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Categoría: Maduras

Esther una madura aún más necesitada.

Después de haberme acostado tarde, por la mañana temprano me despertaron mis padres, que se iban de viaje urgente por un tema familiar. Estarían unos tres días fuera. Aunque este mal decirlo, se me abrieron los ojos de golpe, me estaban hablando y mi mente estaba ya lucubrando lo que haría esos días solos. Me dejaron dinero, la charla de costumbre cuando me quedo solo, si necesito algo que acuda a Esther o a los padres de Sofí, cuando dijo esto último, me miro diciéndome que estaba muy disgustada de enterarse de ciertas cosas por terceros. Yo alucinando le dije que me acababa de despertar, que no me había dado tiempo de nada.



Les acompañe a bajar las maletas y cuando estábamos despidiéndonos, apareció Marcos (para quien no leyera los relatos anteriores marido de Esther), Marcos me dijo que si me hacía falta algo ya sabía dónde estaba, diciéndome también que tenía nuevos sellos. Yo le dije que cuando pudiera pasaría.



Me subí de nuevo a casa, pero ya se me había quitado el sueño. Estuve haciendo varias cosas, cuando suena el teléfono y era Sofí. Ya sabía que mis padres se habían marchado, yo le dije que rápido vuelan las noticias, ella me conto que de buena mañana oyó como cotilleaban su madre y la mía de nosotros, la dije que ya me contaría. Pero me dijo que no me llamaba para eso, que el motivo de llamarme era porque su madre se había puesto pesadita diciéndola que me llamara para que me pasara a comer.



Como no me apetecía nada, la comente que tenía pensado ir a comerme un bocadillo de calamares a Casa Felipe y una jarra de cerveza, que cuando terminara me iría a la piscina, que a esa hora suele estar vacía. Ella rápidamente me dijo que se venía conmigo a Felipe, que se comería un bocadillo de calamares también.



A las dos de la tarde ya estábamos comiéndonos nuestros bocadillos. Como estaba a tope de gente, una vez que terminamos nos fuimos hacia la piscina. Cuando llegamos estaba prácticamente vacía, nos pusimos cerca del muro, quedaban dos parejas adultas charlando, que a los diez minutos aproximadamente recogían sus toallas y se marchaban.



Sofí me comento los cotilleos, nos estuvimos riendo de ellos. Cuando cambio el tema de conversación, para decirme que estaba contenta por todo, pero además por haber encontrado a alguien que le guste tanto el sexo como a ella, que no se escandalice, que ya se empezaba a sentir como un  bicho raro.



-¿Sabes qué?, me pregunto ella



-Si no me lo dices no lo sabré.



-Siempre he fantaseado con un trio.



-¿Y?



-Pues que estaría bien probar un trio en la realidad, eso sí con otra mujer.



-Jajaja… por mí no hay ningún problema.



-El único inconveniente es la candidata, habría que buscar a una que si cuando la tanteáramos dijera que no, no lo fuera divulgando por ahí.



-No te preocupes que creo tener la candidata.



-¿En quién has pensado?



-En Maite sería fácil entrarla y si dijera que no, seguro que no diría nada.



-Buena candidata tiene mucho morbo. Me gusta. ¿Cómo lo haremos?



-Deja eso de mi cuenta y ya te diré.



Yo le dije a Sofí que la conversación me había puesto “contento”, ella se reía y me toco el paquete, diciendo… es verdad noto que se va alegrando. Nos damos un beso, cuando se oye el chirriar de la cancela de la piscina. Miramos y al rato aparece Esther.



Sofí me dijo, he de reconocer que tienes buen gusto, aunque le falta un poco de pecho, tiene un hermosísimo trasero y es una madura muy apetecible. La dije que estaba complicado, ya hacía mucho tiempo que hace todo lo posible para no estar a solas conmigo. Ella se nos quedó mirando indecisa de acercarse o no. Pero Sofi la dijo que se viniera con nosotros, ella ya no le quedó más remedio que venir.



