



-Que guarra que eres. Pues eso te va a costar algo.



-¿El qué?



-Como tu hijo tiene muchos artilugios por aquí, los utilizare contigo y no veras, así sentirás mejor todo.



-De eso nada.



-Pues no llamo al Sr. Pollón.



-Serias capaz.



-De jovencitas siempre era yo la que te obedecía, pues hoy serás tú la que obedezca. Cambiamos los roles. Y hazte la dura todo lo que quieras, pero seguro que de pensarlo estas mojada como nunca. ¿Llamo o no llamo?



-¿Y preguntas? Ya sabes la respuesta más que puta. Y que le digo a Carlos las 3 de la mañana.



-Mejor las 4, que hoy no me quedo sin correrme como ayer noche.



Solo de oírlas me puse verraco total. Me fui rápido a la habitación y me puse los cascos. Apareció mi madre y yo estaba tumbado con los ojos cerrados, cuando me dio un toque en los pies y me quite los cascos.



-Tu tía que está hablando con su amigo y que mejor hasta las 4 más o menos. Más bien más, conociendo a tu tía.



-Sin problemas, me quedare más tiempo por ahí. Pero me debes una y grande.



-Si hijo, sí. (Dándome un beso en la mejilla)



Ya sabía a quién había salido yo, a estos dos “putones”. Me levante y me cambie de ropa. Hoy no me pondría colonia para salir. Siempre usaba la misma y mi madre la conocía de sobra. Dije que me iba y mi madre me dijo que me esperase. Mientras lo hacia mi tía me metió algo en el bolsillo, no me dio tiempo a verlo. Mi madre me dio dinero diciéndome para que me divirtiera, yo la dije que no hacía falta, pero al final por no discutir lo cogí.



En el ascensor mire lo que me metió mi tía. Era un papel abultado. Lo abrí y había bastante dinero y una nota que me decía que comprara una marca de colonia en concreto y que me pusiera un poco. Ella sabría porque, pero la iba a hacer caso, porque cuando lo dijo seria por algo importante.



Para hacer tiempo porque eran las 6 de la tarde, decidí ir al bingo, pasaría la tarde rápido y además cenaría algo allí. Cuando llegue, estaba medio lleno. Fui hacia el sitio de siempre y estaba Eva. Me senté en una mesa vacía. Como ya habían pasado vendiendo los cartones, me hizo una seña si quería alguno, diciéndole que sí. Me trajo dos.



-No te esperaba por aquí y menos estando tu madre.



-Esta con su hermana de compras.



-Entonces te entiendo.



Empezaron a canta los números y ya no la hacía mucho caso. Cuando termino la partida otra vez se pegó a mi mesa una vez que había vendido los cartones.



-Hoy no eta tu pareja “amiga”.



-Sí, es verdad amiga, divertidos y gente que sabe vivir la vida.



-Según a lo que llames tu vivir la vida.



-Pues a ser leal con lo que uno quiere, desea… porque de lo contrario llega la frustración, la mala leche, la amargura… resumiéndolo y sin querer ofender. Mírate a un espejo y lo entenderás.



-Para no querer ofender te has pasado tres pueblos.



-Has sido tú la que has sacado el tema y te repito no pretendo ofenderte. No he dicho que seas fea, todo lo contrario estas de pan y moja. Pero tu estado de ánimo es ese y se te nota.



-Que sabrás tú de la vida con 18 años.



-No lo dudes, seguro que mucho menos que tú, pero intentando vivir los momentos buenos y como son pocos, los busco. Porque los malos llegan solos. Eso es lo único que se de la vida. Bueno otra cosa que si se y tengo clara, que al final, tarde o temprano todos al “cajón”.



La llamaron y se fue. Cambiaron de zona los vendedores. Así que jugué tranquilamente las partidas siguientes. Seguía solo en la mesa y a mitad de partida se acercó Eva y me dijo que a las 8 en punto la tocaba salir a cenar, que si quería podía acompañarla a un bar que había cerca. La dije que sí y a menos cinco sali a la calle, ella salió a la hora en punto y fuimos al bar que ella decía. Pedimos algo de cenar y nos sentamos en una de las mesas.



