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Categoría: Maduras

Esperanza, mi historia.- 7

Recordareis, que en el relato anterior nos quedamos que tras acabar su trabajo Mamen como puta barata de carretera, ella y Javier marcharon  para casa de este y yo y Matías quedamos en juntarnos en el hotel de él, y ahora vamos a continuar con la historia.

Cuando llegue al hotel de Matías, igual que había hecho por la mañana deje el coche en el parking y llame a Matías , para saber donde estaba esperándome, diciéndome él que subiera que estaba en la habitación y que subiera las bolsas que pudiera de la compra que habíamos hecho en casa de Claudio esa tarde. Fui al maletero del coche y cogí todas las bolsas que pude, dejando al final una sola que contenía los látigos y las fustas y el bolso de viaje que contenía la ropa que había cogido de mi casa para estos días. Pensé desde un principio dejar mi bolso de viaje en el coche no fuera a ser que Matías tuviera pensado ir a otro sitió conmigo o no quisiera que yo me quedara en el Hotel, para no comprometerle, por eso opte por llevar el mayor número de bolsas de la compra que pudiera. Me monte en el ascensor y subí al piso donde Matías tenía su habitación, llame y me abrió. Una vez que entré le dije:

“Matías aún queda una bolsa en el coche y el equipaje mío, ¿quieres que baje a por ello o lo subimos luego?”

Él me contestó:

“No primero vamos a ver que tienen las que has subido y luego si veo que nos van hacer falta cogemos la que queda. Y de tu equipaje has hecho bien en no bajarle, esta noche y las siguientes buscaremos otro sitio u otro hotel para estar juntos registrándonos como marido y mujer, no quiero que cuando Javier o la señora vayan a pagar este les cobren un suplemento por estar dos personas en él, cuando tienen contratado habitación doble de uso individual y comprometerme y meterme en un lio con mis señores”

Yo le digo:

“Como tú quieras, mi amor, me parece bien lo que me has dicho del hotel, mejor no nos quedamos aquí, para no comprometerte y meterte en líos”

Yo entonces deje las bolsas encima de la cama. Él se acercó a ellas y comenzó a vaciarlas todas sobre la colcha, dejando todas las bolsas vacías, luego vio que faltaba la bolsa de los látigos, fustas, férulas y palmetas, y me dijo:

“Esperanza, sino te importa podías bajar a por la bolsa que tiene las fusta, látigos, etc. porque esa no nos la vamos a llevar hoy a donde vallamos, pues en tú estado no quiero azotarte como se debe hacer, pero sí ve lo que nos ha vendido Claudio, pues de vez en cuando trata de engañarme y deja algunas cosas sin embolsar, aunque las cobre y además aunque no las use quiero probarlas en ti con suavidad para ver si es verdad que son las adecuadas”

Yo le contesto.

“De acuerdo ahora bajo a por ellas”

Yo me dirigía hacía el garaje y él comenzó a mirar todo el material que había dejado sobre la cama. Cuando subí, me cogió la bosa e hizo lo mismo que había hecho con las otras bolsas, volcarlas sobre la cama. Luego me dijo:

“Quítate el vestido y quédate desnuda, pues ya vi que no te pudiste poner nada debajo de él en casa de Claudio, de esa forma te podrás ir probando algunos de  estos productos”

Hice lo que me dijo y sacándome el vestido por mi cabeza me mostré completamente desnuda ante él. Entonces me pasé mi mano derecha por mi coñito y note que le tenía totalmente mojado, la situación y ver todo esos productos de sexo encima de la cama, y saber que todos los usaría en mí, me habían hecho mojarme. Entonces acerque mi mano llena de mis jugos a la nariz de Matías para que la oliera y viera lo caliente que estaba y el deseo que me embriagaba de hacer el amor con él. Al acercarle la mano me la cogió con la suya y tras olerla se la llevo a su boca y me la chupo toda limpiándola de mis jugos y me dijo:

“Estas muy mojada, ¿tan caliente estas?”

Yo le contesto:

“Si mi amor, no sé si habrá sido todo lo que he vivido esta tarde o quizás al ver todos esos productos encima de la cama y pensar que son para usarlos en mi y que tú disfrute al verme con ellos y al aplicar sobre mí los que se te antojen. Todo ello me ha producido unas ganas locas de que me poseas y estoy deseando que lo hagas ahora mismo ¿quieres mi amor, quieres poseerme ahora? Yo quiero ser totalmente tuya, haz conmigo lo que quieras, quiero estar contigo todo el tiempo en estos días y noches que faltan hasta el lunes que nos separemos. Puedo hacerlo sin necesidad de esconderme o mentí a mi marido, ya que como sabes ha marchado de viaje durante 10 o 15 días”

Él dándome un beso y agarrando uno de mis pechos me dice:

“No tengas prisa, todo a su tiempo, tenemos toda la noche para amarnos y todos estos días hasta el lunes. Ahora quiero ir probando los productos en ti. Algunos los descartaremos, pues con la barriga y el embarazo ahora no te estarán bien, esos los probaremos cuando hayas parido. Comencemos por la ropa interior que hemos comprado. Cogeremos solamente los conjuntos que hemos comprado para este tiempo que te queda de embarazada, los otros los meteremos todos en una bolsa y después cuando nos vayamos la metes en el coche y la guardas en tu casa para cuando hayas parido y hayas recobrado un poco la figura que corresponde a las tallas que elegiste”