No sé porque, pero Sofi la hizo sitio en medio, ella aguanto el tipo y coloco su toalla. Nos dijo que aprovechaba ese momento, porque ahora no había niños, correteando ni salpicando. Un buen momento para tomar el sol. Al rato saco un bote de un aceite, se lo puso por delante, pero cuando se lo intentaba poner por detrás, Sofi muy diligente, le quito el bote de la mano, la dijo túmbate que te lo pongo yo.



Ella se tumbó boca abajo, yo estaba también tumbado boca abajo, con la cabeza girada para el lado de ellas. Me hacía como el traspuesto, adormilado. Cuando veo que Sofi pone un chorro de aceite cerca del cuello y hombros de Esther, mirándome, guiñándome un ojo y con una sonrisa enigmática.



Pone sus manos empezando a extender el aceite, la dice que se relaje que la nota muy tensa. Ella dice que puede, que antes de bajar se ha “peleado” con Marcos. Sofi sigue por su cuello y hombros, veo cómo se va relajando, la va cambiando la cara. Tiene los ojos cerrados.



Va pasando poco a poco a la espalda, se la escapa como un escalofrió a Esther, además de relajarse se la ve muy cómoda. Rompe el silencio para decir a Sofi que se podía ganar la vida dando masajes. Sofi la dice ssshhhhhhh… para que no hable, que se relaje del todo. Yo sigo observando pero no sé hasta dónde llegara la cosa.



Ahora Sofi me mira nuevamente, me lanza un beso y guiñándome de nuevo el ojo, me dice gesticulando con los labios… ahora. Así que estoy más pendiente y ya no entorno los ojos, no me quiero perder detalle.



Empieza a masajear las piernas, ha empezado por la zona de los gemelos, se entretiene en ellos, para subir poco a poco por las piernas, ya llevan un buen rato así. Esther no sé si está dormida, porque no dice nada, la miro la cara y ni pestañea. Yo al estar tumbado no puedo ver bien lo que hace Sofi, pero me lo puedo imaginar.



Veo que ya las manos están bien arriba, pero por la parte exterior de los muslos. La cara de Esther ha sufrido un pequeño cambio. Y sin abrir los ojos dice que si ya quiere puede dejarlo que estará cansada, Sofi dice que no se preocupe que queda poco. Cuando este relajada del todo lo dejara.



Esta vez veo que las manos de Sofi se están perdiendo por el interior de los muslos. Me mira me sonríe, intuyo que llego donde ella quería o está a punto de llegar. Esther ahora tiene apretada la mandíbula, se la nota mucho. Algo está pasando evidentemente. Se mordisquea los labios. Sofi se agacha y algo la dice al oído, que yo no puedo distinguir. Cuando acaba de decirla lo que sea, se levanta y sonriendo perversamente me dice vámonos.



Yo me levanto y nos vamos, despidiéndome de Esther. Cuando vamos andando, me dice vamos a tu casa. Me explico que había estado tocándola bien, que estaba empinadísima, que la dejo a punto de caramelo y que la dijo al oído que estaríamos en tu casa, que la esperaríamos, que si venia lo pasaríamos muy bien y que si no, nosotros lo pasaríamos también bien. Yo solo la dije que no creía que viniera y la pena que no la vio los pezones, que las tetas las tenía pequeña pero que los pezones eran bestiales. Sofi me dijo… jooooooooooo, eso se avisa antes.



Ya en mi casa, Sofi y yo empezamos a besarnos, acariciarnos, meternos mano, hacíamos de todo. Sofi dijo al final tendrás razón, esa mojigata no va a venir. Me saco la polla y dijo más se pierde ella, se la metió en la boca, la saboreaba y yo estaba en el cielo. Cuando sonó el timbre, Sofi que estaba solo con la parte de abajo del bikini, se fue a abrir la puerta. Como no oía nada me levante y en la misma entrada con la puerta cerrada, Sofi morreaba a Esther, que cuando paro la dijo, no te equivoques no me gustan las mujeres.



Me volví a sentar en el sillón. “No pasa nada Sofi continua con lo que estabas haciendo, parece que te estaba gustando mucho y a mí también”. No se lo pensó, se agacho y siguió comiéndome la polla, sabiendo que Esther estaría sin quitar el ojo.



