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Haciendo el amor en un súper mercado


Hola mi nombre es Ana Karen y en esta presente historia quiero compartirles mi morbosa experiencia que tuve hace dos días cuando yo y mi marido nos calentamos tanto en un súper mercado o centro comercial como le llaman e hicimos el amor ahí mismo. Por favor escríbanme sus comentarios y les enfatizo que esto es real aunque suene fantasía no lo es. Ahora tratare de ser breve en el relato pues tampoco hay mucho que contar pues las cosas sucedieron muy rápido. Soy una mujer de 37 años de edad, un poco morena clara, pelo negro, ojos color negro, labios sensuales, pestañas normales y me gusta maquillarme para verme más bonita, mi maquillaje incluye pintado de uñas color rojo, labial rojo intenso igual, rimer en mis pestañas y desde luego mi rostro. Mi cuerpo es un poco llenito pero enfatizo que no soy gorda, pues esto se debe a mis dos hijos que ya he tenido, mis senos son normales y duros cuando estoy excitada, mis piernas son bien torneadas y sexys, las cuales las luzco con minifaldas elegantes y también las enfundo en medias obscuras, mis nalgas son muy hermosas y bien formadas. Soy una simple ama de casa pues mi marido es un exitoso licenciado y gracias a ellos vivimos cómodos, debo decir que no somos ricos pero tampoco nos quejamos, más bien nos consideramos una familia de clase media y vivimos en México D.F. Como ya dije tengo dos hijos ambos de 9 años de edad y con lo que respecta a mí soy una mujer extremadamente golosa de sexo pues todas las noches le pido a mi marido que me haga el amor cuando los niños ya se durmieron claro, soy alegre, muy risueña y juguetona.

Bueno esto empezó una noche de jueves cuando ambos estábamos muy cansados y por ello no pudimos tener sexo en la noche, pero al despertar ya con las fuerzas y apetito sexual renovado nos calentamos inmediatamente. Intentamos tener sexo pero justo en ese momento uno de nuestros hijos entro sin tocar a nuestra habitación, como ambos estábamos desnudos dispuestos a hacer el amor tuvimos que taparnos de inmediato con las sabanas en lo que le ordenamos severamente que saliera rápidamente, en fin nuestro sexo de la mañana se estropeo por completo, sin embargo aunque nos calmamos un poco nuestra hambre de lujuria no había terminado, fuimos a dejar a los niños al colegio, posteriormente antes de que mi esposo se retirara al trabajo le pedí que me acompañara al centro comercial por unas compras para la cena de la tarde.

Ante esto mi marido accedió rápidamente, sin embargo aunque tratábamos de disimular naturalidad era bastante obvio nuestro deseo y más por qué esa mañana me vestí con una falda negra muy corta, con ello todo el camino me iba viendo las piernas por lo que tuve que decirle que se concentrara en el camino pues podíamos tener un accidente, no nos hablábamos pues nuestras miradas decían todo que lo único importante era sexo.

Ambos ingresamos al interior del súper mercado que era muy grande y como apenas escasamente eran las 7:00 de la mañana no había mucha gente todavía, empezamos a realizar las compras pero llego un momento en que me inicio a besar dulce y muy apasionadamente en mis labios y mi cuello lo que sin duda ocasiono que mi calentura siguiera aumentando más, aunque parte de mí no quería hacerlo por temor a ser vistos y vergüenza, otra parte de mí que sin duda era la caliente me impulsaba a dejar el temor y follar ahí mismo, de esta manera nos fuimos alejando de los corredores y pasillos que tenían algo de gente hasta llegar a un corredor de artículos de limpieza que estaba totalmente vacío. No espero más mi esposo, raídamente me subió mi falda y me bajo mis bragas hasta mis rodillas, paso seguido inicio a comerme el coño como por dos minutos pero fueron de gloria pues basto para que mi vaginita estallara en un intenso orgasmo manando como miel mis flujos vaginales. Después de esto libero la verga de su pantalón, ni se bajo el pantalón, sólo se la saco por la parte del cierre, me retranco en el estante del pasillo y me la metió con fuerza de un solo golpe ocasionándome un indescriptible placer inimaginable, yo deseaba gritar de placer como estaba acostumbrada pero tuve que abstenerme de hacerlo y como no teníamos mucho tiempo no puedo hacerme el amor despacio si no empezó con el mete y saca de su pene en mi raja vaginal a una velocidad enorme que me estaba volviendo loca de placer.

Ante esto no pude evitar gemir aunque despacio pero continúo y me daba mucho morbo al pensar que en cualquier momento alguien nos podía ver, además sabíamos perfectamente que había cámaras de seguridad en donde sin duda nos estaban viendo por lo menos grabándonos para vernos después. Duramos haciendo el amor como diez minutos y a causa de la velocidad de penetración rápidamente llego nuestro orgasmo, el soltó toda su leche dentro mi vagina, al instante que me la saco escurrió de mi vagina el semen en el piso, rápidamente sin limpiar mi zona vaginal me subí mis bragas y me acomode mi falda medio limpiando de semen mis piernas en donde escurrió también. Ambos ya no compramos nada y salimos rápidamente y despavoridos del centro comercial pues sabíamos que las cámaras nos habían filmado. Desde ese entonces ni por descuido volvemos a entrar en ese súper mercado pues la vergüenza que sentimos en enorme, pero a la vez fue excitante coger en un sitio público.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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