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Categoría: Incestos

OJITOS VERDES (IV)

OJITOS VERDES.... (4)
Flabioau
Original
De
EROS_69
*****************

(Volviendo a casa)
***************
CUARTA PARTE
***************
En el viaje de regreso, Ojitos Verdes se durmió recostada en el asiento trasero del vehículo. La camioneta se tambaleaba hacia sus costados. La ruta de tierra se hizo fatigosa por sus desniveles y lo poceado dejados por las profundas huellas, además del calor y la polvareda por lo seco de sus calles, hacían irrespirable su interior. Los dos hombres iban comentando que los sembradíos clamaban por una buena lluvia. De pronto sonó el celular de Alejandro:
- ¿Sí?... ¡Oh, amor... estamos regresando!... ¿cómo? ¡¡Sí, mujer está bien, tengo que pasar por casa del compadre para bajar las cosas y dejarlo a él y la niña!!... Está, Bien, nos encontramos allí... como lo dispongas....Nos vemos...- y cerró el celular -... Es mi esposa... dice que está saliendo ya hacia tu casa para ayudar a tu mujer con los preparativos de la fiesta de mañana...
- ¡Siempre tan guapa y servicial, tu Mariana!...
- Es que al no estar yo en la hacienda, se aburre...seguro que ella llamó a mi comadre para tener una excusa y salir a despejarse...
- Se llevan muy bien ambas mujeres...
- ¡Creo que demasiado bien!...
-¡Epa!... – levanto la voz Rodrigo
- y, claro, hombre, si apenas abro la boca para decir algo de tu esposa, ya esta la mía, diciendo "¡CUIDADO CON LO QUE VAS A DECIR DE AMALITA!"... – y soltaron una carcajada - ... yo pagaría por saber de qué hablan cuando no estamos nosotros...
- ¡Cosas de mujeres!... aparte de todo, tienen casi la misma edad, Amalia me lleva 3 años a mí, tiene 38, es mayor que yo y tu Mariana no creo que llegue a los 40...
- ¡Qué sutileza para averiguar la edad de una mujer, Rodrigo...- hizo una pausa- ...Ella es demasiado joven para mí... Soy mayor... quince años mayor que ella... Tenía quince años cuando nos casamos... ¡bueno, es un decir... cuando la traje a la estancia, a vivir conmigo... con sus padres no podía estar, no tenían ni para comer... Me la traje desde la Patagonia, le hice terminar los estudios, estaba cursando el secundario... ¡Desde entonces que sus padres reciben todo los meses un giro para vivir decentemente!...
- ¿Por qué me contás éstas cosas Alejandro?... – se preocupó Rodrigo, al notar algo en la voz de compadre:
- ¡Después de lo de hoy, no debemos tener secreto entre los dos!... Marianita, se acostó conmigo recién dos años después. Tenía 17, cuando la desfloré... Sentía terror al sexo... Estuvo traumatizada, mucho tiempo hasta que comprendió que todo era normal... que la vida entre un hombre y una mujer, era eso... gozar uno de otro....
- ¿Y por que esa fobia?...
- ¡Tuvo un intento de violación a los 13 años... nunca me quiso decir quien fue!...
- Pero te lo imaginás, ¿no?...
- ¡Sí, su padre!... ¡ Para que comprenda qué tan natural era el sexo, le prometí que le iba a hacer tener sexo con otro hombre, para que vea que todos los hacían de igual manera... – y se contuvo. Rodrigo lo observó y con la mirada insistió:
- ¿Y?... ¿lo hiciste?... ¿la entregaste?...
- ¡no!... no hizo falta. Además, las mujeres que trabajan en casa, le hicieron entender cómo era la cosa...
- ¿Y?...
-¿Y, qué?...
- ¿Como se las arreglaron las empleadas de la estancia, para demostrarle y convencerla?... – y allí Alejandro, lanzó una carcajada que despertó a Ojitos Verdes, que simuló que seguía durmiendo pero escuchó la historia:
- La muy pilla, les preguntó a las mujeres empleadas – eran tres – que ya que ellas la aconsejaban que era normal "TODO ESO", si se animarían a demostrárselo...
