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La sirvienta fiel

~~Era agosto de 1998. Tenía yo 19 añitos. La ventana de mi cuarto daba exactamente al patio de ropas de la casa de los Vargas; unos vecinos excelentes, colaboradores y muy atentos.
 Por esa época los Vargas trajeron a su casa una sirvienta para que los ayudara en las labores. Estaba yo en cuarto semestre en la Universidad y esta mujer no dejó pasar un mes para que yo viviera una etapa que marcó mi vida sexual para siempre.
 Como ya lo había dicho, desde mi habitación se veía el cuarto de ropas donde Blanca, la sirvienta; dejaría ver sus instintos más salvajes sólo para mí.
 Blanca era una mujer jóven, aunque mayor que yo. Tenía 29 años, venía de la Costa Atlántica (mujeres muy lindas), su acento la delataba. Medía 1.65 m, su piel trigueña (ni blanca, ni morena) hacía juego con sus ojos grandes, negros y con su cabello de hembra; largo, rizado, del mismo color de sus ojos. Sus labios eran gruesos. Esa mujer sólo inspiraba sexo.
 Cuando la ví por primera vez lavando la ropa de los Vargas, tenía puestos unos pantaloncitos pequeños (acá los llamamos shorts), apretaditos que dejaban ver una piernas hermosas y las marcas de una tanga de muerte salían a relucir. Su culo era firme, paradito, duro y grande. .además tenía una camiseta (playera), que dejaba ver su cintura, su ombligo de morder y unas tetas justas (no muy grandes, ni pequeñas). .con el tamaño perfecto para mí, es decir; que cabían en las manos de un caballero como yo.
 En esa época, yo no tenía clases los jueves, y los martes el estudio en la universidad empezaba por la tarde, así que esos días de la semana los tenía reservado para deleitarme con la figura de la hermosa Blanca haciendo su oficio, lavando ropa, trapeando el piso, moviendo su cuerpo al tiempo que cantaba los vallenatos de moda mientras que yo, voyerista a muerte me masturbaba con su presencia.
 De andar en estas, un martes yo desnudo y caliente, en pleno acto de descaro hice que blanca mirara hacia mi ventana abierta. Apenas volteó su mirada y puso sus ojos en mí, mi verga soltó un chorro de semen que hasta yo me sorprendí. Mientras me derramaba a caudales veía los ojos grandes y fijos de Blanca observando semejante espectáculo, pero su rostro no daba ninguna expresión. así que apenas dejé de botar leche, me escondí en mi cuarto, cerrando la cortina; pues de verdad me sentí mal; pensando que Blanca le diría a sus patrones de la joyita que tenían como vecino, y que éstos le dirían a mis papás sobre esos hechos. De verdad me sentí muy mal.
 LLegó el Jueves, yo pensé que Blanca no iba a salir ese día a arreglar el patio, de reojo empezé a ver que ocurría. pero eran las 10.30 am y Blanca no aparecía ni se escuchaban sus cantos de sirena vallenata. Yo era un mar de nervios. A las 11.00 am escuché su voz cantando fuerte y yo, escondido detrás de la cortina cerrada la vi salir.
 Ese día el sol mañanero estaba radiante. Era normal en ella sus fachas matadoras: shorts apretados, playeras cortas y pies descalsos ó en sandalias. Lo raro era que cargaba montañas y montañas de ropa para lavar, era una cantidad exagerada que ni losVargas (marido, mujer y una niña de 5 años) podían hacer en un mes. Empezó a esa hora y yo veía que cantaba y lavaba mirando hacia mi cuarto, y sonriendo. .yo sorprendido, después de un rato me atreví a abrir las cortinas y la ventana corrediza de mi cuarto y la empecé a observar con los brazos cruzados, ella sonreía coquetamente y cantaba aún más fuerte vallenatos con letras insinuantes que me hacía calentar más. .después de una hora ella empezó a lavar la ropa interior, pero antes la olía y lamía, sobre todo los pantys . .yo, ni corto ni perezozo empezé a quitarme la ropa empezando por la camisa hasta quedar en boxers. ella hizo lo mismo, empezó por su playera ombliguera y quedó en brasieres dejando algo para la imaginacíon, después los pantaloncitos volaron y ella se volteaba para que yo viera su majestuoso culo, hermoso para lamerlo y castigarlo. Quedó en ropa interior, me llamó la atención que sus brasieres eran blancos y sus pantys tanga negros. .obviamente no eran del mismo juego, pero daba igual.
