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A MI AMOR ARGENTINO

Llego al aeropuerto y te busco. Estoy nerviosa pero a la vez muy excitada. Sé como eres porque he visto tu foto, y de repente te veo. Tú aún no me has visto, y te contemplo por un instante. He estado esperando este momento por mucho tiempo, y por fin ha llegado. Te tengo dentro de mi vista, y eres real. Entonces tus ojos se fijan en mí, y siento que salta mi corazón en mi pecho. Empiezas a acercarte y me envuelves en un abrazo muy fuerte y cálido.
"No puedo creer que realmente estas aquí. Es como un sueño," me dices al oído. Entonces me alejo de ti un poco para que puedas mirarme. Me miras profundamente en los ojos y sonríes. En ese momento siento el deseo que tengo por ti y te vuelvo abrazar. Siento tu cuerpo duro junto al mío, y mi vagina se empieza a mojar. Me doy cuenta de que el aeropuerto no es el lugar correcto para seguir contigo así, y empezamos a caminar. Tomas mi mano en la tuya y la aprietas. Estoy alegre, feliz.
Salimos del aeropuerto en tu automóvil, y hablamos de mi viaje, de lo alegre que estamos por estar juntos por fin, de todo y de nada. Aún tienes mi mano en la tuya, y no puedo dejar de mirarte. ¡Eres real, siento tanto cariño por ti! Me preguntas si quiero dar un paseo por el parque, y digo que sí. Llegamos a los lagos de Palermo y es como entrar a una fantasía, es muy bonito. Me abres la puerta como un caballero. Empezamos a caminar, disfrutando del sol, de estar juntos, de poder mirarnos. Hay mucha gente alrededor de nosotros. Nos sentamos cerca del lago, y nos empezamos a besar, suavemente al principio, y luego con más y más fervor y pasión. Siento tu lengua recorrer mis labios y entrar en mi boca. Chupo tu labio inferior y te escucho gemir muy bajo. Estamos abrazados y los deseos están aumentando. Hemos estado tan absortos que no nos dimos cuenta que la gente se había ido y estaban por cerrar, y que unas nubes oscuras han llenado el cielo anteriormente azul. Al caer las primeras gotas frías sobre nuestros cuerpos nos damos cuenta. Nos ponemos de pie, y corremos hasta el auto. Entramos completamente empapados y estoy temblando del frío.
Al entrar a tu departamento te pido si puedo tomar una ducha caliente. Tus estas mirando a través de mi camisa mis pezones duros por el frío.
"Claro que sí, pero..."
"Pero ¿qué?"
"Pero sólo si puedo entrar contigo." Y me guiñas un ojo.
Sonrío y te beso nuevamente, sintiendo la pasión aumentando entre mis piernas. Siento tu pecho contra el mío. Me llevas hasta la ducha, nos desnudamos deprisa, y entramos. Ya estas muy duro, y puedo ver tu pene erecto desafiante. Siento el deseo de tenerlo entre mis labios. El agua caliente va cayendo sobre mi cuerpo. Vuelves a besarme y me estoy quemando por dentro. Siento tu erección contra mí estomago y lo mueves contra mí cuerpo. Tu boca ahora está en mi cuello, chupándolo ligeramente, lamiéndolo, volviéndome loca. Ves mis pezones duros esperando tu atención. Susurras, "Eres increíble." Veo el deseo en tus ojos, y me caliento mas por tenerte. Tu boca se cierra sobre mi pezón izquierdo mientras manipulas mi otro pezón entre tus dedos y siento que mi vagina está ardiendo. Tus manos siguen recorriendo mis pezones. Y tu lengua comienza a dejar un camino de saliva hasta llegar a mí vagina rozando el clítoris, se me corta la respiración. Siento que te necesito más que nunca. Gimo y tomo tu cabeza agarrando tu pelo. Tu lengua está por todas partes, desde mis labios abiertos entrando y saliendo, siguiendo después hasta el culo y el cuarto orgasmo acercándose rápidamente.
Con una mano apretabas mis tetas, y cierro los ojos para dejarme llevar por lo que estoy
sintiendo. Tu dedo mayor sube hasta encontrar mi vagina, que está roja y gruesa,
excitada y esperando que la satisfagan con ganas. Juegas dándome el gusto un rato, y
moviendo rápidamente tu dedo, que ayudo con un movimiento de caderas, mientras besas
mis tetas, que están coloradas, de los pellizcos y apretones que me dabas.
