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LA CHICA RELIGIOSA

Provenía de una familia religiosa muy fanática, por eso ella tenía esa forma de ser, desde pequeña le prohibieron todo, todo era malo, todo era castigado, conforme fue creciendo la idea de alejarse de su familia aumentaba, se escapaba a fiestas a las cuales su religión le prohibía, usaba ropa llamativa la cual no se debe usar, pero eso a ella no la detenía.



A sus apenas 19 años recién cumplidos ya tenía experiencias sexuales únicas, de hecho, la hipocresía rodeaba su alrededor, ya que un par de tíos se la habían comido y el pastor la había vuelto mujer, por eso ella detestaba estar ahí, detestaba todo, le encantaba la fiesta, bailar, el sexo, así era Kenia.



Después de conocerla un poco mejor, entendí porque aquella noche en el camión me ofreció su culo, simplemente quería gozar, el sexo la ayuda a olvidar la vida que lleva.



Pero como en ciertas sectas pasa, ella ya estaba comprometida, estaba a punto de casarse con un hombre 5 años mayor, gordo, feo parecido a un perro mal humorado, se notaba según ella de verga pequeña, pero, en fin, ella tenía que casarse con él, sus padres ya habían arreglado todo, así que quiso despedirse antes de todo.



K: ¡Hola!! ¿Podemos vernos?



T: Claro nena, ¿a qué hora?



K: ¿Te veo en el metro a las 7, te parece?



T: ¡Ok, ahí nos vemos!



Llegue puntual a la cita, ella tardo unos minutos en llegar, la vi caminando seria, con ganas de nada, ¡una calza negra entallada y una sudadera gris que resaltaba sus tetas, pero su tristeza me contagio!



T: ¿Que sucede?



K: ¡Mañana me caso!



T: ¡Así que siempre sí!



K: Si, ni hablar, ¡ni modo!



T: ¡Que mierda!!



La abrace sintiendo coraje, ganas de golpear a su padre, pero eso me haría hipócrita también yo estaba ahí solo por lo que habíamos estado haciendo desde hacía semanas, cogiendo y llenándola de mi semen, con la posibilidad de preñarla, en aquel momento quise preñarla y arruinarle la vida a aquel idiota.



T: ¿Que deseas hacer?



K: Quiero estar contigo, hazme tuya, ¡hazme sentir mujer como solo tú sabes!



T: Ok, vamos, no perdamos tiempo.



Justo la calle siguiente ay un hotel de paso al cual entramos ara coger talvez por última vez.



Al entrar en la habitación inmediatamente nos desnudamos, no queríamos pasar más tiempo sin acción.



La acosté en la cama y comencé a comerme su coñito, aquel que pronto seria de otro, pero en ese momento estaba en mi boca, mi lengua saboreaba su sabor agridulce, su aroma me encantaba, su juventud era un tesoro divino, sus chorros eran el agua en medio del desierto, Kenia gemía y se retorcía riquísimo.



K: ¡Uhm!! ¡Ah!!!



T: ¡Extrañare este coño!



La puse en cuatro patas y devoraba su chocho hasta llegar con mi lengua a su ano, ella se estremecía, mi beso negro la tenía gimiendo mientras que mis dedos acariciaban ese clítoris, lo apretaban casi como si se fuese a exprimir, todo eso la tenía gritando como nunca, mi boca, mi lengua y mis dedos estaban haciendo un gran trabajo.



T: ¿Te gusta bebe?



K: ¡Si, no pares, ah, uhm!!!



Dos dedos dentro de su concha palpando hasta donde podía y dos más en su culo entrando y saliendo con fuerza, ella vibraba, sus fluidos eran abundantes, ¡pronto estaba por tener un rico orgasmo!!



T: ¡Espero que ese idiota te haga gozar!!!



K: ¡No creo, uhm, agh!!



T: ¡Entonces jamás olvides esto!!!



K: ¡Por dios!! Agh!! ¡No pares, no pares!!!!



Tuvo un orgasmo viniéndose en chorros que me salpicaban toda la cara, yo bebía su jugo, mi verga estaba súper parada, Kenia se retorcía como gusano con sal, sus gemidos se volvieron música para mí.



Apenas se pudo poner de rodillas e inmediatamente se lanzó a besarme, sus besos eran deliciosos, sus labios apretaban los míos mientras mis manos apretaban esas jóvenes, pero grandes tetas que tiene.



Besándome el cuello y mi pecho bajo hasta mi verga, la cual tomo con una mano y comenzó a meterse a su boca dando ricas lamidas en mi glande.



T: ¡Así que rico!!



K: ¡Me encanta tu verga!!!!



La succionaba delicioso, recorría todo mi palo, se detenía y chupaba y mordía mis huevos, lamia abajito de mi ano, se tragaba todo lo que el cabía, la colocaba en medio de sus tetas y me masturbaba riquísimo, yo acariciaba su cabeza y disfrutaba de su rico acto.



T: Que rico mamacita, uhm, ¡que rico!!



K: ¡Siempre agradezco haberte conocido en aquel camión!!



La tumbe en la cama, le abrí las piernas y se la clave a pelo, lo que jamás habíamos hecho, se sentía riquísimo el rose, ella se movía a cada embestida que el daba, nos besábamos enrollando nuestras lenguas, mis manos acariciaban su delicioso cuerpo, piernas, cadera, nalgas y tetas, me empujaba fuerte y duro hacia ella.



