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El cuarto de contadores nuestro mejor lugar para revelarnos

Lo que voy a contar pasó cerca de las 00:30 de un día cualquiera entre semana y fue con un chico que ya conocía de hacia unos años y unas cuantas veces que habíamos quedado, a veces en mi casa y otras en la suya.

Él es de esos hetero morboso/casi bisexual que les gusta dar polla sobre todo, y yo encantado de recibirla. Moreno, 30 y pocos, buen cuerpo, buena polla sin ser grande y buen culo que chupar. Hacia poco habíamos vuelta a coincidir por app y ese día me aviso que estaba llegando de trabajar preguntándome que si tenia sitio libre y yo le dije que no. Una pena. Pero me preguntó que si no se podía en algún lugar por la zona o algo. Al final quedamos en intentarlo en mi edificio a ver si más que sea una mamada se podía hacer en el ascensor o algo…

En lo que me preparaba me acordé del cuarto de contadores de mi edificio que aunque está en la planta principal al lado de los ascensores no dejaba de ser ya bastante tarde como para más que sea intentarlo allí.

Bajé a abrirle la puerta, se lo comenté y entramos al cuarto de contadores. Él estaba bien cachondo y yo empecé sin más a tocarle el paquete, bajarle el pantalón y empezar a lamer su polla que enseguida se puso dura. Me agarre de sus muslos y empecé a tragar polla que sé que eso le encanta. El gemía suave por si acaso pasara alguien. A veces mientras yo mamaba, jugaba con sus huevos y con mi lengua por toda su polla él se inclinaba para tocarme el culo.

Se dio la vuelta para chuparle el culo y sin más yo metí mi lengua y empece a lamer a tope de arriba abajo, en círculos, chupando el ojete, pajeándole mientras y haciendole gozar porque me apretaba la cabeza contra su ojete para que la lengua entrara más y más. Le separaba las nalgas para poder meter lengua a fondo, lamer bien ese ojete tan apetecible.

Un par de minutos así y ya tenia ganas de follarme, así que saqué el condón, se lo puso y yo separándome las nalgas le abrí el camino para que me follara. De lo cachondo que estaba no fue difícil y enseguida ya estaba yo inclinado recibiendo sus embestidas y oyéndole gemir mientras yo también gemía sin gritar. El morbo de estar en ese sitio que nos podían pillar nos tenia a mil así que no duró mucho dándome unas buenas embestidas eso sí, y se corrió todo llenando el condón de leche caliente. La sacó, se quito el condón y yo le chupé la polla para dejársela bien limpia.

Nos arreglamos, abrí la puerta con cuidado para comprobar que no hubiera nadie y salimos a la vez, nos despedimos, yo subí para mi casa y él salió para ir a la suya.

PD: Parece que solo follo en sitios y situaciones “morbosas” pero es que son las más interesantes de contar la verdad.

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