-Vamos guarrona, que estás loca por comerte esta polla. Dijo Sofi.



Esther como hipnotizada se acercó, Sofi la hizo agacharse y no tardo nada en meterse la polla en la boca. Yo la acariciaba la cabeza, Esther no paraba y Sofi dijo…



-Estaba hambrienta, necesitada.



-He tratado de resistir la tentación, pero ya no podía más. Lo necesitaba. Me hacía falta.



-Pues no te preocupes que hoy te iras satisfecha.



Ella volvió a mamar con desesperación. Mientras lo hacia Sofi la fue desnudando, ella facilito las cosas. Una vez desnuda Sofi se puso por detrás de ella y empezó a acariciarla, ella abrió un poco más las piernas y se dejaba hacer, se la escapaban gemidos, que aunque trataba de contenerlos no podía evitarlo.



Como no estábamos muy cómodos, las dije que me acompañaran y nos fuimos a mi habitación. Me tumbe en la cama y me dirigí a Esther diciéndola, vamos putita continua con lo que estabas haciendo, ella se acercó y empezó nuevamente a mamarme la polla. Sofi con cara cachonda esta vez no lo pensó más, metiendo su boca por detrás entre las piernas de Esther. Paro lo que estaba haciendo, se quedó como paralizada de gusto, por la cara que ponía, Esther debía de estar haciendo muy bien su mamada, ella se abrió más, para facilitar a Sofi lo que estaba haciendo.



Paro de comerla para disgusto de Esther. Me miro y me dijo, ya la tienes preparada amor. Cambie de posición y teniendo a Esther a cuatro patas, me acerque por detrás y con la ayuda de Sofi la fui metiendo la polla en su coñito encharcado. Entraba suavemente.



Sofi decidió ponerse a su lado y empezó a susurrarle al oído de tal manera que yo lo pudiera oír también… “Que, zorra, ¿te gusta mi novio? Vamos disfruta, que quiero que se quede contento, que se ponga más cachondo que nunca”. Ella no contestaba, no decía nada, solo suspiraba. Eso sí poniéndose más cachonda, lo sabía por como movía su culo y su cintura. “Bueno zorra, que vamos a hacer contigo, ¿Crees que te puedes follar al novio de otra, así como así?”. Esther contesto con voz cachonda… “Jooooooder tía perdona, no sabía que este cabrón tenía novia, pero me está encantado que me folle y que tú me hables al lado. Pídeme lo que quieras, pero no me cortes el rollo ahora”.  



La voz era de total desesperación por que no parara de follarla. Me alucinaba de como manejaba todo Sofi, era más “perversa” que yo.



Sofi para rizar más el rizo, la dijo otra vez al oído, no te equivoques, no tengo nada que pedirte, simplemente harás lo que te digamos. Colocándose de tal manera que la dijo, ahora lo entenderás… la empezó a azotar en el culo mientras yo la follaba. Mientras la azotaba, Sofi le pregunta si estaba bien, ella la decía que sí. Yo guiñe un ojo a Sofi mientras la castigaba. “Carlos, parece que Esther puede ser nuestra ‘putita’ particular, ¿Te gustaría Esther?, Ella asintió con la cabeza como una auténtica putita.



Sofi cambio de posición, poniéndose delante de Esther con las piernas abiertas, dejando ver su coño chorreante. La dije… ¿A qué esperas? Comete y hazlo bien, tu primer coñito.  Esther no puso ninguna resistencia, aunque se la notaba un poco contrariada, pero a medida que las embestidas se hacían más fuertes, ella se dejaba llevar, mientras me miraba de vez en cuando con rostro de acojonada. Tenía la cara perfecta, ya no hizo falta más se agacho y empezó a lamer el coñito de Sofi.