Cogiendo un conjunto de cuero de bragas y sujetador de tiras, pero unido las dos piezas por unas correas que salían de unas argollas que tenían en la parte baja del sujetador a otras que tenían en la parte superior de las bragas. Los laterales de las bragas también se podían ajustar a la medida adecuada de la persona que las fuera a usar, al ver esto me dijo:

“Ese conjunto te puede valer para ahora preñada y luego después de parir, solamente tenemos que ajustar la medida a cada tiempo, póntelo y acompáñalo de estas medias de red negra”

Me lo puse, quedando mis pechos sujetos por las cintas del sujetador, las bragas ajusté a mi cintura actual las tiras de los lados ayudado por unas pequeñas hebillas. Me dejaba los pechos libre para ser usados (sobados, colocar aparatos para maltratar mis pezones y el resto de ellos) y las bragas dejaban completamente libre y a la vista tanto mi raja del coño como la del culo y toda mi pelambrera libre y a la vista, el que estuviera conmigo podría hacer uso de mis agujeros sin nada que le estorbara, estaban completamente libres para su uso. Luego me puse las medias de rejillas negras, los agujeros de las mismas eran aproximadamente de un centímetro  y medio a dos, me miré al espejo que había en la habitación y vi reflejado mi figura, parecía una verdadera furcia. Luego él cogió un collar que tenía una argolla en la parte delantera y se acercó a mí y me le puso al cuello, después cogió una cadena con un pequeño mosquetón que engancho al collar. Se dirigió a la cama y apartando los aparatos que aun había en la cama, hizo un hueco y agarrando de la cadena tiró suavemente de mí y me llevo hacía allí y me dijo:

“Túmbate boca arriba en la cama, putilla”

Hice lo que me dijo y entonces él fue cogiendo consoladores de diferente tamaño y fue probándolos primero en mi “panocha” como él llama a mi coñito, hasta que llegamos a uno que de lo gordo que era tenia dificultad en entrármele. Fue moviéndole con giros y apretando poco a poco hasta que consiguió meter la punta y luego abriéndome a tope mis piernas, y yo manteniéndolas así, empujo con más fuerza logrando entrarme como unos 20 o 24 centímetros del mismo. Era anchísimo por lo menos tenía cerca de los 10 centímetro de diámetro, me sentía completamente llena, luego cuando logró entrármele me dijo:

“Ahora échate para delante y queda el culo fuera de la cama y levanta las piernas hacía arriba, vamos a probar hasta ver cuál es el más grande que te entra en él”

Hice lo que me mandó, y él fue probando uno y otro hasta que al final llego a uno que mi agujerito tenía dificultad en acogerle, el hizo lo mismo que había hecho con el consolador gigante que tenia metido en mi vagina y poco a poco me le fue entrando, este era de un grosor de unos 7 u 8 centímetros, me hacía mucho daño y al empujar con él también me producía daño el que tenía en mi coño, al final pudo entrar otros 18 ó 20 centímetro de este último en mi ano. Entonces comenzó a sacar y entrar ambos uno con cada mano, haciéndome un daño atroz, y me dijo:

“Te duele, cariño, si es así tendrás que irte acostumbrando, lo dejaremos dentro durante un rato y en mientras iremos probando las ventosas en tus pechos “

Me hizo poner de pie con ambos consoladores penetrándome y luego fue probando las diferentes ventosas que habíamos comprado en mis dos pechos. Cuando acabo cogió una de las palmetas (una de las cortas) y comenzó a azotar con ella mis pezones y mis pechos, esto me dolió y no pude reprimir gritar. Esto parece que le gusto y entonces fue bajando dándome golpes suaves por toda mi espalda y por todo mi vientre, hasta llegar a mi culo donde me dio varios un poco más fuerte en cada uno de los cachetes. Luego dejó la maneta a un lado y se comenzó a quitar la ropa quedándose completamente desnudo. Se acercó a mí y abrazándome comenzó a besarme con pasión y con sus manos a sobarme y apretarme mis pechos, luego llevó su boca a mis pezones y trató de chuparlos a ver si conseguía sacar leche de ellos, estas caricias y este trato me habían puesto a cien, el dolor de los consoladores había pasado a un segundo plano y ahora comenzaba a disfrutar, deseaba que me penetrara con su polla, que me sacará el consolador que tenía en mi almeja y que su lugar fuera ocupado por su extraordinario instrumento, pero él entonces apartándose de mi me dijo:

“Vamos a probas los extractores de leche, primero lo haremos con los manuales durante unos segundos para ver si son tu medida y te valen, y luego probaremos el mecánico y te ordeñaré tus dos ubres hasta que te las vacié de leche”

Cogiendo los tres tipos de extractores de leche manual que habíamos comprado fue probando si eran de mi tamaño o no uno por uno en cada pecho. Cuando acabo con estos cogió el mecánico, lo enchufo y llevando la campana de metacrilato a mi pecho izquierdo, lo puso en marcha y comenzó a succionar el mismo. Al succionar tiraba de mi pezón para después dejar que este volviera a su sitio, así hasta que comenzó a brotarme leche del pecho e ir depositándose en el depósito que tenía bajo la campana de metacrilato. Esta succión de ordeño me provocaba un gusto y un placer que no había notado antes, comenzando a calentarme de tal forma que notaba como me llegaba un orgasmo y me corría como una verdadera perra gritando de placer:

“Aaaaahhhhh…..ooooohhhhh que placeeeer me produceee… esteeeeee….aparatoooooo….aaaaahhhhhh….siiiiiii….me vieneeeee….me vieneeeee  aaaahhhhhhhh .me estoy corriendooooooooo….siiiiiii…..aaahhhhhh que placeeeeerrrr……..”

