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Categoría: Maduras

Dormida en la playa

Hola amigos, me llamo Marta, soy medio mexicana medio norteamericana, hay amigos que me llaman La Chata, chata por él estómago muy plano que tengo.



Antes que nada me gustaría hablarles un poco de mí, soy una mujer de 38 años, y tengo una hija de 18 años, soy madre soltera, tengo un novio que viaja mucho por fuera del país, tengo un culito y tetas redonditas, no son muy grandes, pero si son ricas (o al menos eso me han dicho).



Alguna vez alguien me dijo que soy algo exhibicionista, pero al día de ayer estaría por confirmarlo.



Pues bien, soy una fanática de la lectura de los relatos, he pasado noches enteras leyendo, fantaseando y tocándome, me encanta masturbarme. Pero es algo privado ( por fuera, mis amigos me conosen como muy seria.)



Me gustaría que me cuenten mis amigos que leen estos relatos, que parte es la que más les gusta, y que me lo manden a mi coreo, o que me lo digan cuando estemos chateando.



Ese día me encontraba más caliente de lo normal y fui con mi hija al mar. Me puse boca abajo a tomar el sol, después de haber tomado algunas cervezas.



Mi hija había invitado a unos amigos que llegaron al rato. Ellos se pusieron a jugar con una pelota (Balón) a quince metros de nosotras. Mi hija me desabrochó el cierre del sujetador de la espalda para que no se marcara la línea de atrás. Y se fue a traer unas bebidas. Yo traté de dormir.



Los jóvenes me miraban muchisimo. Una vez me pegó la pelota en mi cuerpo y yo medio dormida que estaba me di la vuelta para tirarles la pelota, pero me olvidé que tenía el sujetador desabrochado, los jóvenes quedaron boca abiertos cuando vieron mis lindos pezones al aire libre, y yo estuve un rato cogiendo la pelota tratando de tirarla a donde estaban ellos, y en ese rato sentí la brisa del aire en mis senos, en ese minuto entiendo que ellos vieran mis tetas porque el sujetador quedó en la sábana que tenía sobre la arena de la playa, no dije nada y volví a hacerme la dormida y me puse otra vez a tomar el sol, los chicos se juntaron a charlar entre ellos sin que pudiera oír lo que decían. Uno de ellos fue a ver que no llegara mi hija.



Los otros tres jóvenes se acercaron a mí y se ofrecieron a ponerme bronceador sobre mi cuerpo medio desnudo. Yo tenía unos audífonos y no oítodo lo que dijeron, hasta que me tocaron la espalda. Al principio pensé que no lo deseaba, pero al rato decidí que si, por lo menos para que no me quemara la espalda. Los tres se pusieron a mi lado uno se puso a mi mano derecha, otro a mi mano izquierda, y el tercero se dedicó a mi tocarme la espalda. Sentí como que querían abusar de mí; el que estaba a la derecha y el de la izquierda me acariciaban los hombros mientras me sujetaban las manos, el tercero pasó sus manos en mi espalda, lo sentí muy bien mientras me daba un masaje co allá, pensé que debía reaccionar ahora o nunca, pero mi fuerzas y mi miedo no me dejaron moverme, él empezó entrar con sus dedos en la tanga y ya tocaba mis labios inferiores que empezaron a inflarse y me sentí mojada, pero no se por qué, no podía moverme.



Los que estaban en mi lado se acercaban con sus piernas y me apretaron la cara cada uno de su lado para que no pudiera levantar mi cara, no sabía que hacer y tenía miedo que así me viera mi hija que podía regresar en cualquier momento. ¿O es que lo tenían todo planeado? Todo eso me puso sumamente cachonda, los dos me comenzaron a tocar los senos debajo del sujetador, y el tercero empezó a tocarme mi concha por encima del bikini, tocaron mis pezones, sintieron mis tetas duras y las apretaron. Luego el tercero comenzó a tocar mi clítoris e introdujo un dedo, el pulgar en mi concha, y la movía con fuerza, mientras los otros dos seguían apretando mis tetas con la arena y sus manos. . Pero no era suficiente, pues el tercero se sacó su pene y empezó a deslizarlo en mis labios mojados, después que me movió mi tanga a un lado. Los otros dos quedaron mirando, manoseando mis tetas como si se acabara el mundo.



El tercero tenía una polla larga por que sentía que se deslizaba mucho por delante y atrás. Mi cuerpo ya no pudo aguantar y mi trasero se movió para atrás y para arriba, le ayudé a que me penetrara, pero el cómo que se



tomaba todo el tiempo del mundo y no pensaba que en un cualquier momento podría regresar mi hija, (¿o tanto lo quería yo dentro de mi?) seguía deslizándose hacia delante y atrás, yo, no podía mover el cuerpo a los lados solo hacia atrás y arriba, y buscaba que me metiera esa polla larga, ya tenía la respiración muy agitada, y también pensé que mejor lo terminamos lo más rápido posible, con los audífonos en mis orejas no escuché lo que decían, pero me pareció que dicen uno al otro, ¿mira esa gata como lo quiere? ¡ni opuse resistencia! El tercero ya empezó a meterme ese tronco muy grueso y ancho, entraba muy lento casi partiéndome en dos, grité de dolor y placer sintiendo ese enorme pene llenándome muy lentamente. Los otros dos me apretaron los pezones a lo máximo.



El tercero se acerco al oído y me dijo, "pero si eres toda una puta y ¡una puta muy rica"! , eso me excitó más, entonces me metió su verga y me la apretó los más que pudo. Yo estaba fascinada, estaba escurriendo de lo mojada que estaba, él me dijo, "¡esto es lo que quieres zorrita!" , yo solo gemía y me retorcía. Estuve paralizada, no sabía que hacer, ya estaba a punto de venirme un orgasmo cuando se quitó y empezó a lamer mi ano con su lengua, era una mamada riquísima, para ambos. Era delicioso lo que estaba sintiendo, pero lo que más me gustaba era saber que estaba siendo observada por aquellos dos de una manera lujuriosa y morbosa. Pasaron unos minutos así hasta que ya me había metido la verga hasta el fondo y me estaba dando un placer impresionante. Me daba grandes apretones. Me dolía un poco, pero era delicioso. Mientras me retorcía y me doblaba del placer, me decía ¿así te gusta putita? No le respondía, pero realmente lo sentía. Me decía me encanta ese culito de ramera que tienes.



Uno de esos dos ya se puso sentado frente mi cara, y sacó su gran verga, me agarró de los pelos y me acercó bruscamente a su verga. El otro seguía mirando, pero ya no tenía que agarrarme, me acercó su verga grandísima y yo abrí la boca. En ese momento me bajó mi rostro para tragar esa me quedé rendida medio dormida cuando escuché que llegó mi hija, ella me preguntó quien me cerró el cierre de atrás, pero no le respondí. Ni pude hablar, estuve pensando un rato si lo anterior había pasado de forma real o lo estaba soñando. Que pasó con el tercero ya lo contaré en otro relato que no lo acabo todavía. Necesito la ayuda de ustedes. A imaginar eso.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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