- ¿a demostrárselo? ... – se interesó Rodrigo - ... ¿y cómo era eso?...
- ¡Muy sencillo!... las quería ver a ellas, haciendo el amor... – Rodrigo rió con ganas -... quería que primero lo hicieran las empleadas y recién después, lo haría ella. Eran una señora de unos 35 años la cocinara, de mi edad entonces, casada por supuesto, una hija de 18 y una sobrina de 17... – Alejandro se sintió atosigado por las preguntas de su acompañante, lo notó que estaba nervioso, como excitado -... ¡por favor, compadre, no te estarás calentando con mi mujer,¿no?... – rieron los dos:
- Por favor... a las esposas de los parientes el respeto es lo primero... – volvieron a reír:
- Bueno, la señora mayor, le dijo, venga esta noche a mi cuarto y escóndase tras la puerta y verá a mi marido tener sexo conmigo....
- ¿Y?...
- ¡Ah, no! – Les dijo Marianita– yo las quiero ver con Alejandro...- hubo un silencio - ... sí, así se despacho mi mujer, para ver y creer, tenía que ser con Alejandro...
- ¡Entonces no pasó nada!... – dijo decepcionado Rodrigo -... y, ¿cómo la convenciste al final?... – ante el silencio capcioso de Alejandro, insistió- ... no me vas a decir que las mujeres aceptaron....
- Primero la mayor dijo, poniendo el grito en el cielo... haciéndose la estrecha... "No, ¿cómo voy a hacer eso?"... – pero supuestamente la idea no era tan mala, porque pensó diez segundo y se terminó el disgusto y lanzo con su voz tímida, un desafío: "¡DESPUÉS DE TODO, HABRÍA QUE VER SI EL SEÑOR ESTÁ DE ACUERDO... POR USTED SEÑORA MARIANA, HARÍA UN SACRIFICIO, PERO LAS CHICAS NO"... y fueron entonces las chicas las que pusieron el grito en el cielo...
- ¡Se aterraron, seguramente, temiendo ser obligada y violadas!...
- ¡No!... Se enojaron con la viejita.... ellas también querían... ¡Pasé una noche! ¡¡ Jamás las he podido olvidar!!...
- ¿a las chicas? ¿O jamás pudiste olvidar esa noche?...
- No, ni a las chicas, ni todas las que vinieron después... – rieron - ¡Qué manera de tener sexo al por mayor! Eso sí, una por noche... todas juntas Marianita no quería. Después que vio cómo gritaban y se retorcían de placer, la mamá de las chicas era una fiera... ¡¡una máquina!!...
- ¿Era? o es...
- No, ya no...
- ¿y las chicas?
- Se casaron... y se han ido...- carcajada:
-¿De qué te reís, compadre?...
- Que de vez en cuando vienen... y ya no son tan chicas... tienen la edad de mi mujer...
- Pero... – se miraron y volvió a reírse - ... ahora traen a dos bellas cachorritas... a los 16 años me pidieron por favor que les enseñara a sus hijas lo que era el sexo....
- ¿¿QUEEEE??... – gritó Rodrigo -... ¿Eso también?... ¿Cómo has logrado esa atracción irresistible con las adolescentes?...
- ¡No te rías!... Se lo debo a mi desgracia de no poder embarazar a nadie. Las mamá, preocupadas por el sexo creciente de sus hijas y conociendo mi incapacidad, han decidido traérmelas con la anuencia de Mariana, obviamente, y me sentí "obligado" a iniciarlas...
- ¿Y?...
- Y, ¿qué?... – lo miró. Demostró sentirse apenado:
- ¿qué pasó? ...¿Fue mal?...
