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Categoría: Confesiones

GRACIAS POR COGERME

"Como el mejor amigo de mi esposo me cogió después de tantas semanas sin haber podido coger"

 

Mi marido trabaja desde hace 4 meses en el estado de Veracruz y solo puede venir dos días y tan

solo una noche cada dos meses.

Un viernes por la noche llego Manuel el mejor amigo de mi marido y al que conozco desde

que me case, lo invite a pasar ya que traía con él una caja de leche para mis hijas, después de preguntarme si se me ofrecía algo, lo invite a sentarse y mantuvimos una charla muy amena por algunas horas.

Con mis hijas dormidas y creo que sin malicia me pregunto: “como estas tomando el abandono en tu vida sexual”, yo le respondí: “afortunadamente no está haciendo mucho calor, pero en algunas noches definitivamente no he podido dormir”.

Se levanto y encendió la computadora que la tenemos en el comedor, y me dijo “te voy a

recomendar una página de internet, haber si te puede ayudar”, me acerque y acomode dos sillas

frente al computador.

Puso una página que se llamaba relatos eróticos y me dijo: “aquí puedes encontrar algunos relatos

eróticos que te pueden ayudar a relajarte un poco”.

Después de algunos comentarios, comenzamos a leer algunos relatos, eligiendo los más vistos,

cuando íbamos en el tercero yo ya me sentía morir y húmeda a más no poder.

Sin importarme, coquetamente lo voltie a ver y discretamente mire que tenía parada la verga, no

me pude contener, lo bese y no sé cómo me atreví, pero casi de inmediato puse mi mano sobre su

verga.

Nos pusimos de pie sin dejar de besarnos, me abrazo muy fuerte acercando su verga a mi pelvis,

sentí sus manos como empezaron a acariciar mis nalgas y se me untaba como queriendo perforar

mi vagina, a lo que yo no ofrecía ninguna resistencia, no podía evitar besarlo tan ardiente y a

pasionalmente como jamás pensé que lo haría.

Delicadamente empezó a acariciar mis senos, y casi de inmediato me empezó a desabrochar la blusa

hasta que me la quito, me separe y le exhibí mis senos aun con el bracier puesto.

Me empezó a besar los oídos y el cuello, excitándome aun mas, mientras sentía sus manos en

la espalda desabrochándome el bracier el que deje caer al piso, de inmediato sentí sus manos

acariciando fuertemente mis senos, sin dejar de besarnos.

Agacho su cabeza y empezó a chupar mis senos, ya no pude aguantar y empecé a frotar y

apachurrar su dura verga sobre el pantalón, cuando me empezó a mordisquear mis tetillas,

empecé a desabrochar su cinturón y pantalón.

Metí mi mano para tocar su verga, sentí como le latía, se la saque, me agache y baje sus calzones y

el pantalón hasta sus tobillos poniéndome de rodillas para empezarle a mamar su verga cabezona.

Me la quería comer toda, pero empecé por lamerle desde su cabecita hasta el último vellito de sus

huevos, cuando me la metía en la boca, se la chupaba tan fuerte que temía lastimarlo, pero

aun así seguí sin soltar sus peludos huevos, los que también por momentos me metía en la boca.

Mientras se la mamaba, buscaba mirar sus ojos para saber si le estaba gustando como se la

chupaba.

Delicadamente me tomo de los codos y me levando, después de besarme, me pidió que me quitara el short y las pantaletas mientras él se desvestía.

Ya desnudos, se acercó dulcemente y nos volvimos a besar, nuestras lenguas y bocas no eran

suficientes para saborear nuestros fluidos, mientras sentía su verga rosando los labios de mi

vagina.

Me acerco a la mesa del comedor y en un momento rápido pero delicado me cargo y me sentó en

la mesa, separo mis rodillas y empezó a mamar mi vagina rasurada como le gusta a mi marido.

Sentía como introducía su lengua en mi vagina y como daba pequeños mordiscos en mi clítoris, no

podía evitar gemir de satisfacción, sentía como salían todos mis orgasmos reprimidos por tanto

tiempo.

Levanto aún más mis piernas y sentí como su lengua intentar penetrar mi ano, nunca había tenido una experiencia como esta, después de unos minutos en que estuvo mamando mi vagina y mi ano le pedí que ahora me dejara a mí.

Se sentó sobre la mesa e intente meterme su verga lo más profundo que podía en mí la boca, sin dejársela de mamar queriendo extraer y tragar toda la leche que le pudiera extraer.

Hubo momentos en que mordía su enorme cabecita y me metía sus dos huevos en la boca, aunque veía que en ocasiones lo lastimaba, el me permitía continuar.

En un momento de mucha calentura, levante sus piernas pesadas y me las puse en los hombros ya

que pesaban mucho y empecé a intentar meter mi lengua por su culo, como él me lo había hecho.

Note que le agrado, y mientras continuaba mamando su verga, empecé a frotar su ano con un

dedo, intente metérselo pero estaba tan duro que solo logre meterle la puntita de mi dedo, pero en ningún momento deje de chaquetear y mamar esa deliciosa verga.

Me separo, me volvió a sentar sobre la mesa, abrió mis piernas y empezó a introducir su enorme

y ardiente cosa erecta, sentí como se iba introduciendo en mi vagina, lo hiso con tal lentitud que

goce cada centímetro que me entraba.

Empezó a meterla y a sacarla deliciosamente, en cada movimiento que hacia me robaba un

orgasmo, después de un rato así, me dijo al oído dulcemente: “que estrechita estas mamacita”, eso fue el acabose, en ese momento me robo todos mis orgasmos reprimidos, me sentí exquisitamente deseada.

Después de unos momentos así, me pidió que me volteara y que me pusiera en cuatro patas, lo complací y me empezó a mamar el ano metiéndome casi toda su lengua, de repente sentí como la enorme cabeza de su verga se puso en la horilla de mi culito y que me iba a penetrar.

Estaba tan caliente que no me podía negar, como no me alcanzaba bien, acerco la caja de leche que había traído para estar más cómodo, nunca me habían penetrado por atrás y pensé que me iba a doler, después de ensalivármelo varias veces, me la empezó a meter muy despacito.

Me dolía, pero podía soportarlo, ya que me había penetrado lentamente poco más de la mitad

de su enorme verga, sentí un movimiento rápido en que termino por metérmela toda, exclame un pequeño grito porque sentí que había llegado hasta mis intestinos.

Empezó a meterla y sacarla suavemente para no lastimarme, no se ya cuantos orgasmos llevaba,

después de unos minutos me dijo: “ya voy a terminar”, yo le dije: “hazlo en mi boca”, me la saco

lentamente y me baje de la mesa.

Comencé a mamársela con toda la intención de que rápidamente saliera su lechita y comerme

ese exquisito néctar sin desperdiciar ni una gota, pero fue tan violento su orgasmo, que no pude comerme todo y algunas gotas cayeron sobre mi pecho exquisitamente.

Continúe mamándosela y acariciando sus huevos, hasta que se la deje limpiecita, mientras fui

sintiendo como empezó a perder fuerza, me incorpore y le di un beso lo más cariñosa que pude.

Muy discreto, tranquilo y sin decir una sola palabra se vistió me dio un beso y se fue.

Yo se que lees esta página, esto nadie lo sabrá y ambos sabemos que nunca volverá a pasar y solo

me queda decirte gracias, mi cuerpo y mi corazón nunca te olvidaran.

Muchas, muchas gracias Manuel.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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