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Categoría: Infidelidad

Cumpliendo un sueño con mi excompañera de oficina

"La realidad de su cuerpo maduro y natural supero mis sueños eroticos"

 

Desde que me separé de mi mujer, he decidido intentar hacer realidad esa variedad de sueños húmedos que se van cosechando durante tantos años de monogamia aburrida.

Hace un par de meses pude disfrutar con todos los sentidos de uno de los que más me excitaba...y la experiencia fue mejor de lo soñado.

Se trata de una ex compañera de mi antigua oficina. Cuando trabajábamos allí los dos, yo solía bajar con ella a desayunar y al final, le cogí ese gustillo y ese morbo que se produce con la cercanía. Ella tiene cuarenta y pocos años, dos hijos, la típica mamá; físicamente deliciosa para mi, bajita, morena, caderas anchas y piernas redondas, con un culo amplio, unas tetas pequeñas y unos labios preciosos.

Un día, hablando con una compañera más joven y conmigo, salió el tema de la depilación y acabaron diciendo, de la manera más natural, como llevaba cada una el pubis: la joven dijo que iba rasurada por completo y mi querida cuarentona...literalmente dijo: uffff pues yo me podría hacer trenzas, jajajja!... por poco me da algo...a mi, amante de las mujeres naturales en toda la extensión de la palabra. Ahí caí en la cuenta de tantas veces que, tomando nuestro desayuno en verano, con sus camisas sin mangas, podía ver sus axilas siempre “mal” rasuradas y con vello incipiente, típico de mujeres con mil cosas que hacer antes que estar todo el día con la maquinilla. Lo que más me pone del mundo, por otro lado.

Desde entonces, ya no podía mirarla sin desearla, olisquearla, masturbarme pensando en ese coñazo muy peludo…

Siempre que podía, le tiraba indirectas o directamente, riéndonos, le soltaba cuando me criticaba a su marido: si es que yo estoy igual, nos teníamos que ir a un hotel tú y yo a desfogarnos!...y siempre me decía: anda calla, salido, capaz serías!

Total, que al final, nunca hicimos nada, yo me fui de la empresa, ella también, aún así quedábamos un par de veces al año a comer(siempre le echaba un ojo disimulado a sus deliciosas axilas...jajaj).

La última vez que quedamos le conté lo de mi separacion y ella su aburrimiento perpetuo de su marido...pero algo cambió...y empezamos a mandarnos cada vez más mensajes de whassapp, yo siempre giraba las conversaciones a temas sexuales y poco a poco ella se iba confesando sobre su aburrimiento en la cama, sus fantasías, le sacaba confesiones sobre si se depilaba y...seguía natural totalmente, “pasaba de la maquinilla”

Al final, un día caluroso de estos otoños madrileños raros, quedamos a tomar una caña por el centro después de trabajar y todo se precipitó. Yo ya iba a saco, ella se tomó tres cervezas y empezó a decir que no follaba desde hace tiempo, y yo a decirle que siempre me había excitado desde aquella confesión sobre su pelambrera pubica...ella pegó un respingo, le cambio el gesto y me miró fijamente con una sonrisita en la boca: pues te encantaría como lo tengo ahora...Me levanté lentamente y le meti un morreo de los que hacen época...me separó la cabeza y me dijo: qué suerte vas a tener, cabrón…

Pagamos a toda velocidad y en el primer hotel que vimos, nos metimos. En el ascensor comprobé el hambre atrasada de mi amiga por los morreos y el calor de su entrepierna al restregarse contra mi muslo.

La entrada a la habitación fue apoteósica. Contra la pared del pasillo empecé a tocarle,esas deliciosas y pequeñas tetas, a magrearle el culazo bajo las bragas...me agaché y metí la cara bajo su falda...comencé a lamer los bordes de sus bragas blancas, llenos de pelitos cortos, negros y duros, depilados hace unas semanas...y ese olor a hembra natural, después de un duro día de trabajo... me volvió loco...

La llevé en volandas a la cama, le arranqué la blusa y el sujetador y allí estaban esas tetas maduras, algo caídas con unos enormes pezones que devore al momento, pasando por sus axilas, sin depilar desde hacía un tiempo. Ella se pretendía disculpar continuamente…”me has pillado sin depilar, déjame lavarme un poco por lo menos” y sólo le dije “no: así me excitas aún más”...

Empecé a bajar a su ombligo, le quité la falda y se quedó con sus bragas blancas…

Tumbada boca arriba, fui alternando mordiscos y besos en el interior de sus muslos y comencé a acercarme al monte de venus, abultado en sus bragas, beso al coño aspirando su aroma. Ya no podíamos más y empezó la fiesta: retiré un poquito la braga y besé la parte superior del coño, cerca del clítoris, aspirando su el aroma de mujer que ha ido acumulando durante el día.

La contemplé durante un momento para guardar y disfrutar del momento: tenía un enorme y peludisimo coño, estaba muy mojada y olía a mujer deliciosament. Esa mezcla de orina, fluidos vaginales y las feromonas de su culito…mas el jugo del calentón que estabamos provocando con el juego ademas de todo un caluroso día , que dejaba huella en sus bragas, que amarilleaban y estaban caladas...era mi sueño hecho realidad y superado por todos los detalles que me excitan.

Fui bajando los besos hasta la vagina encharcada y comienzo a meter la lengua dentro de ella. La primera lametada fue deliciosa, ella se estremecía y gemía mientras yo degustaba su concentración de sabores y olores.”Dios, qué sabor, cariño”, le dije; “Si es que no me has dejado ni lavarme antes, cabron!” me dijo con voz entrecortada por mis lamentones. “Precisamente por eso estas tan rica mmmmm”. “Eres un guarrete” me dijo sonriendo: “y sé que te encanta” le dije sacando mi boca llena de flujo, brillante de su delicioso coño.

Le comía el coño a conciencia, no dejando ni un milímetro sin recorrer por mi lengua. Pasé mi lengua despacio entre los labios mayores y los menores, empiezando a un lado del orificio de la vagina y voy subiendo hasta el clítoris, lamiendo por encima, sin descapucharlo aún y bajo por el otro lado, hasta dejarla completamente limpia.

Luego introduzco mi lengua despacio pero todo lo profundamente que puedo dentro de la chorreante vagina y subo hacia el clítoris; voy comiéndolo con cuidado, alternando lametones con succión de mis labios moviendo la cabeza a los lados. Le metí un par de dedos en la vaginay mientras hacía eso, con otro dedo untado en sus flujos iba acariciando su ano ella comienza a perder la cabeza.

La puse a cuatro patas para lamerle el ano a conciencia mientras metía los dedos índice y corazón en la vagina y acariciaba el clítoris con el dedo gordo…hasta que me dijo: “quieto, que me corro y no quiero aún, voy a darte tu merecido”

Se dio la vuelta, me besó profundamente lamiendo toda mi boca, limpiándome y saboreando sus propios flujos…”mmmm pues si que estoy rica” me dijo guiñándome un ojo…

Datos del Relato
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