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Categoría: Parejas

Desayuno en la Cama

Arropada hasta el cuello porque afuera está lloviendo y se escucha la lluvia en los vidrios de la ventana, decide llamar a la oficina diciendo de que hoy no irá a trabajar.

Desnuda debajo de las sábanas tendidas en la noche anterior, esa mañana temprano aunque sonó el despertador , no se levantó ya que quiso ser libre de ataduras y horarios.

Buscó el control remoto de la televisión, y ahí al lado está también el del equipo de sonido y el del DVD . Todos alineados, uno al lado del otro, sus amigos de siempre que solo piden que les ponga pilas nuevas de vez en cuando para que pueda seguir usándolos, y con un pulsar de un botón escuchar música o ver películas .

La lluvia sigue afuera y parece que se ha hecho mas intensa esta mañana y se levanta desnuda y arropada solo con una sábana se acerca a la ventana para ver la lluvia a través del cristal.

Mira la hora y es temprano. Sus gatas aún duermen en su lugar de siempre, aunque una de ellas ya abrió los ojos, pues sabe que es hora de que se levante y parece sorprendida de que aún no se haya ido al baño como una rutina diaria. Además sabe que se acerca la hora de que le de su desayuno, así que comienza a acicalarse para estar bonita cuando le de comer. La gatita mas viejita también decide hacer lo mismo y he aquí que decide ir hasta la cocina a darles sus galletillas.

Servido el desayuno a las gatas, llena la bañera de agua caliente , y en cuanto espera que la misma se llene, se ve al espejo. Cuando se mira a los ojos, es cuando habla consigo misma y aprovecha para hacer un repaso de sus acciones del día de ayer, pues es costumbre de que las haga diáriamente para que no se vayan acumulando los errores por que después son mas difíciles de transmutarlos.

Hace su repaso y ve donde estuvieron sus errores, el momento en que de repente no fue lo suficiente simpática con ese alguien que esperaba de ella algo mas que un seco hola... y decide que mañana será mejor.

Llena la bañera, y se alista a permitir que el agua la abrace caliente casi como las manos de un excelente amante y divinamente se entrega al placer de sentir esa agua acariciando su piel.

Se recuesta en la bañera y cierra sus ojos, dejando la mente en blanco o permitiendo que los pensamientos lleguen y se vayan sin detenerlos.

Ahí se queda un rato hasta que el agua se enfríe un poco y después termina su baño y arropada en una felpuda toalla se va a su cuarto de nuevo.

Aún húmeda del baño, y desnuda se recuesta de nuevo en las sábanas, cosa que le encanta hacer por que se siente la mujer mas sensual del mundo en ese momento.

Perezosamente agarra el control del equipo de sonido y pone un CD de música suave y se deja llevar por las notas musicales de la melodía que esta sonando y simplemente disfruta del momento. Cierra los ojos y en la penumbra producida por las cortinas corridas, disfruta intensamente del momento, trayendo a su mente la imagen de ese hombre sobre el cual tiene meses pensando. En su mente lo ve como si estuviera a su lado y siente une escalofrío de deseo en su cuerpo.

En eso suena el celular y es ese hombre que tenía tiempo que no llamaba. Su corazón comenzó a latir mas aprisa con esta llamada telefónica y después de los saludos habituales, él insiste en que si ella no va a trabajar es por que no está bien y dice entonces que quiere ir a su casa a prepararle un te.

Termina por aceptar su oferta, entre el deseo de seguir sola o tenerlo unos instantes a su lado y poder así dar rienda suelta a sus deseos de estar a su lado aunque sean unos instantes. Solo viene para prepararle un te nada mas.

Cuando él cuelga el teléfono, se pregunta que hacer ahora. Como vestirse , pues se siente demasiado sensual y debe tener cuidado con eso. Pues si bien este hombre le gusta demasiado, no le ha dado muestra de que ella a él le guste. Así, opta por unos jeans y una franela, sin mas nada por debajo, ya que él solo vendrá a prepararle una taza de te, nada mas.

Al rato suena el timbre de la puerta y su corazón salta de la emoción. Es él!

Descalza, va corriendo a abrirle la puerta y para su sorpresa tiene un ramo de rosas de color melocotón en las manos, sus rosas favoritas.

Le dice :
- Son para ti, grillita , ya que si estas en casa, algo te esta pasando.

Él siempre le dice así, grillita, por que a ella le gusta comer muchas ensaladas o monte como le dice en broma , y entonces hace tiempo que a él se le ocurrió decirle así : grillita.