-Hay en muchas cosas de las que has dicho que tienes razón. Pero la vida es así, hay que aceptarla como viene.



-Eso es una tontería. Si puedes por lo menos modificarla, debes de intentarlo.



-Hay cosas que una puede querer, pero por diversos motivos no puede.



-Si son temas económicos, de salud… eso no depende de nosotros solos muchas veces, pero yo me refiero a lo más mundano.



-Se a lo que te refieres, pero hay también se depende de otras personas, no de una sola.



-Mira como estamos diciendo sin decir y me gusta ser claro… Si por lo que yo tengo entendido, llevas más de un año sin follar y no digo hacer el amor. Con ese cuerpazo que tienes, sabiendo las “pasiones” que levantas y no follas, solo es culpa tuya, ya sabes que dicen del sexo, te cambia hasta el cutis, te hace sonreír…



-Ya, ya. Para que luego den el gatillazo.



-Eso porque no elegirías bien.



-Seguro que tú eres el candidato ideal. Que morro que te gastas.



-Eso porque no me conoces.



-Más de lo que tú crees.



-Cuenta, cuenta, como soy según tú.



-No yo sé lo que se cuenta. Que traes a más de una vecina loquita por tus huesos. Que a muchos maridos no les caes bien porque se encelan por los comentarios de sus mujeres. Que te estas trajinando a tres del barrio por lo menos. Que estas bien dotado…



-Deseoso de que me presenten a esas tres mujeres. Por lo menos para saber cómo son. (Evidentemente era mentira, salvo Carmen), lo de loquitas ni idea. Que estoy bien dotado, eso es como todo, según con que se compare.



-Y que trataste de ligar conmigo.



-Eso es cierto a medias. No quise ligarte, quería follarte.



-Que bruto que eres.



-Pero me quitaste las ganas.



-¿Y eso? Porque no sé qué hice para que quisieras… y tampoco sé que hice para que luego no.



-La primera parte porque se te veía enigmática, morbosa, necesitada, un cuerpo perfecto, con ganas de ser domado y dominado. Pero luego me di cuenta de que me equivoque.



-No me interpretes mal, solo por curiosidad. ¿Por qué dices que te equivocaste?



-Creo que te has creado un papel de mujer sufridora y te encuentras bien en él. Se te nota en el gym, no vas por hacer deporte, vas a destrozarte físicamente, para estar agotada, no pensar en nada y suplir así otras necesidades. Y ya lo sé… estoy equivocado, no tengo ni idea, estoy tonto… pero de esa forma lo veo yo.



-Se ha pasado el tiempo rápido.



Espera pido el café y nos vamos, me levante porque desde allí el camarero no nos veía y le pedí los cafés, aprovechando para pagar. Cuando llegue a la mesa…  



-Bueno de todo lo que he dicho no has comentado nada, siempre te has ido por otro lado. Me gustaría que me comentase algo, si quieres te lo repito.



-No hace falta, me entere bien de TODO.



-¿Y…?



-Que en algunas cosas acertaste y en otras no.



-Para eso no hacía falta ningún comentario. Salvo que me digas en que acerté y en que no. Además ahora que me acuerdo, tendrías que tenerme más confianza, que tienes la llave de mi casa.



-ES VERDAD. No sabía qué hacer cuando me la dio. Pero si quieres cuando se vaya te la devuelvo.



-De momento me da igual.



Se terminó la cena, la conversación y regresamos al bingo. Yo miraba la hora, pendiente de que llegara la hora deseada. Se acercó Eva y me dijo…



-Hoy salgo bastante antes, si quieres podemos ir juntos hasta el barrio y esta vez no te diré que no lleguemos juntos. ¿Te parece bien?



-Ni me parece bien ni mal, he quedado ya.



-Ah, pues entonces nada (Dijo un poco cortada) Pues que lo pases bien.



-Eso tratare de pasarlo muy bien.



