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Ángeles y Diablos VII

Entraron tres hombres en la habitación, los tres con capuchas, uno de ellos me desató, fui corriendo a la puerta, pero estaba cerrada, desde detrás Gunter gritó:

- No vas a salir.

Uno se sentó en la silla, otro encima de la mesa y el tercero se acercó lentamente.

- Tranquila guapa, no vas a sentir nada – dijo mirando a los otros dos.

Rápidamente me cogió del pelo, hasta que acabé de rodillas frente a él, sacó su polla que era enorme y me dio en la cara, me aparté, pero me sujetó:

- Vamos chúpala – dijo, los otros se acercaron – venga, házlo ahora.

Me acerqué y me metí en la boca aquella polla, él me sujetaba del pelo y me la iba clavando en la garganta, los otros se desnudaron y empezaron a masturbarse en mi cara, uno de ellos se puso detrás de mi y me levantó la falda, intenté zafarme, pero fue inútil, lamió mi ano y metió un dedo.

- Lo tiene prietito – dijo riendo – se lo voy a reventar – y acto seguido me la metió, no puedo describir lo que sentí, era una sensación asquerosa, dolorosa y muy humillante – muévete perra – dijo, mientras seguía clavándola cada vez más.

- ¿Te está gustando puta? – dijo el otro, que se masturbaba en mi cara – le gusta – gitó - esta perra es la más guarrona, dale duro Alex.

Me dolía cada vez más, sentía que me iba a romper en dos, ellos reían mientras yo lloraba, lloraba de dolor, ...

Se corrió en mi boca y me hizo chupársela y dejarla bien limpia.

- Trágatelo guarra – dijo, y me lo tragué.

- Yo también quiero follarla – dijo el que se masturbaba en mi cara, se colocó debajo de mi y me la metió, .., él que ya había acabao se fue a la mesa y le perdí de vista, pero los otros dos me follaban fuertemente al mismo tiempo, tenían un compás y me hacían moverme al mismo son, cambiaron de lugar.

- Está sangrando, la puta está sangrando – gritó, me dolía mucho el culo y sentía como la sangre choreaba entre mis piernas – vén – le dijo – creo que se la poemos meter los dos por el culo.

- No, no - grité y me levanté como pude – por favor no me hagáis más daño.

Empezaron a reírse, estaba enfrente de mi masturbándose y riendo, mientras yo presa del pánico intentaba buscar una salida.

- Cógela – dijo el de la mesa.

Me agarraron entre los tres y me pusieron una cadena alrededor del cuello, enganchada a otra en las muñecas y en los tobillos, me hacía estar en una postura muy incómoda, uno de ellos me azotó el culo con un látigo, intenté moverme, pero me sujetaban y seguían pegándome.

- Por favor parad, por favor y haré lo que queraís, pero dejarme en paz – se pararon y hablaron entre ellos.


- De acuerdo – dijo uno de ellos – date la vuelta, vamos a follarte hasta morir – abrí los ojos, no me esperaba eso – venga ¿no has dicho que harías lo que fuera?

- Sí, pero ....

- Eres estúpida, vamos a llamar a Iván, él está deseando un culito así.

Dos de ellos se fueron a buscar a Iván y él que se quedó me cogió y me obligóa arrodillarme y a besarle los pies, era una mezcla de asco y placer, no sabían a nada, pero la situación era muy incómoda. Llegaron los otros dos con un perro, un rottweiler.

Los miré y empezaron a reírse, debía de tener cara de tonta, porque no paraban mientras el perro ladraba y pensé que me iban a echar al perro encima para que me devorara.

Pero me equivoqué .....

- Trae a Iván, se lo va a pasar genial – uno de ellos se sujetó mientras me acercaban al perro, me taparon la boca, y sentí la lengua del perro en mi culo, al principio me asqueó , pero después de un rato empecé a gemir como nunca antes lo había hecho, la lengua de aquel perro me estaba poniendo a cien.

- Venga puta, chúpasela - me dijeron, no me lo pensé, me agaché entre sus patas y cogí aquella polla, era peluda y escurridiza, la tenía enorme y poco a poco se iba creciendo, me la metí en la boca, tenía un sabor salado, pero no desagradable, se la chupé hasta que em,pezó a ladrar y ellos me lo pusieron encima, el perro no sabía por donde metérmela y yo la cogí y se lo indiqué, .., los tres tíos se quedaron helados, la polla de aquel perro era inmensa apenas me entraba y él empujaba más y más, haciéndome sangrar, hasta que de un último empujón me la metío toda entera, empezamos a follar como locos, el perro ladraba frenético y yo gemía sin parar, jamás me habían follado de esa manera y me daba igual que fuese un perro.