Agarra las rosas y va a ponerlas en un florero con agua, en cuanto él va directo a la cocina a fin de poner el água a hervir. Lo sigue y se sientan los dos a la mesa de la cocina y él se la queda mirando con sus ojos profundos como un mar, tratando de saber que le esta pasando.

- No te preocupes - le dice ella - es solo que no me sentía muy bien esta mañana, algo cansada nada mas y decidí quedarme en casa y además con la lluvia...
- Eso es extraño en ti - le replica - ya que a ti la lluvia no te hace decidir quedar en casa ...
- Bueno, debe ser que en verdad me siento cansada pero no es nada grave. Acabo de bañarme y me siento mejor.
- Si, se nota que te acabas de bañar, tus cabellos aún están húmedos...
- Ha si, cierto ,es que no use el secador y tampoco esperaba visitas
- Sabes ,es la primera vez que te veo así, con los cabellos mojados , descalza y sin nada de maquillaje - contesta él y la queda mirando de una forma que la pone nerviosa.

En eso, la tetera avisa de que el água esta hirviendo y él se levanta para preparar las tazas y demás.

Lo observa en cuanto abre los gabinetes buscando las tazas, las cucharillas, el te, el azúcar y la bandeja y no se olvida de que la misma debe tener un mantelito.

Es un hombre que le gusta demasiado y su detallismo la hace vibrar, permitiendo que su mente vuele mas allá de lo permitido.

Cuando tiene listo todo, agarra la bandeja y le dice:

- Vamos, para la cama
- ¿ Como que para la cama? - Le contesta y sus mejillas se enciende el rubor
- Si, no te sientes bien, ven y te llevo el te a la cama y me tomo el mío allá junto a ti.

A todas estas, ella no sabia que hacer, pero se deje llevar gustosamente. Ese hombre sobre el cual tiene meses pensando y soñando esta ahí en su cocina con una bandeja en las manos con dos tazas de te...

Obediente se vá hacía su cuarto y él la sigue.

Se recostó en su cama y él la queda viendo, y dice :

- No, ponte cómoda pues yo en mi casa y en mi cama no me acuesto en jeans - dice él con una sonrisa que ilumina sus ojos
- No así estoy bien - contesta ya visiblemente nerviosa, aunque tratando de ocultarlo.
- Soy algo terco y solo quiero que estés cómoda, así que saldré de tu cuarto para que te cambies y me avisas cuando estés lista con tu bata o pijama.

Emocionada, ve cuando que se va y cierra la puerta en sus espaldas. Corre al baño a buscar el pijama, pantalón y blusa, nada mas...

Ya lista , pero con una bata encima de la pijama, lo llama . Le contesta que ya regresa.

Se recuesta en su cama, y prende la televisión en el afán de escuchar alguna noticia u otra voz en ese silencio que no sea solo la voz de este hombre que la hace temblar.

Pasan unos minutos y cuando eso la intriga y decide ir a ver que está pasando y aún antes de que ella tenga tiempo de levantarse, él llega con una bandeja de desayuno para los dos.

Se queda perpleja, pues en verdad eso no se lo esperaba, y en la bandeja ve un solitario con una de las rosas que él le trajo. Se emociono aún mas y no puede evitar que las lagrimas llenen sus ojos.

Tranquilamente él manipula los cubiertos, y le sirve el te, las tostadas en fin lo que había preparado y los dos desayunan , ella recostada en su cama y él sentado a su lado.

Durante el desayuno hablan poco y él aprovecha para dar un paseo a través de los canales para ver que noticias hay. Como no hay nada de nuevo, la apaga y prende el equipo de sonido.

Escoge una música suave, ya que tienen casi los mismos gustos en materia de música, y se dejan transportar por las melodías y terminan de desayunar, y él se levanta y lleva todo de nuevo la cocina

Al rato regresa y le dice que ha limpiado y acomodado la cocina y que se quede tranquila, pues en su casa esta acostumbrado a hacerlo.

Ella respira hondo para aspirar su aroma y su presencia ahí en su cuarto, algo que jamás pensó que podría pasar. Piensa que es un sueño del cual no quiere despertar.

Con los ojos cerrados, siente que él se acerca mas y acaricia sus cabellos, retirándolos hacia tras, dejando a descubierto su rostro, y despacio acerca sus labios a los suyos y las lagrimas ruedan por sus mejillas, a las cuales él poco a poco va bebiendo una por una despacio y sin prisas.