No se volvió a acercar a mi mesa. Pero de reojo veía como bastantes veces miraba en mi dirección. Cuando llego la hora me levante para irme y busque a Eva con la mirada, sonriéndola la dije adiós con la mano. Ella forzando una sonrisa hizo lo mismo. Llegue al barrio y me quede dentro del coche, ya había oscurecido por completo, puse música y a esperar. Cuando recibo la llamada de mi tía, que me dice que ya está “preparada”. Subo rápido y cuando voy decidido a abrir la puerta, se abre muy lentamente sin hacer ruido. Paso y detrás de la puerta está mi tía totalmente desnuda. Hablando en voz baja…



-¿Te has puesto la colonia que te dije?



-Sí, huele.



-Uuuuhhmmmm. Como se va a poner.



-¿Por?



-Ya lo descubrirás.



Me empezó a morrear y al rato ya estaba desnudo, me abrazo y se colocó mi polla toda dura entre sus piernas, mojándola toda. Se movía hacia delante y hacia atrás, estaba muy cachonda.



-Vamos, que si seguimos así tu madre se quedara sin nada.



-¿Está decidida?



-Está loca porque se la follen, se ha corrido ya tres veces, pero la he dejado a medias varias veces, como me haces tú a mi, algunas veces.



Fuimos a la habitación, mi tía iba delante de mí, moviendo su culo desnudo de forma provocadora. Mi tía se puso en la cama junto a mi madre. La empezó a tocar su coñito.



-Te está viendo y se ha puesto muy durito como a ti te gusta. Ya verás cuando la tengas dentro, madre mía que pollón Isa. No sé si dejarte así atada y follarmelo yo.



Ver a si a mi madre. Desnuda completamente. Moviéndose de lo excitada que estaba. Unas tetas grandes, algo caídas, pero coronadas por dos buenos pezones, prácticamente negros. Y ver como mi tía la tocaba, la provocaba con lo que la decía. Y de vez en cuando la lamia un pezón. Yo no hacia ningún ruido.



-Isa me parece que me lo follo yo y luego te cuento.



-No seas puta, tú ya tendrás otro día para follartelo cuando yo no este. Cuando llegue tráelo aquí, que estoy que me da un “ataque” ya.



-Si te está viendo y oyendo ya. Esta desnudo, empalmado como un burro.



-Dejate de tonterías no hace falta que me calientes mas, que ya es imposible.



-¿Tonterías? Ahora veras. Acércate haz algo a este putón.



Se puso en tensión, me acerque sin hacer ruido pero no hice nada. Se relajó pensando que mi tía mentía. Justo ene se momento y mientras mi tía la comía las tetas. Me agache y la empecé a besar. Tardo unos segundos, pero me empezó a comer la boca de una forma salvaje.



Después de ese beso inicial, me fui a una de sus tetas y la saboree, la lamí y la mordí. Mientras mi tía hacia lo mismo con la otra y mi madre cimbreaba todo su cuerpo. Luego puse mi polla cerca de sus labios, ella de forma desesperada trataba de metérsela en la boca, yo la hacía sufrir un poco, hasta que se la coloque bien. Atada y todo la mamaba de campeonato. Mientras lo hacía hice señas a mi tía para que fuera a un cajón y sacara algún consolador. Así lo hizo. Me agache a comerla el clítoris, de ese coño peludo, no lo tenía depilado como mi tía, pero estaba riquísimos. Ella al notar la lengua se abría más las piernas y se movía más. Aumentando notablemente sus respiración.



-Pareces que te estas meando, tienes toda la cama mojada. (Metiéndola un consolador)



-Siiiiiiiii, ME ESTAIS “MATANDO”.



-Que bien huele, me recuerda…



-SIIII, Al cabrón del Sr. Paco.



-Ahora veremos si decías la verdad. (Sacándole el consolador de su coñito y metiéndoselo por su culo)



-Si sigue comiéndomelo así me voy a correr, que bien lo hace.



-Isa, que mentirosa que eres, te estoy follando el culito y entra súper bien.



-Sí y que. Vale me lo follaba cuando quería. Pero ahora déjame disfrutar.