Gemía y gritaba mientras te pedía que siguieras, que me hicieras disfrutar. Tu lengua roza mi clítoris otra vez, despacio y después mas enérgicamente, mi cuerpo se arqueaba mis piernas totalmente abiertas empujaban tu cabeza de arriba hacia abajo, tu boca se abría y sentía tus labios abiertos y tus dientes mordiendo mis labios jugosos, la lengua recorría nuevamente la extensión hasta llegar a mi ano lo mojaba, y eso me hacia gritar de placer, metes un dedo por la vagina y otro por el culo moviéndolos rápidamente primero uno, dos, tres y cuatro,
Saque la lengua y empecé a jugar lamiendo y chupando con frenesí. Abrí la boca y me comí tu sexo despacio jugando con mi lengua en el interior oyendo tus gemidos de placer. Mientras te agitabas, movías tus caderas con soltura y cada vez mas rítmicamente. De pronto paras y bajas la cabeza, chupas mi clítoris moviendo tu lengua sobre él. La combinación del agua acariciando mi cuerpo y tu chupandome me está haciendo explotar, pero cuando estoy a punto de otro orgasmo, te levantas y levantado y el glande mojado, le beso la punta mientras con una mano acaricio suavemente tus testículos... era una sensación muy placentera. No aguante mucho y me la introduje primero solo un trozo, lamiéndole la piel y después hasta el fondo de mi garganta, apretándolo fuertemente con mis labios, y subiendo de arriba y abajo continuamente.. Miro con inmenso placer cuando cierro los labios alrededor del. Sé que sentías el calor y la humedad de mi boca, y empiezo a chuparte de verdad. Subo y bajo mi cabeza sobre ti, usando mi mano para jugar con tus testículos. Tus manos están en mi pelo, y estás moviendo tus caderas para cogerme en mi boca. Uso mi lengua en la parte sensible de tu pene y aumentan tus gemidos. Mis labios siguen deslizándose sobre él, y lo siento crecer aún más. De vez en cuando paraba y tu succionabas mi vagina como si de una pajita se tratara, yo me volvía loca cada vez que hacías eso y cuando estaba a punto de estallar, entonces retirabas tu boca y te lamía el tronco muy tiernamente... como dándome un respiro, para después volver al ataque cada vez con más insistencia... Era un estado de excitación continuo y jamás me tuvo tanto tiempo así... era tal el placer que había instantes en los que no sentía mis manos y la vista se me nublaba por momentos... parecía que tu no supieras lo mucho que me estabas poniendo, pero sabia perfectamente que aquella estaba siendo la mejor chupada que jamás me habían hecho...
Me dices ¡Vamos a la cama!. Es buena idea, el agua de la ducha se ha puesto fría.
Me levantas en tus brazos metiendo como al descuido tu dedo mayor en mi vagina y vamos a la cama, completamente mojados. Otra vez, tu boca y tu lengua están dentro de mí. Nuestras manos acarician el cuerpo del otro.
"Te necesito dentro de mí," te ruego.
Después de haber hablado de este momento, imaginado como sería, y masturbado tantas veces pensando en estar penetrada por ti, ya es realidad. Mueves tu pene sobre mi vagina, sintiendo cuán húmeda que estoy. Lo mueves sobre mi clítoris y me sientes temblar con excitación. Entonces, siento tu pene entrando lentamente, estirándome. Cuando por fin estas completamente dentro, pausas un instante para gozar del sentido de estar tan cerca, de estar en mi cuerpo. Mi vagina involuntariamente contracta sobre ti y al oído me dices que me amas. Te miro profundamente en los ojos y te digo, "Te amo infinitamente, Marcos." Me miras y empiezas a moverte lentamente con mis piernas alrededor de tu cuerpo atrapándote. Tu pene abre mis labios, roza mi clítoris y aprieto mis músculos sobre ti y penetras en mi bruscamente. Me hizo retorcer de placer, jadeaba, mordía mis labios y mi cuerpo temblaba Estábamos respirando muy hondo, y gimiendo mucho. Nos besamos locamente, y te mueves más rápidamente, más fuertemente penetrándome y empujando con mucha fuerza para que se introdujera totalmente, yo me acariciaba y me masturbaba mientras tu me decías que te gustaba verme masturbándome y haciendo lo que quería. No aguante, era demasiado sentía que me subía un calor extremo por mis muslos, hacia mi pecho y que mis sentidos se anulaban mientras un placer recorría cada poro de mi cuerpo, todo dentro de mí gritaba, y mi voz se entrecortaba entre el llanto y la alegría, oía tu voz pidiéndome que acabara. Llegue hasta lo mas alto del clímax y comencé a gritar y a maldecir, a putear y tratar de hacerte daño con mis uñas y entre sacudidas de placer se hizo el silencio. No se el tiempo que paso, aun lo recuerdo vagamente, estaba agotada pero sabia que estabas detrás mirando mi culo, te escuchaba gemir, y me lo acariciabas. Se me ocurre que vas a entrarme inmediatamente, pero me sorprendo a sentir tu boca otra vez en mi vagina. Me lames y vuelves a morderme suavemente el clítoris hasta que siento que no puedo aguantar más. De repente, las olas de mi orgasmo empiezan a consumirme y mi vagina está dilatandose muy rápidamente. Otra vez, estas entrando y saliendo rápidamente. Siento tu pene crecer y ponerse aún más duro dentro de mí y la pasión consumiéndonos a la misma vez. Es el orgasmo más grande de mi vida. Por fin, las olas nos pasan, y nos quedamos con los corazones latiendo muy fuertemente.¡Aún sientes las contracciones de mi concha sobre ti!
"Te amo." Musito. Puse la cabeza sobre ti pecho y en silencio comienzas acariciar mis cabellos mientras me susurras una canción infantil. Siento que tengo la mejor suerte del mundo por haberte encontrado y por tenerte a mi lado por fin.
San Juan de Puerto Rico
Datos del Relato
  • Categoría: Hetero
  • Media: 4.92
  • Votos: 63
  • Envios: 3
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