Sofi con voz entrecortada dijo, se nota que le hace falta práctica, pero no lo hace nada mal, ya la enseñaremos. Veía como la cogía la cabeza, para que no parara de comerla. Nos mirábamos los dos y nuestras miradas eran de puro vicio. Sofi no se pudo aguantar más y se corrió sin avisar. Menuda corrida se dio. Cambio de posición y empezó a pellizcarle los pezones, me decía que grandes, se los metió en la boca y solo decía que gusto, que maravilla de pezones.



La dije que se colocara haciendo el 69 con ella, que la follaría el culo. Dicho y hecho, se pusieron a hacer el 69, me las quede observando un momento, Sofi debajo y Esther encima, se veía a Esther muy servicial, estaba encantada. Me puse detrás y empecé a meterla en el culito. Costaba un poco, pero estaba tan entretenida y tan cachonda, que se la metí rápido. Estaba vez nos corrimos en cascada, primero Esther, luego yo y por ultimo Sofi.



Nos quedamos tumbados, prácticamente sin aire. Se había pasado más una hora sin darnos cuenta. Me levante por unos refrescos, cuando regrese a la habitación, Esther le comía las tetas a Sofi.



Mirándome con esa mirada perversa, Sofi me dijo… “La muy zorra está aprendiendo muy deprisa, no hay nada como unos buenos azotes”



Paro y bebimos los tres. Mientras lo hacíamos, Esther nos miró y nos dijo, vaya dos os habéis juntado. Sois un peligro para mi “salud”, dijo riéndose. Antes tenías que esquivar al cabrón este y ahora… Sofi la corto rápido diciendo… y ahora serás nuestra putita. Y nos hartaremos a follar. Y para no perder tiempo, cómeme su culito y prepáralo que me lo va a follar ahora.



No lo dudo, hizo a Sofi darse la vuelta y ella se amorreo a su trasero, que se lo comía con ganas y la follaba con los dedos. Sofi gritaba y decía que bien que lo hace. No podía aguantar más, verlas así hizo que me empalmara nuevamente y que estuviera como un burro.



Quite a Esther y me puse detrás de Sofi. Se giró me miro y me dijo que no anduviera con remilgos, que la quería toda dentro y ¡YA!. No me hice de rogar más, metiéndosela toda de seguido, que nos dolió a los dos un poco, pero que gusto nos dio.



Esther allí estaba tocándose con una mano su clítoris, con la otra se apretaba uno de sus pezones y se mordía el labio inferior, una imagen totalmente excitante, cachonda y provocadora.



Sofi se movió un poco separando las piernas de Esther con cuidado, e introdujo su lengua en ella, la lamió con pasión, recorriendo toda su entrepierna, jugando con su clítoris mientras introducía sus delgados dedos.



Era sumamente excitante verlas así, mientras yo la follaba su precioso culito, yo no dejaba de ver los gestos de placer que ponía la cara de Esther. Se notaba que además de disfrutar haciéndolo, Sofi sabía bien lo que se hacía. Esta vez la que se corrió desesperadamente primero fue Esther. Sofi que estaba también a punto, me dijo que más deprisa, más fuerte y a Esther la dijo que se acercara y la besara, fue empezar a besarse y note como se apretaba el coño de Sofi en mi polla. Se estaba corriendo bien a gusto.



Sofi se quitó y abriendo su boca me pidió que me corriera en su boca, yo dije que en la de las dos, cuando estuvieron juntas me termine de pajear y me corrí en sus bocas, manchándose ellas en otros sitio. Cuando acabe se besaron las dos, que morboso que fue ese beso.



Como se habían manchado, habíamos sudado y el olor era de puro sexo. Las propuse que nos ducháramos juntos. Fuimos al baño de la habitación de mis padres, que hay una ducha gigante. Ambas se metieron en la ducha mientras yo me hacia el remolón buscando toallas. Pero quería verlas solas.



Veía que Esther miraba el cuerpo desnudo de Sofi, que podía ser su hija, miraba ese cuerpazo, esas curvas que mareaban, me daba cuenta de que todavía la daba corte, con una jovencita y su primera vez con alguien del mismo sexo. Pero no sabía ocultar el deseo que tenía hacia ella. Hacia lo prohibido. Distintos chorros de agua caían sobre ellas.  