El placer y llegada del orgasmo hizo que mis piernas me temblaran y a punto estuve de caer al suelo. Cuando acabo de sacar la leche de ese pecho aproximadamente medio depósito (este era una especie de cilindro de unos 15 centímetros de largo por unos 6 de diámetro), cogió y me lo pasó al otro repitiendo la operación y de nuevo volví a tener esa agradable sensación que el ordeño, con ese aparato, de mi pecho me proporcionaba haciendo que de nuevo me vinieran varios orgasmos. Matías aprovechando mis orgasmos me sacó de un golpe todo el consolador gigante que tenía en mi vagina, dejando que los jugos que afloraban con mis orgasmos salieran libres, bajándome por todo lo largo de mis piernas. Entonces él agarrando su extraordinario miembro, duro y gordo ya por la excitación, comenzó a pasármelo a lo largo de toda mi raja, parándose en su centro y empujando un poco me le metía sin ningún problema, dado lo dilatado que estaba de haber tenido introducido el tremendo consolador, para luego sacar todo menos la puntita y jugar con ella en toda la entrada de mi sexo y después de nuevo continuar hacia arriba o hacia abajo. Cuando pasaba por el clítoris se entretenía a acariciarlo con su polla, luego al bajar volvía a repetir la operación de entrarla un poquito en mi almejita. Yo entonces me echaba todo lo que podía para delante para introducírmela más, pero él viendo mi deseo retrocedía su culo y de nuevo me la sacaba, dejándome con más ganas y más caliente que antes, yo era un verdadero manantial de flujos que salían de mi panocha, no dejaba de tener un orgasmo tras otro, al notar que él me la sacaba de nuevo le dije:

“No por favor, no me la saques, sigue con ella dentro de mí la necesito, quiero que me folles mientras esta condenada máquina me ordeña, fóllame, fóllame, por favor….lo necesitooooo”

Él entonces se salió completamente de mí y agarrándole de la cara y acercando su cara y boca a la mía me dijo:

“Te he dicho que tenemos toda la noche, aun no toca follarte, quiero que me desees con todas tus fuerzas y que no puedas pasar sin que yo te folle y que tú me lo pidas y ruegues, quiero que me desees tanto que vayas detrás de mí, que me necesites y no puedas pasar de mí, que llegue tu necesidad de mí a tal punto que te entregues por completo a mí, que yo sea tu amo y dueño en esos momentos y pueda hacer de ti todo lo que yo quiera y tú no te puedas negar a nada por el deseo tan grande que tengas de mí y que no te importe como te trate ni lo que te haga, solo quieras estar conmigo. Para conseguir y estar seguro de todo esto tengo de aquí al domingo y quiero conseguirlo. Desde que estuve contigo en la finca, no he dejado un día de pensar en ti y de desearte, te quiero y quiero que seas mi mujer aunque te tenga que compartir con el cornudo de tu marido. Cuando estaba con la señora (Mamen) y la follaba, me imaginaba que ella eras tú y por eso se lo hacía con tanta pasión. De modo que mi amor aguanta tu calentura, pues ahora aún no toca el follarte”

Diciendo esto se aparta de mí y me deja con las ganas, no pudiendo aguantar más llevo mi mano a mi coñito y comienzo a masturbarme como una loca, hasta que consigo correrme y acabar en un orgasmo espectacular.

Entonces Matías mirándome, se ríe y acercándose a la máquina que me está ordeñando para el motor y después coge la campana que tengo en mi pecho y tirando un poco de ella me le desprende de él. Luego mira el depósito donde se ha ido depositando mi leche que ha conseguido llenar casi tres cuartas partes del recipiente. Lo desenrolla de la copa de metacrilato, y cogiendo el recipiente se lo lleva a la boca y bebe un poco de mi leche. Luego se acerca más a mí y de nuevo bebe otro poco, entonces acerca su boca a la mía y comienza a darme un beso a la vez que con una de sus manos me comienza a masturbar en mi clítoris y la otra la lleva al consolador que aún tengo metido en mi culo y comienza a movérmelo hacía dentro y hacia fuera. Al besarme y yo abrir mi boca me traspasa toda mi leche que tiene en su boca a la mía y hace que  me la trague. Luego sin avisar en una de las entradas y salida del consolador de mi ano, tira fuerte de él y me le saca de golpe haciéndome un daño increíble que hace que me salten las lagrimas. Mi agujero anal está  completamente dilatado, Matías entonces mete primero cuatro dedos de su mano al ver que aun cabe más mete el quinto y avanza hacia dentro hasta meter dentro de mi ano media mano, que gira y con sus dedos acaricia el interior de mis esfínteres. Luego dejando de besarme saca la mano de mi culo la acerca a mi boca, toda llena de restos de excrementos míos y me dice:

“Mi amor límpiamela y trágate tus propios restos que he sacado de ese culo de puta que tanto me gusta.”

