"La primera vez que le fui infiel a mi esposo sucedio con un companero de mi trabajo. La verdad es que no fue algo planeado pero al mismo tiempo fue algo que yo hubiera podido evitar. Lo hize irresponsablemente por un momento de apasionamiento y admito la culpa completa de aquella infidelid..."

La primera vez que le fui infiel a mi esposo sucedió con un compañero de mi trabajo. La verdad es que no fue algo planeado pero al mismo tiempo fue algo que yo hubiera podido evitar. Lo hice irresponsablemente por un momento de apasionamiento y admito la culpa completa de aquella infidelidad.

Elio era un hombre casado que trabajaba en la misma compañía donde yo trabajaba. Por muchos meses ambos jugábamos a piropearnos durante el DIA y hacernos insinuaciones cuando nos cruzábamos por los pasillos del edificio. Ambos tomábamos estas insinuaciones a la gracia aunque era obvio que si existía una cierta atracción entre nosotros que simplemente no nos atrevíamos a explorar porque ambos estábamos casados.

Una tarde en que yo estaba en su oficina por cuestiones de trabajo, Elio trato de agarrarme por la cintura por detrás. Yo cuando sentí su mano arriba de mi cadera simplemente me moví hacia un lado para quitar su mano de encima de mí, me hice la tonta y no le dije nada. No quería crear un momento incomodo entre los dos. Al mismo tiempo me quedo muy claro que Elio tuvo la intención de dar un paso más riesgoso en nuestros coqueteos mutuos que hasta ese momento eran inocentes. Aquella tarde fue la primera vez desde que me case que pensé en la posibilidad de serle infiel a mi esposo.

Meses después de aquel incidente mi esposo salio de viaje por 10 días debido a su trabajo. Yo aproveché el Viernes de aquella semana para salir a divertirme un rato con los compañeros de trabajo como no lo hacia en mucho tiempo. Fuimos un grupo grande de Happy Hour a una discoteca y por supuesto Elio estaba incluido en el grupo del trabajo

Todos nos divertimos bastante en grupo cuando llegamos a la discoteca. Entre todos bromeamos, tomamos y bailamos como locos. Cerca de las 10 de la noche muchos de los amigos del grupo se empezaron a retirar pero como mi esposo estaba de viaje y yo no quería quedarme sola en casa decidí quedarme un rato más en la discoteca.

Elio fue también uno de los pocos del grupo que nos quedamos en la discoteca. Elio empezó a acercarse mas a mi, empezó a bromearme y hacerme insinuaciones un poco mas subidas de tono de las que normalmente me hacia. Yo me estaba divirtiendo tanto que la verdad deje que Elio se me acercara, creo que el hecho que un hombre que no era mi esposo me estuviera cortejando tan agresivamente como si estuviera soltera en el fondo me hacia sentir bastante bien. Elio y yo empezamos a bailar y yo irresponsablemente seguí tomando con el.

Cerca de la medianoche me di cuenta que estaba bastante tomada y mientras bailábamos Elio me pegaba completamente mi cuerpo al de el y hasta ponía sus manos en mi cintura y caderas con la mayor frescura. Podría hacerme la inocente y echarle la culpa al licor por lo que empezó a suceder a partir de ese momento, pero no estaría siendo sincera. Si estaba tomada, pero también estaba muy conciente de lo que estaba haciendo, y estaba conciente que mi esposo estaba de viaje y probablemente nunca se iba a enterar de lo que pudiera suceder en las siguientes 3 o 4 horas de aquella noche.

Elio y yo nos empezamos a besar mientras bailábamos, luego fuimos a una esquina de la discoteca y nos seguimos besando mas apasionadamente. Yo lo detuve y le dije que no quería que nadie del trabajo nos viera, el me dijo que ya todos se habían marchado, solo quedábamos los dos.

Elio y yo salimos al estacionamiento de la discoteca y entramos en los asientos de la parte de atrás de su camioneta. Nos empezamos a besar y por supuesto Elio empezó a meterme la mano por todos lados debajo del vestido que tenia puesto.

Yo me calenté y lo admito completamente. Recuerdo que me sentía como una adolescente que la estaban manoseando en la parte de atrás de un carro y ese pensamiento me encendía aun mas. En un momento lo sentí a Elio que empezó a querer bajarme el calzón por debajo del vestido. Recuerdo que lo detuve y le dije que fuéramos a otro lado. Elio salto al asiento del conductor y me dijo que había un hotel a unas cuadras de donde estábamos en ese momento.

Cuando entramos a la habitación del hotel ambos empezamos a besarnos y desvestirnos desesperadamente, no recuerdo la ultima vez en mi vida que sentí la pasión que sentí en ese momento. Cuando Elio se bajo los pantalones y sentí su pene duro rozándome las piernas me entro una excitación que yo misma fui quien puse mis piernas alrededor de el y le pedí que me penetrara.

El sexo fue increíblemente apasionado. Las infidelidades casi nunca son románticas, son sexo por puro placer y eso es precisamente lo que sucedió esa noche entre Elio y yo. Recuerdo que Elio justo antes de venirse me puso en posición de perrito y empezó a penetrarme bastante brusca y fuertemente, hacia anos que no sentía esa sensación de dolor mezclada con placer que es tan increíble y satisfactoria cuando una quiere sentirse bien mujer.

Cerca de las 4 de la mañana salí del hotel mientras lo deje a Elio dormido profundamente en la cama. Camine al frente del hotel y tome un taxi hacia mi casa. Cuando entre a mi casa y vi la foto de mi matrimonio me sentí pésima. No voy a negar que Elio fue un amante increíble aquella noche pero me sentí muy mal de haberle sido infiel a mi esposo.

Subí a mi habitación, me quite la ropa y me metí a la ducha, sentía el sabor de Elio todavía en todo mi cuerpo mientras me duchaba, cuando recogí mi ropa del suelo me di cuenta que habían manchas de semen por todo mi vestido, ni siquiera recuerdo como llegaron esas manchas ahí, pero con eso me daba una idea de lo apasionado y crudo que había sido nuestro encuentro esa noche.

Mi esposo llego a los 3 días a mi casa de su viaje. Lo salude con el cariño de siempre y el por ningún lado ni se podía imaginar lo que yo había hecho durante su ausencia. Me tomo unos meses para llegar a perdonarme por lo que hice aquella noche, pero al mismo tiempo aquel noche algo se despertó en mi que me hizo cambiar completamente a como había sido antes. Había probado el sabor de una infidelidad completamente irresponsable e imperdonable pero al mismo tiempo una infidelidad que te hace sentir una pasión y emoción que difícilmente se compara a cualquier otra.