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Categoría: Maduras

La amiga de mi madre

Buenas a todos los lectores de la página. Aquí les voy a contar mi primer relato. Debo aclarar que es verídico todas las situaciones y personas, solo ocultare los nombres para evitar problemas.



Mi nombre es S y soy de Argentina. Actualmente vivo en Europa, ya hace mas de 10 años pero la historia que voy a contar se remonta a unos años atrás. La persona en cuestión es una amiga de mi madre que yo conozco desde chico. Siempre fueron amigas, pero la relación creció mucho más cuando ella se separó de su marido. Ahí fue cuando todo empezó y coincidió con mi despertar sexual. Yo soy un hombre normal fisicamente hablando. Mido 1,78 metros, 75 kg, pelo corto, castaño oscuro y poco más que contar. Ella (C a partir de ahora) no es una super mujer de estas que algunas describen, pero sí tiene sus cosas y bien puestas, buenas curvas que es algo que me encanta. Medirá 1,70 m, no es delgada pero tampoco gorda ni mucho menos. Le pregunté las medidas luego de lo que pasó y me dijo que eran 100-70-95, o sea buenas nalgas y unas tetas más que apetecibles. Creo que con eso pueden darse una idea de como es ella. En esa época debería tener unos 40 años y yo 19.



Cuando empèzó todo yo tendría unos 15 años o así, no lo recuerdo exactamente. Como la mayoría de los hombres, me mataba a pajas todo el día con quien fuese si tenía concha. Tenía fantasías de todo tipo y, al ella pasar tanto tiempo en casa, me era inevitable mirarla y soñar con tenerla. Mi madre la acompañó y aconsejó en todo el proceso de separación, por eso ella pasó tanto tiempo en casa. Recuerdo que una vez, yo estaba dormido en el sillón y cuando desperté seguí recostado un rato más mientras ellas hablaban sobre los problemas sexuales que tenía con su ex. Ella le preguntó a mi madre si yo estaba despierto, mi madre se acercó a comprobarlo y yo cerré los ojos, por lo tanto hablaron con total tranquilidad, pero sí lo hicieron en un tono bajo. No contaron nada fuera de lo común, pero creo que allí fue cuando empecé más aún a fijarme en ella.



En los años siguientes no pasó mucho más. Ella se acomodó a su nueva vida y yo seguí haciéndome pajas con ella y muchas otras mujeres.



Aproximadamente cuatro años después mis padres se fueron a vivir a España, quedándome yo solo con mi hermano. Eso fue algo duro para mi, por eso todos los amigos de mis padres me acompañaron a pasar el mal rato, entre ellos C. Pasaba de vez en cuando por casa para ver como estaba yo (mi hermano es mayor y ya tenía su novia que hoy es su mujer), que cosas necesitaba y como me las arreglaba solo. A todo esto yo la empecé a mirar con cara más de deseo, mirándole el culo, las tetas que me volvían loco y su cuerpo en general. C empezó a notarlo pero nada hacía. Simplemente iba, estaba y eso era todo. Lo único que crecían eran mis miradas y a ella empezaban a gustarle. La empecé a notar diferente por su forma de actuar. Lo noté en su forma de vestir, traía escotes mucho más sugerentes, ropa ajustada, me sacaba charla y venía más seguido. Yo con mi autoestima por los suelos y ella una mujer muy llamativa, hacía que yo viera posible que pase algo entre nosotros.



Como verán, fue algo que se dió muy de a poco, pero creció de golpe al haberse ido mi madre. Si bien ella no tenía pareja estable, yo sabía por mi madre que C salía los fines de semana con amigas a tomar algo o bailar y seguramente, buscar alguna verga que comerse. Comento esto porque fue lo que desencadenó lo que pasó luego.



