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Categoría: Maduras

Buena esposa, mejor madre pero… EXCELENTE vecina

Ya llego Sofi a Alicante, aunque en teoría vivía en un colegio mayor, en la práctica pasaba más tiempo en mi casa. Tanto Sofi como yo, comíamos en nuestras universidades. Rápidamente hizo mucha amistad, tanto con Carmen como con su hija Bárbara.



Sofi me fue contando sus charlas con ellas, en poco tiempo sabia la vida de toda la urbanización, lo salida que estaba Bárbara y de Carmen que no la terminaba de ubicar. Eso sí del marido me decía que era un baboso, que no paraba de tirarla los tejos y que los comentarios que hacia la causaban escalofríos.



Yo quitaba importancia, porque se veía que era muy bruto, simplemente eso, pero si se le sabia llevar hacia lo que uno quería. Yo ya lo tenía comprobado.



Un miércoles, nos avisan que la última hora de la mañana no hay clase. Por lo que decido irme a casa. Llegando pasada las dos de la tarde, justo cuando salían para clase Bárbara y su hermano pequeño. Ella iba con un uniforme, que hacía que se la viera explosiva, no me extrañaba que todos la miraran. Nunca la había visto con uniforme, ella se puso colorada. Su hermano fue a comprar unos caramelos y ella se quedó parada esperándole. Para que no se sintiera tan incómoda decidí decirla algo que la animara.



-Bárbara si lo llego a saber antes, ya hubiera venido otros días a esta hora.



-¿Por? No te entiendo. (Sabía que mentía)



-Porque el uniforme…



-¿Qué le pasa al uniforme?



-Que te hace muy atractiva, seguro que traerás a los chicos locos, babeando.



-¿De verdad te gusta?



-Sí, no sé cómo le quedaran a las demás pero a ti…



Corte la conversación porque llego el “noviete” de ella. Le salude y seguidamente me despedí. Estaba claro que aunque fuera una cría, era demasiada “mujer” para él.



Entre en casa, me cambie de ropa y me puse cómodo. Se me hacía raro, ya que a esas horas, salvo algún fin de semana nunca estaba allí. Me puse en una bandeja  un sándwich mixto que me hice, una bolsa de patatas fritas, fruta y una botella grande de agua. Estaba toda la casa en silencio. Mientras estaba comiendo, oí unos ruidos, que no hice mucho caso, pero como seguían, me levante y al cuarto de estudio, que eran desde donde provenían.



Llegue y me quede sorprendido, las paredes eran papel de fumar, estaba oyendo a los vecinos perfectamente, su habitación daba a mi cuarto de estudio. A ella se la oía poco, pero a él se le oía bien.



-Toni baja la voz que nos van a oír.



-El vecinito no está, ya lo sabes está en la universidad. Así que calla y sigue chupando, guarra.



Me fui por el agua y me senté a escuchar, era morboso.



-Vamos guarra sigue así, seguro que te gustaría que el vecinito estuviera follándote mientras me la comes, ¿Verdad? Contéstame guarra.



-Toni, es un crio.



-Pero te pone caliente, es nómbralo y te enciendes, la chupas mejor.



-Tonterías.



-Ahora lo veremos.



-Métemela ya Toni.



-Ya sabes cómo nos pone cuando le llamas.



-No, te he dicho que no. Te dije que era la última vez.



-Pues no te la meteré.



-Toni, no me hagas eso. Bueno métemela y ya veremos.



Ahhhhh, así, así, muévete no te pares. No hagas lo de siempre espérame a que me venga.



-Pues date prisa que estoy que me corro.



-Siempre igual, espérate. Que me toco y te aviso.



-Ya sabes cómo me tienes que avisar, que te la meteré y me correré.



-Ya Carrrlos, métemela, métemela.



-Aaaahhhhhhhhhh. Si guarra, siiiiiii.



 Se quedó todo en silencio, hasta que se oyó otra vez al marido.



-Que guarra que eres, seguro que te lo fallarías.



-Lo he dicho, para que no te pongas pesado, ves lo que pasa ahora te encelas. Siempre la misma canción.



-No te mosquees, es para dar salsa a estos ratos.



-Pues si quieres ponerle salsa, ves al médico, que cada vez te vienes más pronto.



-Vete a la mierda, no iré a contarle nada a nadie.



Me quede pendiente por si volvían a sacra la conversación. Lo oído no quería decir nada, pero él no sabía lo peligroso que puede ser, meterle a una mujer esas cosas en la cabeza.



-A qué esperas, vístete que nos esperan abajo para tomar café.



-No me apetece, estoy cabreada.



-No te he preguntado, vístete y vamos.