Yo le deseo tanto, que hago lo que me dice, aunque parezca repugnante tragarte tu propia mierda, a mí a ser lo que él quería aunque me daban arcadas me sabía a gloria. Al terminar de hacerlo, retiró su mano y acercándome el recipiente con mi leche me dice:

“Cariño, bebe un poco de tú propia leche para que lo que has comido baje mejor a tu estomago, pero no te bebas toda déjame algo para mi, ahora me toca a mi limpiarte a ti”

Diciendo esto, yo bebí un trago largo de mi propia leche y luego le devolví el recipiente. Entonces él colocándose de rodilla entre mis piernas, me hizo abrirlas todo lo que pude, colocó el recipiente pegado a mi raja y recogió los jugos de mi corredura. Luego arrimó su boca a mi panocha y comenzó a limpiármela produciéndome un gran placer. Cuando acabó, cogió de nuevo el recipiente con la leche, se puso de pie junto a mí y llevándosele a su boca se fue bebiendo el contenido del mismo, antes de tragarse todo de nuevo se acercó a mí y marreándome me traspasó de nuevo parte de la leche y de los líquidos de mi coño que tenía en su boca, tragándonoslos los dos estos líquidos a la vez. Seguimos abrazados y marreándonos durante un buen rato, cuando nos separamos se acercó a la parte de la cama donde teníamos depositado lo que habíamos comprado y cogiendo unas bragas negras como de lates pequeñas, me dijo:

“Póntelas  las deberás de llevar puestas hasta que yo te diga, no es bueno que vayas sin bragas por la calle. Ahora de que te las pongas ayúdame a recoger todo esto, lo meteremos en las bolsas y donde durmamos esta noche lo seleccionamos, lo que te quedarás tú aquí en tu casa (para llevarlo cuando me visites) y el resto me lo llevaré yo a Ciudad Real cuando marche el lunes”.

Al coger las bragas, me lleve una sorpresa, en su interior tenía como dos miembros masculino uno más largo y gordo en su parte delantera y otro un poquito (no mucho) más corto y fino en su parte trasera. Con cuidado me las puse introduciéndome en mi almejita uno de los falos y en mi culito el otro, ambos entraron sin problema dado la dilatación que tenían mis dos orificios como consecuencia de los consoladores que había tenido metido anteriormente. Cuando me dirigí a la cama para ayudar a Matías este había cogido ocho gomas elásticas del montón de productos del sex-shop y me dijo:

“Espera, falta preparar tus pechos”

Diciendo esto comenzó a ponerme las gomas en mis pechos, cuatro en cada uno, quedándome estos aprisionados y apretados por ellas, luego cogió un sujetador de cintas y me lo puso también, entonces yo le dije:

“Matías, las bragas puedo llevarla todo el tiempo que tú quieras, pero las gomas me las tendré que quitar de vez en cuando un rato para que la circulación de la sangre por mis pechos no se me corte y me produzca algo que ninguno de los dos queramos, ¿no te parece mal lo que te digo, no cariño?.Tu sabes que yo hago, con tal de complacerte, lo que tú quieras, pero por su puesto nada que pueda poner en peligro mi vida o producirme una lesión que luego no tenga solución y tenga malas consecuencias”

Él acercándose a mí y dándome un beso, me dice:

“Eso es lo que tenía pensado hacer, cariño, yo nunca te haré algo que pueda ir contra tu vida o causarte daños físicos que puedan acarrearte malas consecuencias. Puedes llevar las gomas , hasta que te las quite definitivamente, durante veinte minutos seguido, después descansaras otros diez y de que pasen estos te las volveré a poner, así hasta que decida cuando te las quitas del todo esta noche, ¿te parece bien?, mi amor”

Diciendo esto, me da un cachete en cada pecho, produciéndome un fuerte dolor. Entonces le digo:

“Si mi amor, me parece bien como tú dices”

Se acerca a mí y comienza a sobarme de nuevo los pechos, juega con mis pezones tiesos y duros por la presión que ejercen en mis pechos las gomas, para al soltarlos darme otro cachete en cada uno, haciéndome en esta ocasión que me salten las lagrimas. Entonces me dice:

“Mira Esperanza, eres libre de estar o no con migo, quiero que en estos pocos días que nos quedan antes de que yo marche pases por situaciones, duras y de dolor, que veas las diversas formas que es posible que te trate. Si al final decides querer seguir adelante con ser mía, quiero que sepas que cosas puedo hacer contigo, saber que vas a sufrir dolor, que vas a estar sometida a todo lo que yo quiera, que te vas a tener que entregar a quien yo te diga, en definitiva no tendrás voluntad y solo vivirás el tiempo que estés conmigo para darme placer y complacerme en todo lo que yo te pida. Esto supondrá que habrá momentos como este, que sientas dolor y seas castigada y maltratada, pero habrá otros y espero que sean la mayoría en los que sentirás el mayor placer y gusto que hayas sentido en tú vida de tal forma que darás por bueno los ratos de dolor y sufrimiento con tal de poder seguir conmigo y tener esos otros ratos de placer. Ahora no perdamos más tiempo y recojamos todo esto”

Yo le contesto:

“Gracias Matías, por querer mostrarme los diferentes casos por los que voy a pasar cuando este contigo y querer que no vaya engañada. Pero ya sé cómo eres y que puedo esperar y aún sabiendo eso quiero estar contigo y ser tu mujer y pertenecerte en los términos que hemos hablado, no obstante como tú quieres que no tome la decisión hasta el domingo (aunque ya lo tengo decidido) así lo haré”

Recogimos todo lo que teníamos encima de la cama en las bolsas, sin orden ni concierto, ya lo colocaríamos cuando estuviéramos donde íbamos a pasar la noche, cuando acabamos eran ya las 8,00 de la tarde.

