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Al tiempo empezar en el gimnasio, entre a una clase de zumba

Al tiempo de haber empezado con el gimnasio, entre a una clase de zumba. Esa fue la llave para estar con Andrea, una mujer que es una fiera.



Desde un tiempo asisto a un gimnasio, lo mío no es el deporte, malo para el futbol, correr no puedo, pero me inscribí en el Gimnasio porque mi sobrepeso empezaba a preocuparme.



Al principio solo hacia un poco de máquinas, ocupaba las caminadoras y miraba con atención las clases grupales.



Hasta que finalmente me anime y entre a una clase de baile que se llama Zumba.



Me instale en la parte final de la sala, para que no se notara que no le pegaba mucho (nada) al baile, lo que yo no pensé, fue que tendría una visión extraordinaria de los traseros de mis compañeras de baile.



El segundo día se puso en diagonal a mí una mujer de aproximadamente 35 a 40 años, bailaba de maravilla, yo miraba sus pasos y la clase se me hizo mucho más fluida. La primera vez que noto que la miraba, me dio una mirada de reprobación, ella pensaba que miraba su trasero hecho a mano (jajajajaja), pero miraba sus pasos, luego de eso me miro toda la clase de reojo, y jamás me pillo mirando su maravilla, solo sus pies.



Al final de la clase, me miro y se despidió con una sonrisa y un hasta mañana.



Al día siguiente, llegue temprano a clases, y nuevamente me fui al fondo de la clase, mi instructora personal llegó al rato, entró miro la sala casi vacía, y camino hacia donde estaba yo, y me saludo con un Hola y se puso delante mío a la izquierda al igual que el día anterior. Se sentó en el suelo y me hizo un gesto que también me sentara, ahí nos presentamos, me contó que se llamaba Andrea, que era profesora y que le gustaba mucho bailar Zumba, aunque también entrenaba otras disciplinas dentro del gimnasio.



Así nació una amistad entre nosotros, y un día me comento que tenía muchas ganas de salir a bailar a algún lugar, yo le comente que podíamos hacerlo juntos; pero que no se preocupara, que era solo la invitación a bailar. Andrea estuvo de acuerdo y quedamos en el día viernes de esa semana.



Yo arregle todo en mi casa para salir sin despertar sospechas, hasta que finalmente llegó el ansiado viernes.



Ese día pasé a buscar a Andrea a su departamento, me hizo esperar como 15 minutos, yo ya estaba pensando que se arrepentiría.



Bajo finalmente y me sorprendió, llevaba botas vaqueras, chaqueta de cuero y un vestido mini (uffff ¡!!) era como de seda, y a cada paso que daba, mostraba todo su cuerpo.



Llegamos a un Pub, que yo suelo frecuentar. Pedimos unas bebidas, algo de comer y la especialidad de la casa, Mojito.



Nos pusimos a beber, comer y conversar mientras en el escenario cantaban Karaoke, ya llegaría la hora de bailar.



Finalmente pusieron música para bailar, siempre al principio colocan música bien movida, para que la gente prenda, luego música lenta, y así van alternando. Yo invite a Andrea a la pista y nos pusimos a disfrutar de su pasión que es bailar. Ella es muy sensual en sus movimientos, de esos que rozan el cuerpo de su acompañante, lo cual hace que hasta los que están a su lado bailando la miren.



Ya llevábamos como media hora bailando de todo un poco pero solo música movida, y de repente aparece Graciela, me saluda de abrazo y me da un beso en la boca (Graciela la del PUB), Andrea me miro y quedo sorprendida, yo alce los hombros y seguí bailando, y le comenté en el oído que Graciela era otra historia.



Lo que ella no sabía era “Que tremenda historia” era la que tenía con Graciela y su amiga Sandra.



Seguimos bailando y ponen exactamente a las 2 AM como todos los viernes, Escalera al Cielo, la tomo con ambos brazos por la cintura, ella me corresponde abrazándose de mi cuello y comenzamos ese rítmico y cadencioso baile, llevábamos un tiempo moviéndonos y Andrea se acurruca en mi hombro y siento que su cuerpo se pega un poco más al mío, yo respondí acariciando con mi rostro su pelo, olía a perfume, ella entera olía de maravilla, y empecé a mordisquear su pelo suavemente haciéndolo a un lado de su rostro, mientras con una de mis manos apretaba su espalda para sentir sus senos en mi pecho…



