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Categoría: Maduras

Con la madre de Raquel

Siempre me han atraído las mujeres maduras. Ya de pequeño, en el colegio, soñaba despierto con actos de los más explosivos con mi profesora de geografía, algunos tan candentes, que haría sonrojar a la mismísima Cicciolina.



Aunque soy una persona con una vida sexual que podía ser calificada como intensa, lo cierto es que, a pesar de tener constantemente este tipo de fantasías eróticas, me refiero al acto con mujeres maduras, nunca me he planteado, el intentarlo al menos, con una mujer de esas características.



La causa de esto, quizás sea, que todos mis pensamientos eróticos, mis fantasías sexuales, mis anhelos más privados y calenturientos, estén enfocadas a una sola persona, Vitoria.



Vitoria, es la madre de una amiga de la pandilla. Morena, alta, delgada, no un pecho lo suficientemente grande, pero en conjunto, tiene un buen tipo, y se conserva bien. Es más, yo diría que tras tener 2 hijas, y con sus 45 años, se conserva mejor que muchas de las chicas jóvenes que he conocido en mi vida.



Vive sola junto a sus dos hijas, Raquel y Ana en una preciosa casa que les correspondió en el reparto de bienes en su separación matrimonial. Y aunque ya lleva más de 7 años que esta se produjo, no se le ha conocido relación alguna, cosa que intensifica el morbo mucho más.



Como tiene una casa grande, en un pequeño terrenito a las afueras de la ciudad, suele ser sede de nuestras continuas reuniones y fiestas, que pueden prolongarse hasta largas horas, ya que al no tener vecinos colindantes, no se molesta a nadie, y a ella, el hecho de tener a sus hijas cercas, le vale más que la molestia que podamos ocasionarle hasta bien entrada la madrugada. Yo, muchas veces, le insisto para que comparta con nosotros las veladas, moción que suele ser bien acogida y aplaudida por todos, ya que es una persona agradable y divertida, y desde el primer momento ha congeniado bien con todos nosotros.



Una tarde que decidimos hacer una fiesta por comienzo de las vacaciones, nos dirigimos hacia su casa, como tantas otras veces, habíamos comprado comida china, frutos secos, y varias botellas de alcohol. Estábamos efusivos, pues por fin habían terminado las clases, y queríamos disfrutar al máximo de aquella velada, así que llevábamos películas para ver y algún que otro juego de mesa.



La velada transcurrió como esperábamos, entre risas, y más risas, comida, bebidas, juegos, más risas, … lo cierto es que lo estábamos pasando muy bien, y como de costumbre, una vez más, se propuso que Vitoria participase de la velada. Esta vez, Vitoria, no estaba en su mejor momento, ese día, hacía 8 años de su divorcio, y parecía ser, que no lo había superado del todo.



Así que como no nos gustó verla con ese estado de ánimo, insistimos más que de costumbre a que se uniera a la fiesta, siempre con la consigna de que "íbamos a alegrarle la noche". Y así fue, lo cierto, es que rápidamente entro en la dinámica y se olvido de que fecha era, y así entre juegos y risas, fueron pasando las horas. Como a las 3 de la madrugada, y ya pasados un poco todos de rosca a consecuencia del alcohol, se propuso jugar a el juego de verdad o prenda. Juego, que por prescripción, no se recomienda mezclar con altas horas de la madrugada ni con alcohol, por que tiende a teñirse de un aire picarón, cosa que así ocurrió.



Algunas prendas fueron sujetadores, enseñar el trasero, y cosas similares, y las preguntas os podéis imaginar,… hasta que le tocó el turno a Vitoria, que eligió pregunta. Todos habíamos bebido bastante, y Susana, que debía hacer la pregunta, más que algunos, por lo que yo creo que se le fue la cabeza al preguntarle, que si para cubrir tanto tiempo de ausencia masculina se masturbaba…. Se hizo un silenció total, Vitoria que se puso colorada como un tomate, miraba nerviosa para los lados, yo creo que buscando el rostro de sus hijas, y todos percibimos la tensión en el ambiente… así que para cortar con la situación, me levanté de un salto, diciendo: "- ya está bien de tonterías,… vamos a jugar a otra cosa".- como había bebido, y llevábamos un largo rato sentados en el suelo, el levantarme tan rápidamente produjo en mi mente un mareo que me tumbó, situación que divirtió a todos, y que hizo desviar la atención de lo que había sucedido.