Al finalizar nos vestimos y salimos para buscar un lado donde cenar. Fuimos a un buen sitio cerca de Alcobendas, entre Madrid y esta ciudad, donde pague yo. En la cena fui al servicio dos veces en las que me quite y me puse las gomas en mis pechos. Acabamos de cenar cerca de las 10,30 de la noche, hora en la que fuimos a buscar un hotel no encontrando ninguno que nos conviniera en Alcobendas ni en San Sebastián de los Reyes. A casa de Inés no quería llevarle, esa noche quería estar a solas yo con él, entonces opte por proponerle quedarnos en mi casa, así que le dije:

“Matías, ya que no nos conviene ninguno de los hoteles que hemos visto y al tuyo no es conveniente ir, creo que lo mejor, si tú estás de acuerdo en que nos vayamos a mi casa estos días. Mira mi marido no está (como ya sabes) que está de viaje y si nos ve algún conocido siempre podré decir que eres un primo o un pariente mío que ha venido del pueblo hacer unos asuntos en Madrid, ¿te parece?”

Él me contesta:

“Pero ¿no estaremos lejos de aquí?, por si me llaman los señores de pronto y tengo que ir a por ellos”

Yo le contesto:

“No te preocupes el pueblo donde yo vivo está a un cuarto de hora de aquí, yo voy y vengo todos los días, caso de que te llamaran en un cuarto de hora estarías en casa de Javier. Nunca antes he llevado a ningún hombre, con los que he estado a mi casa. Siempre he querido tener en secreto donde vivo y que mis amantes no supieran ninguno donde es. Pero para que veas lo mucho que te quiero y confío en ti tú mi amor serás el primero y lo hago porque quiero que sepas que ahora mismo eres el hombre más importante de mi vida incluso antes que mi marido o por lo menos al mismo nivel”.

El con una sonrisa en su cara, me dio un verso y me dijo:

“De acuerdo mi amor, vamos, pero ten cuidado cuando lleguemos a tú casa, no quiero que tengas problemas por mi culpa. Mejor llevamos tú coche, así levantaremos menos sospechas si nos ve llegar alguien, ¿te parece?”

Yo dándole otro beso le digo:

“Entonces venga vamos para casa, estoy deseando llegar para que me hagas el amor, te quiero y te deseo tanto”

Emprendimos viaje para mi domicilio, al llegar dado la hora no había nadie por la calle, metimos el coche en el garaje y tampoco nos encontramos a nadie, subimos a mi casa, al entrar y tras cerrar la puerta me recostó contra ella y me dio un morreo de campeonato, luego me subió el vestido hacía arriba y me le saco por mi cabeza, dejándome con las bragas negras, el sujetador de cintas y mis pechos con las gomas puestas. Para entonces los pechos estaban casi morados, con el tiempo que habíamos estado buscando hotel y con el tiempo que habíamos empleado en ir a mi casa, habían estado casi más de una hora con las gomas puestas, entonces él con sumo cuidado y mientras no dejaba de darme beso, me fue quitado las gomas, que se guardó en el bolsillo de su pantalón, para luego ir dando un masaje suave a los doloridos pechos. Luego le cogí de la mano y nos dirigimos a mi dormitorio, al entrar cerramos la puerta, le coloque sobre ella y fui desnudándole quedándole completamente desnudo, luego nos acercamos a la cama y él llevando sus manos a mi espalda me desabrochó el sujetador de cintas quitándomelo y tirándolo al suelo. Después se puso de rodillas ante mí y fue quitándome las bragas con mucho cuidado (para al sacarme los falsos penes que llevaban las bragas y que tenía metido uno en mi coño y el otro en mi culo, no me hicieran daño), cuando me las saco de mis pies las cogió y tras volverlas del revés comenzó a chupar cada uno de los falos de ella y a tragarse los restos que tenían de mis flujos y el del culo mis restos de excrementos. Luego se acercó a mí y abrazándome me dio un morreo en toda mi boca traspasándome su saliva a la mía y juntando ambas nos la pasamos una y otra vez de uno a otro para al final tragarnos los dos la parte que podíamos cada uno. Luego nos echamos sobre la cama y comenzamos a acariciar nuestros cuerpos, yo pasaba mi lengua por todo el torso de Matías, sobre su vello para subir y llegar a su cara que lamia con gusto y al pasar cerca de sus labios pegaba los míos y aprovechaba para darle un morreo. Estas caricias nos estaban calentando a los dos, entonces fue él el que me dijo:

“Espera, voy a tumbarme en la cama y tú te pones encima en la posición del 69, quiero comerte esa panocha tan rica que tienes y ese culito que me vuelve loco”

Le suelto y él se coloca en la posición que ha dicho, y mientras yo me coloco encima de él para adoptar la posición del 69 le digo:

“Yo también estoy deseando de chuparte y comerme eso tan rico que te cuelga entre tus piernas y me vuelve loca, toma mi culo y mi coño, son todo tuyo comételos, chúpamelos…mi amor hazme disfrutar como tus sabes”

Me día la vuelta dejando mi trasero y espalda a su vista y ante mí su pene , ya erecto erguido y hermoso, puse mis piernas a cada lado de su cuerpo hasta dejar mi culo prácticamente en su boca apareciendo ante su cara y boca mi rotundo trasero dividido en dos por la raja de mi culo. Acerqué aún más mi culo hasta su rostro, hasta que noté que su cara se hundía en él, moviendo mi culo y sexo sobre su cara me restregué sobre ella como una perra en celo durante unos minutos, mientras él me masajeaba las piernas y procuraba pasar y posar su lengua sobre mi rajita que yo se la tenía apretada contra su cara. Yo en mientras acerque mis manos a aquel enorme trozo de carne que se levantaba erguido entre sus piernas y comencé a acariciárselo suavemente, estaba a punto para la batalla del placer, yo la sujetaba ansiosa de que de una vez por todas me poseyera. Notaba mi vagina invadirse de líquidos, suplicar que la rellenaran, que algo o alguien me empalara mientras me deleitaba con aquella visión.

