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Conociendo a mis compañeros de trabajo (4)

Lo conocí cuando me movieron a la nueva sucursal, él tenia curiosidad de conocerme pues su esposa y las amigas de la esposa, que también eran amigas del que era mi pareja en ese momento, estaban de celosas y no le habían dado muy buenas reseñas mías y yo me encargué de que su opinión cambiara acerca de mí.



Fue en los primeros días de haber llegado a la nueva sucursal que me lo presentó mi novio, me cayó muy bien, es bromista y muy alegre, coincidió en que era uno de los encargados de calidad del área donde yo estaría, así que eso nos hizo que tuviéramos más convivencia, a los pocos meses su esposa tuvo un bebe y el parecía muy alegre con esto pero no había pasado ni una semana cuando lo notamos triste y le preguntamos si todo iba bien con el bebe, él nos respondió que sí, pero que su esposa se quería ir a con su familia a una ciudad al norte del país para pasar los primeros meses del bebe ya que no conocía a nadie más y se sentía sola en lo que él estaba en el trabajo, no muy contento con ello, arreglaron todo para que ella viajará a con su familia, el trato era que ella estaría de vuelta en dos meses, pasaron los días y las semanas y se llegaron los dos meses y ella no volvió, decía que pronto lo haría pero seguía pasando el tiempo y con algún pretexto u otro alargaba su regreso, él fue a visitarlos un par de veces y ella no quería regresar, quería que él se fuera a vivir a donde ella se encontraba, el por su lado no quería renunciar a su puesto pues gozaba de un buen puesto y obvio un buen salario que les había permitido comprar casa, así se llegaron los primeros seis meses del bebe sin que ella regresara.



Un día se acercó a saludar y yo no estaba en un buen momento pues sospechaba que mi pareja me estaba engañando, después de tanta convivencia nos conocíamos lo suficiente así que me preguntó la razón de mi tristeza, le conté así como él nos contaba lo de su esposa, a partir de ese día notaba que él me hacía muchos cumplidos, iba más hasta mi lugar de trabajo y se ofrecía a llevarme a casa porque mi pareja a últimos días me salía con que tenía cosas que hacer, debido a nuestro mutuo “dolor” iniciamos conversaciones por teléfono y mensajes, que cada vez se hicieron mas intimas y candentes.



Soy una mujer a la que le gusta usar zapatillas, faldas, vestidos, jeans, leggings, visto de acuerdo a mi edad pero me gusta vestirme sexy y a mis 36 años, me persiguen tanto más jóvenes como hombres maduros.



Cierto día a media platica me insinuó que se le antojaba besarme, yo lo miré de una manera muy picara y es que no lo puedo evitar, yo no quería nada serio con él, el tenia esposa y yo pareja, pero coincidimos en que a ambos nos estaban dejando de lado y pues supuse que no estaría mal darnos un poco de consuelo, así que le respondí que necesitábamos un momento a solas y que tal vez podría ser.



Ni tardo, ni perezoso acomodó sus horarios para salir a la misma hora que yo y se ofreció a llevarme a mi casa, obvio durante el trayecto, iba diciendo lo bien que me veía ese día y que eso lo había animado a llevarme a casa, yo vestía unos jeans ajustados y una blusa color gris con cruce al frente que obvio hacia que se notará muy bien el escote, con un brassiere gris con encajes ligeros y muy bonitos que se veían un poco al moverse la blusa, botines negros de tacón y cabello suelto.



Obvio lo guie a un lugar donde pudiéramos tener un poco de privacidad para “platicar” nos acomodamos para estar más cómodos, ahí donde estábamos no teníamos que preocuparnos de que alguien nos pudiera ver, él puso su mano en mi pierna y comenzaba a jugar con sus dedos sobre mis jeans, yo por mi parte jugaba con mis dedos en su brazo y el inicio de la manga de su polo, nos fuimos acercando poco a poco, su mano fue subía y bajaba por mi muslo hasta mi cadera y nos besamos, me besaba muy tímidamente pero me gustó, un beso tierno y suave, con esa misma timidez su mano se posó en mi seno derecho, me lo tocaba de la misma manera en la que me besaba, estábamos en un momento muy sensual, muy rico, no nos preocupaba el tiempo, ni que alguien nos pudiera ver.