Note como si Esther quisiese hacer algo pero se cortó, la dio la espalda me vio y me sonrió. Pero Sofi es mucha Sofi. Empezó a enjabonarla por sus hombros y vi que Esther cerraba los ojos y se dejaba hacer. La beso suavemente en su nuca, en los lados del cuello. Mientras hacía eso, bajo sus manos, atrapando sus pechos, para luego apretar sus pezones, que según lo hacia la cara de Esther era un poema, sus gestos pasaban del dolor, al placer, la excitación. Se giró, se miraron con lujuria y se besaron, como si se fueras a cavar el mundo.



Ahora era Esther la que besaba, lamia, pasando de su cuello a sus pechos, para bajar hasta su tripita, para luego llegar al inicio de su coñito. Estuvo un  ratito y se levantó, para besarse otra vez. Se giraron me miraron y me vieron tocándome. Abrieron la puerta de la ducha y me dirijo hacia ellas.



Una vez dentro de la ducha, gire a Esther y mirándola a los ojos. La dije que era preciosa, que se dejara llevar hoy, mañana y siempre.



 



La teníamos en medio de los dos, seguro que era la primera vez que se veía en esa situación, pero seguro que no sería la última. Se la notaba más que excitada, excitadísima es quedarse corto.   Sofi por detrás besaba su espalda, la lamia. La acaricia sus pechos. Yo tenía mi polla entre las piernas de Esther, rozándola por su coñito, mientras la besaba apasionadamente



Comenzó a bajar lentamente hasta que llego a mi polla erecta, lo beso, lo lamio, para acto seguido metérselo en la boca. Mientras Sofi y yo nos besábamos, la acariciaba y la masturbaba.  Los gritos de Sofi y mis gemidos, parecía que hacían efecto en Esther, que mi polla notaba en la forma de comérsela, cada vez más deprisa, se la metía más profundamente en su boca. Esther mientras me la comía, por lo que se ve se estaba masturbando, porque se corrió gritando bastante.



Ahora le di la vuelta a Sofi, la hice apoyarse y desde atrás la empecé a follar, ella como no ocurrió cuando me folle su culito, me dijo que despacito. Su coñito estaba todavía muy prieto, lo que era un placer. Pero yo iba despacio, cuando ella dio un empujón hacia atrás, entrando todo. Mientras yo la agarraba de las caderas, Esther la acariciaba las tetas. Y notaba también como la estaba tocando el clítoris. Todo eso hacía que Sofi estuviera cada vez más acelerada. Lo más morboso era como me miraba Esther. Se acercó y nos besamos.



Cuando Sofi nos empezó a decir… CABRONES NO PARÉIS, SEGUIR… TU PUTA BÉSAME, MÉTEME LA LENGUA… besándose y corriéndose Sofi. Yo cuando note que estaba a punto, la saque se la metí en su culito y se lo llene.



Ahora si nos terminamos de duchar y nos fuimos al salón a beber otro refresco. Una vez allí, Esther estaba con cara rara, yo pensaba que nos daría un discursito, pero solo dijo…



-Es una tontería decir que no sé cómo paso. Que me habéis liado. Que no volverá a suceder. Pero la verdad es que en más de mis 40 años, jamás lo pase así. Que espero que me “lieis” más veces. Y que tiene que suceder más veces, porque primero tu (refiriéndose a mi) y luego los dos, me habéis “pervertido”.



-Nadie te ha pervertido, todas tenemos una “puta” dentro y se ha despertado.



-Bueno pues como la habéis despertado, la tenéis que dar de comer, es vuestra responsabilidad. Pero eso sí y lo pido de POR FAVOR, cuando estemos con alguien más, absoluto respeto.



Nos reímos los tres. Esther se levantó y dijo que se iba. Cuando nos despedimos la dije que no cambiara, que era una mujer muy maja y muy… no hizo falta que acabara de decir nada porque nos miramos, nos sonreímos y nos entendimos perfectamente. La die un beso muy húmedo y profundo.  Sofi la dijo que era una tía especial y tú me entiendes. Se besaron apasionadamente. Esther dijo… ME VOY, que si no nos enganchamos otra vez, riéndonos todos nuevamente. Y se fue, quedándonos Sofi y yo solos.