- Y claro... – volvió reír con ganas -... me exigieron más de lo que pude... quedé "grogui"... se quedaron todo un fin de semana en casa... ¿te imaginás? La pobre Marianita se puso tan ardiente que se metió en la cama cuando estaba con una de las virginianas totalmente desnuda y me la sacó de encima - cabalgaba COMO UNA POSEÍDA la niña – que cayó al piso y continuó con masajes íntimos, llamando a su primita la que vino urgente y se revolcaron enloquecidas en la alfombra del dormitorio, mientras mi mujer gozó de tal manera, como nunca lo había hecho antes... y fue allí donde me volvió a recordar la antigua promesa de llevarle otro hombre...
- ¿Eso?... – quedó impávido Rodrigo -... ¡no, no lo puedo creer! ¿Qué le dijiste?...
- No pude responder... porque aceleró su galope... Yo, gritando mis eyaculaciones... y ella, gritando un nombre... creo que no tuvo orgasmos conmigo, sino con el tipo que eligió para tener sexo y que me obliga a llevárselo... y no me pidas que te diga quién es porque eso sí, nunca lo diré...
- ¡Compadre!... – se ofendió Rodrigo -... ¿tu palabra de que a partir de ahora no hay secretos entre nosotros?...
- ¡Sí, tenés razón... pero ésto es demasiado! ¿Cómo decirte a vos, mi pariente, con quien me quiere cornear mi mujer? ¡Debo soportarlo sólo!... lo único que le pedí a Mariana, que cuando lo esté gozando le saque la promesa de que él me entregue a su mujer...
- ¡La pucha, qué problema, compadre!... ¡Flor de triangulo se está armando mi amigo! Qué lío, ¿no?... ¿y si el hombre se niega a entregar a su mujer?
- ¡No lo creo! ¡En ese momento, a punto de correrte con la furia de la situación, decís cualquier cosa... aceptás hasta que te apoyen a vos con una verga descomunal por el trasero!...
- ¡Epa, amigo! ¿Qué te anda pasando?...
- No sabés Compadre, cómo te excita imaginarte a tu mujer follando con un otro hombre y más mamando una enorme poronga... ¡Es enloquecedor!... Ahhh, ya me estoy poniendo más duro que un fierro... y me parece que usted también compadre...
- ¡¡La pucha!!... con lo que has pintado, estoy para llenar veinte bocas... Apurá Alejandro, a ver si llego a tiempo a casa... ¡Mirá!... – Y Rodrigo se desabraguetó y saltó su miembro como un resorte, totalmente morado y palpitante a punto de regurgitar líquidos a chorros. Inesperadamente Alejandro, frenó la 4 x 4 y se detuvo a la vera del ancho camino de tierra, y haciendo gala de gran porongudo, desató una batalla de vergas con fuerte olor, diciéndole a Rodrigo:
- ¿Probamos quien la tiene más larga?... - y se estiró en el respaldo del asiento mostrando cuan larga era su máquina, abrió la guantera y sacó una cinta para tomar medidas en el campo y estirándola colocó la punta sobre sus pelos, como la cinta es a resorte y no podía hacerlo sólo, le pidió al compadre que la sostuviera sobre su pelvis, mientras medía, pero al sentir el calor de la mano del amigo que rozó su prepucio tuvo una convulsión y él, le manoteó el sexo del joven compadre y con la otra mano apreta la mano de su amigo, sobre su verga y lo obliga a masturbarlo. Una sesión formidable de masturbación entre dos hombres que gustan de las mujeres, que no pudieron soportar tanta excitación. Se olvidaron de Ojitos verdes, que se acodó sobre el respaldo delantero, justo en medio de los dos y se quedó mirando la escena. La calentura era tal que no advirtieron la presencia de la niña viciosa, que comenzó a frotarse su rajita hasta que le vino un orgasmo que no pudo callar un grito de placer, y antes que ellos pudieran reaccionar, dando un salto, pasó a la parte delantera y se metió entre los dos hombres quitando sus manos de ambos miembros a punto de eyacular, comenzando ella con el sube y baja ante la desesperada