… La luz estaba muy baja y la música sonaba fuerte, en un momento, con un movimiento de la mano que tenía en su cintura, la echo hacia atrás y veo su rostro perfecto, mientras sus ojos reflejaban deseo, saque la mano que estaba en su espalda y con los dedos le acaricie su rostro, Andrea mostro placer al recibir la caricia, metí una de mis piernas entre las de ella y la apreté suavemente contra mí, sentí como su pubis se pegaba a mi pierna, un bulto apareció dentro de mi jeans, y Andrea lo sintió, con mi brazo que estaba en la cintura, la balanceaba para que su pubis se apretara contra mi pierna y nos mirábamos desafiantes, ella no estaba molesta y seguí con mi juego, mi mano izquierda se fue a su cadera, y la empecé a bajar tocando su cuerpo, hasta que sentí que su vestido terminaba, a la vez que comenzaba a sentir el calor de su muslo, Andrea me miraba con cara de desafío y deseo, saque mi otra mano de la cintura, y su cuerpo seguía pegado al mío, mi pierna seguía sintiendo su pubis y seguíamos moviéndonos al ritmo de la música, deje mi mano recorriendo su pierna, subiendo un poco el vestido para sentir aún más el calor de su cuerpo y con la otra mano tome por atrás su cuello y gire su cabeza para que quedáramos frente a frente; acerque lentamente nuestros rostros, podía sentir su perfume mezclado con una suave fragancia a alcohol de su respiración, hice que nuestros rostros casi se tocaran, mientras el tema seguía sonando y llegaba a la parte del éxtasis, podía sentir sus labios casi pegados a los míos, mientras con sus ojos me pedía que la besara. Me acerque finalmente y suavemente le di un mordisco a su labio inferior, ella exploto en placer y me beso en la boca, me comía con su lengua la mía, y sus brazo me apretaban, su cuerpo se pegó a mi cuerpo, saque mi mano de su cuello y la lleve a su trasero, ere tan duro y parado como yo siempre lo vi en sus calzas del gimnasio, mi otra mano termino de meterse entre su cuerpo y su vestido y pude sentir su otro lado del trasero pero su piel.



Nos besamos y nos apretábamos el uno contra el otro hasta que termino el tema, subieron la intensidad de las luces, tome la mano de Andrea y la lleve fuera del local, mientras pasaba por el lado de la barra, vi a Graciela que me miraba y me guiño su ojo, como diciendo que me fuera bien.



Salimos al jardín de entrada del PUB, y la lleve al lado de una caseta del guardia que a esa hora se encontraba en la puerta, Jorge me vio pasar y se hizo el loco. Pasar al jardín estaba prohibido, cuando me retirara una buena propina y estaba listo su silencio.



Al lado de la caseta hay un viejo y grande árbol que deja una especie de grita junto a un muro bajo y una reja tapiada con latas. Era el lugar perfecto para un “rapidito”. Abrase a Andrea y la bese con fuerza, ella apoyada contra el muro y yo apretando mi cuerpo al suyo, empecé a recorrer su cuerpo con mis manos, mientras ella con las suyas me tomaba de la cabeza y me acariciaba.



Empecé a tocar su cuerpo y con el ruido de la música, apenas sentía sus quejidos…



… Ahhhhhh ¡!!!!!



… Ahhhhhhhhhhh ¡!!!!!



… Ayyyyyyy ¡!!!!



Acerco su boca a mi oreja y me susurro…



… Por favor tócame, tócame ¡!!!!



Mis manos obedecieron, y mientras con una le tocaba una de sus piernas, con la otra tocaba su entrepierna por encima de unas bragas sedosas y húmedas.



Andrea se dio vuelta poniendo su hermoso trasero contra mi bulto, mientras con su mano llevo mi cabeza a su oído para que escuchara el placer que ella sentía.



Nos dimos vuelta, yo quede apoyado en el muro y ella pegada a mí, su trasero corcoveaba para sentir mi bulto, mis manos recorrían su cuerpo una por encima del vestido tocando sus pechos y la otra sobre su pubis. Andrea se acerca de nuevo a mi oído y murmulla



… Por favor tócame más ¡!!!! …



… Quiero sentir tus manos en mi cuerpo ¡!!!



Obedientemente, mi mano se metió por sus hombros hasta sus pechos, mientras la otra se metió en su pubis; podía perfectamente sentir la humedad, ella abrió un poco más sus piernas y yo abrí sus labios y sentí su clítoris pequeño pero duro, igual que sus pezones.