Pegue un salto y me vestí, quería coincidir con ellos, para ver la cara que ponían. Estaba preparado en la puerta, solo tenía que oírlos salir. Oí abrir el cerrojo, cuando oí que cerraban, salí yo de golpe. Ya habían llamado al ascensor. El saludo de lo más tranquilo, la cara de ella era un poema.



ANTONIO-¿Cómo por aquí a estas horas vecino?



YO-Hoy me escape y llegue antes.



CARMEN-Pues no te hemos oído llegar. (Dijo con voz nerviosa)



YO-Es que soy muy silencioso. (Mirándola a los ojos y viendo los colores de sus mejillas, en rojo intenso)



ANTONIO-¿Que vuelves a hora a la universidad?



YO-No por hoy está bien, me bajo a tomar un helado y a esperar a Sofi.



Cuando llegamos a la heladería, solo había una mesa libre, Antonio acelero el paso y se sentó, llegamos y me dijo de sentarme con ellos. La mirada de la mujer era de matarlo. Yo accedí gustosamente. Nos sirvieron y al rato Antonio ya se había levantado para hablar con un amigo. A ella no la entraba nada, estaba cabizbaja, tensa…



-¿Te encuentras bien? Que te veo mala cara.



-Mira listillo, llevo viviendo mucho aquí y se cómo son los pisos. Tu habitación de estudio y mi dormitorio se tocan. Ahora no te hagas el tonto y no me vaciles.



-Joder como estamos. Mejor me voy a la barra. (Cogí la copa de helado para irme)



-¿Qué haces, que quieres que me monten el follón padre?



-No mujer, pero si quieres acerco la cara y me das un guantazo, que es lo único que te ha faltado. No sé con quién ni porque estas enfadada, pero no lo pagues conmigo.



-Es que como me ha parecido que querías tomarme el pelo, por eso… porque seguro que nos has oído.



-Si… ¿Y?



-Como que ¿Y? (Dijo bajando la voz)



-Sí, dos adultos follando, además matrimonio. ¿Qué hay de raro en eso?



-Vale déjalo, dejemos el tema, que ya bastante vergüenza estoy pasando. (Lo decía de verdad, estaba con cara compungida)



-Mira, desde un principio sabia o intuía lo que te pasaba. Lo que he tratado de hacer, es darle normalidad a algo que no tiene la mayor importancia. En la “cama” vale todo, es problema nada más de los que están en ella, ya sean dos, tres… o los que sean. Yo no hablo nunca de la moral que tienen que tener los demás.



-Si es fácil decirlo pero… hay mucho y mucha moralista.



-La moral es como el culo, cada uno tenemos uno.



-Jajaja, eso ha sido gracioso. Pero tienes razón.



-Pero dicho esto, no te molestes por lo que voy a decir, ¿Vale?



-Vale. Aunque lo de no te molestes, me deja… pero vale, adelante.



-Insiste a tu marido que vaya a un urólogo. Que ahora hay muchos adelantos y tú eres joven, guapa, estas más que bien, no hay derecho a… lo que tú sabes.



-Qué vergüenza, pero gracias. Pero no hay manera. (Se volvió a poner colorada)



Al rato llego Sofi y estuvimos todos hablando un rato. Llegaron los hijos y Bárbara venia toda estirada, sacando pecho, que era lo único que la faltaba, como tenía poco. Parecían que le iban a romper la camisa que llevaba.



Ya en casa, cuando estaba a solas con Sofi, la conté todo lo sucedido y la conversación. Y que ahora tenía explicación lo que me conto la hija de no oírlos, claro lo hacían cuando los hijos no estaban. Sofi me dijo que se encargaría de ponerla los dientes largos.



El jueves de la semana siguiente, cuando llegue por la tarde a casa, Sofi de sopetón me soltó que al día siguiente nos tocaba hacer de niñeros.



-De niñe… ¿qué?



-Antonio y Carmen esta tarde estaban buscando alguien que se encargara de los hijos, ya que tenían una cena en Altea y por no llamar a nadie de la familia, (ya que él era de Almería y ella de Albacete), que por una sola noche. La que se suele quedar con ellos delante de mí les dijo que ya había quedado, que era imposible, así que me ofrecí.



-Joder, podías consultar antes. Pero bueno nos quedaremos en casa.



-Todo viene bien para ponerla a ella, a su madre donde tú quieres.



-Qué cara, si encima te tendré que dar las gracias, jajaja. Como si no te conociera y te viera venir.



Tengo una habitación de sobra con dos camas, así que a prepararla, para el día siguiente. Llego el viernes y a las ocho de la tarde más o menos, llamaron a la puerta era Carmen con su hija, que por cierto traía todavía el uniforme del colegio. Dijeron que ahora venía el hermano, que se estaba duchando y cambiando que venía de jugar un partido de futbol.