Me incline hacia delante levantando un poco mi culo para que él pudiera comer mi coño y culo con más comodidad, entonces él dejo de tocarme y acariciarme con sus manos mis piernas y llevándolas a la parte interna de mis muslos abrió lo que pudo la raja de mi “panocha” y comenzó a pasarme su lengua con mucha delicadeza a lo largo de toda ella, parándose y jugueteando cada vez que llegaba al clítoris, para luego cuando bajaba meterla toda entera en el interior de mi raja, yo seguía con mis caricias sobre su pene, mi calentura iba en aumento y no pude comenzar a soltar suspiros de placer y le decía :

“Mmmmmmm…..que ricooooooo…..mmmmmmmque bien me lo haces mi amooooor….sigueeeee….sigueeee……ahora voy  a cometerte tu pollaaaa…..pero tuuuuu no pareeeessss no dejeeeeessss de comerte mi “panocha….me empieza a chorreaarrr siento mis jugos como me salen…. Son para tiiiiii….tragatelooos todooooosssss…..siiiii….siiiii mi amooooor….se que te gustaaaannnnn…..mmmmmmmmm….que placeeer me estas dandooooo…..”

Al decir esto, notaba y veía su polla ansiosa porque me la metiera en mi boca, pero yo quería hacerle aún sufrir un poco (quizás como castigo por el dolor que me había hecho pasar antes cuando me golpeo mis pechos), entonces inclinándome más sobre su miembro y levantando más mi culo (con ello le facilite mejor su comida de coño) y siguiendo sujetándoselo con mi mano cambié la caricia manual por la caricia de mi lengua a lo largo de todo el tallo de hermoso miembro, noté con mi lengua todos y cada uno de los relieves que provocaban sus hinchadas venas en su miembro, hasta que llegué a su gran capullo. Hice cinco, diez, quince círculos con mi lengua alrededor de él, notando que mi caricia sobre su prepucio y frenillo le producía mucho placer, pues le oí emitir unos gemidos de placer que no pude entender muy bien dado que no dejo de mamar y chupar mi sexo. Después hice desaparecer su capullo entero en mi boca, busqué con mi mano izquierda mis pechos, pellizcando mis pezones, comprobando que estaban como piedras, por mi calentura, notaba mi constante ebullición de líquidos y flujo al igual que la alta temperatura que mi vagina estaba generando por el placer que Matías me estaba proporcionando con su comida de coño. Con su cipote en mi boca como refugio y mi lengua dándole la bienvenida al inicio de él fui  bajando cada vez más mi cabeza  e introduciéndome su hermoso y gordo instrumento en el interior de mi boca poco a poco me lo iba introduciendo, quería que llegara su punta hasta mi garganta, consiguiendo de esta forma su empalamiento oral, aunque me hubiera gustado más ser empalada por mi coñito (aunque sabía que este no tardaría), pero aún no lo conseguía. Entonces él dejó un momento de comerse mi almeja y comenzó a decirme:

“– uhmmmm uhmmmmmmm que gustoooooo que gustoooooo, me daaaassss….que bien lo haceeeess  …..ooooohhhhhh …. joderrrrrr putaaa joderrrrrrrr que gustazoooooo  que mamadaaaa….diossss vas a tener una noche golfa que nunca olvidarás, te voy a destrozar a pollazos, ya verasssssssss….”

A mi estos comentarios, hacían que me calentara aún más y sin sacarme su polla de mi boca  pensaba para mis adentros:

“Si, si eso es lo que yo quiero y estoy deseando que me folles y me destroces con tu bella polla, tengo que conseguir ponerle pronto a punto, necesito tener su polla dentro de mí y no quiero tampoco que se corra ahora, quiero que me eche todo su esperma dentro de mi coño, de este coño de puta que tengo”

Tenía la boca llena, y aún quedaba un trozo de su carne por entrara. Mientras masajeaba lentamente sus huevos, bajé aún más y mi nariz tocó el vello de su pubis al mismo tiempo que su glande, por fin, llega al fondo de mi garganta. Aguanté la arcada como pude, succioné un minuto, dos, y noté cómo Matías o se volvía loco mientras su polla se iba cubriendo de una cantidad ingente de saliva que colgaba de mi boca. Su polla me ocupaba toda mi boca, la notaba completamente llena, entonces comencé a retroceder poco a poco y comencé un lento mete y saca, como si me follara la boca, de vez en cuando paraba y se la succionaba, tragándome el liquido pre seminal que él soltaba.

Matías en mientras había abandonado por un momento mi chocha había deslizado su lengua hasta mi ano , donde jugaba con ella en mi agujerito, entrándola dentro de él todo lo que podía y luego jugaba con los aros de mis esfínteres produciendo mucho, pero que mucho placer. Después abandonó de nuevo mi ano y regresó a mi coñito, donde comenzó otra vez su deliciosa caricia, haciéndome ver las nueve y consiguiendo que yo alcanzara una serie de orgasmos enlazados uno tras otro y gozando como una loca.

Yo continúe con mi mamada aumentando el ritmo de la misma hasta que noté que é iba a aguantar poco tiempo y entonces sacándome su polla de mi boca le dije:

“Matías no aguanto más, me has hecho tener ya varios orgasmos y no puedo más necesito tu polla dentro y noto que tú también estas a punto de correrte y no quiero que lo hagas en mi boca quiero que ahora me folles como tú sabes y te corras en mi coñooooooo…..lo necesitoooooo….esta vez no admito escusa ni que me digas que tenemos toda la noche, que hay tiempo y todo eso que llevas toda la tarde y noche diciéndome….quiero que me folleeeeessss yaaaaaa.”