Estaba ya demasiado cachondo, deje de comerle el coño y agarrándola bien, se la metí de un solo golpe en el coño. Vi que se aguantaba la respiración, se ponía su cara roja y de pronto….



-SIIIIIIIIIIIIIIIIII, AHHHHHHHHHHHH, QUE BESTIA, PERO NO PARES.



-Te has dado cuenta de que te folla sin condón.



-CALLATE DE UNA PUTA VEZ LUCIA.



Mi tía Lucia se reía y cambio de posición poniendo su coñito en su boca. Quedando frente a mí. Se apoyaba en las tetas de mi madre y le pellizcaba los pezones mientras nos besábamos. Las dos estaban tan cachondas que se corrieron casi a la vez y de forma brutal. No hacía calor pero estábamos los tres sudando. Cuando mi tía se quitó de encima de mi madre, con la respiración entrecortada nos dijo a mi tía y a mí que quería más, que quería otra corrida igual.



Puse a mi tía cuatro patas, frente al coño de mi madre, se la metí y empecé a follarla, ella se puso a comerle el coño a su hermanita, mientras la metía un consolador doble con vibración. Mi madre se volvía loca. Pero mi tía no le quedaba a la zaga. Menudas dos putas reprimidas, que gustazo daban.



En esa posición le di varios azotes a mi tía, que la pusieron más caliente y resonaban en la habitación.



-Mira que eres puta, ¿También te gusta que te den?



-Me gusta todo lo que me ha enviciado este cabrón.



-Lo sabía, lo sabía. (Yo me quede un poco parado) Sabía que lo conocías. Que puta más divina que eres.



Mi madre se volvió a correr igual o más que antes. Cogí uno de los vibradores lo conecte y se lo metí en el culo a mi tía, a la vez que me la follaba, fue hacerlo y tardo nada en correrse. Nada más hacerlo cayó junto a mi madre.



Y allí estaba yo con la polla a punto de caramelo. No me lo pensé y agarrando a mi madre, se la coloque en la entrada de su culo, se trató de mover diciendo que no, que eso era demasiado grande, que si en el coño quedaba ajustada….



-Lucia dile a tu amigo que no, por favor. O por lo menos que use alguna crema. (Esto último lo dijo cuando vio que estaba a punto)



-No te lo pienses, toda de una vez y que lo está deseando, que recuerde al Sr. Paco.



-Que puta que eres te vas a… (Se la metí sin miramientos) AAAHHHHHH, QUE BURRO, QUE ANIMAL.



-Dala como tú sabes, sin miramientos.



Lo hacía y ella al final solo pedía más, que no parara, mi tía la morreaba, las dos desesperadas, la coloco una pinza vibradora en el clítoris, eso la hizo estallar nuevamente moviendo todo su cuerpo de una forma exagerada.



La saque de su culo, estaba a punto. Me acerque hasta su boca, me empecé a pajear…



-Isa abre la boca, que vas a sentir la mayor gozada, jamás abras notado algo así.



Fue decir eso y empezar a llenarla la boca de leche, cuando acabe se besaron las dos durante un buen rato, cuando terminaron no quedaba nada.



-¿Qué hora es?



-La hora de irse, ya es tarde, que se de una ducha.



-Desátame que arreglemos todo esto.



-Cuando se vaya.



-Ya que más da, a estas alturas…



Ante las protestas de mi madre nos fuimos al baño, cuando ya había acabado de ducharme sin mojarme el pelo, mi tía que estaba sentada me atrajo hacia ella y empezó a besarme la polla, que no tardó mucho en responder. Sonriéndome, dijo que era divino. Después de un rato mamándomela y cuando está bien dura, la apoye en el mueble del lavabo y me la folle con “rabia” como sé que la gusta. Corriéndose desaforadamente. Se giró dándome un buen beso y al oído me dijo te debo una corrida. Me vestí y me fui.



