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Categoría: Confesiones

historias de mi puta y nada triste vida I

Después de leer a varios de los narradores, por fin me anime a contarles
varias de las experiencias que he tenido a lo largo de mi vida, pero antes debo de decirles que siempre me he considerado un tipo normal, y que básicamente he tenido la fortuna de estar en el momento exacto y justo donde me ha puesto la vida diría yo.

Empezaré por esta que ocurrió hace varios años, cuando de las pocas veces que asistíamos a la casa de la madre de mi esposa, que por el poco espacio que tiene acabamos durmiendo en casa de mi cuñada, quien vive en la casa de abajo y ella se llama Mariana y aunque no es muy esbelta, tiene un cuerpo bastante generoso: "caderas amplias piernas torneadas, pechos uff! preciosos, grandes redondos y todavía firmes y de tez blanca", lo que contrasta con mi mujer que es morena.

Ese día al terminar de almorzar, mi esposa como casi no ve a su mamá la acompañó al mercado y al super, yo como acababa de llegar de trabajar durante todo el día entero con su noche, le pregunte a mi mujer: que en donde podía dormir, porque estaba cansado, ella le pidió a su hermana que si me dejaba descansar en su casa, por lo que mi cuñada le respondió que si, que inclusive ella iba a lavar y dejaría a sus hijos en casa de sus mamá, para que no me hicieran ruido, agradeciendo mi mujer por su atención, saliendo con mi suegra a dichos lugares.

Yo me dirigí a casa de mi cuñada, para verdaderamente descansar, ya en su casa le pregunté que en que habitación me podía dormir, indicándome que en el cuarto donde ella duerme, ya en la cama, me costaba algo de trabajo para conciliar el sueño, quizá se debía a que, como estaba en casa ajena me resulta difícil dormir a placer, y ya cuando estaba dormitando y probablemente por la desvelada (los hombres si me entenderán), sentí como tras el pantalón de dormir se levantaba mi pene, quedando duro, me encontraba boca arriba pero sentí que alguien me estaba mirando, por lo que por pena me di la vuelta a sabiendas que si era cierto lo que sentía, sería mi cuñada quien me estaba mirando, intente acomodarme y poco a poco me fui quedando dormido sin que mi miembro se bajara de su dureza, empecé a semi-soñar varias cosas que nada tenían que ver con sexo, pero en un momento mi sueño cambió, sentía como una mano tomaba mi pene y lo humedecía, sentía claramente una boca en él, reaccionando abrí los ojos y cual fue mi sorpresa que estaba mi cuñada Mariana mamándome el miembro, tomándolo con una mano y con la otra entre sus piernas, tocándose, casi sobresalto, aún y cuando el placer era mayúsculo, a lo que solo atine a decirle:

-Qué está pasando,
y ella me respondió:
-Que no ves te estoy haciendo el amor con la boca cuñadito, a menos que me dejes que lo haga con mi rajita,
-Pero es que somos…

No me dejó terminar, ya que se había acomodado para besarme en la boca y veía claramente sus ojos de color miel, Mariana jadeaba como si estuviera a punto de irse, se colocó de tal forma que, su blusa al quitársela, dejó que sus pechos deliciosos quedaran delante de mi cara y con la excitación, ya no pensé más y los empecé a besar, a morder ligeramente, a mamarlos con cierta suavidad y fuerza a la vez, tratando de provocarle solo placer, ella se acomodaba entre la cama y quitándose las pantaletas empezó a tallar mi pene entre sus labios vaginales, yo preocupado le comentaba:

-Si tu hermana llega y nos pilla, menudo problema en el que estaremos envueltos.

Ella me dijo:

-Despreocúpate, ya que me llamó mi mamá y me dijo que visitarían a la abuela y tu sabes que cuando eso ocurre regresan hasta entrada la noche, van a aprovechar que tu estarías dormido gran parte del día, y por mis hijos no te preocupes, esta Berenice y ella los esta cuidando, así que aprovechemos, además tu te has dado cuenta que me gustas mucho, o no? desde que conociste a mi hermana me enamore de ti y lo sabes…

Yo con tamaña calentura lo único que le dije fue:

-Si.

Me quite la ropa que traía tratando de aprovechar que si me estaba mintiendo esto fuera rápido y nadie se enteraría, así que me acomodé a mi cuñada con las piernas abiertas y ella cerró los ojos esperando una penetración, pero se quedó boquiabierta cuando lo que hice fue besar su vagina, sus labios carnosos y mojados dejaban escapar ese olor a jugo vaginal delicioso que cambiaba entre mas se excitaba mi cuñada, sin tenerlo en mente ella se corrió en mi boca, dejando que disfrutara de su liquido sabroso, después me acomodé para que mi pene la penetrara, pero empecé a jugar con su clítoris con la cabeza de mi miembro.

Ella al ver la situación me pedía que ya no jugara con ella que quería tenerme adentro como tantas veces lo había soñado, así que introduje mi pene en su vagina de un solo empuje, sentí que llegaba hasta la pared de su útero, sentía como tocaba hasta el fondo, le tomé de las nalgas y le sobaba las piernas, ella gemía y si no me mintió me dijo que había tenido dos orgasmos seguidos que era fabuloso, más de lo que se imaginaba ya que había oído a mi esposa gozar cuando llegamos a tener sexo en las ocasiones que había ido a nuestra casa, -no sabes como me pegaba a la pared y me masturbaba. Esa idea me calentó mucho y el saberme deseado por otra mujer, inclusive que fuera mi cuñada me excitó, como eso no pasaba por mi cabeza, menos que me estuviera halagando como macho, m. Después de esto, tratando de mejorar mi papelito.