- Es una perra – dijo uno de ellos – mira como le gusta, esto tenemos que decírselo a Gunter, él que se creía que era una vírgen.

El perro ladró más fuerte y sentí como se corría en mi interior, a la vez me corrí yo también, cuando fue a sacar la polla, no pudo se le había hinchado mucho, se tumbó a mi lado respirando profundamente a esperar a poder sacarla, mientras yo seguía gimiendo con aquella polla dentro de mi.

Gunter entró en la habitación con un machete, me temí lo peor, pero se acercó y le cortó la cabeza al perro de un golpe.

- Ahora bebete su sangre – me dio un vaso y lo llenó de la sangre que manaba de su cuello – bebe – gritó.

Cogí el vaso y bebí hasta el final, la sangre correó por mis pechos y Gunter se acercó y me quitó el vaso – es vuestra chicos – dijo y se fue.

Me miraron y se relamieron, estaba dispuesta para lo peor, pensé que después de haber comido de mi amiga, haberme acostado con un montón de personas y haber bebido sangre de un perro que 15 antes me estaba follando y yo difrutaba como una loca, ahora tenía que disfrutar y dejar de ser así de estúpida, así que me dispuse a pasármelo bien con aquellos tres tíos.

Me acerqué a uno de ellos y le besé, mientras cocgía la polla deotro y se la meneaba ...

- ¿Pero que hace esta puta? – dijo - ¡puta! – gritó y me empujó contra el suelo.


- ¿Qué es lo que crees?¿qué queremos follarte? – y se rió – puta estúpida, ..., Alex trae aquí aquella fusta - Alex se la dio y me amenazó con ella, me di la vuelta y me cogieron.

Me pusieron encima de la mesa boca arriba, uno empezó a chuparme el coño y otro a magrearme los pechos, estaba muy excitada y dije:

- Follarme chicos, los tres a la vez lo estoy deseando.... venid aquí y hacerlo de una vez – dije mientras me metía la mano entre las piernas, sacaba un dedo húmedo y lo chupaba con cara lasciva, ellos me miraban y yo sólo pensaba en comerme esas tres enormes pollas.

Cuando más excitada y relajada estaba, esperando a que vinieran a follarme, uno de ellos le cortó la cabeza a otro con un cuchillo , tirándola al suelo y se pusieron a chupar la sangre como vampiros, yo también me acerqué y lamí la sangre que caía al suelo como poseìda, ese sabor otra vez, aquel sabor que me recordaba a Meira, me excitaba el olor a sangre y su sabor aún más, sentía como me iba mojando cada vez más, estaba empezando a chorrear entre mis muslos.

Me restregué por el suelo, manchándome de sangre todo el cuerpo, ellos se acercaron y empezaron a lamerme entera, también se excitaban lamiendo aquel cuerpo lleno de sangre.

Me descuidé un momento mientras chupaba la sangre que había caído en la polla de uno de ellos y me cogieron, uno me sujetó la muñeca y el otro me clavó un tornillo, lo repitió con la otra también, al pricipio no me di cuenta, pero cuando vi la sangre manar de mis muñecas y el dolor empecé a gritar mientras ellos reían, estaban intentando crucificarme, sin poder mover las muñecas me hicieron lo mismo en los tobillos y me quedé petrificada encima de la mesa esperando morir, salieron de la habitación y me dejaron allí clavada a la mesa, a esperar la muerte.

A las pocas horas alguien abrió la puerta.

- ¿Qué tal? ¿estás bien? Por lo que me han dicho te has convertido en un puta muy especial, te gusta mamar pollas gordas y beber sangre.

Le miré a los ojos y me escupió:

- Nunca me mires, sigues siendo mía ¿o acaso te has olvidado?

- Como olvidar a quien me marcó para siempre y ha logrado convertirme en una auténtica puta.

- No te equivoques tú ya eras una puta antes de venir aquí, lo que pasa es que no lo sabías y te hemos despertado.

Intenté levantarme de pura rabia, pero seguía clavada a la mesa.

- Suéltame y déjame marchar, no diré nada, sólo quiero irme, no aguanto esto más.

- Nunca, además has demostrado ser una gran puta, has sido follada por un perro y te ha gustado – dijo y se fue.

- Quitame esto hijo de la gran puta – grité viendo como él se iba y cerraba.
Datos del Relato
  • Autor: LORELAY
  • Código: 9018
  • Fecha: 16-05-2004
  • Categoría: Varios
  • Media: 5.78
  • Votos: 51
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2333
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