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Categoría: Maduras

Julieta

Mi nombre es Gustavo, esta historia sucedió hace varios años pero para mi será inolvidable, por ella, por las circunstancias y por la fecha en que sucedió. Yo tenia 25 años, pero sentía una atracción especial por las mujeres maduras, si se trataban de mujeres sexy atractivas y dueñas de un buen físico. Nuestras casas compartían parte del fondo, y Julieta reunía las condiciones para sentir deseos por ella. Era casada, tenía 42 años y era un bocado sumamente seductor por presencia. Ella no tenía hijos y su marido, un taxista vivía mas tiempo ebrio que sobrio.



Yo hacia un tiempo le tiraba algunas indirectas y todo se aceleró esa mañana de diciembre, faltaban 3 días para la llegada del nuevo año. Yo estaba subido en la azotea a arreglar el tanque de agua y un rato después apareció ella a sacar una pollera que había colgado a secar, simplemente ataviada con un corpiño y bombacha de color rosa con puntilla y transparencias, sus senos eran bastante exuberantes por lo que asomaban en buena proporción a través de el. Tenia cintura pequeña, algo de pancita, y unas caderas y nalgas sumamente apetecibles, las cuales asomaban tentadoramente por la bombacha, sus piernas eran sumamente atractivas, fueron segundos las que la ví pero lo suficiente para no poder quitármela de la cabeza.



Pese a mis intentos no volví a verla hasta la madrugada del nuevo año. Pasada la medianoche yo salí para saludar a algunos amigos, en la esquina estaban varios vecinos festejando la llegada del nuevo año, entre las cuales se encontraba Julieta.



Ella llevaba el cabello negro largo y suelto a mitad de su espalda, era de piel morocha, tenia cejas finas sus ojos eran negros levemente achinados, sus ojos estaban delineados en negro, con sus párpados en un tono de salmón y beige, labios carnosos, con un rouge en un rosa oscuro, bonita de cara, con aspecto de seriedad, llevaba un vestido de fondo blanco, con estampado en flores de diversas tonalidades de verde, de mangas cortas fruncidas, abotonado por delante, apenas podía verse la naciente de sus senos pero no podía disimular el tamaño de estos. El vestido era levemente entallado por los que sus atributos físicos quedaban marcados en el, su falda llegaba un poco más arriba de las rodillas, pero mostraba sus piernas en los cruces, Era bastante alta 1,75 mt y llevaba unos zapatos de taco muy fino y altos lo cual aumentaba su altura, aunque era un poco más baja que yo.



A eso de las 3 de la mañana comenzaron a despedirse, ella había sacado unas sillas y yo me ofrecí a ayudarla, llevándolas a su casa, una vez dentro de ella pregunte por su marido a lo que ella respondió



J- Apenas llegamos de lo de mi hermana se fue a dormir



G- Pero hoy es un día especial, como para festejarlo con vos



J- Llegamos, saludó, dijo un par de sandeces y se fue a dormir, estaba tan borracho como de costumbre.



En ese momento noté que estaba desprendido uno de los botones de su vestido por lo que asomaban sus senos tentadoramente ; entonces dije:



G- Nosotros hablando así no lo despertaremos?



J- Tiene el sueño pesado y como está hoy se le puede caer el techo encima que no se entera



G- Duerme sin enterarse



J- Si, yo creo que si me violan no se da cuenta, además si lo hacen .....no creo que grite, asi que pueden probar



Ella estaba de espaldas a mi, puse mi mano en su cintura, corrí su cabello bese delicadamente su cuello, y ella se fue acurrucando, emitía suaves gemidos, mientras yo continuaba besándola y dije "no vas a gritar" yo pase mi mano por el frente tomándola del vientre y ella respondió "no como para despertarlo". Mis brazos a sujetaron más fuertemente, sus manos acariciaban mis brazos continuaba gimiendo mientras yo besaba su cuello y ella dijo "me enloquecen tus besos" y reclinó su cabeza de manera que pudiese besar sus labios, los mios tomaron contacto con la carnosidad de los suyos y su lengua con desesperación entro en mi boca , giró me tomo del cuello yo de la cintura y ese beso ardiente y apasionado se prolongó por varios minutos, luego dijo:



J- Vamos al fondo



Entramos al quincho, nos seguimos besando, yo ya me había olvidado que el marido estaba en la casa, ella desabotonaba mi camisa y yo su vestido, ahogado por el beso balbuce un "sos divina" cuando note su corpiño y su bombacha de color patito con un suave estampado en rosa, y su cuerpo exquisito brotando por sus prendas. Ella desprendió mis pantalones hasta dejarlos caer la piso, me hizo sentar en una silla, y colgó la ropa que nos habíamos quitado, recorriendo el quincho de forma que yo pudiese disfrutar de su cuerpo magnífico. Entonces ella se dirigió a mi en forma lenta, mientras lo hacia sus manos fueron a su espalda y se sacó el corpiño, dejándolo caer antes que mi manos la sujetaran por la cadera, sus senos eran muy grandes, redondos cual pomelos, sus pezones rosados estaban levemente erguidos y la aureola que los rodeaba en un rosado más oscuro



G- Julieta sos hermosa.....



J- Vos también bebé, me encantan tus besos y tus caricias



Ella se sentó sobre mi, mis piernas entre las suyas, mis manos acariciaban sus senos, notaba sus pezones hinchándose más y más, su boca gemía, y la mía se hundió en ellos, los besé los lamí, los chuponeé, y ella en medio de sus gemidos me alentaba a continuar, durante largos minutos mis manos y mi boca se sintieron dueño de esos senos descomunales.



Ella mientras tanto, metió su mano dentro de mi slip, y acariciaba mi pene masturbándolo suavemente cada vez más erguido y sediento de ella, hasta que balbuceo un "espera tu pene me desea y yo no soporto más el que no esté dentro mío"



Ella se incorporó saco mi slip y su bombacha, yo me acomodé en la silla, ella entreabrió sus piernas pasando las mías entre las suyas, me tomó por los hombros, yo la sujete por sus caderas y nalgas, ella fue deslizándose hacia abajo hasta que mi pene erguido y deseoso tomó contacto con su vagina, sintiendo su humedad y su deseo y dijo



J- Ahora su tu esclava y tu dueña disfrutemos este momento



Dicho esto sentí mi pene entrando en su vagina, los gemidos de ambos comenzaron a brotar, mi pene entraba más y más en su cuerpo, hasta entregárselo por completo y ella comenzó a deslizarse lentamente disfrutando la sensación de mi pene recorriendo su vagina, y poco a poco fue acelerando sus movimientos hasta que luego de un par de minutos dijo:



J- Acabame, quiero sentir tu semen recorriendo mi cuerpo y entregarte mi orgasmo para saber que vos y yo nos deseamos...



G- Julieta es todo tuyo.....



Su cuerpo se convulsionó, mi pene explotó lanzado mi semen cálido en su interior, nuestras bocas gemían y un profundo beso selló ese primer encuentro, esa unión, ese deseo incontrolable, durante varios minutos siguieron las convulsiones, y continuamos durante largo tempo sin emitir ninguna palabra solamente besándonos y acariciándolos, recorriendo nuestros cuerpos.



El alba ya comenzaba a asomar por el firmamento entonces ella dijo:



J- Es hora de que te vayas, no podemos arriesgarnos más, ¿Nos vemos a la tarde?



G- Recién a la tarde



J- Epa.... a la tarde te voy a recompensar.....



Salimos juntos por tres meses, ella se fue de la casa al mes de suceder estos hechos, luego viajó a cuidar a la madre a Santiago del Estero, nos escribimos un tiempo. Luego no supe más de ella.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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