Propusimos jugar a ese juego, en el que un tablero, te obligaba a poner una mano en un sitio, un pie en otro, luego otra mano, para después el otro pies, y luego a una pareja lo mismo, produciendo situaciones realmente divertidas. Para mi dicha, a mi me tocó como pareja Vitoria. Fueron minutos que disfruté como un niño pequeño con una caramelo, el contacto con su cuerpo, estar tan cerca, respirar su fragancia, … me estaba poniendo a cien… quería abrazarla, besarla, tomarla…. Lo cierto es que tanta fantasía acompañado por tanto contacto, produjo en mi un efecto obvio, mi pene se ensanchó. Cuando volví a la realidad, y me percaté de qué sucedía, me tiré al suelo perdiendo así la partida, pero es que era mejor perder, de que todos se dieran cuenta de que estaba con una erección, y creedme, se notaba.



Vitoria, me ayudó a reincorporarme, y cuando me puse a su altura, me di cuenta de que estaba sonrojada, y evitaba el mirarme a los ojos… cosa que me hizo plantear que quizás ella si se había dado cuenta de lo sucedido.



Me volví a mi lugar como si tal cosa, y seguimos jugando. Como a las 5 de la madrugada, habíamos caído prácticamente todos. Las chicas estaban repartidas entre las habitaciones de Raquel y de Ana, Vitoria en la suya, y los chicos esparcidos por el salón. El alcohol es lo que tiene, te tumba de verdad, y todos estábamos rendidos.



Al rato de estar durmiendo, me entraron ganas de orinar, y tras una lucha momentánea de si me levantaba o me aguantaba, por no tenía maldita la gana de levantarme, llegué a la conclusión, de que o iba al baño, o me lo hacía encima, así que decididamente me levanté y me dirigí al baño que estaba en el pasillo. Justo cuando estaba llegando, y con un solo ojo abierto, ví, que Raquel se me adelantaba, y me cerraba la puerta en mis propias narices…a lo que solo fui capaz de decir… "- espera que me meo"- la puerta se abrió súbitamente, y Raquel con cara también de zombi, me respondía… "- ve al otro, al final del pasillo, a la izquierda, y al final a la derecha - cerrando de nuevo la puerta en mis narices.



 



La casa era grande, pero intentad recorrerla en estado de semiembriaguez y medio dormido, que os va a parecer muchísima mas grande. Además me meaba, así que acelerando el paso, … final del pasillo, a la izquierda, y al final de ese otro pasillo,… a la…. ¿había dicho derecha o izquierda?... bueno, la puerta de la izquierda estaba entre abierta, así que empezaría por esta…. Pero cual no fue mi sorpresa, al encontrar que no era el baño, era el dormitorio de Vitoria, y …. No me lo podía creer, mi corazón se aceleró de o a cien, y mi pene se estiró completamente, tenía frente a mi, a Vitoria, tirada en la cama, masturbándose con un consolador de plástico… rápidamente retrocedí, cerrando la puerta dejándola solo unos centímetros abierta, lo suficiente para que pudiera verlo todo, y que ella no se percatara de ello.



Era una situación impresionante… allí estaba yo, mirando a la mujer de mis fantasías como se dejaba penetrar con un artilugio de plástico, mientras con una mano se masajeaba un pecho, y gemía, .. ¡Podía oírla gemir!... con el pene de plástico se acariciaba los labios del chocho, tocando su clítoris, se la metía, se la sacaba, se masajeaba toda la concha, a la vez que con la otra mano, seguía acariciándose el pecho, luego los labios, luego se chupaba el dedo…