El mundo se detiene en ese momento, y solo existe ese hombre que ha añorado por tantos meses, y que está ahí a su lado y la besa como en sus mas locos sueños ha deseado.

Cuando termina de beber sus lágrimas se aleja un poco y le dice:

- Hace mucho que quería hacerlo, pero también tenía miedo ...

No puede decir nada y solo puede respirar hondo pues el aire parece que no quiere llegar lo suficientemente a sus pulmones. La intensidad de sus deseos opacan su sentido de la realidad y solo respira para él, el mundo ya no existe.

La sigue besando poco a poco, y con sus labios va recorriendo su cuello bajando hasta sus hombros y sus brazos para detenerse largo rato en sus manos . Su aliento quema su piel y se entrega feliz a las delicias de los sentidos.

Despacio le quita la parte de arriba del pijama después e haberla despojado de la bata, dejando libres sus senos y los acaricia , son mucha suavidad como si aleteara alrededor de ellos, de la forma que a ella le gusta, y luego siente sus labios que se posan con infinita dulzura en ellos, uno por uno despacio, sin prisas.

Sus manos se alzan para entrelazar sus dedos en sus cabellos castaños y acercar mas aún su rostro al suyo para poder besarlo y saborear la dulzura de sus labios y de sus besos, los cuales recuerda de sus sueños en esas horas de soledad cuando lo visualizaba a su lado, piel con piel.

Este hombre la abraza por la cintura aún con ella recostada en la cama, de forma que arquea su espalda y así lo atrae mas a ella de una forma sensual y puede escuchar los latidos de su corazón .

Se miran a los ojos, sabiendo que están a punto de pasar el umbral del deseo y aún tienen miedo. Sus miradas reflejan el temor y el deseo, y es una decisión que ambos deben tomar. Se seguir o quedar solo hasta ahí, y atentos a sus sentidos de hombre y mujer o de macho y hembra, deciden seguir, pues no es necesario las palabras, tan solo sus miradas.

Comienza entonces lo mas maravilloso preludio para la danza mas antigua desde que el mundo es mundo, el del sexo, el acople perfecto de dos seres. Los preludio son lentos y llenos de detalles como les gusta a los dos. La lluvia sigue cayendo y solo existen ellos dos. Apagan los celulares y descuelgan el teléfono. Solos están ellos dos. No existe nada mas.

Él la sigue besando y de sus senos llega hasta su ombligo al cual besa con infinita ternura, y ella arquea las caderas para que así pueda estar mas cerca de él.

En eso, él se levanta y se va del cuarto y la deja ahí sin saber que hacer. Ella decide levantarse y desnuda de la cintura para arriba y solo en pantalón de pijama se acerca a la ventana, preocupada pero no sabe que hacer. Si salir detrás de él o quedarse ahí y decide quedarse.

En eso siente algo suave que le roza los hombros y ve caer algunos pétalos de rosas y la emoción la embarga mas aún. Cuando se voltea él ha desplegado en la cama los pétalos de las rosas que le había traído y va a buscarla y le tiende la mano para así abrazarla con dulzura y la lleva y la hace recostar de nuevo en la cama, recomenzando a besarla donde se había detenido antes.

Le acaricia sus pies y los besa y sigue con ternura sus caricias. Ella se incorpora y le abre la camisa añorando sentir la tibieza de la piel de su pecho en sus senos y así cuando le quita la camisa ella misma se acerca y se une a ese deseo largamente esperado.

Poco a poco y entre caricias se van desnudando, hasta que solo queda la piel de ambos y sus sentidos . Son largos los preámbulos para la danza final, pero ninguno de los dos tiene prisa, han esperado demasiado tiempo, y es hora de que se conozcan.

Se van reconociendo en cada rincón de sus cuerpos, y en cada pliegue de piel, uno a uno, y uno al otro. Es entrega, es pasión es éxtasis , es el encuentro de dos largamente deseado y esperado.

Cuando llega ese momento en que los dos, solo son uno, ella al sentir su fuerza varonil en su feminidad y el entrando en ella, ya no queda mas nada que decir... aunque quede mucho para sentir.

Solo los pétalos de las rosas regados por la cama revuelta son testigos silenciosos de ese desayuno en la cama....
Datos del Relato
  • Categoría: Parejas
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1 comentarios. Página 1 de 1
JOTA
invitado-JOTA 30-01-2004 00:00:00

Un relato realmente agradable, donde todo se deja a la imaginacion. No hay alusiones a cosas exageradas, todo lo contrario pareciera muy real y eso de los petalos de rosas es muy emocionante.

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