Me coloqué entre sus piernas y empecé a lamer su coño, ella gozaba de mis caricias cuando admirada de lo que empecé a hacer me decía eres un cabrón cuñadito, eres genial cabrón, ya que había empezado a lamerle entre la entrada de la vagina y el ano, inclusive le había introducido la lengua en él, ella tenía espasmos y se dejó ir, por lo que al sentir mi barbilla mojada por su vino sexual, volví a comerme su sexo completo: sus labios, su clítoris, su vulva completa.

Como estaba a punto de irme en cualquier momento, me puso boca arriba y ella me montó, tras el espejo de su buró veía sus nalgas como subían y bajaban y sus piernas temblando mientras trabajaba sobre mi miembro, al ver su culo lo empecé a dedear y ella se desplomaba pidiendo que introdujera todo el dedo, que era virgen de ahí, lo que hizo que le avisara que me iba a correr, ella me pidió que lo hiciera adentro que no me preocupara que ya estaba operada y no pasaría nada, al empezar a chorrearla de mi esperma caliente ella me abrazo tanto que me decía casi llorando que ojalá ese momento no acabara nunca. Estaba tan caliente que el pene no se bajo del todo, quedó a medias, por lo que ella en tono de juego empezó a mamármelo de nuevo logrando en unos minutos que se volviera a poner erecto, le dije que si me regalaba su culo, que me dejara estrenarlo, ella lo pensó un poco pero accedió.

Al fin que la que buscó esta situación fui yo -me dijo, inmediatamente empecé a lamer de nuevo su vagina y su culo alternando mi lengua mientras ella me mamaba el pene, solo paraba para decirme que esta delicioso, que no me preocupara que aun cuando me deseaba mucho y estaba al parecer enamorada de mi, yo no tendría problemas con mi esposa, imagínate ella es mi hermana, el problemón que tendríamos.

Yo casi no escuchaba sus palabras, solo pensaba que esa tarde estrenaría un culo, lo cual pocas veces se puede dar, así que después de lubricarlo bien, la acomodé boca abajo y procedí a meterlo poco a poco para que no causara mucho dolor, ella al principio no dejaba de decir que le dolía mucho: -me duele, cabrón estas bien vergudo, me partes en dos, pero después me decía que ya no le dolía tanto, es más empiezo a sentir algo extraño, ay! se siente rico papi, ya en medio de la locura del momento, extremadamente excitado por sus palabras intenté llevarla a las nubes, por lo que tomé un desodorante que se encontraba en el buró y lo introduje con cuidado en su vagina, ella hasta después de tiempo reaccionó y al ver lo que hacía me dijo: -estas loco cuñadito, así, m, así.

Mientras ella lo expulsaba con sus músculos vaginales, yo lo empujaba hacia adentro, ella empezó a irse, me decía: estoy en la nubes cabrón, esto es increíble, me quedé corta con mis fantasías, cuñado mójame, por lo que empecé a descargar mi semen en su culo, ella lo apretaba como queriendo exprimirlo todo, era formidable la sensación, después de vaciarme todo en ella, mi cuñada se acerco hasta mi verga y la empezó a limpiar con su boca sin importarle que antes la hubiese metido en su culo, después me metí a bañar para descansar un rato y ella se fue terminar de lavar la ropa que tenia pendiente. Serían como las tres de la tarde, cuando me despertó con un beso en los labios, para que comiera algo, ya que mi mujer le había pedido que me atendiera en lo que ella no estaba, -así que si quieres coger más, solo dímelo son ordenes de tu esposa, y se rio; me pare a comer y volví a la cama, realmente estaba algo cansado, desvelado y bien cogido, lo que quería era dormir, así que me introduje en la cama, y antes de que conciliara el sueño estaba la golosa de mi cuñada, ya sin pantaletas y con la blusa sin brassier, me dijo:

-¿Me puedes dar una mamaditas en mis tetas papi? ¿no se antojan? y como no! si están deliciosas, así que me acerqué a ella y le empecé a dar tremendas mamadas a ese par de redondas tetas, y ya caliente, la puse encima de mi, sentados como en flor de loto abrazándonos con las piernas, ella nuevamente se dejó ir en minutos, se quitó de mi y empezó a preguntarme si estaba preocupado por la situación de que fuera a llegar mi mujer?

Yo le conteste que si, que aunque había tenido una tarde como pocas, me preocupaba mucho, que no me gustaría tener un problema y menos por esa situación, ella acariciándome el cuerpo, me dijo pues esta noche vamos a coger toda la noche, le dije que me encantaría pero que, que haríamos con mi esposa? en tono sarcástico y Mariana mi cuñada me dijo: pues te tengo una sorpresa! ya habló por teléfono y me dijo que en cuanto te despertaras le llamaras, por que mi abuelita esta internada y no saben a que hora les darán informes, que es muy probable que se queden en casa de mi tía, además te tengo una sorpresita “cuñadito” diciendo esto me dio un beso y me dijo “solo espera por fa!”.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.26
  • Votos: 19
  • Envios: 0
  • Lecturas: 6225
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