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Categoría: Maduras

Èl viaje con Niki y compañia

Cuando retornamos con Niki a lo Bungalows, donde acampabamos, ella se fué al que compartía con su madre, yo estaba al último, pasé por el segundo bungalow, la luz estaba apagada, en ese dormía la señora como de 55 años, y en el sigiente había luz, y se oían la voces de Cecilia, la señora de 50 años, y la de su esposo, que era el señor de edad avanzada, ella le recriminaba algo a él porque se había pasado de tragos, llegué a dormir, no tenía sueño, aún estaba algo excitado pensando en el bomboncito que era Niki, y aún recordaba la hermosa cogida que nos habíamos dado, y sus orgasmos tan grandiosos, regularmente no fumo, pero esa noche tomé la cajetilla que tenía aún cerrada sobre la mesa, el encendedor y la media botella de ron y me encaminé hacia la playa, y allí recostado sobre un poste de madera del embarcadero, me serví un poco de ron y gaseosa, y fumando mi vista se perdió sobre el horizonte del mar, eran casi las once de la noche, estaba solo y ya habían apagado la planta diesel que surtía el fluído eléctrico del islote. A la distancia pude observar como encendían un cigarrillo, y a luz de la luna observé una silueta de mujer que se acercaba hacia mi, era Cecilia que me dijo que me había visto pasar, y que estaba terriblemente aburrida, sin sueño y que su esposo estaba durmiendo la borrachera. Me preguntó mi edad, yo le contesté 24 años, ella me dijo que si había ligado con Niki, le dije que no, que ella tenía como novio a Pancho, y que solo éramos amigos, y sonrió y me dijo que una amiga no le chupaba el pito al amigo, como esa tarde. Era lógico que nos había visto, pero como si estábamos sólo, adivinando mis pensamientos me dijo que tenía unos binoculares estupendos, y prosiguó diciendome que era seguro que cuando ellos se fueron de la reunión, habíamos ido a fornicar. Esa plática ya me tenía un poco enfadado, y le dije que me contara algo de ella, me dijo que su esposo era ingeniero, que lo conoció cuando el llegó a trabajar a la compañía bananera, se casó con él a los 16 años, tuvo dos hijos que vivían en la capital, y con la jubilación del esposo que era generosa vivían con cierta solvencia, lo único que ella no era plena en el sentido sexual, ya que su marido no funcionaba en la cama, y que esa noche estaba un poco rara sólo de pensar en la follada que habíamos dado con Niki, se acerco a mí muy cerca rozando mi pecho con sus chiches, para pedirme un sorbo del trago de ron, y fué cuando percibió el olor del perfume de Niki que estaba impregnado en mi pecho, debido a la sudada que habíamos tenido cogiendo, me lo dijo, pero con un aire de desesperación, de hembra insatisfecha, sentí su aliento cálido junto a mí, estaba nerviosa, la tomé del cuello y le estanpé un beso que me fué correspondido ardientemente, le quité su camisa, no tenía sostén, a sus cincuenta años tenía unos pechos hermosos, sino durísimos si firmes, de pezón grande y al contacto con mi lengua se endurecieron, metí mi mano por sus piernas morenas, ella las abrió y subí buscando su vagina, tampoco tenía bragas, su panochita estaba húmeda, mis dedos recorrieron su ranura enmedio de su pelambre vaginal, vellos suaves y espesos, su clítoris como una ronchita dura, se quitó la falda y la recosté sobre el piso de madera del pequeño muelle, y empezé a chupetearle su vagina, casi al instante de pasarle mi lengua por el clítoris se vino en un orgasmo, estaba super caliente, bajó mi pantaloneta y se afianzo a mi verga a mamarla, chupaba delicioso y me decía que en mis vellos aún estaban los jugos de Niki ya resecos y el olor a ella, y que eso la excitaba áun más, al mismo tiempo que me decía que era una verga hermosa y gruesa, que nunca se imagino que una tan grande fuera ha ser suya, y acto seguido se sentó sobr mí, y se la fué metiendo lentamente, se empujaba suavamete hasta clavarsela al fondo, jinetió como quince o veinte minutos hasta venirse jadiando, y suspirando de placer, se la sacó y se acostó a mi lado de espaldas, y me pidió que se la clavara por el culo, le acerqué la cabeza a la entrada y se la fuí metiendo hasta el fondo, le dí como cuatro empujones al máximo pero no aguantó, con sus manos tomó agua y me lavó la polla, se puso boca arriba y la empalmé de nuevo, se movía como loca y al cabo de unos minutos estaba corriendose nuevamente y poco después la inundé de leche. Nos vestimos terminamos el resto de ron y unos cigarrillos, y nos encaminamos a dormir, al pasar por donde dormía Roxana, la otra señora muy quedamente me dijo: Esta solterona debe haberse quedado dormida masturbándose pensando en tu polla, que vimos hoy por los binoculares, toda la noche se la pasó viéndote descaradamente a tu entrepierna, y me comentó que te haría una visita al bungalow donde duermes, y antes que se me adelantara tuve la suerte de verte pasar, y de que me follaras divinamente, tenía casi tres años que me cojió mi marido or última vez. continuará
Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 6.33
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