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Categoría: Incestos

LA DELICIOSA TIA!

El año 2012 fue uno muy bueno para mí en cuanto al sexo se refiere, conocí a chicas que me paraban la verga solo de verlas y poco a poco conseguía más y más cosas a mi favor.



Esto ocurrió en diciembre del 2012, yo tenía 22 años y eran los 15 años de mi prima.



Debo confesar y creo que la mayoría o si no todos, tenemos una familiar a la que le hemos dedicado una masturbación o deseamos en secreto, prima, tía, sobrina, ahijada, de todo.



Pues bien, en mi caso una tía política de nombre Andrea ella es esposa de mi tío y la verdad para mi gusto está bien cogible todavía a estas fechas.



Ella en ese entonces tenía 32 años, yo le traía ganas, ya la había visto desnuda e incluso ya le había arrimado mi verga la cual ella al sentirla no me dijo nada, solo se dejó.



Y es que Andrea era el tipo de mujer que le da entrada a quien sea, los rumores de la infidelidad a mi tío eran muchos, pero yo me concentraba en mirar sus ricas nalgas y antojables piernas.



Bueno ese día ella tomó demás como la mayoría, saliendo del salón decidimos agarrar la banquetera.



Ese día ella traía una minifalda blanca una blusa escotada negra y sus medias color carne e incluso bailando se le notaba su liguero.



Yo estaba excitadísimo, y mi buena suerte me puso con ella, era el más sobrio de todos, ella bailaba muy pegadita conmigo, me abrazaba me arrimaba las nalgas, me acariciaba la espalda y me besaba el cuello y cerca de la boca.



A: ¡Vamos!! Báilale hijo, báilale!



T: ¡Bailas muy bien tía!



Me pidió que la acompañara al departamento de mi abuela por su chamarra, los demás estaban tan borrachos que ni cuenta se dieron, ella me pedía que la abrazara por atrás, yo gustoso le arrimaba mi verga ya parada.



Ella la sentía y movía sus nalgas muy rico, al entrar a la unidad la jalé hacia la zona de los juegos.



T: Tía tengo algo que mostrarte, ¿vienes conmigo?



A: ¡Que pasó a donde me llevas jajá!



T: ¡Es algo que te quiero mostrar desde hace tiempo!



A: Pues debe estar muy bueno, ¡para que me lleves para allá!



La llevé entre un árbol grande y una cisterna, nada se veía, entonces desesperadamente la comencé a besar, al principio ella se opuso alegando que era mi tía y que estaba confundida.



A: ¡Que haces cabrón?!



T: ¡Estas bien buena tía!



Al mismo tiempo yo le acariciaba las piernas y llevaba mi mano a su trasero, poco a poco se dejó llevar, me besaba el cuello y me desabotonaba la camisa.



T: Tía estas buenísima, ¡que ricas piernas y que nalgas tan ricas tienes!



A: sé que me deseabas, te he visto como me miras, ¡aprovecha que estoy para ti!



T: ¡Por dios!! ¡Que rico!



Le quité la blusa y su brasear para lamerle sus pezones, tiene unas tetas grandes y paraditas, yo me daba gusto con sus tetas mientras ella me acariciaba la verga.



A: ¡Hijo!!! Pero que buen paquete, ¡no me decepcionaras para nada!



T: ¿Le gusta? ¡Es todo suyo!



Me bajó el pantalón y mi bóxer y comenzó a darme tremendas mamadas, desde el inicio se la metía toda en la boca, a veces se detenía en la puntita para darle unas lengüeteadas, yo le acariciaba la cabeza, ella siguió mamando por un rato más.



T: Que rico te comes mi verga tía, que suertudo mi tío…



A: Dime Andrea, me excita más, ¡así te lo mamo más rico chiquito!



T: ¡Andrea, cómetela toda, uhm!!



A: Te voy a exprimir papito, ¡me encanta tu pito!



Los rumores de lo puta que es eran ciertos, me seguía mamando con todo, lamía mis testículos incluso mordía la cabecita, estaba encantada con mi verga y yo con sus mamadas.



A: ¡Ya métemela hijo! ¡Quiero tener tu tranca dentro!



T: Yo también ya te quiero perforar, ven voltéate.



Se empinó un poco, yo le levanté la falda a la altura de su espalda, después le arranqué la tanga y se la empecé a meter lentamente.



Le acariciaba las nalgas y su espalda, ella movía sus caderas y sus movimientos hacían más placentero la penetrada, le acariciaba las tetas, no me importaba si alguien nos veía, yo solo quería seguir cogiéndomela…



A: Ah! que rico papi, cógeme, ah, ¡ay que verga tan dura y gruesa!!



T: ¡Si!!! Que rico perrito tienes, me vas a exprimir todo!!



Le di vuelta nuevamente la puse de frente a mí, le levanté una pierna y se la metí nuevamente, ella gemía más fuerte pero la verdad ya no importaba si nos escuchaban o nos observaban solo queríamos llegar al éxtasis…



Una y otra vez la embestía, nos besábamos apasionadamente, no podía creer que mi tía estaba cogiendo conmigo, me arañaba la espalda y se movía muy rico.



T: ¡Coges muy rico, ah!!



A: Vamos, métela, así, no pares, ¡ah!!



En un acto de lujuria extrema, me acosté en el piso encima de mi ropa y ella comenzó a darse sentones de una forma tan rica que me tenía gimiendo.



Se movía en círculos, tenerla encima mío moviéndose me hacía sentirme el mejor, ¡esa tía que tanto deseaba estaba dándose tremenda cabalgada y en plena unidad!



T. Así que rico, uhm!!



A: ¡Ah!!! ¡Que rico, no mames!!!



Se dio vuelta y me cabalgaba dejándose caer en sentones muy ricos, sus nalgas se veían maravillosas, le acariciaba los muslos y las piernas que me excitaban más por sus medias que traía, yo sabía que no había más tiempo, así que me comencé a mover como loco.



A: ¡Que rico!! Métemela!! Métemela con todo!



T: ¡Ah!!! ¡Si, ahí va, toma, toma, uhm!!



A: Vamos, quiero mi leche, ¡dame mi elche!!



T: ¡Si, ahí viene, agh, ahí viene!!!



Ambos nos movíamos al mismo tiempo, la combinación de nuestros movimientos nos hacía sentir más, en eso ambos aceleramos y nos venimos…



A: ¡Ah!!!! Si, dame leche, que rico se siente, ¡agh!!!



T: Toma tu leche, uhm, que rico, ¡uhm!!!



Esa sensación fue increíble, la ayudé a vestirse, me quedé su tanga como regalo, ella solo se rio y me ayudaba con la camisa.



Todavía le di un agasajé más hasta que la acompañé al departamento donde me despedí de ella.



A: No le vayas a decir a nadie lo que paso eh, esto es entre nosotros.



T: Claro que no le diré a nadie, porque espero que se pueda otra vez.



A: Ya veremos, ya veremos.



Ese año fue inolvidable, pero el que venía estaría aún mejor, pero aún faltaba un encuentro más con mi rica tía Andrea.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 6
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