Así fue, al rato aparecieron padre e hijo, el hijo ya venía en pijama, total su casa estaba al lado. Ellos ya estaban arreglados para irse, después de unas “recomendaciones” que nos hicieron, nos avisaron de que el hijo estaba casi dormido del cansancio, que no molestaría mucho y de la hija que no la diéramos mucha conversación que si no, estaríamos hasta las tantas.



Una vez que se marcharon, nos pusimos de acuerdo y pedimos unas pizzas, al hermano había que entretenerlo porque era verdad que se le cerraban los ojos. Una vez que llegaron las pizzas, pareció despertarse porque las comió con ansia. Al rato ya está prácticamente grogui. Le acompañe a la habitación y se acostó rápidamente. Al rato pase y estaba dormido profundamente, cerré la puerta para nada le molestara.



Me uni con Bárbara y Sofi. Cuando llegue Sofi me dijo que la ayudara a recoger la mesa. Bárbara quiso ayudar, pero Sofi la dijo que estaba como invitada y las invitadas no recogen.



Una vez en la cocina, Sofi me dijo que cuando me hiciera una seña, pusiera cualquier disculpa y me fuera. Yo la dije que ni se la ocurriera lo que estaba pensando, que además estaba su hermano. Ella me tranquilizo diciéndome, que era un mal pensado, que lo único que quería era averiguar cosas de la madre, cosas de chicas. No me fiaba mucho pero… ya estaría yo pendiente.



Estando ya en el salón los tres…



SOFI-¿Por qué no nos cambiamos y nos ponemos todos cómodos?



YO-Eso voy a hacer ahora mismo.



BARBARA-¿Yo me cambiare en el baño si no os importa? (Dijo cogiendo una bolsa que trajo)



YO-Que nos va a importar.  



Una vez en nuestra habitación, Sofi se cambió rápido y cuando iba a salir, la agarre, la metí mano por dentro de su pantaloncito corto y estaba un poco húmeda.



Ves como no me equivoco, que te está poniendo la vecinita.



De eso nada, estoy así porque si, no por la niña, es normal estar así.



Si por eso te has puesto ese pijamita, enseñando acacha y lo que no es cacha. Vas a desentonar, cuando ella salga con un pijama largo. Jajaja.



Una vez en el salón, Bárbara tardo bastante en salir, pero cuando lo hizo me quede pasmado. Joder con la niña. Salió con un pijama más indiscreto que el que tenía Sofi. Donde se le marcaba todo y cuando digo todo, es todo. Se notaba que no llevaba sujetador porque además de notarse las tetazas que tenía, los pezones que se le marcaban no eran normales. Sofi me sonrió.



SOFI-Caramba que pijama más bonito, que bien te queda.



BARBARA-¿Si? ¿De verdad?



SOFI-Créeme te queda… perfecto. (Casi no le salen las palabras) ¿Verdad Carlos?



YO-Si (Fui escueto, no quise decir más, porque metería la pata seguro)



Sofi cuando llevábamos unos 10 minutos de charla, me hizo una seña con la cabeza.



YO-Bueno estoy en la habitación estudiando, si queréis algo, venir porque tendré los cascos puestos y no os oiré.



SOFI-Si te necesitamos ya te avisamos.



Me fui del salón, dejando la puerta del pasillo entreabierta, para poder escuchar, que no me fiaba de Sofi y también porque no, para estar al tanto. La conversación que tenía era trivial, hasta que empezaron a hablar de chicos.



-Ya me ha dicho tu madre que tienes un amigo “especial”, ¿Qué tal es?



-Pues un criajo. Y no es mi amigo especial como tú dices. Sus padres y los míos son amigos y él va siempre conmigo, pero no me gusta, no es mi tipo.



-¿Y cuál es tu tipo?



-Me gustan mayores que yo.



-¿Cómo de mayores?



-Pues mayores.



-Con ese cuerpazo que tienes, candidatos tendrás.



-Si pero no. Lo que hay es mucho baboso.



-¿Por qué dices eso?



-Nada déjalo, da igual, olvídalo.



-Perdona si he sido indiscreta, se lo que quieres decir, no tenía que haberte preguntado. Entiendo que no confíes en mí.



-No, no, Sofi no es eso, es que nunca se lo he contado a nadie. Y ¿Por qué has dicho que sabes lo que quiero decir?



-Porque yo ya he pasado por tu edad y también he padecido esa fase que tú dices. Que te toquen en el metro o autobús. Algún vecino que se “pasa”, algún familiar que trata de aprovecharse…



-Has dado en el clavo. ¿A ti no te preocupo, no te dio remordimientos?