Pasada media hora, considere que ya era tiempo de sobra y fui a casa. Cuando llegue estaba todo a oscuras. Mi habitación, salvo el olor estaba perfecta, incluida sabanas limpias. Me acosté y me dormí. Cuando me levante por la mañana, en la cocina estaba mi madre toda pletórica, me dio unos buenos días con un beso…



-Veo que has dormido bien, porque se te ve relajada, contenta…



-Si la verdad que sí. Dormí como un bebe. Como hacía mucho tiempo que no dormía.



-Me alegro. ¿Y la tía?



-Se fue temprano, para que el tío no se mosquee.



La veía de espaldas y ya no la veía de la misma forma. Era un culo apetecible muy apetecible. Tuve que irme a arreglar, porque me estaba poniendo “mimoson” y se iba a notar mucho. Hablaba con Sofi todos los días y las cosas habían variado poco. Pronto llegarían las navidades y estaríamos juntos. Mi madre me dijo que marchaba al día siguiente, algo que me sorprendió porque no era lo que estaba previsto, diciéndome que así podría volver otra vez sin que mi padre protestara mucho.



Vino mi vecino para pedirme un favor, que lo acompañara al día siguiente que era sábado a Valencia.



YO-¿Y qué pinto yo en Valencia?



ANTONIO-Mira es que mi cuñado y me dijo quién era. (Que eran vecinos pero Vivian en otro bloque, yo no sabía que eran familia), tiene tratos con una empresa de allí de material informático. Y aunque solo venden al por mayor. Harán un chanchullo con él y le venderán lo que necesite a precio de costo.



YO-Antonio no quiero resultar borde, pero no sé qué pinto yo en todo esto.



ANTONIO-Pues muy sencillo, nosotros no tenemos ni idea de lo que piden nuestras hijas y como hay variedad de productos, tú entiendes de esto, pues nos acompañas y nos aconsejas lo más adecuado.



MAMA-Hijo eso se te da bien, total no es mucha distancia.



ANTONIO-Hora y media a Valencia.



YO-¿Y quiénes iríamos?



ANTONIO-Mi cuñado, Carmen, mi sobrina, mi hija, tú y yo.



YO-Mas de 5.



ANTONIO-Por la de peaje no pasa nada.



YO-¿A qué hora sale tu tren?



MAMA-A las 9 de la mañana.



YO-Pues después de esa hora lo que queráis.



ANTONIO-Que hijo más majo que tienes. (Le dijo a mi madre y se fue)



Me quede pensativo y mi madre que me conoce bien, rápidamente me pregunto y la dije que nada. Pensando en el viaje de mañana. Como siempre mi madre me dio el sermón de que hay que llevarse bien con los vecinos…



La mañana transcurrió de lo más normal, pero yo estaba pendiente de una hora, la hora de llegada de Bárbara. Dije que iba a mirar una cosa al coche. Cuando la vi aparecer con las dos chicas que iba siempre, que una era su prima y yo no lo sabía. Cuando llegaba al portal y me vio, no pudo aguantar la sonrisa.



-Mañana nos vamos de viaje juntos.



-Me alegro de que aceptaras, mi padre dijo que te lo pediría.



-Para el viaje quiero que lleves falda y sin braguitas.



-¿Por qué, para qué?



-Para meterte mano y hacerte una paja a la ida y a la vuelta.



-Estás loco. (Mirándome con deseo)



-Bueno pues luego pasare por tu casa para decirle a tu padre que me surgió algo y que es imposible.



-Lo intentare, pero no puedo prometerte nada. Es que será imposible, en el coche, rodeados de gente, de mi familia.



-Tu déjamelo a mí, que no es mi primera vez.



Llego el día siguiente y estando en la estación aparecieron mis tíos. Yo me quede hablando con mi tío y ellas hablaban bajito y se reían. Se despidieron y mi tía la dijo que no tardara en volver. Me despedí de mis tíos y me fui.



Cuando llegue al barrio, estaban esperándome tomando un café en la heladería. Bárbara iba con una falda un poco larga. Y se hacia la tonta sin mirarme. La prima, que hasta entonces no me había fijado, tenía muy buena pinta. Cuando comente que no sabían que eran primas, Carmen me dijo que si, que era un año mayor que su hija.