Sofi me dijo si esta era la modosita y Maite es la fiera, ya estamos tardando



Estamos hablando, cuando suena el timbre. Observo por la mirilla y veo que es Esther otra vez. Abro y entra. Me dice que se le había olvidado. Que Marcos, su marido, le había dicho que se pasara para que me dijera que esta noche estaba invitado a cenar. La dije que no se preocupara, que ahora le llamaba y le pondría cualquier excusa. Se fue corriendo otra vez.



Sofi me dijo que no fuera tonto y que aceptara la invitación. Yo dije que no me apetecía. Marque el número de teléfono y cuando marcos descolgó, que por cierto me parece que lo desperté de la siesta, le dije que ya me había dicho Esther lo de ir a cenar, pero que ya había quedado con Sofi, que lo sentía mucho. Bueno otra vez será, dijo él. Yo le conteste que seguro y que gracias.



No he terminado de colgar prácticamente, cuando suena el teléfono y es Marcos otra vez, no me da tiempo ni a decir “dígame”, pues que se venga Sofi a cenar también, oigo por el auricular. Le digo que la llamare y ya le digo algo.



Cuando cuelgo se lo cuento a Sofi. Me dice que aceptemos la invitación para evitar suspicacias futuras. Y para tener buena relación con Marcos. Vale pero tenemos que guardar las formas.



Dejo pasar un ratito y llamo a Marcos. Esta vez el teléfono lo coge Esther y la digo que aceptamos la invitación a cenar, oigo de fondo a Marcos preguntar que quien era, ella le dice Carlos que vienen a cenar. En voz bajita me dice que no teníamos que haber aceptado, yo la digo que ya son muchos “NOS”, que era para que no se mosqueara. Nos despedimos.



Sofi decidió marcharse a su casa, para que la vieran algo, como decía ella.



A las nueve en punto estábamos en casa de ellos. Marcos nada más pillarme y como se había enterado que estaba preparando para el examen de conducir, empezó a darme consejos, consejos que nunca terminaban. Sofi y Esther me habían abandonado dejándome solo con él, con la excusa de preparar la cena. Que poco había que preparar ya que era una cena fría.



Al cuarto de hora más o menos, aparece Sofi y se pone detrás de mí, cuando Marcos esta de espaldas buscando unos test, Sofi aprovecha y me pasa los dedos por mi boca y mi nariz, huelen y saben a lo que yo sé.  Eso me pone nervioso en todos los sentidos.



Se vuelve a ir, mis pensamientos están ahora en lo que están. Y el con unos test de hace 1.000 años.



Esta vez vuelven las dos, traen la cara roja. Sofi se acerca y mete en mi bolsillo algo. Digo que voy al servicio, lo hago para saber que me ha metido en el bolsillo. ¡SORPRESA! Me ha metido un tanga y unas braguitas. Que zorras que son las dos.



Cuando llego al cuarto de estar, Sofi estaba sentada al lado de Marcos,  aguantando ahora el rollo que me había contado a mí. Esther estaba de pie, me acerque sin hacer mucho ruido, cuando estaba detrás de ella, metí mi mano por detrás, por debajo de su falda. Ella como autómata, no dijo nada, simplemente apoyo sus manos en el respaldo del sillón, abrió un poco las piernas y me dejo el camino libre, para que mi mano explorara.



Tenía los muslos mojados, no sabía si ya se habría corrido alguna vez, pero estaba súper mojada. Se va hacia la cocina y yo digo que voy por un vaso de agua. Una vez que llego a la cocina, esta Esther y me dice que eso no es lo acordado. Que además así de excitada se pone muy nerviosa. Que eso de quedarse caliente la pone malísima.



La beso y la vuelvo a meter mano, esta vez por delante. Su clítoris esta durísimo, es tocárselo y moverse como una loca. Para que no se oigan sus gemidos, me come la boca con desesperación. La doy la vuelta, la apoyo en la mesa de la cocina, me bajo la cremallera y aunque me cuesta me saco la polla, sin pensármelo se la meto hasta los huevos. Ella estira una mano, coge un paño de cocina y lo muerde para no hacer ruido.



