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INFIDELIDAD CON UN MADURO!

M: Tengo que ir a la clase

E: ¿Pero a esa hora?

M: ¡Es que a esa hora me citaron!

E: ¡Bueno, espero no te tardes!

Eso fue lo que le dije a mi marido, pero en realidad más que a una clase iba a ver a mi profesor Juan Manuel como salida de amistad, obviamente eso no se lo diría a mi marido, pero necesitaba charlar con alguien distinto, teníamos varios problemas y Juan Manuel es bueno hablando, así que acepte salir con él.

Me puse una blusa azul escotada de los hombros y encima un suéter que, hacia juego, mi calza negra que me marcaba toda y mis botas y me fui.

Describiré a Juan, él tiene 51 años, cabello cano, físico atlético a pesar de su edad, me llama mucho la atención, pero siempre lo veía con respeto y el a mí, por eso fui a platicar con él.

Llegue al lugar acordado y unos minutos después llego el en su carro, me saludo de beso y abrazo y me llevo a un restaurant de mariscos, ahí comenzamos a charlar, de la vida y de muchas cosas, entre mariscos, cerveza y el afrodisiaco que esto genera comencé a sentirme excitada, miraba Juan coqueteándole y el solo sonreía siguiéndome el juego.

JM: ¡Deberíamos ir a mi casa, a estar más cómodos!

M: Jajá, pues no sé, ¡tengo que regresar temprano!

JM: Apenas son las 8, aún es temprano.

M: Bueno, está bien.

Antes de llegar a su casa paso por un vodka, yo no dije nada, unas copitas me caerían bien, la verdad estar con juan me relajaba y quería disfrutar el momento un rato más.

Llegamos a su departamento, muy bonito, arreglado, buenos muebles, me llevo a una parte de su sal a un sofá muy bonito y una mesa hermosa, nos sentamos a platicar mientras bebíamos una copa de vodka.

M: ¡Muy bonito lugar profesor!

JM: Gracias, pero dime Juan o Manuel no profesor, estamos fuera.

Comenzamos a hablar primero de la Universidad, luego de algunos compañeros, hasta que tocamos el tema de pareja.

JM: Jajá, ay nena, ¡supongo que tu marido debe estar fascinado contigo!

M: Jajá, eso quisiera, la verdad peleamos mucho últimamente, ¡no sé qué vaya a pasar!

JM: Pues disculpa pero que idiota, eres una mujer muy hermosa por dentro y fuera, ¡además tienes un cuerpazo que más quiere!

M: ¡Ay!! Jajá, gracias por lo de cuerpazo, ¡jajá!!

JM: ¿Que? ¡No lo crees!

En ese momento Juan se puso serio y se acercó a mí, puso su mano en mi pierna, yo me estremecí un poco, no sé porque, pero una excitación comenzó a recorrer mi cuerpo.

M: Profesor, ¡me pone nerviosa!

JM: ¡Uhm!! ¡Así que te pongo nervosa!!

M: ¡Creo que ya me voy!

JM: Espera, sé que deseas algo más, sabes, ¡desde que te vi en la universidad te deseo! Tus piernas, tus caderas, por dios, ¡deseo hacerte mía!

Juan sin decir más se acercó y comenzó a besarme, yo no lo rechace, al contrario, me deje llevar, su boca besa bien, su lengua y la mía se entrelazaban, lo abrace y el a mi acariciándome la espalda y mis piernas.

M: ¡Pero soy casada y yo no soy así!

JM: No pasa nada, ¡nadie lo sabrá!

Me quito el suéter y comenzó a besarme los hombros y cuello, yo sentí humedecerme, sus manos acariciaban mis muslos con pasión, llegando a mi trasero sobándolo muy rico, yo ya no aguantaba, así que, sin decir ya más, ¡decidí entregarme a mi profesor de ciencias!

Juan me tomo de la mano y me llevo a su cuarto, lentamente me despojo de la ropa mientras su boca recorría todo mi cuerpo, yo estaba súper caliente, jamás me había sentido así.

Me acostó en la cama y fue directo a mi vagina, la cual comenzó a saborear primero y luego la devoro como el experto que es, su lengua entraba y salía para después mis labios ser succionados hasta desaparecer en su boca, nadie me había hecho sexo oral así, yo me retorcía, jadeaba y el disfrutaba comerse mi tesoro.

M: ¡Agh!! ¡Uhm!! ¡Por dios!!!

JM: Que rica pucha tienes moni, ¡no sabes como la deseaba cuando se te marcaba en tu calza!

Su declaración me hizo mojarme sin control, Juan Manuel bebía mi corrida, yo estaba extasiada, ¡no podía creer el riquísimo orgasmo que me había hecho sentir solo con su boca!

Juan se levanto y comenzó a desnudarse, a pesar de su edad tenía un gran fisco y cuando vi su pene me impresiono, grande de unos 22 cm y grueso, circuncidado, era hermoso.

Sin decir más subió a la cama, me abrió las piernas y comenzó a rosarme la cabeza de su pene en mi vagina, eso me puso más caliente.

M: ¡Por dios, que dura!!

JM: ¡Así me pones siempre!!

M: ¡Métela ya!!

JM: ¡Déjame buscar el condón!!

No sé porque, pero cuando quiso levantare lo tome del brazo, ¡el entendió y sin decir más comenzó a penetrarme!!

Su verga se sentía tan rica, era dura, gruesa, sentía como me abría, yo jadeaba, nunca había sentido esa sensación.

Ya dentro se movía riquísimo, me besaba el cuello, mordía mis pezones, se movía como un dios, no sé porque, pero sentí como si fuese mi primera vez, ¡su verga dentro me hacía gemir y pedirle más!

