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Categoría: Masturbación

La promesa (relato romantico)

Me marche de aquel pueblo perdido de la mano de Dios a los diecisiete años. Un pueblo duro y pequeño con casas apretadas entre si y con muy poca poblacion, la mayoria demasido vieja y olvidada para explicarte al nuevo de la vida.
En los alrededores del pueblo habia casas dispersas y entre ellas caminos polvorientos y estrechos, esos camimos marcaban los limites de tierras amarillas y aridas donde se cosechaba cebada, trigo y en general cereales al no neceistar estos mucha agua.
Era un pueblo seco que se moria cada dia que pasaba y no se deba cuenta.
Yo vivia en una de esas casas alejadas del pueblo con mi padre, trabjando en las labores del campo que me dejaban el cuerpo cansado y mis manos doloridas.
A los diecisiete y con un bachillerato bajo el brazo me fui a la capital, aprobe la selectividad y empeze mis estudios de abogacia.
Me quedaba en la capital por cualquier excusa, no queria volver al pueblo para nada, solo en fechas señaladas y casi por obligacion volvia a ese pueblo arido y seco.
Encontre un trabajo en la capital un trabajo modesto de pasante y me sacaba para mis gastos, ademas mi padre me mandaba algo de dinero todos los meses y sinceramente nada me ataba a ese pueblo eceptuando a mi padre, pues mi madre dejo este mundo hace ya muchos años.
Supongo que fue la novedad o que yo necesitaba alejarme de esa vida lugubre y monotona, pero pasados ya los tres años decidi pasar mis vacaciones en el pueblo. Tres meses enteros en el pueblo ¿me habria vuelto loco? me preguntaba yo mismo, pero ahora estaba estresado de la gran ciudad y de su vida rapida y superfial, divertida si pero muy superficial. Asi que regrese con veinte años a mi pueblo, era verano y solo bajar del tren en el pequeño apeadero una bofetada de aire calido me golpeo el rostro, recordandome el clima arido y seco de aquella region perdida.
Mi padre me acogio bien pero rapidamente me estaba comentando los problemas del campo, los bajos precios de las cosechas el problema del agua que si fulano "te acuerdas de fulano, si hombre si el de las tierras de al lado del abrevadero, pues le han cerrado el pozo, se ve que no tenia todos los papeles en regla y."
¿Me abria equivocado pasando aqui mis vaciones?.
Ese primer dia lo pase por mi casa deambulando y recordando vivencias de la infancia, no sin antes prometer a mi padre que le echaria una mano con las tierras dentro de un margen que le deje claro.
Al otro dia despues de comer no me apetecia hacer la siesta no estaba ya acostumbrado y aunque el calor invitaba a ello comenze a caminar por los caminos polvorientos con un gorro de paja para cubrir el sol de la tarde y arrancando espigas de los caminos, hipnotizado por la monotonia del lugar y el silencio solo roto por grillos y su tradicional aleteo, no la vi hasta estar casi a su lado.
Una chica guapisima, pelo moreno de media melenita cara de mujercita con unos ojos negros como la noche muy hermosos, de estatura media algo mas bajita que yo sobre un metro setenta.
Tenia puesto un vestidio humilde de tirantes, sus dos pechos generosos se apretaban bajo su vestidido corto, sus piernas largas y esbeltas de mujercita eran preciosas, de piel suavemente acaramelada por el sol su cinturita estrechita pero de curvas insinuantes y bien trazadas una cinturita de mujercita generosa y a la vez delicada.
Me quede atontado viendola aparecer por el camino cuando ya estaba muy cerca de mi, se puso a mi lado y sonrio de manera sincera.
Sus labios de niña se separaron para trazar una sonrisa hermosa y sus dientes blancos resaltaban con la hermosura de sus labios carnesi carnosos y suaves.
"Dios no se ha olvidado del todo de este lugar"
Pense al observarla con detalle, ella seguia sonriendome y mirandome a los ojos, sus ojos negros y redondos me eran familiares y me hacian daño en el pecho.
"No vas a saludarme"
Me dijo sin dejar de sonreirme "la cosa es que me suena y no se de que" pensaba yo, "sere estupido sere estupido como si en el pueblo hubieran doscientas jovencitas hermosas a las que olvidar o confundir".
"BERTA ¿ERES BERTA?"
Me salio una expresion de sorpresa y de incredulidad absoluta.
"si claro ¿quien quieres que sea?"
"Joder, oh dios perdona estas estas bueno estas "diferente""
Berta bajo su mirada y se sonrojo algo incomoda ante mi mirada, la estaba mirando como lo que era una mujercita guapisima de quince años si las cuentas no me fallaban.
"Es que era una niña la ultima vez que te vi, has cambiado mucho"
Quise disculpar mi estupidez y aliviar su sonrojo echandome a mi la culpa.
