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Categoría: Confesiones

Mis inicios con mi hermano...continuacion

A los 12 años, despues de 2 de intensa actividad sexual con mi hermano, se produce nuestro primer intento de penetracion pero en realidad fue muy doloroso para mi y no lo continuamos, sin embargo, mi hermano que ya tenia 18 seguia frotando su pene contra mi clitoris y colocando la punta en intento de entrada en mi vagina, cosa que me excitaba enormemente y me producia orgasmos intensos. Mi madre continuaba con sus guardias nocturnas en el hospital, cosa que aprovachabamos para nuestros encuentros intimos, cuando se encontraba en casa ni siquiera nos acercabamos y menos intentabamos nada que pudiera delatarnos, por mucho que lo desearamos, ademas, ella solia dormir en mi cuarto o yo en el de ella, nos cuidaba y se dedicaba a nosotros como solo una madre pudiera hacerlo, sin sospechar remotamente lo que haciamos en su ausencia. Con la llegada de mi primera regla las cosas se hiciieron mas interesantes, mi hermano compraba preservativos que escondia en su cuarto en un cajetin de conectar la tv. pero que habia acondicionado para eliminar la electricidad, alli los guardaba con gran cuidado de no ser descubierto, solo yo sabia ese secreto. El me enseño como colocarle el preservativo, era muy cariñoso y me cuidaba de sobremanera, para mi fue una experiencia inolvidable cuando se lo coloque por vez primera, fui enrollandoselo desde la punta hasta la parte final de su pene y cuando eyaculaba al frotarse contra mi vulva, intentando cada vez mas la penetracion notaba cuando dicho preservativo se llenaba de semen, recuerdo cuando se lo chupe con el condon puesto, la sensacion era y asi se lo hacia saber de estar chupandome un globo, no me gustaba para nada. faltarian escasos 3 meses para cumplir mis 13 años cuando el deseo de ser penetrada por completa me invadio a tal punto que solo pensaba en eso pero continuaba siendo muy doloroso. A esa edad ya mi cuerpo comenzaba a tomar forma de mujer, media 1.65cms, mis pantaleticas eran talla S y de sosten 32. Mis vellos puvicos eran amarillitos como mis cabellos, mi hermano al referirse a mi vagina lo hacia como " Mi riquisima Dorada" siempre me comentaba al oido que no habia nada mas divino para el que chuparse mi vulvita tan limpiecita, riquisima y doradita, mis senos eran como ahora, blanquisimos y mis pesones rosaditos, Aunque no sea creible a esa edad fue cuando comenzamos a besarnos como amantes. El, con 18 años no tenia novia y yo mucho menos, nuestras salidas a la calle era el para el liceo donde estaba culminando el bachillerato y yo estudiando el octavo grado, y cuando saliamos con nuestra madre, de alli que no tuviesemos casi contacto con chicos de nuestra edad a no ser por motivos de estudio. Una tarde que mi mama tenia guardia desde la mañana le pido a mi hermano que nos bañaramos como siempre lo haciamos cuando estabamos solos, alli nos metimos en la regadera y comienza a besarme por las orejas como era su costumbre, luego en mis senos, primero uno que se metia completamente en su boca, me dolia un poco pero el placer podia mas que el dolor, luego con el otro para bajar por mi ombligo hasta llegar a mi vulvita que se estremecia de placer, recuerdo que colocó mis dedos dentro de ella y luego me los dio a chupar, era la primera vez que probaba mis flujos vaginales, que placer y que morbo tan grande senti en ese momento, luego acerco su cara para besar mis ojos y fue en ese momento que lo atraje hacia mis labios, quedo sorprendido pero los abri invitandolo a besarme, era la primera vez que sentia unos labios en mi boca y eran precisamente los de mi amado hermano, los dos eramos inexpertos, comenzamos a entrecruzar nuestra lenguas en un largo beso que duro mas de 10 minutos, cerramos el agua y nos secamos mutuamente, me cargo hasta el cuarto y alli, nuestros cuerpos desnudos, aun mojados se unieron, el arriba de mi, para besarnos tierna y apasionadamente por largo rato, y pensar de lo que nos estabamos perdiendo nos deciamos a cada rato, debo confesar que antes no lo haciamos seria por inexperiencia de niños o adolescentes que no teniamos ninguna orientacion sexual, porque aun nos quedaba el tabu de que eramos hermanos o simplemente porque nos dedicamos a disfrutar el despertar del placer sexual entre la niñez y la pubertad. Con esos besos el deseo de la penetracion se apodero de nosotros, el me imploraba hacerlo y yo lo aceptaba con deseos que me quemaban por dentro, estaba