K: ¡Uhm!! ¡Que rico, agh!!



T: ¡Maravillosos, uhm!!!



Levante sus piernas y se la di de patitas al hombro, el sonido de sus nalgas chocando en mi era fenomenal, le mordía sus pies, los besaba, me encanta lamer sus pantorrillas, apretaba sus tetas, me empujaba con fuerza, ¡me tenía en la gloria!!



K: ¡Dios!! ¡Que duro!!



T: ¡Kenia!! ¡Te voy a preñar!!



K: ¿Que?



T: ¡Si, te preñare, uhm!



La puse a cuatro patas, le abrí las nalgas y se la metí de un golpe, ella lanzo un quejido de placer que inundo la habitación, la tomaba de su cintura y se la metía con fuerza.



K: ¡Ah!! ¡Sí que rico, uhm!!



T: ¡Oh, nena, uhm!!



Esa joven me tenía gozando como nunca, mi verga se inflaba cada vez más, no podía resistir más, la excitación me dominaba, Kenia escurría y se movía a mi ritmo, ¡unos movimientos después comencé a venirme dentro de ella!



K: ¡Dios!! Agh, ah!!



T: ¡Uhm, te preñare, uhm, agh!!



K: ¡Si!! ¡Dame tu leche, uhm, dámela!!



T: ¡Ah!! ¡Que rico!!!



¡El orgasmo fue fantástico, tenía tiempo sin tener uno así, ella escurría mi semen y sus fluidos, la tome del cabello y la lleve a que me limpiara mi verga, dándome unas ricas mamadas!



K: ¡Uhm! ¡Sabe rica tu verga!!



T: Síguele bebe, ¡límpiame bien que después sigue tu culo!!



K: ¡Uhm!! ¡Que rico!!



T: ¡Espero quedes embarazada!!



K: Jajá, ¡estás loco!!



T: Jajá, ¡será lo mejor que hare por ti!



Nos acomodamos en un 69, ambos nos mamábamos muy rico, sus nalgas eran una perdición, Kenia seguía tragando mi verga y poniéndomela durísima, yo estimulaba su ano para entrar ahí.



T: ¡Ya estoy listo!



K: ¡uhm!! ¡Solo que no me duela!



T: Descuida, ¡tú lo meterás solita!



Me acosté en la cama y tomándola de su cintura la subí en mí, ¡ella lentamente se introdujo mi verga en su culo! Sus muecas me excitaban demasiado, meneaba sus caderas muy rico, gritaba y gemía con locura.



K: ¡Ay!! ¡Que rico, uhm!!



T: ¡Por dios, uhm!!



Kenia comenzó a cabalgarme riquísimo, mi verga entraba hasta el fondo, le apretaba las tetas y la tomaba de los brazos para ensartarla más a mí!!



K: ¡Que rico, uhm, agh!!



T: Muévete nena, ¡menea ese culo para mí!!



Le pedí se diera vuelta y me cabalgara dándome la espalda, ¡ella me obedeció empinándose un poco y dejándose caer en mi verga que entraba riquísimo en su culo!



T: ¡Que nalgas se te ven!!



K: ¡Ay!! Que rico, uhm, ¡me encanta que me des por el culo!!



T: ¿De quien es tu culito?



K: ¡Tuyo, uhm!!



T: Pues muévelo, ¡déjame gozar tu culo que me pertenece!



K: ¡Si mi amor, agh!!!



Kenia se movía formidablemente, yo disfrutaba de la vista, mi verga entrando una y otra vez en su rico culo joven, no le importaba que al día siguiente se casaría, solo se dejaba caer en mi dura verga, disfrutando como la perra que es!



La puse boca abajo en la cama, ¡y abriéndole sus nalguitas continúe metiéndosela en su rico culo joven!



K: ¡Ay, si no pares, agh, Tyson, me matas!!



T: ¡Que apretada, uhm!!



K: ¡Ah!! Cógeme, uhm, mas, dámela toda, uhm, dámela!!!



T: ¡Si, que rico, uhm, jamás me olvidaras, toma, toma!



Me empujaba con fuerza, apretaba sus tetas, mordía su espalda y sus orejas, el jalaba el cabello, al estrujaba delicioso, la joven se movía muy rico, meneaba sus coderas a cada embestida, ¡mi verga la tenía en la gloria!



K: ¡Me vengo, agh!!!



T: Si, ahí viene mi leche, uhm, ¡ahí viene!!!



No aguantamos más y nos venimos juntos, ella mojaba todo y yo la llenaba de semen, que momento.



El orgasmo fue maravilloso, sus contracciones me tenían en la gloria, le basaba la espalda y le susurraba que era mía en su oído.



K: ¡Ah!!! ¡Que rico, uhm, coges como dios!!



T: ¡Nena, uhm, que culo maravilloso!!



Una vez que reposamos continuamos cogiendo hasta el cansancio hasta que la verga me dolía y ella estaba toda rosada, salimos del hotel y nos despedimos con un pasional beso.



Al día siguiente ella se casó con aquel idiota, un mes después ya estaba embarazada, pero para la mala suerte del imbécil esa hija que tiene es mía y eso ni él ni nadie lo puede borrar.



Tyson!


Datos del Relato
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