calentura de Alejandro y su padre. Ojitos Verdes, se arrodilló en el piso, entre las piernas de los dos apuntando con sus manos ambos troncos a su boca. Sacó su lengüita y comenzó una riquísima lección de pajeo lingual sobre ambas cabezotas que vomitaron casi juntas fuertes chorros de leche hirviendo en su cara, en su boca y otra parte logró atraparla con su lengua y tragar todo lo que pudo. Luego beso en la boca al Padrino y al padre. Con éste último lo hizo con mucha fruición... porque él se negaba a separar sus dientes, hasta que accedió y se enroscaron ambas lenguas en una lucha a muerte, al tiempo que Alejandro, comenzó a meter la suya en el ano de la "inocente" muchachita, que se retorcía como una yarará, mientras que con la mano libre buscó la verga del papi y se la metió en la puerta de su cachucha que estaba totalmente lubricada y permitió que su padre la penetrara por primera vez. La niña ninfómana, lo cabalgó a su progenitor entrando ambos en convulsiones desenfrenadas, mientras Alejandro acomodaba su enorme verga en la puerta del recto de la jovencita que al sentir su entrada, lloró cada orgasmos al sentirse penetrada por ambos lados:
- ¡Hija, déjame salir... no puedo acabarte adentro...
- ¡Hazlo papi... es lo mejor que te puedo ofrecer... no te salgas, por favor...
-¡Es que te voy a embarazar....
- ¡No, noooo!... papá.... dale más fuerte... siempre tomo pastillas... por favor, lléname con tu leche... por favor... que tu primera vez sea total... – y se prendió de la boca de Rodrigo, mordiendo la lengua del padre hasta sangrarla, mientras Alejandro le llenaba las tripas con una acabada que lo dejó sin poder moverse, mientras la niña le pedía que no se retire, que le gustaba sentir las dos vergas más hermosas del mundo, dentro suyo... y ahí, el padre, le mordió la lengua a la hija, los labios, mientras eyaculaba junto con ella torrentes de esperma gritándolo enloquecido de placer.
--00--
Nuevamente en marcha, una hora después arribaban al portón de la Estancia de Rodrigo. Se preocuparon por el estado en que se encontraba la niña, casi sin ropas y sucia de semen, al igual que ellos, pero era más soportable. Ojitos Verde, venía en brazos del padrino, reaccionó rápidamente:
- ¡Papi...que Padrino me baje en brazos, diciendo que estoy dormida y me lleva directamente al baño y me deja allí... y vos te vas a llevar sus cosas a casa de él ...
- Tiene razón... porque si Amelita te ve así... puede pensar muchas cosas...
- ¡Si pero en tu casa... no hay nadie!... ¿quien me va a atender?...
- Siempre están las empleadas... Ahora yo bajo con la niña y sales urgente, que no te vea nadie... ¡Si tu mujer pregunta le digo que fuiste a casa... ¡ ya lo dijo tu hija... es más inteligente que nosotros dos... – Y Rodrigo detuvo la camioneta a unos cien metros de la casa. Alejandro bajó con Ojitos Verdes envuelta en una frazada, toda cubierta y las jaulas. La madre se asustó y le dijo:
- ¡No es nada, está dormida y nos dio lástima despertarla! Además jugó como una chiva todo el día. Quédese tranquila, Comadre, yo la llevo, usted traiga las jaulas con los bichos esos que le hemos comprado....
- ¿Y Rodrigo?... – se preocupó la mamá de Ojitos verdes.
- ¡Fue a casa a llevar las cosas que compré yo!... – gritó Alejandro al tiempo que se alejaba apresurado con la preciosa carga hasta perderse por la puerta de el enorme Chalet central, de la Hacienda de su compadre. Amelia se quedó mirando cómo se perdía en el camino la 4 x 4, rumbo a la Estancia del Compadre. Cuando reaccionó, ya Alejandro retornaba de dejar a la jovencita.
- ¡Ya se despertó!... La dejé en la puerta del baño Amalita, quería darse una ducha... el cansancio, la tierra y el calor la han dejado un asco...