Diciendo esto me incorpore poniéndome de rodillas, con una de mis piernas a cada lado de su cuerpo y dándome la vuelta le quite su boca de mi sexo y colocándome en esa posición ya frente a él, pude apreciar que tenía toda su cara chorreando de mis jugos, la tenía completamente mojada igual que si se la hubiera mojado para lavarse, se le veía algunos visos blanquecinos, entonces  me puse sentada sobre sus piernas de tal forma que su miembro completamente erecto quedara delante de mi sexo rozándomele. Después me incline hacia delante dejando que mis pechos reposaran sobre el suyo y acercando mi cara a la suya y sacando mi lengua comencé a limpiarle toda su cara de mis jugos, para acabar acercando mi boca a la suya y fundirme en un beso traspasándole los restos de mis jugos que aún quedaban en mi boca.

Luego echándome hacía delante hice que mis pechos cayeran sobre su cara y ayudándome de mis manos cogí uno de ellos y lleve mi pezón hasta su boca, él reemplazo a mi mano sujetando mi pecho comenzando a degustar mis senos (aún doloridos) con sumo cuidado,  con su otra mano no dejaba de sobarme mi otro pecho. Yo le acariciaba su cabeza a la vez que cerrando mis ojos comenzaba a emitir gemidos de placer como consecuencia de las caricias y chupadas que mi amante me estaba dando en mis pezones y pechos

“Siiiiiiiii, cómetelos todossssssssss, los pezonesssssssssss, comeme los pezonesssssssss…mmmmmmmm…..aaaaahhhhh  que placeeeerrr”

 El obedecía mis órdenes y fue saboreando intensamente cada pecho, cada pezón. Entonces levante un poco mi culo y llevando mi mano derecha a su erecto miembro y situando mi coño encima de  él, poco a poco fui descendiendo hasta que la punta de aquella enorme y gorda polla tocó mi  entrada vaginal y a medida que me iba entrando y notando como me rozaba las paredes de mi vagina le decía:

“Ahhhhhh diosssssss, es enormeeeeeeee de gordaaaa….que placeeer…follameeee…follameeeee”

Diciendo esto me incorporé separándome de su cuerpo y dejándole a él sin sus mamar de mis dulces pechos, comencé  a saltar sobre su pelvis, notando como su grueso miembro me entraba y me salía de mi vagina.

Entonces él me dijo:

“Así, así muévete, así se mueve una buena hembra, cabálgame  ahora que la tienes toda dentro muévete puta, fóllame, fóllame, lo has estado deseando todo el día…sigue…no pareeess”

Matías me agarró fuertemente por mis caderas y comenzó a marcarme él el ritmo de mi cabalgada, él se le notaba también muy caliente, habíamos apurado mucho la mamada de polla y comida de coño, pues lo dejamos cuando él estaba a punto de correrse. Se le notaba que tenía prisa por que le llegara el orgasmo, por eso aumentó el grado de intensidad de sus penetraciones. Yo estaba comenzando a notar que me llegaba un orgasmo y le decía:

“Uuuhmmmm uhmmmmmmm que gustoooooo que gustoooooo, siiiiiiii joderrrrrrrr, como me gusta follarteeeeee, siiiiiiii….soy tu amazonaaaa….Eres el primerooooo… que me follaaaa en mi casaaa y en la camaaa de matrimonioooo que no sea mi maridooooo…..estoooo haceee que me exciteeee aún mááássss….mi amoooorrr…...”

Matías seguía, guiando nuestra follada, mi cabalgada, mis gemidos también hacían que él calentara, pensar que me estaba poseyendo en la misma cama donde lo hacía con mi marido y en mi casa le estaba poniendo a cien, y comenzó a decirme:

“Joderrrrrr putaaa joderrrrrrrr que gustazoooooo, te gustaaa….a mi tambieeeennnn me excitaaaa follarte en la cama que lo haceeees con tu maridooooooo….. vas a tener una noche golfa que nunca olvidarás, te voy a destrozar a pollazos, ya verasssssssss…..siguee….sigueee…..me gustaaa….”

Yo continúo cabalgándole y le contesto:

“Siii, siiii soy una puta al dejar que me folleeeess en mi casa , en mi camaaaa…..me gustaaaa como me lo estas haciendooooo, vas biennnnn, vas biennnnnn, ahora empiezo a notarrrrrrrr …..que placeeeerrr…. siiiiiiii, siiiiiii, joderrrrrrr no sé como lo haces pero megustaaaaaaa ….me  llegaaa…..aaaahhhhhh….me corrroooooo….siiiii…….”

Yo me acabo de correr, pero él sigue fallándome y yo sigo moviéndome encima de él, las embestidas cada vez se producen con más fuerza y violencia y cada una de ellas las disfrutaba más que la anterior, hasta el estremo de pedirle que continue, que quiero más y más, en esos momentos soy como una perra insaciable y de nuevo me vienen los espasmos y señal inequívoca de que el tercer orgasmo le tengo cerca y comienzo a decirle otra vez:

“Diosssssssss que gustoooooo, joderrrrrr como lo hacesssss?, como eres capazzzzz de darme este placer?, si mi marido jodieraaa asiiiiii aaaahhhh….mmmmmm…oooohhhhh, joderrrrr me estoy empezandoooo a correrrrrrrr otra vezzzzzzz, siiiiiiiiii, siiiiiiii, nunca me había corrido tantas vecesssssss seguidas, siiiiiiii, siiiiiiii…..”