 De un momento a otro ella olvidó la ropa sucia y con el envase de lavar empezó a bañarse, se echó agua en sus tetas que apenas se mojaron, la tela del brasier dejó ver sus pezones grandes y marrones, despúes se empapó la cabeza y se bajó la tanga hasta las rodillas, y empezó a meterse el dedo corazón y anular por su cuca afeitadita y se masturbaba mirándome sensualmente. Yo ya estaba con mi verga emparolada hasta que noté que ella tenía un orgasmo y apenas ella convulsinaba hice mi último tirón y mi semen salió disparado como esa primera vez en que ella me miró. Blanca sonreía coquetamente y me hacía señas de que la llamara por teléfono.
 Yo busqué en una libreta vieja el teléfono de los vecinos, rápidamente la llamé y ella contestó con voz ronca (de tanto cantar). Tuvimos sexo telefónico, ella me decía de todo y al finalizar quedamos en que el próximo jueves ella me haría cuerpo a cuerpo, todo lo que me dijo por teléfono.
 Durante esa semana no la ví, ni siquiera el martes. .el jueves escuché el teléfono timbrar, contesté y era ella. Me dijo que para evitar comentarios de los vecinos, lo más fácil era que saltara el muro que separaba las dos casas y que ella me estaría esperando, dispuesta a todo, jurándome que no me iba a arrepentir.
 Yo me puse lo básico: Un pantalón deportivo, una playera y unas sandalias. Me costó trabajo escalar el muro. Cuando coroné la otra casa noté que mis brazos estaban raspados y sangrando un poco. Crucé el patio, llegué a la cocina y escuché la voz de Blanca:
 Papi, estoy acá arriba, no demores mi vida
 Subí hasta el cuarto principal y ahí estaba. .entre las sábanas revolcándose como una cerda,sólo tenía puesto unos shorts amarillos apretados. entré y ella me miró con los mismos ojos que noté esa primera vez que me vio. fijos en los míos y su rostro sin ninguna expresión. pasó sus dedos por su vagina y después por mi nariz y me dijo con voz entrecortada:
 Acá estoy, en bandejita de plata.
 Me empujó a la cama desordenada de mis vecinos, me desnudó rápidamente y antes de que yo empezara a manosearla, ella ya estaba mordiendo y chupando mis pezones. ahhh. que rico, sentía dolor y placer al mismo tiempo. .me decía que quería saborearme y supo que yo sabía a limón.
 Presurosa me lamía todo el cuerpo; explorándo y descifrando en qué parte que ella mordía y lamía yo gritaba más. Descubrió que mi ombligo, mis pezones, y mi cuello eran las zonas donde trabajaría más.
 Yo la apretaba y rasguñaba sin temor, ese culo ya era mío. lo besé y mordí hasta morir. .ella dio una vuelta repentina y yo ya tenía su chocha en mi naríz. .lo caliente y el olor divino que emanaba, me invitaba a chupar. mi lengua pasaba de su cuquita jugosa a su ombligo y ese camino estaba lleno de saliva. le metía la lengua y jalaba con mi boca su labio superior. .ella respodía con gemidos de gatica en celo mientras apretaba sus dedos en mi nuca, empujaba mi cabeza y jalaba mi cabello.
 La empecé a penetrar. yo encima de ella..Blanca me decía:
 Papito, no la saques, no la saques. .
 Mi vaivén la hacía gritar, de pronto cambiamos de posición, ella se hizo en cuatro y le metí mi verga dura por atrás. .ahí le propuse que si quería verga por el culo. ella se rió y dijo que lo dejara para lo último.
 Blanca. .princesa linda le decía, ella reía. .
 Ella ya había tenido tres orgasmos y yo quería mi parte, me dijo que cuando sintiera que me iba a venir le avisara con tiempo. No dejé de lamerle y chupar sus pezones que eran grandes y la punta era de forma muy alargada, que tetas tan ricas. .de pronto empezó a lamerme el cuello, bajó a mis pezones. los chupó y mordió haciéndome gritar. .con pequeños mordisquitos llegó a mi ombligo. sus labios harían eyacular a una estatua, duró ahí unos 3 minutos hasta que metió mi verga en su boca.
 aguanta, aguanta, me decía. .
 la metía hasta la garganta. .y a veces sentía que Blanca iba a vomitar, pero la lamía tan rico..chupaba y chupaba como una bomba, besaba mi verga tiernamente y mis huevos no dejaron de sentir el calor de su lengua.