-Preocuparme en absoluto, les tendría que preocupar a ellos. Los remordimientos son una tontería, si alguna vez te gusto o no te disgusto, sabias que algo pasaría y lo dejaste…



-Los amigos de mi padre son… hay que tener mucho cuidado con ellos. Pero hay un amigo que viene de vez en cuando, que no lo puedo evitar, me pone… muy nerviosa, no sé si me entiendes.



-Claro que te entiendo.



-Una vez me sentó encima de sus piernas, notando algo… me gusto.



-¿Nunca has estado con ningún chico?



-Sí, pero estoy harta. Ellos enseguida lo pasan bien y yo a dos velas.



-¿Sigues siendo virgen?



-Sí, claro.



-¿Ningún chico ni ninguna chica lo ha intentado?



-No, pero lo de la chica me lo propuso una amiga, un día que sus padres no estaban en casa, con unas cosas que tenían escondida su madre. ¿Tu como lo hiciste?



-Fue Carlos.



-¿No te dolió?



-Poco, fue muy placentero, Carlos sabía lo que se hacía.



-Sabes que te digo, a mi hermano le operaron de fimosis, a nosotras nos tenían que hacer lo mismo, así no tendríamos problemas.



-Jajaja, es verdad, no lo había pensado.



-Pero yo por lo que veo tardare, soy muy cortada, muy tímida.



-Jajaja



-¿De qué te ríes?



-No que te enfadaras, no quiero herir tus sentimientos.



-Eso no vale. Yo me he abierto a ti. Así que cuenta tú ahora.



-Que tú de cortada y tímida, no tienes nada. Te encanta provocar, te encanta poner cachondo a los tíos. ¿O te crees que no me he dado cuenta de cómo haces con Carlos? No te pongas roja, si no me molesta. Si yo he sido tan zorrita como tú a la misma edad.



-Perdóname, no quería… (Con voz totalmente compungida)



-No seas tonta, no pasa nada. No hay nada que perdonar. Si además es divertido, luego me lo di.



Entre en el salón, la imagen era de Sofi abrazando a Bárbara, consolándola, bien apretada a ella.



YO-¿Uy, qué pasa, que me he perdido?



SOFI-Nada, un momento chicas, que nos hemos emocionado.



Como ya era tarde, propuse irnos a dormir, Bárbara dijo que sí que sería mejor. Nos marchamos a nuestras respectivas habitaciones. Una vez en la nuestra y ya en la cama, toque a Sofi y estaba encharcada total.



-¿Esto también es normal?



-No lo puedo evitar, me pone perraca. Follame…



Lo hicimos y me di cuenta de que esa noche, estuvo más escandalosa y ruidosa que nunca. Cuando terminamos solo la dije que era muy puta, que ahora la pobre estaría…



Por la mañana oí como ruidos, salí de mi habitación, el hermano estaba levantado, por lo que hice el desayuno para los dos. Cuando acabamos me conto como iba su equipo de futbol, lo bien que jugaba… estando en esto, sonó como un martilleo de dedos golpeando en la puerta muy suavemente, mire por la mirilla y era Carmen. Abrí la puerta y venia por los niños, pero no quería molestar por si seguíamos dormidos.



-Muy madrugadora, con toda la casa libre sin niños… no lo habéis aprovechado.



-Antonio llego un poco perjudicado.



-O sea que llego con pedete lucido.



-Jajaja, más o menos.



El hijo cogió las llaves abrió la puerta de su casa y las trajo de nuevo, con la advertencia de la madre de no hacer ruido, que su padre estaba durmiendo.



-¿Un cafecito?



-No, yo me voy, Además no estoy arreglada. (Era cierto venia desarreglada, pero a la vez muy arreglada y provocativa)



-Toma un café, que estas muy bien así. Yo tampoco estoy de smoking.



-Gracias. (Se sentó en un taburete, quedando un muslo a plena vista)



-Pero dile a Antonio que es un imbécil.



-¿Por, te hizo algo?



-No, que va. Por no hacerte nada a ti. Que desaprovechar esa oportunidad.



-Que nos vamos haciendo mayores y ya no se aguanta igual.



-Mira la “ancianita”, con ese cuerpazo seguro que tu aguantas todo y más. (Se le ilumino la cara)



-Carlos, por favor…



-Que por favor ni que nada. Seguro que viniste ideal para pasar una “buena” noche. Yo te hubiera dado todo menos miedo.



-CARRRRLOS, frena que te veo muy lanzado. Y no está bien que uses lo que oíste para esto.



-Lo mismo me equivoco en lo que voy a decir, solo te pido que si no me equivoco, no me desmientas, no hace falta que me des la razón. ¿OK?



Ella movió la cabeza afirmando.