Yo noto que él está ya sobre excitado, le noto tensarse y comienza adecirme:

“Joderrrrr tiaaaaaa no te das satisfechaaaaaa, eres la tia más zorra que conocí jamás, diossssssss … toma putaaaa, quieres polla pues toma, tomaaaaaa, te voy a bañar de lecheeeeeee  …que gusto da follarte putaaaaaa….rameraaa…zorra asquerosaaaa… diossss, ahoraaaaa siiiii siiiiiii, ahoraaaaa siiii….. me voy a correrrrrrrrr, me voy a correrrrrrrrrr, puta te voy a llenar de lecheeeee, siiiiii, siiiiiii…me corrrooooooo…….”

Él entonces da una fuerte embestida y se vacía completamente dentro de mí. Entonces yo me dejo caer sobre pelvis y paro de moverme, pero no me la saco continuo con su polla aún tiesa dentro de mí, siento su leche caliente inundándome mi vagina y el placer que he sentido en esta follada y en esos momentos es inenarrable. Matías se incorpora un poco y abrazándome por mi espalda me atrae hacía él y me inunda de besos.

Ya más tranquilo, se sale de mí y empiezan a salir todos los líquidos de mis orgasmos y su corredura por la rajita de mi coño y corriendo por mis muslos y piernas se van depositando en las sabanas de la cama. Entonces le pregunto:

“¿Matías, de verdad me ves como una puta?, porque cuando follamos no paras de decírmelo. Tú sabes que si me dedico a la prostitución es porque Javier así me lo pidió y quiso que me convirtiera en prostituta, sino no lo hubiera hecho. Si tú quieres lo dejo, pero si quieres que continúe seguiré o lo haré con los que tú quieras y me digas.”

Él me contesta:

“No Esperanza, tú para mí nunca serás una puta, aunque trabajes de ello. Y te lo digo cuando te follo porque me excita muchísimo insultarte y decírtelo. Otra cosa que me ha excitado mucho ha sido el poder follarte donde lo haces con tú marido y en tu casa, eso me ha hecho subirme por las paredes y no perder en todo el tiempo la erección de mi polla. Y respecto a lo de seguir de puta, puedes hacerlo, de hecho me excita verte hacer de ello y poder venderte al que quiera o entregarte al que me plazca”

Yo le contesto:

“A mí también me ha excitado hacerlo en mi cama de matrimonio y en mi casa. Espero que seas un caballero y hagas buen uso de saber donde vivo, me he entregado con esto por completo a ti y lo he hecho porque deseo con todas mis fuerzas ser tuya, pertenecerte y ser tu mujer para todo y para todo lo que tú quieras. ¿Cómo has cambiado tanto a la hora de follar? ¿Dónde has aprendido? Pues ahora lo haces también que has conseguido engancharme de tal forma a ti que no puedo pasar sin estar contigo y que me folles, no me importa que tenga que compartirte con otras mujeres como por ejemplo tu señora Mamen, solo me importa estar contigo y que me folles a todas horas”

Él me contesta.

“¿Te acuerdas que cuando te pase todos los derechos sobre Inés me pagaste una cantidad por ella para que me buscara otra mujer o hiciera lo que quisiera con él?, pues te hice caso y lo emplee para estar con otra mujer, esta fue la mujer de un sudamericano, a la cual la había abandonado el marido, entonces hable con ella y se vino a vivir conmigo pagándola, la he tenido 2 meses, en estos meses me ha enseñado como se tiene que tratar a una mujer, como se la debe follar y como tengo que alimentar sus ganas para estar conmigo. Aún algunas veces la llamo y acude y tenemos nuestra sesión o clase de sexo. Me alegro que sus enseñanzas me hayan servido para algo, pues la verdad que lo hice solo pensando en ti, en poder volver a estar contigo y conseguir  (lo que creo que he conseguido) que tú te engancharas de tal forma a mí que no puedas pasar sin mí. Referente a compartirme con otras mujeres, sabes que será así, aunque para mí mi mujer siempre serás tú, pero por ejemplo con la señora Mamen, tendré que estar con ella cada vez que ella quiera (y la verdad es que tampoco me desagrada, pues es un volcán en la cama). Y además como todo hombre hay veces que me apetecerá estar con otras y quiero que sepas que en esas ocasiones aunque a ti te apetezca estar conmigo tendrás que acatar mi deseo de acostarme o estar con otra e incluso en nuestra propia cama y delante de ti, si al final decides pertenecerme tendrás que acatar esto.”

Me acerque a su cara y le di un beso. Luego nos levantamos fuimos al cuarto de baño y nos duchamos juntos, después cambiamos la cama y estuvimos toda la noche amándonos, él lo hizo con tanta dulzura mezclado con pasión y fuerza que acabo por hechizarme. A las 4 de la mañana, ya rendidos nos dormimos desnudos abrazados uno a la otra.

Al día siguiente al despertarnos volvimos hacer el amor, antes de ducharnos Matías me hizo ir a por una taza, me la colocó en mi coñito y recogió en ella todo los jugos y restos de su semen que salían de mi vagina, luego nos volvimos a duchar juntos besándonos, abrazándonos, amándonos.

Voy a dejar aquí la historia para continuarla en el siguiente capítulo, en el que narraré la jornada de Mamen en el Sex Shop  y algo más.

Datos del Relato
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