- ¿Tiene para mucho, Rodrigo?...
- Todo depende...
- ¿De qué?...
- Del tiempo que lo requiera Marianita para acomodar las cosas que he comprado... ¡Ah, mi mujer es muy detallista... y hasta que no ve un cuadro bien colocado, no se deja de jorobar....
- ¿Y trajo muchos cuadros, compadre?... – lo preguntó con cierta ironía:
- Unos diez, más o menos... – mintió Alejandro. Iba a decir algo Amalita, cuando estuchó la voz de Ojitos Verdes que la llamaba - ... ¡la llama su hija, comadre!... – trató de sacársela de encima. La mujer de Rodrigo lo miró con picardía en los ojos, y se alejó. Él, se fue a un espejo de la sala y se vio muy mal. Huele su ropa y apestaba a esperma- ... ¡Hummm!... Creo que no se tragó nada de lo dicho con respeto a su marido... – tomó su celular y salió al enorme patio, se sentó en un banco de madera- ... ¡Hola, mi amor!... ahí va... Ya sabes, cuando lo tengas listo... apreta los tres números que te indiqué, de tu celular y deja que él hable... sabes cuál es el pedido... ¡chau mi amor! ¡¡Portate bien!!... – cerró el celular, pero sin apagarlo y se fue a unos de los baños de la peonada, donde se refrescó y se lavó las manos y la boca. Cuando volvió hacia la casa grande, ojitos verdes lo llamaba a comer algo.
--00—
Llegó la 4 x 4, hasta las puertas de la casa central de la hacienda de Alejandro. Bajó. Se sacudió la ropa. No se preocupó por la facha, sabía que no había nadie. Bajó unos paquetes. No eran cuadros, eran planas de flores y facturas de cerdo. Tomó el picaporte de la puerta. Estaba abierta. Se extrañó. Entró. Fue derecho a la cocina, dejando los comestibles y luego cuando iba a salir hacía el jardín de invierno a dejar las plantas, sintió unos gemidos que provenían del lavadero, se acercó, escuchó. Los suspirados eran de una mujer. Se excitó, no se animó a entrar y decidió dejar las plantas para retirarse a su casa, De pronto sintió ruidos en la planta alta, subió lentamente, sabía que no había nadie en la casa. Temió a que hubiera ladrones. Sabía que Alejandro tenía en su dormitorio su caja fuerte. Se acercó y abrió de golpe la puerta:
- ¿Quién... está?... – quedó estático. Intentó cerrar la puerta y retirarse, pero una voz ardiente le ordenó desde la penumbra de la habitación:
- ¡Pasá, Rodrigo... te estoy esperando!... – increíble. Rodrigo no pudo emitir palabras. Era la voz de Marianita, que tuteándolo, cosa que nunca había hecho, lo invitaba a pasar. Estaba recostada en la cama matrimonial, con la ropa subida hasta la cintura, las piernas abiertas y sus manos entre sus pantaletas acariciándose la vulva. Sus ojos tremendamente abiertos cargados de deseo:
- ¡Comadre... ¿ qué pasa... está ... enferma?... – titubeó. Dejó caer al piso lo que traía en sus manos:
- ¡Síiiii!... y sos el único que puede curarme... ¡ Pasá... – le gritó - ¡Pasá, que no aguanto más!...
--00—
Rodrigo, creyó que soñaba. Él era el elegido. Se acercó a Marianita que descaradamente, lo tomó de las manos y lo tiró sobre la cama junto a ella . Desabotonó el pantalón, quedando desbraguetado. Tomó el miembro del hombre deseado, lo sacó afuera y furiosamente se lo llevó a la boca para mamarlo frenéticamente, mientras Rodrigo acariciaba sus senos, pellizcaba sus morados y duros pezones, los que entró a saborearlo, al tiempo que corría su mano hacia atrás, metiéndose en el tanga negro y transparente hasta alcanzar el enervado "pijito" femenino, haciendo una vigorosa masturbación a ese regalo caído del cielo. Marianita gritaba sus orgasmos. Tomo el celular sin que Rodrigo se diera cuenta y apretó los botones que le indicara Alejandro y lo dejó bajo la almohada. Rodrigo también grita su eyaculación:
- ¡Te acabo en la boca, comadre!...