-Te has arreglado para venir, aunque vengas como un poco desaliñada, lo que da más morbo. Te gusta que te vea así. No te importa nada, que oyera lo que oí. Incluso puede ser que después de que supieras que lo oí, no te disgusto. Hace mucho tiempo que no te dan un buen revolcón. Ahora mismo, tienes que estar pensando, si decir sí o no. Si insultarme e irte, o quedarte y ver qué sucede. (Ella miraba fijamente y no se creía lo que oía) Como veras no dejo nada para la duda. Y si has pensado en algún momento como te vería así como estas, si quieres te saco de la duda.



-Me has dejado sin habla. Ahora mismo estoy contadísima. No me esperaba esto para nada. No sé qué hacer ni que decir.



-Seguro que la respuesta la encontraría metiendo mi mano entre tus piernas. Si es como yo creo la sacaría mojadísima y si no, me equivocaría.



-Tu, tu, tu… eres un descarado, me dejas helada.



Se oyó a alguien que venía era la hija. Dio un beso a su madre a mí los buenos días y dijo que ahora venía que iba al baño. La madre quedo dándome la espalda. Se notaba que estaba nerviosa. Me levante y metí mi mano por debajo del pequeño camisón, tapándole la boca. Estaba mojadísima no, lo siguiente. Acercándome al oído… la susurre,…



-Ves como no me equivocaba. Y te diré para que no tengas dudas, que cuando te vi, si hubiera estado solo, te hubiera tumbado en la mesa, te hubiera comido y la lamido entera. (Me aparte). Además que sepas que desde el primer día que te vi, me apeteció follarte.



-Eres un cerdo depravado, no tienes respeto a nada. (Dijo en voz baja) Si se entera ya no mi marido, Sofi, que pasaría, ¿eh?



-Mira para que ahora y en un futuro no tengas dudas, tanto Sofi como yo somos una pareja liberal.



-Mentira.



-¿Qué te apuestas?



-Yo no juego. Ni apuesto. Pero que sepas que te has pasado muchísimo y me has defraudado. Es para no mírate ni saludarte más. Que lo sepas.



-Pues mira te voy a creer. No hace falta ni que me hables ni me saludes más.



Salió Bárbara del baño y dijo que desayunaba en su casa, que gracias por todo y que se lo dijera a Sofi. Madre e hija se fueron. Al salir Carmen iba ruborizada, se giró me miro, como para decir algo, pero se marchó sin más.



Cuando Sofi se levantó, le resumí todo lo que había pasado.



-Te dije que esperaras un poco más. No se te puede dejar solo. Jajaja, eres un peligro.



-Peligro yo, cuando si no salgo ayer en el momento justo…



-De verdad te equivocas. Mucho menos estando el hermano. ¿Tú te hubieras follado a Carmen esta mañana estando la hija aquí? Seguro que no, pues yo tampoco.



-Hay que tener mucho cuidado, Sofi. Esa cría tiene mucho peligro.



-Tendré que hacer algo para solucionar el entuerto que has organizado.



-Déjalo, mejor no hagas ni digas nada, así saldremos de dudas con Carmen.



Los sábados Antonio después de comer, solía ir a jugar la partida a un bar, de donde volvía ya tarde. Estando en la calle a la hora del aperitivo y estando Sofi y yo en la terraza, llegó la familia feliz. Se sentaron con nosotros sin más, fue Antonio el que lo hizo. Yo hable con todos menos con Carmen, hice como si no estuviera, ella trataba de mantener el tipo. Bárbara y Sofi hablaban entre ellas hasta que…



SOFI-Si no os importa os secuestro a vuestra hija y me acompaña esta tarde de compras. Después de comer. (Los padres no sabían que decir)



BARBARA-Dejarme… que si no me pasa como todos los sábados un aburrimiento.



ANTONIO-Bueno pero obedece y pórtate bien.



BARBARA-Gracias.



YO-Antonio no puede ser, me abandonan. Jajaja



ANTONIO-Vente conmigo a la partida.



YO-No, no, prefiero quedarme en casa, aprovecho para hacer cosas.



Cuando nos fuimos cada uno para nuestra casa, Sofi al llegar a la nuestra…



-Saldrás de dudas, ella está sola.



-Yo no voy a ir.



-No seas tonto, ve para pedir disculpas y… ves cómo está el ambiente.



-No. Lo que dije lo pienso.



-Que cabezón que eres. Bueno tienes de tiempo hasta las siete y media u ocho.



-Tú no te pases con Bárbara.



-Solo la sonsacare cosas y ya te contare.



Después de comer y tomarnos un cafecito tranquilamente, recogimos todo, Sofi se arregló para salir, mientras lo hacia sonó el timbre, abrí la puerta y era Bárbara, la dije que pasara que Sofi estaba en el baño y que ya salía. Antonio salía a la misma vez que su hija, diciéndome si me había pensado lo de ir con él a la partida, me reí y le dije que no, que tenía un nuevo juego de la consola y lo extremaría. Carmen que estaba en la misma puerta tenía cara de inexpresividad. Hasta que la mire a los ojos, cuando se cruzaron nuestras miradas, dijo que se iba a terminar de lavar las cosas y cerró la puerta.