Según las veía y aunque acordamos que sería un secreto, no sé porque, me daba la espina de que la prima estaba al tanto de todo. Como me miraba, como se sonreía. Como también lo hacían entre ellas.



En el coche y como yo esperaba, Antonio y el cuñado iban delante. Detrás íbamos de la siguiente manera. Carmen detrás del marido ya que había menos espacio. Luego la sobrina, Bárbara y yo, que el cuñado movió el asiento para dejarme más espacio. Estaba claro que no cabíamos.



Al rato de conducir y llegando a al peaje, la sobrina que por cierto se llama Pili, protesto por el peso de la prima que iba encima, antes de que nadie pudiese decir nada, la dije que se sentara en mis piernas, que no había problema. Antonio dijo que si, que estaba fuerte. Carmen se giró y note como me miraba, me hice el desentendido.



Bárbara fue muy lista, porque cuando se sentó, aparto su falda. Eso me confirmo que seguro que me hizo caso. La di mi chaquetón ya que lo llevaba encima de mis piernas y al sentarse ella, lo puso sobre sus piernas, lo que hacía que ya tapara. Con disimulo y mirando hacia adelante porque íbamos hablando, pase mi mano derecha por el costado de ella, llegando a su muslo, Muy despacio y con calma, fui situándola hasta notar el contacto de su piel. Ella se inclinó hacia la izquierda pidiéndole un caramelo a su madre, lo que aproveche para tocarla bien, efectivamente estaba sin nada debajo y bien mojadita.



Yo me había vestido de una forma especial para ese día. Pantalón ancho negro, por posibles manchas. Y como era holgado podía manejar bien mi polla para lo que tenía pensado y para sorpresa de Bárbara.



Mis dedos hacían su efecto. Porque además de tener empapados mis dedos, ella ya contestaba a su prima con monosílabos prácticamente y se reían continuamente. Carmen como no hablaba con nadie, tenía la cabeza pegada a su lado izquierdo y prácticamente iba dormida. Daba unas cabezadas tremendas.



Aproveche esa situación y me baje la cremallera, que me costó mucho. Saque mis manos, quería ver hasta donde sería capaz de llegar. Ahora mi polla esta suelta entre sus piernas. Ella se quedó parada, no sé si esperando que haría yo. Pero yo me limite a tocar con mucho disimulo parte de su teta derecha.



Ella tenía una risa tonta. Se movió como para ver algo que la enseñaba su prima y con una mano, por encima de su falda note como acercaba mi polla a su coño, cuando se tocaron, cerro las piernas atrapándola. Se movía con mucho disimulo, apenas se notaba, pero mi polla bien sentía esos movimientos.



Al rato fue más osada, lo sabía, no se podría aguantar. Se alzó para preguntarle a su padre cuanto quedaba. Ni recuerdo que le contesto el padre, lo que si recuerdo fu como se sentó y se clavó la polla hasta el fondo de un golpe. Carraspeo y tosió. Ahora si volví con mi mano derecha a tocarla. La masajeaba el clítoris, que lo tenía más duro que nunca.



Notaba como se contraía su coño apretándome mi polla. Se había vuelto una artista. Entre lo apretadito que lo tenía, que el roce era espectacular y como lo contraía, era demasiado. En un momento dado, me agarro mi brazo derecho, clavándome las uñas y note como se convulsionaba. Se estaba corriendo la muy putita. Creí que se quitaría pero me equivocaba, volvió a empezar, incluso con más ganas. Ella miraba a su madre, que llevaba los ojos cerrados y era un poco más descarada en sus movimientos.



Las dudas con respecto a su prima se me quitaron enseguida. Porque era imposible que no sospechara algo y preguntara, pero no decía nada. Cuando la pillara a solas ya la preguntaría. Lo bueno sería follarla el culo y correrme ahí, pero era casi imposible por la posición. Así que desistí y la hice correrse otra vez, me fije que anunciaba el peaje próximamente. La empuje un poco para que se levantara y como pudo lo hizo. Ahora tocaba guardarse la polla sin llamar mucho la atención. Lo conseguí. Me gire y vi que Carmen me miraba de forma rara o eso me lo parecía.