dispuesta a sopòrtar el mas intenso de los dolores contar de ser penetrada por ese pene que tantas veces habia eyaculado en mi boca, en mis manos y a la entrada de mo vagina, saco uno de los preservativos que escondia en el cajetin, colocandoselo inmediatamente, como sabiamos que no habria marcha atras, pusimos sobre el colchon un plastico para que no se manchara de sangre y evitar ser descubiertos por nuestra madre, me acoste sobre una almohada que tambien cubrimos y que el coloco debado de mis nalgas para levantarme y estar mas comoda para la penetracion, nos besamos intensamente, las lagrimas corrian por mis mejillas, tal vez por la emocion, por el miedo al dolor o por remordimientos, chupo mi clitoris como nunca lo habia hecho y cuando ya casi me venia coloco su pene entre mis labios vaginales y alli, poco a poco comenzo la penetracion, cuando sentia dolor inmediatamente lo sacaba y luego continuaba, su ternura hizo que me relajara y comenzo de nuevo, le pedi que lo hiciera de una vez por todas, me guinde a su cuello y lo bese intensamente para acallar el grito de ese dolor tan grande cuando senti que sus 16 centimetros entraban por primera vez dentro de mi, mi lengua la enrede con la de el y comenzo el mete y saca muy lentamente porque el dolor continuaba, era terrible pero como he comentado, no habria marcha atras, lo ahogaba con su lengua, luego chupaba mis lagrimas diciendo " Aguanta mi dorada, aguanta que ya somos completamente el uno para el otro". Luego el dolor fue menos intenso y yo torpemente me movia, no sabia como hacerlo y trataba de seguir los movimientos de mi hermano, el era el perfecto amante en ese momento, no se precipito, pensaba en mi y eso me daba proteccion, debo confesar que esa primera vez no consegui ningun orgasmo con la penetracion por culpa del dolor pero el placer, el molvo, el momento vivido, me hicieron olvidar ese detalle, Mi hermano disfruto como nunca lo habia visto, luego de su eyaculacion lo fue sacando lentamente en medio de un gran ardor y cual no seria nuestra sorpresa al percatarnos que no habian rastros de sangre ni en el preservativo ni en los plasticos que habiamos colocado, NO HUBO SANGRAMIENTO. Eso nos asusto puesto que esperabamos como sabiamos por nuestras clases que se sangraba al romperse el himen en la primera penetracion pero no hubo tal sangramiento. Mi hermano examino detenidamente mi vulva aun ardiendo de dolor y me dijo que estaba muy roja pero sin una gota de sangre, acaricio mis pocos vellos dorados con su lengua para luego, aun por la excitacion de la primera penetracion, producirme el mayor orgasmo oral que aun recuerde, que delicia, que placer tan grande, como disfruto aun, a mis 26 años, del sexo oral. En las siguientes penetraciones tampoco se produjo sangramiento alguno, luego mi ginecologa me explicaria que no todas las mujeres sangramos en las primeras relaciones porque como en mi caso, tenian el himen muy elastico. Nuestras relaciones continuaron con mas intensidad, me encantaba colocarme ensima de el para dirigir la penetracion y asi lograr que fuesen profundas y tambien rozar mi clitoris contra su pene y de esta manera obtener el ansiado orgasmo, de esta manera el tambien acariciaba mis senos y los alcanzaba a chupar con intensidad pero sin maltratarme, recuerdo que tenia la habilidad de meter mis dos pezones a la vez en su boca para chuparlos con ternura produciendome gran placer mientras yo cabalgaba sobre su pene. casi nunca lo lograba estando debajo de el y aunque no se lo comente me irritaba cuando quedaba insatisfecha. Al yo cumplir los 16 años el se fue a estudiar ingenieria a otra ciudad y solo venia cada dos meses, mi madre fue cambiada para un servicio diurno y yo me fui a estudiar en otra universidad, ya casi no nos veiamos y cuando estabamos en casa no podiamos por mas que quisiesemos estar juntos porque nuestra adorada madre estaba con nosotros. Fue asi como el distanciamiento, la presencia permanente de mi madre y la maduracion adquirida en la etapa adulta nos apartaron del insesto, Hoy en dia es casado al igual que yo, nuestras parejas jamas se enteraron de nada, ese secreto quedo enterrado entre nosotro, nos adoramos como hermanos que somos y aunque nos reunimos con frecuencia nunca comentamos nuestra intensa vida pasada.
Datos del Relato
  • Autor: barriosbea
  • Código: 15569
  • Fecha: 10-09-2005
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 4.97
  • Votos: 59
  • Envios: 7
  • Lecturas: 4315
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