Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Hetero

Los tres platos

El día de ayer me levanté como dicen por ahí: con el pie derecho. Después del baño me fui a desayunar con Lorena, una chica con la que he venido cogiendo por más de 9 años. Ayer, la excusa como siempre, fue ir a dejar el pago de su marido, pues su compañía de jardinería es quien mantiene el de mi casa. Obviamente, su marido no está en casa, pero si están los padres de su marido: o sea sus suegros, quienes son una pareja que pellizcan los setenta años y quienes me conocen, pues saben que soy cliente de su hijo, aunque no saben que también por lo menos dos veces al mes le he venido sacando una media docena de orgasmos a su nuera, pues su hijo pasa muy ocupado y Lorena desde los 28 años venimos cogiendo.



Ahora con 39 años, Lorena es una mujer muy madura y conllevamos esta relación sin sobresaltos y tenemos una sincera amistad con ciertos beneficios y mucha confianza, al punto que el día de ayer que me invitó a desayunar a su casa, también me hacía saber que no podría satisfacerme sexualmente, pues estaba con su periodo menstrual y solo se comprometió a dármelo oralmente. Comimos todos juntos, incluso sus suegros y me despedí como siempre, pues este número de teatro lo hemos hecho en varias ocasiones: Salgo, echo andar el motor de mi auto, pero en vez de salir del lugar, meto mi auto en el guarda coches y Lorena me abre la puerta trasera y nos vamos a alguna habitación en el sótano, mientras sus suegros pasan viendo televisión la mayor parte del tiempo.



En esta ocasión la rutina es la misma, llegamos a la habitación y Lorena con esa confianza toma como dueña mi verga y comienza suavemente a besarlo y a mamarlo. Estamos en los primeros minutos y su celular suena. Es su marido que le anuncia que va hacia la bodega a dejar su vehículo de trabajo y le pide que se aliste, pues se tomara el día libre y saldrían a pasear a algún lugar. Lorena me hace saber que su marido viene para la casa, solamente me le da otros mamones a mi verga y me sacude con sus manos los testículos y me dice que lo siente, que no podremos continuar. Lorena toma el celular y le llama a su prima Sheri, quien es parte de nuestro secreto, pues a Sheri me la vengo cogiendo por los últimos 3 años, y su marido trabaja para la misma compañía de jardinería y si el marido de Lorena ha decidido tomar el día libre, el marido de Sheri debe hacerse cargo de todo. Termina la llamada con su prima Sheri quien vive solamente a unas cuatro cuadras de su prima y me dice: Dice Sheri que te vayas para donde ella, mira que no queremos que te quedes con los huevos doloridos. – y se ríe.



Rápidamente me limpio la verga, me alisto y salgo para donde Sheri, quien es una chica esbelta y alta, en comparación con Lorena, súper alta. Con Sheri son maratones sexuales los que tenemos en nuestros encuentros, pues esta chica después de ser escéptica en relación al sexo anal, desde que la convencí que lo experimentara conmigo y consiguió su primer y multi orgasmos, siempre me da los tres platos a placer, pero hoy debido a que tiene una cita con su médico, pues debe hacerse un mamo-grama cada dos años, solamente tiene dispuesta media hora para mí: en otras palabras, su prima le ha dicho que me ha dejado caliente con la mamada y Sheri quiere como buena prima y buen amante, que por lo menos descargue la presión que traigo. Prácticamente me estaba esperando con las piernas abiertas cuando me explicaba lo de su cita.



Con esa mentalidad, la pongo de perrito en la cama, no la cama matrimonial, pues estas mujeres aunque infieles, nunca me han metido en las habitaciones donde follan con sus respectivos maridos. En el caso de Sheri, tiene una habitación para huéspedes y que siempre está muy bien puesta estéticamente. Ella asume la posición y me deja ver ese lindo espectáculo de su rico culo y la panocha expuesta donde noto el brío de los jugos vaginales que comienzan a aparecer. Por lo de la plática que conllevamos, aquello de 30 minutos se redujo a solo 15 minutos y es primera vez que Sheri me apura: Tony, descarga tu leche, pues no quiero que te vayas con los huevos doloridos. Ella en cuatro patas me corresponde al ritmo de mis embestidas mientras con unas de sus manos me aprieta los testículos y donde también aprovecha ella en masturbarse el clítoris. Quizá Sheri sea una de las pocas mujeres con las que he estado y que tienen la libertad de masturbarse frente a sus parejas. No sé si lo hace con su marido, pero conmigo, ella se siente libre en hacerlo. Mi verga entrando y saliendo en la rica panocha de Sheri y ella frenéticamente masturbando su inflamado clítoris. Es ella quien llega al orgasmo y sus gemidos y alaridos, tiene esa magia que alimenta ese sentido erótico en mí, y con un taladrar incesante le descargo la presión que traía y le lleno ese rico orificio con tremenda corrida.