Un día, charlando por teléfono con mi madre, me dijo que C se iba de vacaciones una semana y que le había preguntado si yo podía ir a su casa ver si todo estaba en orden, regar las platas y darle de comer al perro. Obviamente yo acepté, por cordialidad, pero también sabía que podía estar en su casa solo. A los dos días de que C se fuera, fui a su casa, hice las tareas que tenía asignadas y luego me entró la curiosidad. Entre con mucho miedo a su habitación (nunca había estado allí) con la intesión de revisar un poco sus cajones. Buena fue la sorpresa que me llevé, al ver que las puertas del armario eran espejos. Cuanto morbo. Empece a revisar los cajones con cuidado de dejar todo como estaba. La ropa que tenía era normal tirando a sexy. Cosas ajustadas, camisas, camisetas escotadas, calzas, etc. Luego encontré unos pantalones como de látex negro, calzas brillosas y musculosas muy pequeñas. Seguro se vestiría muy puta para salir de fiesta y yo me lo estaba perdiendo.



Yo, encantado con lo que estaba haciendo, seguí en mis menesteres y llegué al cajón de la ropa interior. Que alegría al ver tantas tangas, colaless e hilos dentales. También otras un poco más grandes, pero obviamente no les presté atención. En el fondo del cajón encontré un consolador, blanco y bien largo. Iba descubriendo de a poco sus gustos y eso me gustaba a mi. 



 