Hicimos las compras que desde luego fueron un chollo y regresamos hacia Alicante. Ya estaba yo dispuesto otra vez a la marcha, pero estaba vez Carmen estaba bien despejada y hablando prácticamente conmigo solo. No era cuestión de arriesgar. Pero eso no evito que Bárbara estuviera meneando su culo prácticamente todo el viaje, sobre mi polla que estaba a reventar.



Cuando regresamos cada uno fue a su casa. Yo me comprometí instalar todo al día siguiente, tanto a Bárbara como a la prima. Antonio quería que comiera con ellos, pero les dije que no hacía falta, que mi madre me dejo comida preparada. 



Después de comer me senté un rato en el sofá y llamaron a la puerta, era Carmen. No espero a que yo la invitara a entrar, lo hizo ella de golpe.



-Eres un cabronazo.



-¿Puedo saber a qué viene tanta amabilidad?



-¿No tienes bastante con la madre que ahora quieres la hija? 



-Si te explicas lo mismo logro entenderte.



-En el coche, que te crees que no me di cuenta, que soy imbécil. Colocaste a mi hija bien para restregarte con ella. Con mi niña.



-Primero no me restregué y segundo tu hija no es una niña, es más espabilada de lo que tú te crees.



-Mientes.



-Te dejare preguntarme lo que quieras y te juro que te diré la verdad. Pero eso tiene un precio.



-¿Cuál?



-Que me lo que me preguntes sea delante de tu hija. Y ahora haz el favor de marcharte, nadie me falta al respeto y mucho menos en mi casa. (Lo dije fingiendo enfado y abriendo la puerta)



No se esperaba esa reacción, enseguida me di cuenta que se quedó desconcertada. Lentamente se fue, como esperando que yo dijera algo. Como no lo hice, una vez que estaba fuera de mi casa, quiso decir algo, pero la dije que mejor no dijera nada y cerré la puerta.



No habían pasado ni 5 minutos cuando volvieron a llamar, sabía que era ella arrepentida, abro la puerta y era Bárbara.



-¿Qué haces aquí? Seguro que tu madre viene ahora.



-Que va ha llegado con un careto increíble, no sé qué os ha pasado, pero… enfadadísima.



-Que vino a regañarme. (La conté lo que paso)



-Tú no mentiste, no te restregaste, jajaja.



-Y sobre tu prima, no quedamos en que no contarías nada a nadie,



-No le he contado nada, de verdad. Créeme. Hoy se reía por verme sentada encima de ti.



-No te creo.



-¿Qué puedo hacer para que me creas?



-Vas a llamar a tu prima con el manos libres. Lo primero que la vas a decir, que no se lo cuente a nadie y síguela la conversación.



-Es que lo mismo no puede hablar, porque pueden estar mis tíos rondando…



-Llámala y que se vaya a su habitación.



Estaba muy indecisa, yo sabía que la había pillado. Pero al final cedió yo creo que pensando que su prima por teléfono no hablaría. Pero cuando dijo muy segura, ya verás cómo te equivocas, dude un segundo. Se oyen los tonos de la llamada.



-Dime prima.



-No se lo habrás contado a nadie, ¿verdad?



-Espera que voy a mi habitación. Estas tonta, que voy a ir por ahí contando, que mi prima se está tirando al tío bueno del barrio, no ves que no. Oye prima, como fuiste capaz en el coche, yo creía que sería una cosa suave.



-Yo también lo creía, pero es como es. (Dijo mirándome y con cara de pena)



-Me puse “fatal”, que envidia.  Es que está buenísimo.



La hice una señal para que fuera cortando la llamada. Se despidió.



-Ves cómo se coge a un mentiroso antes que a un cojo.



-Perdóname.



-Ya me lo pensare. Ahora vete.



Se fue desilusionada, se lo veía en la cara. Pero sabía que la próxima vez seria mejor.


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