"Tu estas igual"
Me dijo, nose si eso era bueno o malo. berta era hija de unos vecinos nuestros, su casa quedaba a menos de un kilometro de la nuestra, era una niña de apenas doce años cuando me fui del pueblo.Una niña flacucha de pelo negro salvaje que siempre andaba saltando por aqui y por alla, un poco cabra loca como suele decirse, siempre con su mirada inquieta con sus ojos negros buscando el modo de divertirse aunque a veces ese divertimiento le psase factura. Un dia se cayo de un arbol y se rompio un brazo la pobrecita, yo estab cerca y fui el primero en escuchar sus gritos de dolor, recuerdo que no podia tocarle el brazo y que cuando me acerque a ayudarla se pego a mi pecho llorando y como se fue calmando cuando yo le pasaba mi mano por su espalda y le decia que pronto no le doleria que la curariamos, la niña se fue calmando hasta dejar de llorar incluso con el brazo roto, pense que era una niña realmente fuerte.
"Pues tu ya no eres una niña"
Deje escapar osin dejar de mirarla
"Y ahora que soy ¿un cerdito?"
Nos pusimos a reir como dos niños y la acompañe al pueblo que era alli donde iba berta.
Desde ese dia todas las tardes quedabamos cuando el sol caia y ya no hacian tanto daño sus ardorosos rayos, paseabamos juntos por los caminos charlando, no quedabamos para nada en especial solo charlabamos, se nos pasaban las horas volando como si al estar juntos el tiempo empezase a acelerarse sin control alguno.
A Berta le encantaba escucharme explicar cosas de la universidad, novatadas y experiencias, cosas de la vida en la capital, cualquier cosa que yo le explicase me miraba con toda su atencion en silencio como devorando cada palabra como si almacenase cada palabra en su cabecita de niña para no olvidarlas nunca.
Una tarde sentados bajo una vieja higuera me pregunto.
"Tienes novia"
"No"
Le conteste y era cierto.
"Por que en la universidad hay muchas chicas y en la capital uf alli debe de haber chicas a montones"
"Es que no es tan facil Berta, una chica y un chico se han de gusar mucho para, ya sabes ser novios y todo eso"
La conversacion se quedo alli, pero entonces me di cuenta que Berta me gustaba, no solo por ser una mujercita hermosa sino por todo, por su inocencia por su cabello negro pegado en su cuerpecito, por piel fresca y inocente por todo.
Estaba enamorandome de Berta y no sabia muy bien como ibamos a salir de aquel enamoramiento, supuse que yo le atraia a ella pues siempre venia conmigo, todas las tardes paseabamos y como ya he dicho charlabamos de tantas cosas que son imposibles de explicarlas aqui todas.
Habia pasado la mitad del verano y de mis vacaciones, una tarde caminado nuestros dedos se rozaron fue algo casual y nos cogimos de la mano sin dejar seguir hablando, como una pareja mas.
Estuvimos asi un par de tardes, nos cogiamos de la mano sin mas como algo ya natural, ninguno comento nada pero los dos sabiamos lo que significaba aquello.
Ese dia en el lago, bueno no era un lago natural lo llamabamos asi por su forma de lago, una charca inmesa donde venia a parar el agua de regadio y de alli se distribuia a las tierras.
Berta se desclazo sus chanclas y metio sus pies en el lago hasta sus rodillas, el calor era tremendo ese dia, se inclino y se remojo con agua toda su cara su cuello su pelo, el agua le mojaba el vestido y su cuerpo se pegaba a su ropa.
Salio del lago y se tumbo en un trozo de hierba fresca, alrededor del lago crecia hierva al estar la tierra humeda, se estiro en el suelo y separo sus piernas y sus brazos cerro los ojos y se dejo llevar por la frescura de su cuerpo mojado por el agua.
Me puse a su lado, sus pechitos apretados se dibujaban bajo su vestido apretados y duros, su vestidito subido dejaba ver sus piernas largas y esbeltas hasta muy arriba. Berta abrio los ojos y me enontro muy cerca de su carita de niña, sus labios de fresa estaban entre abierto y respiraba pausadamente por la boca.
Se sobre salto al verme tan cerca y de forma espontanea se bajo el vestidito tirando de el como si en aquel momento ella quisiera que su vestidito la tapase hasta los tobillos.
"Eres preciosa"
Le susurre muy cerca de su carita y acercandome pegue mis labios a los suyos, le robe un beso delicioso.
Su boca fresca se abrio suavemente y mi lengua recorrio la suya muy despacio, el beso duro unos segundos.
"tengo que irme"
Me dijo mientras se separaba de mi y se ponia en pie.
"pero es temprano"
Le dije mientras se alajaba con paso rapido.
