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KATHERINE VECINA DE SONIA

Con María José seguíamos teniendo sexo seguido y cada experencia superaba las anteriores, me volvía loco por estar con ella, y ella cada día decía que me amaba más. Con Sonia su madre, siempre nos las arreglabamos para tener encuentros furtivos, cada día estaba más caliente y deseosa de ser penetrada por mi pene ya sea por la vagina o por el ano, era una mujer sensacional, estallaba en suspiros, gemidos, pujidos y gritos en cada uno de sus orgasmos que eran multiples.

María José se graduó en la universidad, su padre la llevó a un viaje por Francia, estarían fuera de quince a veinte días, Sonia no pudo viajar aduciendo que la academia de lenguas en ese momentos tenía muchos extranjeros inscritos para aprender el idioma español, o a lo mejor quería aprovechar la ausencia del marido y de la hija para darle rienda suelta a su lujuria y placer, y gozar de mi pene.

Habían transcurrido ya siete días de la partida de ellos, y cada tarde, noche y mañana, follamos de todas formas. Un día me llama, para que llegara a su casa a la Antigua Guatemala, y precisamente ese día había invitado a su vecina Katherine, vivía exactamente a la par de su casa, Katherine como su esposo Michael, eran norteamericanos, el esposo tenía ya de 74 a 76 años, ella tenía 35 años, ambos eran arqueologos, compañeros de trabajo de Allain, es espodo de sonia. Katherine tiene una hija de 14 años de nombre Jéssica, producto de una relación de su adolecencia, cuyo novio la abandonó.

Sonia me había comentado que al igual que ella, sus esposos ya no funcionaban en la cama, y Katherine siendo aún más joven recurría a la masturbación frecuentemente, pero no se atrevía a tener un amante, aunque pretendientes nunca le faltaron. Esa tarde Sonia nos dijo que tendría que salir por una hora ú hora y media a la academia y guiñandole un ojo a Katherine, le pidió favor que me atendiera. Ya roto el hielo por la plática de unos quince minutos, ella me dijo que veía más alegre y jovial a Sonia, después de mis encuentros sexuales con ella. (era obvio que no le comentó que también cogía a la hija.) Yo le pregunté que si ella tenía sexo seguido, y me dijo lo mismo que sonia me había comentado, para luego preguntarme si era verdad de que mi pene además de ser grueso, era enorme y que medía entre los 21 y 22 cms. como respuesta me levante de mi lugar y fuí donde ella estaba sirviendo café, la tomé de la cintura, y suavemente le dí vuelta para estamparle un beso, el cual me correspondió, fué un beso suave, tierno, muy delicado para irse convirtiendo en mas candente, nos chupabamos los labios, le metía la lengua, y ella a mi. La lleve a la recámara de sonía y le saqué la blusa, no llevaba sostén, eran unos pechos medianos blancos, de pezones rosados, duros, le empezé a chupar todo el pecho, y luego sólo sus pezones, estaba eriza, su hermosa boca carnosa, besaba mi cuello, la ví fijamente a sus hermosos ojos verdes, metí mis dedos entre su cabellera lisa, suave, rubia y la atraje nuevamente para fundirnos en un beso lleno de deseo, lujuria, mientras tanto ya había caído su falda al suelo, estaba sólo en una diminuta tanga, se la saqué despacio, con los dientes, y empezé a lamer del ano a su clítoris, su vagina era pequeña pero gordita de labios delgados y clítoris del tamaño de una cabeza de fósforo, rojito, el que se estremecía y palpitaba, en cada envestida de mi lengua, que avidamente succionaba sus líquidos vaginales, metía la punta de mi lengua en su orificio, se arqueba de placer, no tardó mucho, apretó con sus manos mi cabeza hacia su clítorís subió sus caderas moviendolas al compás de mis lenguetazos y se vino gimiendo y sollozando. Me dijo que nunca se lo habían hecho, y que ella tampoco había chupado un pene, pero que me iba a corresponder pero que le dijera como me gustaba, me saque el boxer, y saltó en su cara el tremendo rollo de carne firme, asombrada aún por el tamaño y grosor se lo llevó a la boca chupando suavemente la cabeza, quiso metersela y con dificultad le entró, lamió a todo lo largo el tronco, y chupaba mis tésticulos, se metió parte del tronco y empezó a chupar y lamer divinamente, instantes después le dije que iva a venirme, apreto con su boca el pene y esperó la descarga que se fué tragando conforme los chorros le chocaban en su garganta. Estaba tan caliente que no dejó de chuparme el pene, cada vez lo hacía con mas ganas, el pene se volvió a poner firme, la acosté boca arriba, le chupetié su vagina, estaba super empapada, lentamente se fué tragando el pene, llegó al fondo y empezé a bombiar despacio, ella seguía mi ritmo con sus caderas, luego de un rato de sentir aquella delicia, el cosquilleo de sentir entre y salir m pene en su cavidad estrecha me estaba poniendo loco, sentí cuando con sus talones apretó mis nalgas para empujarme todo adentro, sentí cuando estrecho sus paredes vaginales a mi pene y más humedad, y luego el ah, así así más rápido, que rico, dale mas amor, más, más, y de nuevo el ah, aflojó su cuerpo, me fuí al fondo y me vacié en ella, inundando de leche caliente su deliciosa vagina.

Media hora después llegó Sonia, los dos estámos desnudos, sonriendo con complicidad con Katherine, se unió a nosotros en la cama, se puso en un 69 conmigo, cuando se sentía super caliente, se sentó sobre mi pene, se lo metió al tope y empezó a cabalgar, cinco minutos después aproximadamente, tuvo su orgasmo, se zafó y le dije amor súbase nuevamente que estoy por venirme, sonrió tomó de la mesita el tubo de gel, me embarró el pene, puso en cuatro a Katherine, y le dilató con sus dedos el ano, luego le puse la punta en la entrada, entró la cabeza y un poquito más, Katherine, hizo hacia adelante sus caderas era evidente el dolor, empujé un poco más y se fué completo, no hice movimientos, con mis dedos acaricié si clítoris al sentir el placer por el frote, aflojó el cuerpo, entonces ya podía salir y entrar, aceleré las culiadas, pues estaba por venirme, y aceleré también el frote con mis dedos al sentir mucha humedad en su vagina y precisamente cuando ella estaba teniendo otro orgasmo le llené su culito de semen.

Ahí estaban descansando las dos hermosas mujeres, de cuerpos bellos, hermosas, y sobre todo les había despertado, el apetito sexual, su deseo y lujuria, fueron ocho días estupendos, de sexo y placer. Al regresar la familia, pués con encuentros furtivos, nos veíamos, a veces los tres o en pareja, pero el cambio fué notorio, su arreglo del cabello, su ropa juvenil, lucían más radiantes y hermosas, se arreglaban para mi, para su macho, su semental.

Antes de tener relaciones con ellas, y antes de que sonia supiera , la intimidad con su hija María José, yo había intimidado con Jéssica la hija de Katherine, y con una su amiga, y fué precisamente María José, sin quere quién promovió estas relaciones, pero nunca lo supo, pero eso ya son relatos diferentes, que proximamente los leerán.
Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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