Su mano se fue recorriendo hasta que rozó mi piel desnuda, sentí escalofríos de los ricos, metió su mano por debajo de mi blusa y busco mi pezón, sus dedos jugaban con él y yo sentía como se iba poniendo muy duro, mi respiración se agitó, ya estaba excitada.



Me pidió que nos pasáramos al asiento de atrás para estar más cómodos, ya estando ahí nos besábamos muy apasionadamente, sin refreno, mi blusa desapareció y no supe ni a qué hora fue, me acomodó quedando de espaldas recargada en él, desabrochó mi pantalón y metió su mano por debajo, yo bajé más mi pantalón para que tuviera libertad, sus dedos llegaron hasta mi clítoris y me empezó a masturbar, lo hacía de una manera muy riquísima, mis gemidos se escuchaban dentro del auto y era excitante, mis jugos ya se corrían hacia el asiento y me metió dos dedos, tiene dedos grandes y gruesos, así que ya se imaginarán, era extremadamente placentero, me los metía y sacaba lento haciéndome sentir cada roce con mucho placer dentro de mí, al escuchar mis gemidos y el chapoteo al entrar y salir de sus dedos, como que se excitó y aceleró el ritmo y lo hacía rápido, yo sentía muy muy rico y empecé a sentir las contracciones más deliciosas, me hizo llegar a un delicioso orgasmo entre gemidos y gritos, ya estábamos sudando y no me quería ir sin agradecerle de manera apropiada tan delicioso momento.



Entre los movimientos ya había sentido que estaba muy excitado pues sentía su erección por debajo de su pantalón, me incliné un poco hacia adelante dándole espacio para que liberara su verga que se sentía de muy buen tamaño, no necesitó mucho tiempo cuando me tomó de la cadera y me guio a quedar ensartada en su verga, es gruesa y larga, al sentarme en ella se fue hasta el fondo, que rico sentí, y se lo hice saber con un rico gemido, estaba yo muy caliente ya, le di un par de sentones y me movía muy rápido, su verga me hacía gozar muy rico, entre mis movimientos y mis gemidos, él me decía cosas como: que rico te mueves, me encanta como te ves arriba de mí, no pares por favor! Su voz se entre cortaba por la excitación del momento.



Mis movimientos en ese momento eran adelante y atrás, justo donde sentía un placer inmenso, y justo en ese momento apretaba su verga con mi vagina, me encanta hacerlo, como su verga era tan gruesa y rozaba muy rico cada pliegue de dentro de mí no tardé en llegar a un segundo orgasmo que al sentirlo el, me pidió venirse en mi boca, me moví lo más a prisa que se puede en el espacio de un automóvil (aunque este era amplio) y me coloque para recibir su leche en mi boquita, cuando se vino, gemía fuertemente, salían chorros de leche que caían en mi boca y mi cara, subí al asiento y tomé una toalla que el llevaba ahí para limpiarme lo que no cayó en mi boca, me abrazó y me besó, tenía una sonrisa enorme en su rostro, sus ojos chispeaban y me agradecía por el momento, ninguno había esperado que fuera a llegar tan lejos pero lo disfrutamos al máximo y le regalé su primer infidelidad con un toque muy especial de adrenalina, nos acomodamos la ropa y volvimos al asiento delantero.



Me llevó a casa y al despedimos como lo harían dos compañeros de trabajo, me preguntó si yo quería que volviera a suceder y le dije que eso se lo dejaríamos al futuro, al siguiente día en el trabajo actuamos normalmente como lo he hecho con todos mis demás compañeros, ya que se conocen entre sí y a los pocos días supimos que su esposa le dijo que si no se mudaba a donde estaba ella, el matrimonio se acababa y el, terminó cediendo a la petición, lo bueno que ella nunca supo de ese momento que compartí con su esposo porque vaya que se hubiera armado semejante lio, porque era amiga del que era mi pareja.



Fue una aventura, una infidelidad y una cogida muy rica.



En este momento tengo otros dos compañeros en la mira, uno es un universitario y el otro es un hombre con el que tenemos química sexual, se puede sentir cada que estamos cerca, ya les contaré si se me da.


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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