Mientras la tocaba, Andrea con una destreza de una maestra soltó mi cinturón y el botón de mi jean, bajando el cierre. Metió su mano dentro de mi ropa interior y empezó a masajear mi miembro, llenando la yema de sus dedos con mis jugos, saco su mano y mirándome de espaldas a mí se los lamio uno por uno, en respuesta, yo moje mis dedos con los jugos de Andrea y también me los lamí, ella al ver esto se estremeció y se volvió a pegar a mí.



Yo con mi miembro casi afuera, levante su vestido y baje sus braguitas un poco, apoyando todo mi miembro en le canal de su trasero, mientras Andrea se refregaba, mis manos tocaban todo lo que estaba a su alcance de esa cuerpo trabajado con horas y más horas de gimnasio…



… Ahhhhhhh ¡!!!.



… Ahhhhhhhgggg ¡!!!



Los gemidos de mi Andreita ya se escuchaban a pesar del ruido de la música…



La tome en mis brazos y la senté en el muro, mientras sacaba sus braguitas empapadas a estas altura de sus jugos. Hice que se afirmara de la reja, abrí sus piernas y baje a deleitarme de ese manjar, sus labios eran rosados y sabrosos, los bese, bese sus piernas, su pancita plana y volví a sus labios, Andrea subió sus piernas en mis hombros apretando mi cuello, mientras sus abrazos se aferraban a los barrotes dejando todo el peso de su cuerpo en mis hombros, mis manos se fueron a su trasero y entre su cuerpo y sus manos daban el balanceo que su vagina necesitaba, y mis labios y lengua disfrutaban…



… ¡¡¡ Ahhhhhhhhhhh ¡!!



Se estremeció y termino, su cuerpo se derrumbó contra el muro y sus manos soltaron los barrotes y se fueron a mi pelo, desordenándolo mientras yo sacaba hasta la última gota de sus exquisitos fluidos.



Luego de un momento me levante y la bese tiernamente.



Andrea me tomo, me giro y me apoye en el muro mientras seguíamos besándonos, de repente sentí que mi miembro estaba en su pubis, había olvidado que Andrea lo había sacado momentos antes.



Andrea se movió hacia atrás un poco, y desabotono tres botones de mi camisa, y empezó a bezar mi pecho, a mordisquear con sus labios mis tetillas; sus manos se fueron nuevamente a mi miembro, bajo lentamente y lo empezó primero a besar, luego bajo mis jeans y mis bóxer todo junto, y se empezó a comer todo mi miembro, era una maestra…



…Sus manos se metieron en mi trasero, sentí sus uñas en mis glúteos y marcaba el ritmo del mete y saca de mi pene en su boca, ahora era yo el que jugaba con su pelo y disfrutaba verla haciéndome una tan rica felación.



De repente ella empieza a apretar sus labios en torno de mi pene, su ritmo se incrementó y yo sentía toda su lengua en mi glande, me empecé a estremecer, era momento de acabar, quise salirme, ella me miro con un gesto de dulzura y reprobación, mientras sus uñas se enterraron aún más en mis carnes…



… Entendí el mensaje, Andrea quería que acabara en su boca…



… No aguante más, y un largo golpe de mi semen llego a su boca, a ese chorro se le sumaron tres más, pero menos potentes, Andrea trago todo mientras nos mirábamos con cara de satisfacción a los ojos.



Saco mi pene de su boca, con una mano lo recorrió desde la base hasta la punta y lengüeteo nuevamente mi glande y bebió hasta la última gota de semen que quedaba en mi uretra.



Luego de eso se paró, nos besamos con unos cortitos besos como caballazos; Andrea me abotono mi camisa, arreglo mis jeans, mientras yo le arreglaba su vestido.



Me pidió sus bragas, y yo le comente que esto no había terminado. Entramos al local, pagué la cuenta, tomamos nuestras cosas…



–          Ven, vamos a otro lado, le dije.



–          Aún tienes fuerzas y ganas me pregunto



Mi respuesta fue tomar fuerte mente uno de sus glúteos, mientras mi dedo pulgar se metía entre ellos, y lo deslice por todo su canal tocando su ano. Andrea dio un respingo y me miro con cara de maldadosa…



… Llegamos al auto, estacionado en el tercer subterráneo de un edificio cercano, donde vivía mi amigo Héctor, saque la alarma y Andrea se sube en el asiento trasero, se puso en cuatro y se levantó el vestido…



–          Te gusta pasar el dedo? Ahora pasa tu lengua.



–          Yo pensaba que fuéramos a otro lugar a seguir esta fiestecita, le dije.



–          Primero acá y ahora!!!



–          OK!!! Es un placer para mí, y tus deseos son órdenes!!!