Cuando llego el ascensor, Antonio se despidió y se fue. Yo cerré la puerta de mi casa y me puse a hablar con Bárbara, que iba en pantalones vaqueros, hasta entonces no la vi nunca en pantalones, le hacían un culo perfecto. En la parte de arriba llevaba un jersey, ancho, me imagino que para disimular sus grandes pechos.



Cuando salió Sofi y la vio, la dijo que iba muy guapa. Ella con cara de resignación dijo que si no fuera por el jersey… que la creería. Pero cosas de su padre. No dando más explicaciones. Se despidieron y se fueron.



Me puse a hacer cosas. Eran las 4 pasadas. No mentiré, porque estaba pensando que hace, si ir a verla como dijo Sofi o que hacer. Pero al final decidí que lo mejor era quedarme, ver lo que sucedía en días venideros y no forzar la situación, dejar reposar todo.



Me puse a estudiar para aprovechar el tiempo. Cuando oigo voces en casa de los vecinos. ¿Quién podría ser? Ella estaba sola. Pero al final distingo la voz, es el vozarrón de Antonio, diciéndola que…



-Rápido que tengo 10 minutos. Uno rapidito.



-Antonio sabes que no me gusta así. Además baja la voz que nos oirá el vecino.



-Ese, estará con un juego de la consola que me lo dijo. Y si nos oye que se la casque.



-Antonio, de verdad que bruto que eres.



-Venga vamos, di lo que nos gusta.



-No voy a decir nada. Te lo hago con la mano y ya está. Que al final me dejas a medias con el calentón. Que nos conocemos.



-Bueno me voy ya. Gracias bonita eres la mejor (No se oyó si se había corrido, si no se había corrido)



La verdad que cuando oí que estaba Antonio, esperaba que hubiera sido más entretenido, pero me dejo muy frio. A eso de las cinco y media sonó el teléfono, pensé que era la vecina, no fui corriendo a cogerlo pero tampoco despacio.



Me equivoque, era mi madre, que solía llamarme los fines de semana. Me contaba que en diciembre, vendría ella sola un par de días, para ver como dejaron el piso y así aprovechaba para volvernos en las vacaciones de navidad. Me pareció bien, me estaba contando otras novedades, cuando suena el timbre de la puerta.



Abro y era Carmen la vecina, otra vez venia vestida informal, pero muy bien elegida la ropa para estar morbosa total, pero como si fuera una casualidad. La hice una seña de que pasara y tapando el micro del teléfono, la dije que era mi madre.



Yo me senté en una silla del salón, mientras hablaba, a ella la indique que se sentara, pero se quedó de pie cual estatua. La volví a hacer una seña mientras escuchaba a mi madre, se acercó, la agarre y la senté en mis piernas. Ella me miraba fijamente, roja como un tomate, haciéndome señas con la cabeza de que no. La tenia sentada, dándome la espalda, la mano que tenía libre, agarrando su cintura, que bien olía. No lo pude evitar, tuve una erección. Ella lo tenía que notar seguro, pero no hacía nada. Cuando me despedí de mi madre y colgué. Fue automático se levantó de golpe.



-No he querido montar el follón, porque estabas hablando con tu madre. Pero está visto que tú no tienes solución. Esto me confirma lo que te dije esta mañana, eres un pervertido. (Se dio la vuelta para irse, pero retrocedió cuando yo hable)



-Pues vete, yo no te he llamado. No sé porque viniste.



-He venido, para no crear mal ambiente. Ya me pregunto Antonio y Bárbara si me pasaba algo. No ves que puedo ser tu madre. Que soy mayor para ti. Que esto no tiene futuro.



-Mira estoy harto de oír… “puedo ser tu madre”, “Soy mayor para ti”, pero lo “no tiene fututo”, eso es nuevo, nunca lo oí. Si no me quiero casar ni nada por el estilo, es simplemente FO-LLAR.



-Eres muy… bueno, demasiado directo para mi gusto. Mejor me voy.



-No es que sea directo. Sabes que tengo razón.



-Razón, ¿en qué?



-Tú y yo sabemos, que tarde o temprano vamos a follar como salvajes. Esperar una pérdida de tiempo.



-Es increíble la cara que tienes, lo creído que eres, muy chulo me parece que eres.



-Nada de eso, la diferencia entre tú y yo, es que yo no soy hipócrita.



-Qué pena que no apareciera Sofi ahora, te quedarías cortado.