Mi pene iba a hacer un agujero en el pantalón del pijama, comencé a acariciármelo, y no tuve más remedio que sacármela, y comenzar a pajearmela allí mismo, … aquello estaba al rojo vivo, .. pero mayor fue mi sorpresa, cuando entre los gemidos, la oí decir… "… si… si… dame más… si… Antonio… métemela toda, hazme tuya…."…. aquello me hizo parar en seco… había oido bien?... había mencionado mi nombre… bueno, lo cierto es que Antonio había muchos, pero que gusto oir mi nombre en su boca, en su lujuria…. Ella continuaba…. "- más, si… antes te empalmaste conmigo ¿eh?... ahora hazme toda tuya… dame más… si…-" ¿Qué decir? Estaba hablando de mi, estaba fantaseando conmigo, mi pene parecía cobrar vida propia, creo que nunca en mi vida se había puesto tan dura, tan firme, … mi mente ardía, no podía aguantar más, … necesitaba!.... no se como me atreví, pero abrí la puerta de golpe, y allí estaba yo, bajo el marco de la puerta, parado, los pantalones bajados, y una estaca firme, poderosa, pidiendo guerra…. Vitoria se sobresaltó, la habían pillado in fraganti… pero, la situación la tuvo que agarrar de mayor sorpresa aun, pues no supo reaccionar.. alli estaba, quieta, desnuda, con un consolador en una mano, y mirándome fijamente los atributos…. Así que sin pensarlo, me acerqué a su cama, y dejando los pantalones en el camino, metí mi cabeza entre sus piernas… Comencé chupándole toda la concha, cada rincón, cada pliegue, jugaba con mi lengua y su clítoris, quería comérmela toda, ella jadeaba, gemía, ….había tirado el consolador, ya no lo necesitaba… yo le agarraba sus piernas y la cerraba sobre mi cabeza, comiéndoselo todo… estaba empapada, su coño estaba humedísimo, bien lubricado, el jugo almacenado de mucho tiempo en desuso… Mientras le lamía el chocho, aprovechaba usaba mi dedo para masajearle el ano, usaba el mismo jugo de su concha para ello, y poco a poco, a la vez que con mi lengua rozaba su clítoris, comenzaba con mi dedo a darle por el culo… así estuvimos un rato, hasta que no aguantó más, y se corrió… pegó un grito, que amortiguó con su propia mano para no despertar a nadie… entonces, me levanté, y sin dejarla respirar ni un segundo la volteé, y poniéndola a cuatro patas se la metí por el ano, de golpe, sin miramientos… ella solo fue capaz de decir…." Espera…"- pero ya era tarde, yo estaba fuera de mi, se la metía se la sacaba, ella gemía, jadeaba, "… si, si…. Si…. Más…." – era puro instinto animal, la abrazaba con fuerza, mientras se la metía, cogiendole los pechos, acariciándole el chocho… tuvo un nuevo orgasmo, y yo mete, saca, mete… se me iba la vida en ello, así estuvimos hasta que por fin me corrí en ella, estábamos exhaustos… agotados, …. Nos besamos, durante un rato, y al final nos quedamos dormidos….



Yo me desperté como a la hora y la deje en la cama, dormida, sonriente,… no podía dejar que todos se despertaran y no me encontrarán en el salón, así que me fui al baño que estaba en la puerta de enfrente, oriné, me lavé, y me dirigí al salón donde de nuevo me acostaba como si nada hubiese ocurrido.



A la mañana siguiente, nos fuimos despertando progresivamente, aunque tarde, y continuamos con la fiesta. Vitoria, no estuvo con nosotros, pues estaba muy cansada, por falta de costumbre a madrugar, pensaron todos, aunque yo sabía la verdadera razón.



Hoy aun somos amantes a escondidas, y yo sigo animando a que se una a nuestras veladas, corre el rumor que tiene una relación, pero que nadie ha visto nunca, yo por supuesto, me río para mis adentros cada vez que esta conversación sale, pero ahora más que nunca, debe ser una relación secreta, … yo salgo con Raquel con el consentimiento de Vitoria, y aunque es fantástica en la cama, ni punto de comparación con su madre, mi fantasía realizada… y aunque soy muy feliz, así es el hombre que nunca está conforme con lo que tiene, ahora tengo otro anhelo oculto, hacérmelo con madre e hija, pero eso será en otra ocasión, sino, tiempo al tiempo…


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 10
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2009
  • Valoración:
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