Creo haber ido unas 2 ó 3 veces más durante la semana y siempre con la misma rutina, darle de comer al perro, regar las plantas, paja en su cama y vuelta a casa. Luego de que ella volvía, yo me iba de vacaciones a Rosario y necesitaba un bolso que le había prestado para que lleve a su viaje. Como a la semana de que volvió fui un sábado bien temprano a buscarlo. Toqué timbre una y otra vez y no había respuesta. Ya cuando me iba a volver a mi casa, vi que ella abrió la puerta de la casa y salió a abrirme. Se notaba que había ido de fiesta la noche anterior y creo que estaría algo resacosa. Estaba completamente despeinada y el maquillaje algo corrido. Tenía puesto un babydoll, de raso negro, muy corto y que le quedaba más que bien. Al ver la situación me empecé a calentar. Cuando entramos en su casa yo estaba bastante caliente y, si bien no tenía una erección completa, se me había puesto gomoza y creo que ella lo notó. No sé si notó mi paquete o el nerviosismo en mi, pero algo diferente había en el ambiente. Me dijo que la compañe al garage que tenía que vaciar el bolso y así lo hice. Mientras lo empezó a vaciar pude verle gran parte de las tetas cuando se agachaba. Lamentablemente para mi se acostó con corpiño, sino creo que hubiera podido verle los pezones que, con la resaca que tenía, no se hubiese molestado mucho. A esta altura yo estaba más que caliente. Quería cogérmela como sea. Otra oportunidad como esa no se me iba a presentar, pero no podía vencer la timidez. Volvimos a la sala y me dijo que la espere, que ya volvía. No tenía idea de lo que quería hacer pero esperé como ella dijo. Al rato vino con dinero en su mano y me dijo que era mi paga por la semana que habia trabajado. Yo de ninguna manera podía aceptar eso, lo había hecho porque era una amiga de la familia. Me negué rottundamente y ella insistió. Me seguí negando y ella se acercó a intentar darme el dinero en la mano. A todo esto yo había retrocedido y ella me arrinconó con tanta insistencia. Nuestros cuerpos entraron en contacto, sumado a la calentura que tenia, no sé de donde saque valor (supongo que de la cabeza de la pija que me estallaba) pero la agarré de la cintura e intenté besarla. Su primera reacción fue de sorpresa y separó su boca de la mía. Las cartas estaban jugadas. Volví a arremeter y la besé una vez más. Esta vez ya aceptó el beso, empezamos a jugar con nuestras lenguas, mordernos los labios y la tensión que había se terminó. Listo, me iba a coger a alguien que había deseado desde hacía muchísimo tiempo. Juntamos nuestros cuerpos, pudo sentir lo duro que estaba y yo sus tetas. Qué bien se sentía el contacto. Empecé a manosear esas nalgas hermosas y no podía encontrar donde estaba su ropa interior. Buscando un poco más cerca de la cintura me di cuenta que tenía un hilo dental. Dios, que calentura. Ella no se quedó atrás y se notó cada vez más su excitación. Lo que empezó como un beso arrebatado terminó en un beso super pasional que no voy a olvidar nunca. Me agarró de la mano y me llevó a la habitación. Yo tenía la verga al palo y lista para entrar en acción. Me saqué la camiseta y las bermudas quedando solo en boxer. Me acostó en la cama con las piernas fuera, sacó mi pija y sin dudarlo se la llevó a la boca. La verdad que la chupaba muy bien y fue una de las mejores que tuve en mi vida. Luego de estar un rato así, chupandolá, degustandolá y mirándome a los ojos, se puso de pie y se sacó el babydoll y el corpiño. Que pedazo de tetas. Eran mucho más grandes de lo que yo creía y eso que sabía que eran de buen tamaño. Estaban algo caidas Rico manjar que no iba desaprovechar. Me acomodé bien en la cama mientras ella se sacaba la ropa interior. Tenía la conchita perfectamente depilada y se veía hermosa. Luego se subió arriba mío y sin dudarlo se la metió. No costó mucho que entre, ya que ella estaba empapada y yo había largado mucho líquido preseminal. Que linda sensación entrar en ella. En todo momento se notó quien tenía experiencia y quien no. Quien mandaba y quien se movía torpemente, pero fue algo que no me importó. Traté de hacerlo lo mejor que pude y creo haber estado a la altura. Estuvimos cogiendo así un rato y luego paramos, ella se puso en cuatro y no tarde en posicionarme detrás suyo. Una imagen que nunca voy a olvidar jamás. Su cara conta el colchón, su culo parado y abriéndolo con sus manos. Me sentí en el paraiso y cual pintor de brocha gorda di dos pinceladas con la pija y la penetré hasta el fondo. C gemía bastante alto, largaba algún que otro grito y me pedía que me la coja más fuerte. Ella estaba cada vez más poseida y consiguió acabar tres veces. Yo hubiera estirado la situación el mayor tiempo posible, pero no tenía en ese momento tanta práctica como para aguantar el orgasmo mucho más. Sentí que se generaba de a poco dentro mío, miré al armario y la película porno que estaba viendo en el espejo era la mejor que había visto en mi vida. No lo dudé y largué tanta leche como pude, sin importarme el no tener preservativo o saber que acababa dentro. Fue una de las mejores cogidas de mi vida, no sé si por como se dió la situación, los años de espera o qué, pero fue inolvidable. Caimos rendidos, ella boca abajo y yo arriba suyo. La transpiración, el olor a sexo, la leche brotando de su concha...



Una de las experiencias que me han marcado y, que sin duda, jamás olvidaré. Luego charlamos, me comentó que ella también me tenía ganas y que le gustó mucho. Repetimos durante gran parte del día y en las semanas siguientes cuando se daba la oportunidad.



A los pocos meses yo me fui a vivir a España porque extrañaba a mi familia y no tuvimos contacto. Supe de ella por mi madre y poco más. Casi diez años después volvió mi familia pero yo sigo viviendo en Europa. En este momento estoy de vacaciones en Argentina y hace un par de días C pasó a visitarnos. Vino acompañada de su pareja y fue una alegría verla. Creo que en este momento ella esta muy conforme con el hombre que tiene al lado, pero po si acaso llega a pasar algo, cosa que intentaré, lo haré saber...



Gracias por la lectura, perdón por escribir rápido y no haber atendido tanto a la ortografía y la gramática como hubiera querido. Es la primera vez que escribo algo así. Si vuelvo a hacerlo en otra ocasión, prometo hacerlo con más paciencia y dedicación.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 7
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