-Te equivocas y mucho. (Me pongo de pie) Bueno será mejor que te marches a hacer lo que tengas que hacer y yo ya veré lo que hago. Pero como le has dicho a tu marido hace un rato, mejor vete que al final me dejas con el calentón…



-Estaba casi segura que nos oías.



-Bueno ya sabes el refrán… “dos que duermen en un mismo colchón, se vuelven de la misma condición”, así que primera y última vez que me dejas con un calentón.



La cara de ella era una amalgama de expresiones. Me acerque a ella y la bese, al principio apretaba los labios, pero mi lengua insistía, ante la insistencia, sus labios cedían, hasta que se entrelazaron nuestras lenguas. Besaba muy bien. La apoye en la mesa del salón mientras nos besábamos, al notar mi polla sobre su pubis, ella empezó a moverse más, se apretaba bien, se notaba que le gustaba lo que sentía.



La metí mi mano entre sus piernas, estaba encharcadita. Jugaba con mis dos por todos los sitios.



-Así te quería tener.



-Calla, no digas nada.



-Es verdad, mira como me tienes la polla. (Agarrándola una mano la puse en mi polla, por encima del pantalón)



-Uuuuhhhmmmm



-Esta no te dejara a medias y te llenara bien.



-No digas esas cosas que me da vergüenza.



La tumbe en la mesa, la quite las braguitas, metiendo mi cabeza entre sus piernas. Mi lengua atacaba todos sus puntos “débiles”, acompañados de mis dedos.



-Jo, jo… si, si, Siiiiii, no pares, que rico, es buenísimo. Vaya lengua.



Ella ya estaba entregada, pero no rendida del todo. Lo notaba. Se contenía en lo que decía y expresaba. La hice tener un orgasmo bestial, mientras jugaba con mi lengua y mis dedos, metiéndolos tanto en su coñito como en su culo, se notaba que ya lo habían probado.



Cuando se corrió la dieron como unas convulsiones. Se aguantó que se la oyera correr, se contuvo.



-Vamos a la cama.



-No, que allí se oye todo.



-Vamos a la de invitados, que no da con nada.



-Bueno.



Agarrándola de la mano la lleve a la habitación, la desnude, la tumbe en la cama. Yo me desnude, dejándome solo el bóxer, se notaba mi erección, ella miraba fijamente. Me tumbe al lado de ella y nos empezamos a besar, acariciar, lamer…



Ella me empezó a quitar el bóxer, diciendo que solo había visto algo así en las películas porno. Fue decir esto y acariciarla, besarla, lamerla y empezar a mamarla. Sabía lo que se hacía, no tenía prisa, se lo tomaba con calma, lo disfrutaba. Se iba soltando más.



Yo estiraba mi mano, tocándola el culito y el coñito por detrás, mis toqueteos estaban dando resultado, porque se notaba como se aceleraba al comerme la polla.



-Si quieres me la puedes meter.



-Cuando estés dispuesta, cuando no te cortes, cuando no seas tan fina.



-No te entiendo (Decía con voz entrecortada)



-Si me has entendido, que como con tu marido, que saques la puta que hay en ti.



-Eres un “depravado” pero me gustas… me lees el pensamiento.



-A qué esperas, ¿O no tienes ganas de….?



-SI, SI TENGO GANAS, FOLLAME BIEN FOLLADA CON ESTE POLLÓN, QUE HACE MUCHO QUE NO ME CORRO…



¿Eso es lo que querías oír MAMÓN?



La levante y la hice sentarse sobre mí, según se la iba metiendo…



-Madre mía, que gorda, como se nota, bufff. No me va a entrar toda…. Aaaahhhhhh



-A una putita como tú la entrar toda.



-No creo, no creo… (Decía mientras se la metía toda)



-Ya la tienes toda.



-Ya, ya yaaaa, la noto, me llena toda, que barbaridad.



Estuvo poco tiempo quieta, empezó a “cabalgar” sin parar. Solo pedía que me moviera más. Que la comiera las tetas. Más fuerte, pedía todo. La dije que si tomaba algo o me ponía un condón, solo me dijo que no me preocupara. Me clavaba las uñas en mis pectorales. Según se ponía cachonda, apretaba más.



Era cara de puro vicio. Me incorpore un poco, para comerla mejor las tetas y aprovechar para pasar una mano por detrás, para meterla un dedo en su culito. Fue hacer esto y al ratito se encorvo, se estiro, parecía que la faltaba el aire o que algo la pasaba, has que de pronto, empezó a moverse muy, muy rápida GRITANDO…



¡¡SIIII, SIIIII, SIIIIIIIII… DIOS, DIOS, DIIIIIOS….!!



Quedándose tumbada sobre mí, moviendo suavemente su cuerpo sobre mi polla. La levante la cara para besarla y no se dejaba, hasta que lo conseguí y me quede sorprendido. Estaba llorando.



