Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Varios

Con la rapidez de un deseo

Todo fue rápido, cómo en un sueño. Lo vi y lo besé con las ansias frutadas de tantos deseos reprimidos en un tiempo interminable, en que los días son solo un símbolo de que algo anda mal porque él no me mira. Fue cómo si la vida se detuviera, en ese instante en que rozamos nuestra bocas, tantas expectativas, tanta fe puesta en ese momento, tantas noches de desvelo soñando con sus brazos, buscando en otro lo que el me niega. Casi lo rapté, casi me atraganto en el apuro de mis ganas, y después cuando su furia se inclinaba hacia mi cuerpo, cuando su ser me deseaba, lo provoqué, lo intimé a acercarse y lo dejé hacer…simplemente lo dejé hacer después de tanto conquistarlo para que hiciera lo que siempre quise que fuera su iniciativa. Empezó demasiado rápido para mi piel, y quiso quitar mis ropas cuando yo aún pedía sus caricias. Fue entonces cuando le tomé las manos y las moví sobre mi cuerpo, con la ternura que precisaba, él solo pensaba en el sexo pero yo siempre quise algo más, algo que él solo podía darme en mis sueños porque como bien me dijo un amigo en una ocasión: “el amor no se busca, se encuentra.” , pero yo no lo entendía aún, solo me dejaba llevar por el momento, a la vez que lo convertía en mi propio momento sin importarme por primera vez en la vida nada más que mi propio placer. Me olvidé de todo, del hombre que me esperaba en casa ansioso de que tomara una decisión, que me quería, que había secado mis lágrimas, me olvidé de mi orgullo que quedaba en el camino tirado murmurando mi nombre sin atinar a que yo lo escuchara, me olvidé de la verdad, y me creé una mentira en la cual creer. Y ahora estaba aquí en un sucio rincón de ciudad en los brazos de él y pensando en todo, en mi primera vez con mi novio, la ternura que había puesto en su acto, el amor con que me abrazaba y besaba como si fuera una frágil flor, en la ternura de sus palabras y las comparaba con las gastadas frases que este me decía. Recordé las lágrimas de mi novio en las ocasiones en que busqué un motivo para terminar con una relación que me ahogaba, que no me dejaba oportunidades de volver con él. Ya no me sentía igual. Mi novio había sido mi primer hombre, y muchas veces me había propuesto matrimonio pero ¿qué decidir? Sin saber si tendría oportunidad de hacer que el otro me quisiera. Ya estaba desnuda, me sentía rara, con pena, usada para ser franca, pero así y todo lo tomé por los hombros y me puse en la delantera, lo hice sentir bien. Cuando terminamos fue algo incómodo, adaptada a los abrazos de mi novio, él solo fue un bulto sudoroso que me apretaba, me levanté, él seguía acostado: ¿nos veremos de nuevo?, me dijo y sonrió, quizás en otra ocasión, hubiésemos repetido pero no, ya no podía ser. Al llegar a mi casa mi novio estaba dormido en una butaca, parece que me esperaba, lo desperté y ni siquiera le di un beso porque me sentía sucia, culpable, porque no había medido las consecuencias de mis actos y había actuado por un instinto furioso de huir de mí y de todo lo que fuera como yo. Él me miró y no habló, sobraban las palabras, con mis ojos le decía lo culpable que era, y él que tantas veces me había dicho que nunca me aguantaría una infidelidad me dijo: vamos a dormir, mañana hablamos. No pude aguantar más, al ver sus ojos aguados por el dolor de la traición y me puse a llorar, entonces fue que lo descubrí cuando me abrazó y recordé mi encuentro furtivo. Me di cuenta que siempre lo había querido, pero que me había refugiado en un sueño quizás por miedo a enamorarme, pero era tarde, no había remedio, el flechazo era eminente ante tanto amor como el que me había dado. Pero ahí estaba él mirándome triste, y seguro dispuesto a perdonarme, pero hay cosa que no se olvidan y que pueden matar el amor, sabía que ya él nunca sería como antes y no podía conformarme con esa situación. Si pudiese enmendar mi error… Un brazo me rodeó la cintura, un cuerpo se apretó contra el mío, y desperté, desperté de una realidad que tenía pensada para esa noche y comprendí que no hay nada peor que engañarnos a nosotros mismos.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
  • Media: 5.82
  • Votos: 67
  • Envios: 2
  • Lecturas: 1925
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.138.33.87

1 comentarios. Página 1 de 1
Isabel
invitado-Isabel 25-02-2006 00:00:00

Tu relato es bueno, y la ideas se desarrolla de una manera tan pulcra que el final se hace obvio, lector se puede imaginar en lo que acabara, pero ohhh sorpresa, tu dejas tres enormes puntos suspensivos, o lo que es mejor, el lector adapte su final favorito.

Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 37.844
»Autores Activos: 2.203
»Total Comentarios: 11.826
»Total Votos: 511.805
»Total Envios 21.937
»Total Lecturas 93.975.994