Mire para todos lados, no se veía cámaras, y estábamos bien escondidos, volví a mirar el trasero de Andrea le di un suave golpe con la palma de mi mano, se giró y me dijo…



–          Vas entendiendo



–          Entiendo rápido!!! Me arrodille en el borde de la puerta y metí mi cara en su sexo mojado y sabroso, de una pase mi lengua desde el clítoris hasta su ano y ahí deje mi lengua un rato, con mis manos llegue a sus senos, masajeándolos con mucha intensidad.



–          Dale, dale, dale más!!!! Me pedía Andrea.



Me pare, baje mis jeans hasta las rodillas, y empecé a mojar mi dedo anular en su vagina, Andrea solo disfrutaba, saque mi dedo de su vagina, apoye mi mano en su glúteo nuevamente y mi pulgar empezó a meterse suavemente en su ano, entraba y salía, mientras desde la altura yo miraba ese hoyito; cuando ya estuvo completo adentro, lo retire suavemente sin llegar a sacarlo por completo; puse mi otra mano y empecé a introducir ambos pulgares, el que estaba seco, se humecto rápidamente, en un momento mis dos dedos estaban hasta el fondo, Andrea ya bufaba, mis manos morenas, parecían una mariposa sobre esos glúteos blancos. Después de un minuto o más, ya tenía bien dilatado su ano, saque mis dedos, la tome por sus caderas y la corrí un poco más atrás. Andrea tenía sus piernas juntas, abrí sus glúteos, y le puse la punta de pene en la entrada, Andrea me miró con cara de excitación y me dijo…



–          Métela toda, de un viaje, quiero sentir la mezcla de dolor y placer…



Apoye bien mis piernas en el suelo, ajuste bien la altura, le baje un poco sus caderas, y de un golpe la metí hasta mis testículos..



–          Ahhhhhhhhhhhh!!!!



–          Ayyyyyyyyyyy!!!



–          Rómpeme el culo, dale, dale!!!!



Lo de Andrea no eran susurros, me gritaba y me alentaba, yo la afirme de las caderas y empecé un mete y saca muy animal..



–          Siiiiiiiii, siiiiiiiii, asiiiiiiiii!!!!!



–          Dale más fuerte, dale, dale!!!



La cara de Andrea estaba apoyada en el asiento y me miraba con cara de caliente, de éxtasis, mientras me miraba.



No sé cuánto duro, pero finalmente acabe en su interior, Andrea sintió el semen en su interior, se salió, se sacó el vestido, quedando solo con su brassier, se agacho y empezó a chupar mi pene aún un poco duro, luego me gira y se sube en mi a horcajadas, se abrazó de mi cuello, metiendo mi pene en su vagina…



–          Dale casita, muévete, muéveme, me tienes echa una loca!!!



–          Ahhhh, así, así…



–          Ayyyyyyy, rico, rico!!!!



Yo, la verdad no sé a quién le hablaba, todo el trabajo lo hacía ella.



–          Tómame de la cintura con tus brazos, apriétame fuerte!!!!



–          Ahhhhhhhhh!!!!



–          Ayyyyyyyyy!!!!!



–          Riiiiiiico!!!! Soltó sus brazos y quedo colgando



–          Aghhhhhhhhhhhh!!!!!!



–          Ay Dios que riiiiiico!!!!!



Se estremeció, y termino. Yo sentía mis muslos húmedos, era una mezcla de mi semen y sus juguitos que corrían por ellos.



–          Sabes?. Siempre quise hacer esto, sentirme una puta y que me culearan en los asientos traseros de un auto, mi esposo nunca se atrevió. Tengo tantas fantasías sexuales, y ahora tengo quién me las cumpla…



Mientras buscaba toalla nova en la maleta del auto, se viene un festín de sexo, pensé.



La limpie, me limpie yo, le puse su vestido, me subí los jeans. La apoye contra el auto y volví a besarla, largo y profundo, Andrea me abrazo y seguimos así un rato.



–          Vamos? Le pregunte.



–          Vamos, tengo hambre, vamos a mi departamento y ahí preparare algo.



–          Quieres? Me pregunto tiernamente, dándome un besito de piquito.



–          Quiero que me hagas más cositas –me comento con la misma voz de arrullo- Ya?



–          Y que quiere que le haga?



–          Quiero que juegues al zapatero!!!!



Yo sabía perfectamente que era eso!!!!!



Nos subimos al auto, se acurruco en mi hombro y partimos rumbo a su departamento, me esperaba una larga noche, y recién eran las 3.30 AM, y yo solo todo el fin de semana, al igual que Andrea.


Datos del Relato
  • Categoría: Hetero
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