Oigo a Marcos que me llama, Esther se quita el trapo y dice… ¡MIERRRRRDA! Se la saco toda mojada, me tengo que desabrochar el pantalón para poder metérmela. Se me nota un bulto exagerado, Esther me dice que me vaya al servicio y oigo como le dice a su marido que yo estoy en el servicio.



Quiero salir y acabar con lo que estaba haciendo cuando Esther me dice, que ya no más. Que está muy “nerviosa” ya. Volvemos con Sofi y con Marcos. Esther le dice a su marido que no beba más, que ya lleva muchas copas. Él no la hace ni caso.



En la cena Marcos trae dos botellas de vino, que nos suelta la retahíla de lo bueno que es… Nosotros tres bebimos lo que se dice un culin, Marcos se bebió todo lo demás. Al contrario de antes, ahora observaba como Esther  le rellenaba la copa.



Cuando acabamos nos sentamos en los sillones del salón, Esther nos puso unas copas de lo que pedimos, algo discreto. Pero a su marido le puso un vaso hasta arriba de Whisky escocés. Mientras bebíamos Esther no nos quitaba ojo a Sofi y a mí que estábamos sentados juntos. Sobre todo a Sofi que abría y cerraba las piernas, ella se ponía cardiaca.



A él ya no se le entendía nada. Dijo como pudo, que algo le había sentado mal, que se iba a tumbar un momento. Le ayudamos y como pudimos Esther y yo lo dejamos en la cama. Fue caer en ella y resoplar.



Mientras lo arropaba yo con mucho disimulo metía por detrás mano al coñito de Esther, ella se dejaba hacer, estaba chorreando. El marido ya ni hablaba, solo bufaba.



Yo la deje y me fui al salón, le dije a Sofi que como podía ser tan puta de liarla así. ¿Liarla yo? Si me ha estado provocando hasta que no me he podido aguantar, que la modosita quiere ahora con sus años recuperar el tiempo perdido.



Sofi se acercó porque no salía, al ratito las oigo que viene, vienen morreándose y Esther se ha quitado el sujetador, porque los pezones parecen ahora que le van a perforar la blusa.



Se acercan me desabrochan el pantalón, me sacan la polla y se ponen a comérsela las dos a la vez, solo de verlo me recorre un escalofrió por la espalda. Pero dura poco Esther se levanta, se pone de espaldas a mí y se mete mi polla en su culo, sentándose sin prisa, pero sin pausa, una vez que está sentada del todo, levanta su falda, desabrocha su blusa por completo, dejando su coñito y sus tetas a la vista, mirando con ojos tiernos a Sofi la dice con voz temblorosa… POR FAVOR.



Aunque no se lo hubiera dicho, Sofi lo hubiera hecho igual. Empezó a comer un pezón suavemente y al otro lo apretaba con intensidad, yo le dije a Sofi si sigues así esta puta se corre ya. Se agacho, paso su lengua por mis huevos y por el clítoris de ella, al ratito agarrando la cabeza se Sofi se corrió.



Sofi dijo ahora me toca a mí, la mando tumbarse en el suelo y ella se tumbó encima, volviendo a hacer un 69, yo las miraba tocándome, me encantaba verlas. Sofi se paró y me dijo, métemela por el culito que estoy a punto. Se la metí dándola fuerte corriéndonos los dos a la vez. La llene su culito de leche. Después se corrió Esther.



Para no arriesgarnos más, que el riesgo nos dio mucho morbo, decidimos Sofi y yo irnos. Esther nos dijo que de buena gana se venía con nosotros. Pero nos informó de que muy pronto marcos se iría de viaje por trabajo al extranjero. Yo pregunte que cuando era muy pronto. Ella mirándonos con cara libidinosa, dijo muy, muy pronto. Así que estar descansado para que hagamos un maratón. Donde estaba la madura modosita, pensé. Ahora sí que más necesitada que nunca.


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