Nos limpiamos rápidamente y en ese proceso estaba cuando en esta ocasión recibo la llamada de Diana. Sheri solamente me sonríe, pues ella conoce a Diana, pues hace poco tuvimos una reunión que una de estas chicas que yo me cojo propuso y ella bautizó tal reunión como El Club de las Infieles. Diana, es una chica de cuerpo más lleno… no es gorda, pues su abdomen es plano y sólido, pero sus nalgas voluptuosas y sus tremendos melones, le dan esa apariencia de llenita. El ver el cuerpo desnudo de Diana, es un tremendo espectáculo. Sheri me despide con el típico beso y aprovecha para decirme como un susurro al oído: Ya mi prima Lorena te dio una mamada, yo te acabo de dar mi panochita, ahora ve con Diana y que ella te de su culo; los tres platos. –me dijo sonriendo.



Realmente aquello se cumplió, pues de todas estas mujeres infieles que me cojo, es Diana la que es más adicta al sexo anal. Me llamaba para ver si podía llegar a nadar en la piscina de mi casa, que es lo mismo a decir: Quiero que me sodomices.



Se apareció como a eso de las 12 del mediodía con unos pantalones cortos o cacheteros les llamaría yo, con esa marca que aunque eran blancos, el emblema en ingles dice “pink”. Una blusita de color azul tierno donde se marcaban sus tremendos melones con un sostén de color negro. Se le ocurrió algo a Diana y me pide que me la folle en el patio. Solamente me recuerdo de una chica de nombre Micaela quien fue mi vecina, quien al cumplir sus 20 años, me la follé en el patio trasero de la casa. El jardín es grande y como sé que mi hermana Kashira anda por Estambul, pues me la cogí en pleno patio.



Diana es multi orgásmica y da unos alaridos y gemidos cuando acaba. Promedio, cada orgasmo o multi orgasmos, como ella los describe, le sobrepasan el minuto de placer. En los asientos reclinables de la piscina, ahí le baje su pequeña tanga y pasamos follando bajo el sol por una hora. Como dije, Diana es adicta al sexo anal, aunque algunas veces ella lo combina con algún consolador en su panocha o me pide que le masturbe el clítoris si la posición lo permite. Le dejé ir dos descargas más y ella debió tener al menos seis orgasmos que la hicieron aullar más que los perros cuando oyen a la sirena de los vehículos de seguridad.



Ya bien servida, Diana se despidió a eso de las 3:30 p.m. pues su marido llega a las cinco de trabajar. Te todas las que me cojo y que están casadas, Diana es la única que no tiene hijos, no quiere tener hijos y es una de las más jóvenes de este club de infieles con la edad de 31. Para un hombre de 50 años como yo, una chica de esa edad, a uno le parece una mozuela todavía y Diana es de esas niñas bonitas con cara de inocentes.



Después de esa actividad sexual, donde en cuestión de horas tuve sexo con tres diferentes mujeres y donde en el recuerdo de las palabras de Sheri, como ella lo dijo: Los tres platos. Con una sonrisa pienso ir a buscar mi cama y dar una siesta, cuando el celular vuelve a sonar. Es Johan, mi vecina rusa, quien me hace la pregunta que si Diana le ha dejado verga a ella. Fue entonces que imaginé que alguien más nos pudo haber visto follando en la piscina. Según Johan, lo vio todo: Desde que Diana me daba una mamada en la verga, que yo le metía mi lengua en su culo, hasta ver las muecas de placer cuando Diana explotaba en sus potentes orgasmos. Lo vio todo y me dijo: Es como ver una película porno en vivo, lo único que por la distancia de mi casa, el sonido dejó mucho que desear. – y se reía.



Le dije que viniera, que tenía para darle verga a ella también. Me pidió retener la oferta para otro día, pues al igual que Lorena, estaba en esos días de su periodo menstrual. Se despidió con un beso y me dijo lo siguiente: Tony, quiero que me folles en el río. – y colgó.



Adyacente a mi patio trasero, tengo como barrera natural un río de buen tamaño. De vez en cuando salgo a caminar por ahí con mi perro y en una ocasión sorprendí a una pareja de jóvenes cogiendo ahí. La situación se puso algo penosa, pues aunque no estaban completamente desnudos, a la chica se le hizo más difícil subirse su pantalón ajustado de mezclilla. Yo quise ignorarlos, pues yo pasé por esa edad y a mis 50 todavía no se ha bajado mi calentura, pero para mala suerte de esta joven pareja de quizá, también eran espiados por el guarda bosques del lugar, quien los arrestó y me pidió que yo fuera su testigo en la corte. Eventualmente tuve que ir a la corte por este caso, donde el juez le dio una multa de $500.00 a cada uno más servicio comunitario. Solo imagino cogiendo a Johan ahí y ser sorprendido por el mismo guarda bosques, pero creo que tomaré el riesgo.


Datos del Relato
  • Categoría: Hetero
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1056
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.191.211.66

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 37.834
»Autores Activos: 2.203
»Total Comentarios: 11.826
»Total Votos: 511.803
»Total Envios 21.937
»Total Lecturas 93.975.994