Corrían los primeros meses del año 1991, vivía con mi esposa en la casa de mi suegra, a petición de ella, supuestamente para ahorrarnos el alquiler de una casa y completar el enganche de un departamento. Todo el tiempo me sentí incomodo ya que mi suegra nunca me acepto como su yerno, pero siempre cedí a los chantajes de mi esposa, porque me sentía muy enamorado de ella, en ese tiempo yo contaba con treinta años de edad y un cúmulo de proyectos en bien de la familia que había formado con mi esposa.
Ese día llegue a mi trabajo como siempre, pero al llegar me llama el gerente a su oficina y poniendo un cheque sobre su escritorio me dice que había sido escogido en el recorte de personal y sin más fui liquidado de ese empleo.
Cabizbajo y preocupado me dirigí a casa y al llegar mi suegra me vio con nerviosismo casi con espanto, yo nunca llegaba a casa a esas horas de la mañana y algo raro presentí, me dirigí a la vivienda que ocupaba con mi esposa y al entrar a la recamara sorprendo a mi esposa desnuda con un vecino que vivía enfrente de la casa y que según supe después, había sido su primer novio. Furioso yo los golpeaba con lo que tenia a la mano, pero en eso todo se me obscureció y caí sin sentido.
Al abrir los ojos mi esposa y su madre junto con sus hermanos, armados con palos me corrieron de esa casa y apenas con mis documentos personales y lo que traía puesto salí de esa casa para siempre.
Dolido y humillado, viví días de dolor y borracheras interminables, hasta que desperté en un hospital sucio y derrotado con suero en un brazo, y lo primero que veo es a mi madre, con visibles huellas de haber llorado mucho por su hijo que yacía tendido, victima del engaño y el alcohol.
Mi mama era una mujer un poco pasada de kilos con 59 años de edad, pelo entrecano, pechos grandes y un poco placidos, piernas regordetas, vientre un poco abultado. En fin, una mujer con un cuerpo de acuerdo a su edad. Vivía sola a raíz de la boda de la menor de mis hermanas y viuda desde hacia diez años, en un departamento de interés social de dos pequeñas recamaras, a donde me fui a vivir después de salir del hospital.
Desde los primeros meses, mi madre hizo gala de un valor y determinación admirable supo sortear mi frustración, desesperanza y depresión, mis cambios de humor y mi falta de dinero. Hasta que conseguí un empleo un poco más ventajoso que el anterior, y al verme en el espejo nuevamente con traje y corbata, repuesto al menos físicamente, la determinación me invadió nuevamente y salí con la decisión de triunfar en mi nuevo empleo.
A los pocos meses era yo el segundo mejor vendedor en la empresa, y me sentía profundamente agradecido con mi madre ya que ella me rescato de mi depresión y abatimiento, con paciencia y cariño me saco nuevamente a la vida, y esas cosas hicieron que mi madre se convirtiera en mi amiga y confidente, con quien compartía mi día a día, mis nuevos proyectos y planes, nos acostumbramos a salir los sábados a cenar, al cine y a veces a bailar a algún salón, pero lo que mas disfrutábamos eran las salidas al cine ya que en la penumbra de la sala yo abrasaba a mi madre y ella se recargaba en mi hombro y así disfrutábamos de la función, haciendo de esto un momento muy intimo entre ambos.
Yo siempre la sorprendía al llegar del trabajo con un chocolate, un detalle o una flor, algo que se notaba la hacia muy feliz ya que me correspondía con un beso en mi mejilla, aunque ella nunca había tenido esas muestras de afecto conmigo ni cuando era niño, y esos besos fueron los que empezaron a causarme una gran confusión, ya que cada que me besaba yo tenia una erección, pero trataba de no darle importancia a al hecho, aunque después fueron sueños muy vividos en donde mi madre me besaba en la boca y despertaba con una erección insoportable tanto que me masturbaba y cuando eyaculaba imaginaba a mi madre conmigo en mi cama. Claro, el sentimiento de culpa me invadía porque sentía que mi madre no se merecía que yo, le pagara sus cuidados de esa manera.