De camino a su casa no comentamos nada a decir verdad ni siquiera cruzamos palabra alguna.
Ya en la verja de su casa la agarre suavemente del brazo y hice que se girase hacia mi.
"Nos vemos mañana"
Berta no contesto aguantan su respuesta en sus labios inquietos de niña.
Movio su cabecita despacio dandome un signo afirmativo.
Esa noche no podia dormir, pensando en su cuerpecito humedo tendido en la hierva y con el sol secando el agua de su vestidito suavemente, me masturbe pensando en su cuerpecito de niña adolescente, fue la primera vez que me masturbaba pensando en ella.
Al otro dia sentados en nuestro lugar favorito bajo el viejo arbol y ocultos a la vista de las pocas personas que pasaban por el camino, me acerque a ella y nos besamos.
Un beso largo y humedo, su boca de niña sabia a fruta fresca la suavidad de sus labios y su perfume a inocencia eran deliciosos.
Nos dejamos caer en el suelo bajo el arbol, muy pegados el uno al otro, le pase la mano por su cintura estrecha y la baje hasta su pierna.
Su piel era suave y calida, la pasee por su poerna despacio mientras la miraba, vovi a besarla.
Nos besabamos y nos apretabamos en un abrazo infinito, yo con toda mi juventud y toda mi sed le pasaba la mano pos su muslo por su rodilla la subia y la subia buscaba su sexo humedo y suave.
La pase cerca de sus braguitas y le meti la mano bajo el vientre.
Berta al notar mi mano en sus braguitas cerro sus piernas y me aparto la mano cogiendomela con la suya, dejo de besarme y se separo de mi un poco.
"Lo siento Berta, le dije, me gustas mucho"
"Me quieres??"
Sus ojos negros se clavaron en mi alma como un puñal traicionero ¿la queria? si, me gustaba, estaba loco por herle el amor, por desflorarla por que sabia que era virgen eso seguro, queria entrar en ella el primero hacerla mia ¿Y luego? yo me marcharia de alli a mis estudios a mis cosas ¿Y Berta? ¿ que pasaria con ella? tenia quince años y lo unico que le quedaria seria el recuerdo de un tio que se lo habia pasado en grande con ella y se habia llevado lo mejor de su ser, ¿la queria?.
Tarde demasiado en responder, Berta se levanto y me dio la espalda, me puse tras ella y acaricie su hombro, ella me rechazo con su cuerpo sin darse la vuelta.
"dejame"
Me dijo, estaba llorando.
Estuve cuatro tardes esperandola pero Berta no aparecio si me queria castigar lo estaba consiguiendo empezaba a temer que si, que la queria de veras que queria estar con ella sin importarme todo lo demas, quedaba un mes para que se acabasen las vacaciones.
La espere cuando salia con sus padres el domingo de misa, la agarre del brazo su padre me miro de forma asesina pero por suerte su esposa una hembra de armas tomar de generoso cuerpo le dio un codazo en las costillas y el pobre hombre retrocedio atemorizado.
"Si te quiero te amo y te deseo por dios, me vas a volver loco Berta, quieres que lo diga gritando en mitad de la plaza"
Berta sonrio y me miro con sus ojitos de niña como satisfecha al haber conseguido un premio muy anhelado.
"estas loco te va escuchar todo el pueblo"
Me beso en la mejilla y se fue a reunirse con sus padres a la carrera.
Esa tarde nos encontramos de nuevo. Fuimos andando de la mano sin decirnos nada hasta llegar a nuestro lugar intimo, bajo el viejo arbol.
Nos abrazamos y nos besamos como dos deseperados, le besaba en los labios en su cara en su cuello mientras la apretaba contr mi cuerpo le apretaba las nalgas duras contra mi vientre y le dije que la amaba con todas mis fuerzas y la deseaba.
Berta me devolvia los besos pero yo era mas rapido.
"me vas a ahogar loco"
Su carita enrojecida me miraba agarrandome de mi cabeza con sus manos suaves y pegando su cuerpo al mio para sentir mi ereccion.
Nos tumbamos en el suelo, nos besabamos y nos apretabamos muy fuerte, le pasaba lamano por su cuerpo bajo el vestido y tocaba sus piernas su trasero prieto su cinturita.
Berta rozo con su mano mi pantalon, estaba hinchado y me dolia el pene bajo el, ella empezo a abrir el borton de mi pantalon y bajarmelo.
Me miraba con carita de niña mala suspirando profundamente con los labios de su boca ligeramente separados.
Me abrio la cremallera y empezo a sacar mi pene entre los calzoncillos.
"Berta yo, tu no"
Le queria decir que no tenia por que hacerlo ¿que no tenia por que hacerlo? me habia vuelto loco o era un estupido rematado, o ¿la amaba realmente?.