- ¡sí, amor... haz lo que quieras...
--00—
Sonó el celular en el momento en que Alejandro conversaba con Amalita, su comadre, se lo llevó al oído, y escuchó con claridad la voz de su mujer teniendo un profundo orgasmo....
- ¡Aaaagggg... Rodrigo, qué bien lo haces... más por favor... es rico... es ricoooo....
- ¿Si?.... ¿te gusta?...
- Sí.... siiiiii..... Sigue... sigue... – Alejandro, solamente imaginó. El solo hecho de escuchar esas voces, hizo que su enorme verga se levantara y le alcanzó el auricular a Amalita:
- ¿Es para mí?...- fue la inocente pregunta tomando el tubo. Se sorprendió. Alejandro no respondió, pero vio como el rostro de la comadre iba cambiando y clavando sus ojos en los del hombre se acercó a él, para poner el auricular junto a sus oídos y escuchar los dos, en el preciso momento en que Mariana gritaba otro tremendo orgasmo:
- ¡Ahhhhhhh.... queee ricoooo... penetrame Rodrigo.... ´¿si?... – y gemía enloquecida.
- ¡SI, MI VIDA!.... Jamás pensé que me iba a echar un polvo con vos... ¡qué hembra que resultaste ser, comadre!... Dejame que te lleno la boca con mi caliente lechita.... Ahoraaaaa....
- Si... no te detengas mi macho.... ¿sabés lo que quiero?...
-¡Noooo... dímelo...
- Ver hacer el amor a Alejandro con Amalita.... ¿la dejarías?...
- Siiiii... que la reviente... pero nosotros seguimos gozando hasta morirnos.... ahora... yaasaaaa.... yaaaaaa Marianita....-
--00--
Alejandro notó la respiración jadeante de Amalita, le sacó el teléfono de las manos, la alzó con sus fuertes brazos y la sentó cobre la mesa del comedor, mientras sus bocas se enfrentaron a muerte. Se mordían furiosamente y sus lenguas gustaban los líquidos de ambos. Ella no pronunciaba palabra alguna. Abrió bien sus piernas. Alejandro, se arrodilló, quitó la tanga blanca y mojada que ya despedía un fuerte olor a los flujos de la mujer que le demostraba que su calentura con él, venía desde mucho tiempo atrás. Alejandro, dueño de una tremenda lengua, le acarició las gruesas paredes de la peluda vulva que fue mordiéndolas con sus labios y penetrándola lentamente a medida que la mujer perdía toda compostura y poseída por la locura del sexo le gritaba palabras obscenas, que lo calentaban más al hombre. Se retorció como una víbora cuando él alcanzó a tomarle el clítoris con sus dientes y comenzó a morderlos. De pronto notó que su verga se estaba humedeciendo y vio de reojos a la insaciable Ojitos Verdes, queriendo meterse semejante cosa en su pequeña boca, mientras su madre – que no podía verla, le gritaba a Alejandro:
- Penetrame, Alejandro... por favor, penetrame.... ¡¡ no sabes cuantos años hace que deseaba este momento!!!... por favor… por favor….

**********
Datos del Relato
  • Autor: EROS_69
  • Código: 9944
  • Fecha: 13-07-2004
  • Categoría: Incestos
  • Media: 5.06
  • Votos: 66
  • Envios: 12
  • Lecturas: 12033
  • Valoración:
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
damian
invitado-damian 24-08-2020 15:51:22

wow que rico relato estoy pajeandome muy rico

JOTA
invitado-JOTA 19-07-2004 00:00:00

Lastima que no continuaron pues este cuento estaba muy interesante y parecia que habia mas aventuras. Ojala las pueda continuar.

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