Teníamos mas de un año viviendo juntos cuando llego su cumpleaños numero 60,y la lleve a bailar y a cenar, le regale un vestido color rojo que a mis ojos, la hizo ser la mujer mas bella del planeta, se le notaban sus hermosas piernas, sus senos grandes, sus lonjas y su vientre, pero para mi era una visión sensual y maravillosa, la abrase y bailamos muy juntos ella me decía que se sentía muy feliz conmigo y recargada su cara en mi pecho bailamos hasta muy tarde. Al día siguiente ella salio muy temprano, yo me levante a eso del medio día y al saber que estaba solo, salgo desnudo de mi recamara y entro a bañarme y al recordar a mi madre la noche anterior mi pene se endureció, me seque y salí hacia mi recama, con mi verga erecta pero al pasar por la sala mi madre abre la puerta de entrada sorpresivamente y me ve así, desnudo y con mi verga en todo su tamaño, los dos permanecimos mudos por la sorpresa y aunque solo fueron unos breves segundos, vi la mirada de mi madre clavada en mi verga, yo reaccionando me voy a mi cuarto, cuando salgo ya vestido, mi madre me dice que debería cubrirme para no pescar un resfriado, diciendo esto con una fingida indiferencia, pero sabia que se sentía turbada.
El siguiente fin de semana, después de mucho tiempo de no hacerlo llegue con unas copas de más y mi madre, enfundada en su bata de dormir me recibió con un gesto de disgusto y reproche por llegar con aliento a alcohol, yo le dije que no lo tomara tan a pecho y besando su frente me fui a dormir.
A los pocos minutos, ya estaba en mi cama desudo y casi me dormía, cuando la puerta de mi cuarto se abre y mi madre entra y sentándose en mi cama me dice que teníamos que hablar, yo me incorporo y sentándome junto a ella no hago ningún intento por cubrirme y a ella no le importo que yo estuviera desnudo, a pesar que el cuarto estaba a obscuras mi verga estaba a mil y era imposible que mi madre no lo notara aun en la penumbra de la habitación.
-Manuel, dime la verdad, ¿tomaste porque no puedes olvidar a tu esposa? ¿Es eso hijo? Dímelo hijo, aunque me duela mucho, por favor hijo tenme confianza.
-Mama usted es la única persona en quien confió y le juro que es verdad cuando le digo que esa mujer esta fuera de mi vida y de mi mente. Usted con su cariño me levanto de donde estaba tirado y le juro que el pasado ya es pasado, tomé unos tragos porque los compañeros del trabajo me insistieron pero lo que yo quería era llegar pronto para estar cerca de usted mama, porque yo me siento muy feliz cerca de usted y le agradezco que me haya traído a vivir aquí con usted mama.
-Deberás hijito. Ay que feliz me haces hijo porque yo no quiero verte sufrir otra vez por esa que no vale la pena, ay mi hijito déjame abrasarte mi hijo como cuando eras pequeño, ¿si hijo? ¿Me dejas abrasarte?
Así sentados los dos en la cama, yo desnudo ella en bata nos abrazamos, después ella puso su mano derecha sobre mi pierna izquierda y empezó a acariciarla y subir su mano muy lentamente mientras me seguía besando la mejilla y diciéndome que me quería, que me amaba. Yo loco de deseo le meto mi mano bajo su bata, y sentí como se estremeció al acariciar sus piernas y casi da un grito cuando mis dedos tocan su pubis y me doy cuenta que no traía puesto nada abajo de la bata. Mi madre había entrado a mi cuarto en bata pero sin calzones, no me pude contener y metí mis dedos en su deliciosa vagina que ya escurría de deseo, ella me toca casi con miedo mi verga y como si fuera la señal esperada la recuesto en mi cama y le arranco su bata quedando desnuda y rendida de deseo ante mi su, hijo que estaba deseoso de meter mi verga en la misma vagina por donde había llegado al mundo.
-Manuel, hijito lindo mira como estoy, no sabes cuanto tiempo tengo sin hacer esto. Ah que rico hijo. Así métemelos mas ah.
-¿Te gusta lo que te hago mama? ¿Así mama te gusta?
-Si hijo si ah por favor hijo. Ya no me hagas. Sufrir hijo. Ya mi niño. Dámelo, dámelo ya. Cógeme hijo cógeme...
Abriendo las piernas de mi madre coloque mi verga en sus labios vaginales y de un solo golpe la penetre.
Sus fluidos bañaban mi verga, miraba a mi madre como se retorcía de placer y me gritaba palabras que ni en sueños creí escuchar de labios de mi madre.
-Aaah hijo que rico pito tienes, todas las noches esperaba que ah te metieras a mi cuarto y me metiera tu pito hijo ah así. Así métemelo todo. Cógeme. Así, lo siento todo hijo como me llenas que sabroso me estas cogiendo hijo. Muévete más mi amor. Mételo todo. Cógeme como quieras hijito ¿me vas a seguir cogiendo siempre hijo? ¿No te vas arrepentir de cogerme? ¿Me lo juras?
-Te lo juro mama yo también tenia ganas de meterte la verga pero nunca me imagine que tuvieras ganas de coger con tu hijo. Ah. Mama que rico me aprietas la verga. Me vengo. Me vengo ah.