M: ¡Ah!! ¡Juan que rico, uhm!!

JM: Eres un manjar, que nalgas tienes, me encantas, ¡uhm!!

Sus empujones eran fantásticos, yo lo besaba con pasión, Juan me hacía sentir en el cielo, me olvide que era casad de las promesas de amor y solo gemía como una zorra.

El me la saco y se recostó yo comencé a besarlo y a saborear su rico pecho, su abdomen y baje a sus entre piernas las lamia como gatita, el solo a cariaba mi cabeza y espalda, me tope de frente con ese gran palo, húmedo de mí y de él y sin dudar comencé a saborearlo, lo lamia, lo tocaba con mis manos, besaba sus testículos y luego engullía lentamente a su animal.

JM: ¡Por dios!! ¡Moni!!  que rico!!

M: ¡Uhm!! ¡Sabe rica!!

Me comportaba como las chicas que siempre critique, era una perra, devoraba ese gran bulto hasta ahogarme, mi profesor disfrutaba, me tomo de la cabeza y follo mi boca prácticamente, yo, aunque no podía respirar disfrutaba eso, mi marido jamás logro hacer eso.

Una vez que se sintió satisfecho de cogerme la boca me pido subiera en él, yo lo obedecí y de una me senté en su duro palo, sentí que hasta la comida se me salía, la tenía hasta el fondo, pero la satisfacción era enorme.

JM: ¡Muévete nena, por favor!

¡Comencé con movimientos lentos acostumbrándome a su verga entera dentro, poco a poco entre en calor y luego ya estaba meneando la cadera en círculos jadeando y gimiendo como loca!

M: ¡Ah!! Sí que rica verga, uhm, ¡ah!!

JM: Si, disfrútala nena, uhm, ¡te mueves genial!!

M: ¿Te gusta papi??

JM: ¡Me encanta muévete nena, muévete!!

Sin sacármela me levanté un poco y comencé a cabalgarlo de reversa, sentía riquísimo, me agachaba y movía mis nalgas de arriba abajo, el disfrutaba sobando mis nalgas dándose el lujo con ella, yo me sentía venir, su verga se sentía tan rico en esa pose, me moví como loca, la sensación era fantástica, el me nalgueaba, me jalaba el cabello, se movía también, eso me tenía en el cielo.

M: ¡Ah!! ¡Papi, uhm!! ¡Que rico, me voy a venir, uhm!!

JM: Si, que rico, muévete, sácalo todo, uhm, ¡córrete amor!!

M: ¡Ah!!!! ¡No aguanto, uhm, ah!!!

JM: ¡Si!!! ¡Vamos!!!

No aguante más, me moví como loca, el me movía también, sentí unas tipo contracciones, y comencé a venirme a chorros, él no me la sacaba, el orgasmo era fenomenal, yo gritaba, no aguantaba tanto placer, era mi segunda venida y el aun como si nada, pero yo gritando tenia uno de los mejores orgasmos de mi vida.

M: ¡Dios, uhm, que rico!!!

Aun no terminaba de reponerme cuando me saco de golpe su pene y me puso a cuatro patas.

JM: ¡Que nalgas!! eres una diosa, siempre quise verte y tenerte así.

Me tomo de la cadera y empezó a hundirme su verga lentamente.

JM: ¡Oh!! ¡Sí que rico, uhm!!

M: ¡Ah!! Juan!! ¡Uhm!! ¡Que rica verga tienes, uhm!! Cógeme, uhm!!

JM: ¡Si mi amor!! Pídemela, uhm, pídela!!

M: Dámela, la quiero toda, es mía, ¡dámela ya!!

No podia creer que yo estuviera diciendo eso, pero su verga se sentía tan rico, era como una adicción, quería sentirla toda.

El comenzó a meterla más y a moverse rápido, yo me sentí en el cielo, sus embestidas me daban un placer que mi marido ni mis novios anteriores me dieron jamás.

Comencé a moverme en círculos, quería que gozara que disfrutara, ¡que nunca olvidara ese encuentro!

Juan comenzó a acelerarse sus embestidas eran más duras y toscas, me daba de nalgadas, me jalaba el cabello, me embestía riquísimo, fuerte como nunca nadie lo hizo.

JM: ¡Mami, que nalgas, uhm, aprietas tan rico!!

M: ¡Dámela, uhm, cógeme, soy tuya!!

Y era verdad, ¡ya no me sentía mujer casada si no la perrita de mi profesor gozando su fantástica verga!

En un punto me embistió tan fuerte que me tiro boca abajo, pero eso no lo detuvo y así se sentía aun más rico.

JM: ¡Moni, uhm, mi amor, me voy a venir, uhm!!

M: ¡Si, sácala, uhm!!

JM: ¿Donde los quieres eh’?

M: Dentro, lléname de ti, uhm, ¡dame mi leche!

Mi declaración lo acelero más jalándome el cabello y el embistiéndome como toro salvaje comenzó a venirse a chorros, su leche se sentía riquísimo, caliente, comencé a tener mi tercer orgasmo, la mezcla era maravilloso.

JM: ¡Ah, toma tu leche, uhm!!

M: ¡Ah!!! ¡¡¡Si!!! Que rica, más, la quiero toda, ¡uhm!!

Mi profesor se vacío todo en mí, terminamos pegados, ahogados de placer y envueltos en sudor, el mejor sexo de mi vida.

Cogimos una vez más hasta que dieron las 12, me limpie un poco y me dio un aventón cerca de casa, al llegar mi marido me reclamo como loco, pero yo estaba contenta, satisfecha tanto que ni escuche lo que decía, me tumbe en la cama y dormí recordando la rica cogida que me dio mi profesor.

Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 10
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