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Categoría: Maduras

LA VIDA COMIENZA A LOS 50!!

"Nunca en mi vida ni cuando tenía 25 tuve una vida sexual tan activa como ahora a mis 50"

 

Cuando los hijos hicieron su vida independiente nuestros problemas maritales se volvieron insoportables, Tere y yo nos separamos unos años y finalmente nos divorciamos, nos repartimos nuestros bienes, compré un departamento para mí y Tere se fue a vivir con su hemana, que también está separada y viven felices en una ciudad lejana.

Pensé que pasaría por algún periodo de depresión o algo parecido pero no me fue posible, de inmediato comenzó una etapa de mi vida que jamás imaginé.

A las pocas semanas de que nos separamos comenzaron a llamarme algunas amigas de mi esposa para decirme lo mucho que sentían que hubiéramos tomado esa decisión y ofrecerme su apoyo, al principio simplemente les agradecí amablemente y me negué a hablar del asunto hasta que comenzaron a llamarme por segunda y tercera vez, entonces pensé: "bueno pero ¿qué les pasa a estas viejas?, ¿será que kieren algo conmigo?, ¿por qué la insitencia?" y decidí hacer una prueba, le llamé a Karen, la que más me gusta, una gran morena voluptuosa de grandes ojos y cabello rizado con ligero acento costeño, casada con un ejecutivo bancario que generalmente trabajaba demasiado, y le dije que me sentía solo y deprimido y aceptaba su ofrecimiento de platicar, pero no en un lugar público porque no me sentía de humor sino en mi departamento y... ¡oh, sorpresa!, de inmediato aceptó encantada. Cuando llegó a la cita, estaba despampanante, con un vestido corto floreado con botones al frente, con varios botones desabrochados en el pecho y otros desabrochados abajo, ¡de inmediato me prendí!, le invité café pero no me permitió servirle, se levantó y preparó ella misma el café y buscó en el refrigerador algo para preparar botana, se sentó junto a mí, tomó mis manos entre las suyas, puso cara de que angustia y me dijo "cuéntame, chiquillo, ¿cómo te sientes?, ¿la estas pasando mal?", fingí estar muy apesadumbrado y me quejé con ella de lo solo que me sentía y que no sabía cuál era el sentido de la vida y ella me abrazó y me dijo que había mucho por qué vivir y que yo era un hombre atractivo y valioso y que contaba con su apoyo y luego tomó mi cara entre sus manos y me dijo "anda, alégrate un poco, ¿eh?" y me dió un tierno beso en los labios, "yo puedo ayudarte a sobrellevar la soledad" y me abrazó y me dió un beso bastante mojado, cuando nos separamos la miré con cara triste a los ojos y luego miré su escote, ella sonrió y dijo "necesitas compañia, ¿cierto?", se levantó, me tomó de la mano y me dijo "ven" y me llevó a mi recámara y literalmente ¡me hizo el amor!, me quitó la ropa y me empujó delicadamente hasta acostarme en la cama, se desnudó y me acarició el pecho y me besó, luego bajó y me hizo el sexo oral, cuando tenía una erección firme se montó en mí, tomó mis manos y las puso en sus senos mientras se removía y gemía, no lo podía creer, la morena de fuego amiga de Tere que siempre me había gustado y con la que había tenido innumerables fantasías ¡me estaba cogiendo! como una mujer con experiencia se coje a un jovenzuelo, luego preguntó "¿quieres quie me voltée?" pero no esperó respuesta, se volteó, me tomó de los tobillos y continuó montándome, yo sujeté sus gran culo y lo presionaba contra mi al ritmo de sus movimientos y separaba sus nalgas para ver su hermoso ano, luego se acostó a mi lado y me dijo "¿quieres subirte?" y me jaló hacia ella y cuando la penetré me abrazó con brazos y piernas y comenzó a gemir apasionadamente, presenciar tanta calentura de su parte fue demasiado para mí y me vine, en eso se levantó y me dijo ¿te gusta de perrito?" y se puso frente a mi ofreciéndome el trasero que en esa posición se veía ¡descomunal!, no tuve más remedio que complacerla y se vino al poco rato cuando mi erección comenzaba a menguar y creí que habíamos terminado pero sin cambiar de postura preguntó "¿te gusta por atrás?" al tiempo que tomó mi pene, se lo sacó de la vagina y se lo acomodó sobre el ano y me dijo "pero con una condición: ten cuidado, entra despacito ¿si?" y lo único que me restó fue tomarla de la cintura y empujar, primero suavemente y salvajemente al poco rato hasta cesaron sus gritos y gemidos por lo que deduje que se había venido otra vez y era tiempo de parar. Permanecimos acostados un rato acarciándonos como... como... ¡como esposos después de hacer el amor! y finalmente me dijo "¿te sientes mejor?, recuerda corazón, vales mucho, y cuentas con mi apoyo, pero eso sí no le digas nada a nadie o me vas a meter en un problemón y ya no voy a poder apoyarte, ¿de acuerdo?", se vistió, se despidió y se largó y yo me quedé desnudo saboreando el delicioso encuentro.