 Yo ya le decía que no aguantaba más. .así que con la mano empezó a masturbarme y me derramé en su carita. ella lamía, mi leche invadío su cara, su cuello y sus tetas. . una gotas quedaron en su cabello rizado, cuando acabé de bombear ella untó todo mi semen en su torso. ., quedó mojadita de mi leche. me dió un gran beso pasando parte de mi semen a mi boca, me acarició tiernamente y esperamos para una segundo polvo mío.
 Mientras me recuperaba, me cantaba a oido canciones vallenatas que ella se inventaba con letras cachondas y me soplaba el oído, al tiempo que frotaba sus tetas untadas de mi semen. Cuando vió que estaba listo, se posó encima de mí y empezó a cabalgar duro, rápido hasta que sentí que enterraba sus uñas en mi pecho y me decía en voz fuerte:
 ME VINE, ME VINE PAPITO. .ME VINE,
 ella llegó al cuarto orgasmo muy rápido. yo empecé a prepararme para mi segundo polvo, cuando me dijo:
 tranquilo papi, que tengo una sorpresa.
 Entonces voteó la mirada hacia el armario de la ropa y sorprendido, vi que la puerta de ese armario se abría lentamente y salió tímidamente un muchacha muy jóven en ropa interior. Sus manos temblaban y estaba sonrojada. El frente de sus pantys estaba tan húmedo que dejaban ver la pelamenta alborotada de su cuquita. Yo me asusté y pregunté qué pasaba. .Blanca me dijo:
 Te presento a Helga. ..mi primita. Llegó anoche de mi tierra para buscar trabajo.
 Yo miré a Blanca y ella guiñó un ojo y me dio tranquilidad. Así que llamé a Helga. No sé si decirlo. .Helga era una mujer muy, muy jóven; de unos 18 años. Y tan hermosa. ..sus tetas eran grandes. .
 Blanca le dijo que me mamara la verga, Helga obedeció sin decir palabra. mientras me chupaba el glande, Blanca me lamía el cuello, mis pezones y mi ombligo. .yo estaba loco. ..me salían lagrimillas de todo el placer que estaba sintiendo. imagínense ustedes. .con dos mujeres. ..la una, putica complaciente y la otra jóvencita sumisa y yo, ahí; en el cuarto de mis vecinos, sintiendo toda clase de placeres sin haberlo planeado . .
 Blanca me volvió a decir lo mismo:
 cuando sientas que te vienes, me avisas. .
 y me dejó con Helga en la cama, mientras ella se sentó en una silla a masturbarse mientras miraba como me comía a Helga entre gemidos y sudores. .vi que ella le fascinaba los gestos que los dos hacíamos mientras nos devorábamos. a mi también me gustaban sus gestos mientras se masturbaba.
 La cuquita de Helga era mas bien estrecha. .claro que supe rápidamente que a pesar de su edad ya no era virgen. No tenía afeitada la chochita como la tenía Blanca, la cuquita era una mata de pelos que quedaban algunos en mi boca después de cada inmersión que hacía a tan maravilloso mundo profundo. .al rato Helga lanzó un grito de placer, se alejó de mí y se colocó en posición fetal. .yo intenté acercarme para ayudarla a que su orgasmo fuera más placentero..sin embargo, Helga me empujó y me dijo que la dejara en paz. .Blanca me decía, mientras entraba y sacaba rapidamente sus dedos de su cuquita y con la otra mano se pellizcaba un pezón:
 ella disfruta más si la dejan quieta, pues mientras siente el orgasmo no le gusta que nadie la toque.
 Después Blanca se acercó a Helga a hacerle mimos tiernos, hablaron a oido y empezaron a amarse frente a mí. .una relación lésbica que yo sólo había visto en películas porno durante mi adolescencia, me empecé a masturbar y Blanca me dijo:
 no, aguanta
 estas mujeres se entendían muy bien y me miraban con su clara de placer sonriendo y yo aguantando, intervine y empecé a besar a mis dos amantes. en la mitad de ellas dos, lamían mi cuerpo y se rotaban entre ellas para chupar mi glande. .ver que ellas se besaban, me besaban, se echaban dedo, gemían y después me la chupaban era fascinante. al rato le dije a Blanca que ya no aguantaba más, así que rápidamente, se sentó en mi cara y me decía que le chupara lo más que pudiera su cuca y Helga fue a mi verga directa a explotar, la metió en su cuca y cabalgó hasta que me vine dentro de ella. .Blanca alcanzó a sentir su quinto orgasmo y Helga, después de que me vine se masturbó hasta que al poco tiempo se retorció por segunda vez y se colocó en posición fetal para que nadie la molestara.