-No tengas remordimientos, no te hagan llorar.



-Que remordimientos ni que… lloro de alegría. Nunca me paso nada así.



-Me preocupo verte llorar.



-Me han salido las lágrimas, pero quiero que hagas que me salgan más.



-Jajaja, lo haremos.



La hice darse la vuelta, la puse a cuatro. Ella me dijo que no me preocupara por darla fuerte. No hizo falta que me dijera más, empecé suavemente, mientras le metía el dedos pulgar en el culo, luego la metí dos dedos…



-Te ha gustado mi culo por lo que veo.



-Los culitos como el tuyo son mi debilidad.



-Pues si lo quieres es todo tuyo, pero con cuidado.



-Me lo debes otro día te lo hare.



Ella ya se movía más rápido para notarla más. Lo entendí, la agarre por las caderas y empecé a darla los empujones muy fuertes. Se oía el ruido de lo mojada que estaba, ella pedía más fuerte, pero ya era imposible. La avise de que estaba a punto. Ella me dijo que aguantara solo un poquito más, quería correrse conmigo.



Hice los esfuerzos necesarios hasta que note que empezaba a correrse y lo hicimos los dos gritando como energúmenos. Hasta quedar tumbados sobre la cama. Nos besamos y nos quedamos tumbados los dos uno junto al otro.



-Menuda sudada. Que bruto que eres.



-Otra vez seré más suave.



-Ni se te ocurrirá.



-Que tomas la píldora, diu…



-Ligadura de trompas. ¿Ahora dime si es verdad lo de Sofi?



-¿El qué?



-Lo de la pareja liberal, esas cosas.



-Si es verdad.



-Ya me gustaría a mí esa libertad.



-Sofi dice que estas muy “apetecible”



-Quita, quita…



-¿Nunca tuviste nada con otra mujer?



-De pequeña alguna tontería con alguna amiguita, pero nada de nada, cosas de niñas.



Miramos la hora y Carmen dijo que un ratitin y se iba, que ya estaba bien. Que ella vino para 5 minutos y…



-Eres una mentirosa. Viniste a lo que viniste. Si no lo hubiera intentado te hubieras ido muy enfadada.



-Jajaja, eres un bicho.



Mientras charlábamos de nuestras intimidades, yo la fui diciendo cosas que me había dicho Sofi de ella (La mayoría inventadas por mí en ese momento, pero para darla confianza), se notaba que la ponían a tono, mientras la acariciaba, la gire un poco, quedando de costado dándome la espalda, la mordisqueaba y lamia los hombros el cuello, los lóbulos de las orejas, pero sin parar de lo que le haría Sofi.



No decía nada, pero no hacía falta estaba súper caliente. Yo también me puse muy caliente, notando como se iba poniendo ella. De tal manera que la dije al oído…



-No me voy a esperar a otro día para follarte el culito. (No sabía si me diría que no había tiempo)



-Por una vez estoy de acuerdo con mi “depravado” particular.



Se la coloque y poco a poco en esa posición se la fui metiendo, ella lo único que decía, que parece mentira que entre tan bien con el tiempo que lleva sin hacerlo por ahí.



Sin dejar de follarla bien, con una de mis manos la pajeaba el clítoris, diciéndola…



-Imagínate ahora a Sofi comiéndote el clítoris, follándote con sus dedos, mientras te follo el culo….



-Uuuuuuffffff, menudo gustazo….



-Pronto te lo haremos, lo desearas….



-Aaahhhhhhhhh, dame más fuerte, déjame que me tumbe bien.



Se tumbó del todo, desde atrás la follaba con fuerza y dureza. Hasta que se corrió sin avisar ni nada.



La dije que se diera la vuelta, que me correría en sus tetas, después de hacerme la paja, la llene las tetas.



-Es imposible que eches tanto en una segunda corrida, bueno y en una primera también. Que desperdicio si lo llego a saber me la como toda.



-Me hiciste pasar una tarde muy buena, no me he aburrido nada. Jajaja. Mejor que ir a jugar la partida.



-Pues yo también lo creo. Jajaja.



-Tenemos que repetirlo.



-Sí, pero… lo de Sofi, una cosa es una fantasía en plena acción y otra muy distinta… ¿Me entiendes verdad?



-Claro que te entiendo y por eso te diré, que lo pasaras muy bien. Solo te diré que no cierres tu mente. Porque tarde o temprano lo probaras y eso sí, luego dirás si repites o no.



-Jajaja, ya no sé cómo definirte… pero es un placer haberte conocido, será muy divertido.



Después se marchó para su casa. Me baje a tomar un helado, como casi todas las tardes cuando llego Sofi con Bárbara. Se sentaron, estaban contándome todo, Sofi me guiño un ojo, que no sabía lo que quería decir exactamente pero…  


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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