Los encuentros con Lidia, Andrea, Paty y Jenny fueron con el mismo pretexto, cada una con su estilo me ofrecieron su apoyo para reanimarme con sensacionales cogidas; Lidia, de cuerpo bastante "parejo" y cara ni bonita ni fea, madre soltera desde que la conozco, acudió a mi departamento, después de la correspondiente la plática cerró los ojos y me dijo "bésame si quieres" y yo no solo la besé sino que la desnudé y me la cogí en la sala como me dió la gana, yo le decía ponte así y se ponía, y le decía haz esto y lo hacía, le acerqué el pene a la cara y lo chupó de inmediato, pero nunca abrió los ojos hasta que se levantó del tapete, recogió su ropa, se fue al baño, salió vestida y apurada y se largó diciendo "te llamo después"; Andrea, muy delgada, de piel muy blanca y cabello teñido de rubio, cara de niña boba, casada con un oficinista común, me invitó a cenar a su casa un día que su esposo estaba de viaje y sus hijos en casa de su mamá, me atendió como a un rey, o mejor dicho como a su pequeño hijo, con cara de compasión me sirvió la cena, me ofreció toda clase de atenciones: sal, salsa, servilletas, otro tenedor, el postre, me limpió la boca varias veces, luego se sentó en mis piernas, me abrazó y me dijo al oido "¡oh, pobrecito!" y de inmediato comenzamos a besarnos y desnudarnos mutuamente e hicimos el amor primero en la silla, luego la acosté en la mesa, fue cuando se vino entre quejidos apagados y finalmente la empiné en la mesa y la cogí por atrás y me vine yo, luego me disculpé apenado pero me dijo: "no hay problema, es algo muy natural, estas pasando momentos difíciles, ¡pero no le digas a nadie!" y me retiré fingiendo estar súmamente apenado; Paty, de lindo cuerpo y cara de chimpancé, divorciada pocos años antes que yo, aceptó visitarme en mi departamento, me me dijo entre la plática como mil veces que debía sentirme solo y repentinamente se levantó, fue a mi recámara y unos minutos después la escuché decir "¿puedes venir tantito, por favor?", cuando entré vi su ropa pulcramente acomodada en la silla junto a la cama y ella sentada en la cama tapada con las sábanas hasta el cuello, se destapó completamente lanzando la sábana al suelo y extendió los brazos diciendo "ven, puedes imaginarte que soy quien tu quieras, si quieres hasta puedes imaginarte que soy Tere", hicimos el amor de una forma bastante tradicional y algunas veces me preguntó si extrañaba a Tere, si así lo hacía con Tere o si quería llamarla Tere, cuando terminamos nos quedamos acostados adormilados y un momento después se levantó muy suavemente, me cobijó, me dijo al oido que este iba a ser nuestro secreto y se retiró sin hacer ruido; Jernny de estatura baja, ligeramente gordita, muy nalgona y bustona, de piel apiñonada y larga cabellera negra ondulada, casada con un comerciante, me llamó por teléfono varias veces antes de quedar de acuerdo de vernos en un motel, cuando llegué ella ya estaba ahí, me sorprendió utilizando un candente atuendo de medias negras de red con liguero negro con vivos rojos y zapatillas rojas muy altas y una minifalda ondulada muy corta, platicamos poco, copulamos salvajemente por un par de horas, además de varias posiciones, tuvimos sexo anal y oral, parece que es fan del 69, ¡si que sabe coger!, me pidió que le llamara un taxi y me esperara media hora antes de retirarme y que no le dijera a nadie de "lo nuestro".

Los encuentros se repitieron 3 o 4 veces con cada una hasta que me dijeron que no podíamos continuar porque ya había pasado un tiempo y ya debía sentirme mejor y que no querían meterse en problemas.

Solo con Karen y con Paty he entablado una relación duradera, con Karen porque me encanta y la busco mucho y le insisto mucho y a veces acepta y la paso increíble con ella y con Paty porque me busca mucho y me insiste y bueno pues tiene un cuerpo bastante atractivo y ya me he acostumbrado a su carita de mono y poco a poco le he enseñado cosas nuevas en la cama que ha aprendido ¡muy bien!... pero la historia no acaba ahí, me es súmamente fácil hacer amistad con mujeres de entre 40 y 50 y con varias mantengo una relación estable, por ejemplo mi amiga Rosy que conocí en el gimnasio, típica linda latina sudamericana de cuerpo firme, con ella tengo sexo en el vestidor del gimnasio cuando ya todos se han ido y el encargado se hace de la vista gorda gracias a mis propinas; Lupita, la conocí en el centro comercial ofreciendo degustación de carnes frías, me llamaron la atención sus formidables piernas, esta casada con un jornalero y vive en un barrio popular, el mismo día que la ví le hice la plática, le dije que me la iba a robar, que me dijera a que hora salía de trabajar, lo cual le dió mucha risa, le invité un café y terminamos en un motel y la llevé muy cerca de su casa para que no regresara muy tarde y asi evitar sospechas, la veo cada mes que le toca degustación en el supermercado al que acudo regularmente; Claudia, es morena clara pero se tiñe el cabello de rubio, provocativa, la única menor de 40, encargada de uno de mis negocios, tiene la idea de que acostándose con el jefe conservará su trabajo de encargada, yo estoy muy contento con su trabajo pero no la desprecio cuando se me insinúa; Lorena, la conocí por internet, amiga de un familiar de un amigo mío, comenzamos con plática picante por chat y terminamos citándonos para conocernos en un café y ese mismo día me la llevé a mi departamento... y así puedo mencionar media docena más de "amigas" que veo periódicamente más varios encuentros casuales con mujeres que en cuanto saben que soy divorciado saben que pueden tener una aventura sin mayores complicaciones, creo que podría escribir un libro de mis experiencias sexuales de hombre maduro y solo tengo 5 años solo, pero estoy convencido de que no es que yo sea muy galán sino que estoy en una etapa de la vida en la que tenemos la vida resuelta y no deseamos formar una nueva vida en pareja, además de que no tenemos tiempo que perder para aprovechar los placeres que la vida nos da... ¡gratis!

Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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