"No soy una niña ni una estupida"
Me dijo agarrandome mi pene que sufria una ereccion total y dandome sacudidas largas y intensas.
La bese y le baje su vestidito, baje su sujetador fino. Sus pechos eran tan hermosos que me mareo la idea de besarselos, los acaricie con suavidad y me extremci cuando empeza a chuparle sus pezoncitos de niña, los chupaba y los chupaba cada vez con mas hambre, mientras Berta me seguia dando en mi pene, su manita subia y bajaba por el cada vez mas rapido y cada vez me notaba mas humedo.
Yo seguia comiendole los pechitos suaves y tibios su piel era fresca y olia a hembra y a niña a la vez.
Solte un gemido extraño al notar mi pene a punto de estallar, Berta se abrazo a mi y puso mi pene entre sus piernas justo en sus braguitas y me dio fuerte en medio de su sexo por encima de sus braguitas, note una calentura extrema en su sexo y me corri jadeando con mi cara entre sus pechos de mujercita, ella mientra yo me corria acaciaba mi pelo y me apretaba contra su cuerpecito.
"ya esta mi amor ya esta mi amor"
Me decia como la madre que calma a un hijo despues de que este se hubiera hecho daño.
Berta se llevo sus manitas bajo su vestido y las saco con mi semen gelatinoso enganchado en sus deditos.
"Que pasada me has manchado todas las bragas"
Me dijo con su carita sonrojada y sus labios muy rojos debido a nuestros besos apasionados.
"lo siento Berta"
"no seas bobo, lo estaba deseando"
Desde esa tarde nos masturbabamos los dos, yo le metia la mano en sus braguitas y apretaba su coñito hasta llevarla a un estado donde Berta gritaba y decia que me amaba, ella me masturbaba con su mano freneticamente dandome muy fuerte y yo terminada entre sus piernas dandome en su braga y sintiendo su calentura llenandola de semen por sus piernas y por sus braguitas.
Lo mas hermoso fue la primera vez que se inclino hacia mi y me lo chizo con su boca.
Me siguio dando con su mano pero metia la punta en su boca y chupaba y chupaba hasta que yo me corria, Berta apretandome el pene muy fuerte y dandome sacudidas violentas se separaba en ese instante y se quedaba mirando como mi leche salia disparada hacia arriba en unos bombeos intensos.
"Que pasada"
Decia y luego ponia su cabecita sobre mi pecho y se quedaba alli quieta con su manita a un agarrandome el pene, preguntandome cosas intimas, cuando notaba que yo le mentia me apretaba el pene con su manita. Mi pene sensible de la corrida intensa me dolia y yo gritaba y le decia que era una niña muy mala entre risas.
Berta me respondia.
"No me mientas ya sabes quien tiene la sarten por el mango"
Y nos reiamos hasta que no podiamos mas.
Nunca me dejo quitarle las braguitas, me dejaba meter mi mano y hacerla extremcer de placer si y me dejaba que la masturbara "muy arriba" como ella decia y se lo hacia ne su clitoris, pero cuando intentaba meter mi dedo en mi vagina mas de la cuenta ella me rechazaba.
Se acabo el verano y Berta me despidio, me dijo que si realmente la amaba acabaria mis dos ultimos años y volveria a buscarla, ella me esperaria. Entonces ya tendria casi los dieciocho y se entregaria a mi totalmente.
Juro que durante meses esa promesa era la meta de mi vida, nos llamabamos todos los dias y charlabamos por telefono hasta que la factura subia de forma alarmante.
A un guardo cartas inacabables de amor, de Berta y mias.
Casi al año de mi promesa, Vicki me enseño "nuevas tecnicas" era una estudiante de medicina, follabamos como locos en mi cuarto de alquiler todas las tardes, luego vino Vero y despues Sandra la chica de las pecas y peliroja.
Las llamadas se alargaron, las cartas se acortaron y yo acabe la carrera.
Me puse a ejercer en la capital y me lie con una clienta mayor que yo, estuvimos tres años y tengo un hijo de ella.
En fin, la vida supongo la vida.
SE que Berta se caso y se fue a vivir fuera, se caso a los venti cinco con un tio pirado de la vida que le hizo dos niñas y desaparecio para siempre luego se rumorea que anduvo con uno y con otro de aqui para alla, pero no ss muchos detalles.
Solo se que no cumpli mi promesa y que a veces me arrepiento de ello, lo digo en serio me arrepiento de ello.
Datos del Relato
  • Autor: melisa
  • Código: 22279
  • Fecha: 07-02-2010
  • Categoría: Masturbación
  • Media: 2.8
  • Votos: 30
  • Envios: 1
  • Lecturas: 2827
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
edgar
invitado-edgar 21-09-2013 15:44:08

eso es triste vos, pero las fantasias que pasaste nunca las vas a olvidar

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