-Yo también hijo, muévete, muévete, así...así ah me estoy viniendo. Ah, que rico hijo, gracias mi amor. Gracias hijo, me llenaste toda hijo.
Y diciéndome esto me beso los labios pero sin deseo con una ternura infinita yo le correspondí y la consolé y le dije que no se sintiera mal ni culpable porque los prejuicios y la culpa la querían invadir, yo la convencí que lo sucedido era un acto de amor entre un hombre y una mujer.
-Ay hijo perdóname por favor que pena me da contigo, yo tan vieja y aprovechándome de que vienes tomado hijo, nos vamos a condenar por mi culpa hijo. Por favor perdóname.
-Mama por favor no lloré, yo desde antes que me viera desnudo ya quería coger con usted mamá, porque desde que yo llegue y vi como me cuido y me ayudo me fui enamorando de usted, soy su hijo pero la quiero mucho mama y quiero que me diga si usted no siente lo mismo por mí, porque si usted esta arrepentida yo me voy y no me vuelve a ver jamás, porque yo no me arrepiento de lo que hicimos mama, a mi me gusto mucho y quiero que usted sea mi mujer.
-¿De veras hijo? júrame que no te arrepientes.
-Se lo juro mama.
-¿Ni te vas a buscar otra vieja por ahí y luego me vas a querer dejar?
-Nunca mama, ante el mundo usted y yo seguimos siendo madre e hijo pero aquí a solas usted será mi mujer y yo su marido, y le juro que la voy a cuidar y voy estar al pendiente de lo que necesite.
Y diciendo esto nos besamos en la boca y nuestras lenguas se enroscaron como serpientes en celo, su saliva me sabía como el más rico néctar, fueron besos tiernos, primero suaves luego intensos y el deseo regreso a nuestro lecho.
Mama se incorporo y encendió la luz y nos miramos así desnudos, ella con sus enormes y flácidos senos su vientre abultado que aun mostraba una cicatriz de cesárea del nacimiento de uno de mis hermanos, sus piernas regordetas con un poco de celulitis sus grandes y hermosas nalgas, su espalda madura y deseable, su pelo entrecano, su rostro surcado por las primeras arrugas que le daban un toque de lujuria, sus brazos listos para la caricia y el abraso, esa era mi madre con sesenta años de edad, plena y sedienta del sexo de su hijo del cual estaba enamorada como mujer. Yo frente a ella desnudo de ropa y de prejuicios, sin miedo al pecado ni a los prejuicios, lejos del remordimiento y sin mas objetivo que mi madre y su sexo, con mi verga erecta en todo su esplendor, con mis treinta y un años cumplidos, dispuesto a entregarle a mi madre mi juventud y mi virilidad en ofrenda a su entrega. Amor y cuidados que me habían seducido y conquistado.
-Hijo, ¿te acuerdas cuando te vi saliendo del baño?
-Si mama me viste toda mi verga bien parada.
-Ay hijo me dieron ganas de besarte tu pito y quitarme los calzones para que me cogieras hijo, me puse bien caliente, cuando me metí a mi cuarto me tuve que meter el dedo porque ya desde hacia tiempo me ponía bien caliente cuando me abrasabas o cuando te besaba, pero como decirte lo que sentía tenia miedo de que te fueras y me dejaras.
-Ay mama fíjese que cosas, los dos queríamos hacer el amor y nos daba miedo, pero ahora si vamos a coger todo el día y todos los días.
-Si hijo ya ven abrázame quiero que me vuelvas a meter tu pito mi amor lo tienes bien grandote ni siquiera tu papa lo tenia de este tamaño que rico esta hijo. ¿Me dejas que le de unos besos a tu pito hijo?... ¿si mi amor?
-Si mama mientras usted me lo mama yo le mamo su panocha mama.
-Háblame de tu hijo me vas a coger de nuevo y me hablas de usted. Ay mi hijo que tierno.
-Bueno mama si tu quieres, así será, ya mámame la verga mama que yo te voy a chupar tu bizcocho.
Y en un delirante 69 mi madre y yo empezamos un segundo encuentro sexual después cabalgo montada en mi verga por el hermoso sendero del incesto alcanzando un brutal orgasmo que la dejo desfallecida sobre mi pecho con su vagina escurriendo de sus fluidos y mi ardiente semen que bañaba las entrañas que hacia años me habían cobijado cuando estaba en su vientre.
-Hijo, de ahora en adelante no tienes porque buscar en la calle lo que yo te puedo dar, dime lo que quieres que haga y lo hago, no importa lo que sea yo te quiero llenar como tu me llenas a mi, porque nunca me habían llenado como tu.