 Blanca me acarició. ..era muy tierna, me hablaba como si yo fuera un bebé y me hacía sentir muy bien. Helga, a los pies de la cama miraba sin decir nada.
 Nené lindo, ya es tarde y no he empezado a hacer la comida para mis patrones. .no quiero problemas con ellos, afortunadamente Helga me va a ayudar Eres muy buen amante. pensé que acá en la Capital no habían hombres tan calientes.
 Así que antes de saltar el muro de vuelta a mi monotonía, ellas me dieron una última mamada.
 Cada jueves hacíamos el amor, yo recordaba las palabras de Blanca:
 aguanta, aguanta.
 Y no me tocaba durante toda la semana, guardando mi líquido sagrado para ellas. , en cada encuentro yo dejaba litros de leche en sus pieles, bocas y cuerpos. ah¡¡ y en las sábanas de mis vecinos.
 La segunda vez fue casi lo mismo, claro que esta vez iba a reclamar lo prometido, que era romperle el culo a Blanca. Se lo manifesté (claro que no dije que iba a ser mi primera vez anal) y ella dijo que sí, que no había problema. Helga no hizo buena cara pero Blanca prácticamente la obligó. Así que entre ellas mismas empezaron a dilatarse el ano con sus dedos, saliva, jabón líquido, lápices y lengua. El primero que estaba listo era el de Blanca, esas grandes nalgas que veía mientras lavaba. ahora las tenía frente a mí; tenía su rojo y grande orificio directo a mi glande, así que empecé a bombear despacio hasta que soltó su primer grito y apenas lo escuché empecé como un loco a moverme. Ahhh..que rico era su culo, Helga no dejaba de mirar los gestos de Blanca. Aunque el culo de Blanca era mejor que el de Helga, decidí castigar la mala cara que ella hizo al saber que tendríamos sexo anal, así que dejé a Blanca descansar y metí mi cañón ardiente bruscamente en el culo de Helga. ella gritaba casi llorando y entre más gritaba más la apretaba y más me movia y le decía:
 puta, eres la más puta del mundo
 hasta que mi leche salió inyectada por su culo y no saqué mi verga hasta que no quedó totalmente flácida.
 Así la pasábamos cada jueves. .pasaron muchas cosas, como cuando Blanca decidió afeitar la cuca de Helga. yo solo ayudaba moralmente a Helga, besándola y acariciando su tierna carita con mi glande.
 Me las volví a comer así durante cinco o seis semanas más, hasta que Helga, al no conseguir empleo rápido y estando en casa completamente ajena, decidió no ser una carga para mis buenos vecinos que la ayudaron los más que pudieron.
 Esta relación duró el tiempo justo, cinco o seis semanas de sexo, sexo y sexo. .del más salvaje.
 Además Blanca empezó a mezclar las cosas, diciéndo que nos fuéramos a vivir los tres juntos. yo no le hice caso, pues era lo más descabellado que había escuchado.
 Así pues, Blanca se sintió muy triste por la partida de Helga. Y decidió entonces irse con su primita amante a buscar nuevos horizontes. Las dos lesbianas se fueron, se despidieron de mí de la forma como me lo merecía y desde entonces (aunque aún vivo en la misma casa) no he vuelto a saber nada de ellas. Yo sé que mis dos amantes enamoradas entre sí, salieron adelante.
 Antes de despedirse, ellas me dieron a escojer las tanguitas que más me gustaba de ellas. se las colocaron todo un día y al anochecer me las ragalaron. Yo a cambio les dí los bóxers que llebava puestos. Aún tengo las tanguitas de ellas, las guardo en una bolsa plástica y cuando tengo ganas, me masturbo con el olor que todavía conservan.
 Mi novia actual es una máquina de sexo, ella es de mente abierta, sabe de esta historia y sabe también que esa experiencia dejó la forma en que actualmente hago el amor y de vez en cuando (no siempre), contratamos alguna putica para hacer trío: En esas ocaciones yo la escojo y procuro que tenga los mismos rasgos de Blanca o de Helga, de esas dos costeñitas que marcaron mi vida sexual para siempre.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
  • Media: 0
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  • Lecturas: 1981
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