Me llenaste con tu pito Manuel te lo juro, pídeme lo que quieras hijo.
-Mama, quiero meterte la verga por el culo, ¿te vas a dejar mama?
-Si hijo pero con cuidado porque no se lo di a nadie, ni a tu papa, porque dicen que duele mucho, pero a mi hombre no le niego nada.
Y poniéndose de a perrito me ofreció su culo virgen, le puse crema alrededor de el ano y le di una estocada brutal, tanto que se desmayo, pero yo sin miramientos seguía el mete y saca durante varios minutos, ella se botaba pedos que salían de su culo ante mis embestidas y cuando volvió en si lloraba de dolor pero no quiso que se lo sacara, era el delirio, había desvirgado el culo de mi madre a sus sesenta años, ya no me contuve y solté un chorro de semen herviente llenando el ano destrozado de mi madre mientras ella se limpiaba las lagrimas de su rostro yo sacaba mi verga del culo de ella y lo vi. lleno de semen y mierda de mi madre, algo supremamente excitante, después nos abrasamos y acostados descansábamos de la batalla erótica que habíamos librado y con gran ternura me dijo:
-Manuel se que esto es pecado, eres mi hijo y yo soy tu madre pero te juro que me haces muy feliz me haces el amor como nadie me lo hizo antes, quiero ser tu esposa aunque sea pecado, ya no me importa nadie mas que tu hijo, siempre que quieras hacerlo voy a estar dispuesta para lo que me pides, como ahora ya viste que si te amo, te entregue lo que no le quise dar a ningún hombre y te lo voy a dar cada que me lo pidas, voy a cuidar de ti y de lo que necesites voy a ser la esposa que tu te mereces hijo..Te amo tanto hijo, tanto.
-Y yo te juro mama que no buscare a nadie porque tu eres lo que yo necesito, nunca sentí tanto deseo.
Por una mujer como lo siento por ti, yo te voy a mantener y a cuidar y a amar porque estoy enamorado de ti, aunque esto se llame incesto y sea pecado porque eres mi madre pero lo que cuenta es que nos amamos, ante la gente y la familia seguimos siendo una madre que vive con su hijo divorciado pero a solas tu y yo somos madre e hijo que se aman como hombre y mujer y siempre estaremos juntos.
-Si hijo siempre quiero estar contigo quiero que me platiques tus cosas como lo has hecho hasta ahora, escucharte, cuidar de tus cosas, tu ropa. Tu comida. Cuidarte cuando te enfermes y que me cojas rico cada que quieras y también cada que se me antoje me metas tu pito tan rico y grandote.
-Mama ¿aceptas ser mi esposa, aunque seas mi madre?
-Si hijo te acepto como mi esposo me vale que seas mi hijo y que sea pecado te amo y quiero ser tu esposa hasta que la muerte nos separe.
Nos abrasamos e hicimos eterna esa noche, la primera de muchas donde fuimos madre e hijo amándose como hombre y mujer y juramos estar juntos hasta la muerte. Y así fue, ella murió hace tiempo, yo me volvía a unir a una buena mujer pero jamás olvidare que viví y conocí el amor que me dio mi madre...su amor de madre y de mujer.
El amor más bello.
No tuve la Divina oportunidad de vivir una historia de Amor Incestuoso con mi mamá, pero cada vez mas, con base a mis estudios realizados en dicho tema, me convenzo de que el amor incestuoso, padre, madre, hijo, hija, es tal vez el mas bello que jamas haya existido, nadie se puede imaginar las delicias de dicho amor, no se puede describir lo tremendamente maravilloso del amor incestuoso entre padres e hijos, solo es posible saber cómo es vivenciándolo, todos los orgasmos del mundo no se comparan con el orgasmo de una madre con su hijo, de un padre con su hija, es un verdadero volcán en erupción, y cada vez que se tiene una relación es aun mas placentera que la anterior, pero menos placentera que la siguiente. Si al leer este relato es tanta la pasión que produce en quien la lee, que no nos queda otro camino que masturbarnos en nombre de ese AMOR tan grande y bello, imaginémonos esas divinas parejas de incestuosos-dioses, padre-hijo/a, madre-hijo/a, no existen palabras para describir la belleza unida a la pasión y Divina Lujuria sin fin. A través de una relación como esta que acabo de leer, se comprende que fácilmente se llega a estados sublimes de Conciencia, por esta razón es que la prohiben, para mantenernos en la ignorancia y esclavizarnos cada vez mas. Felicitaciones al Autor mero 155, y gracias por esta historia que tan solo leerla es fuente de varias increíbles y divinas masturbadas.