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Categoría: Maduras

QUIMICA CON UNA MADURA 2

Esa noche marcó una relación fogosa, impetuosa, Georgina como que nació de nuevo, ella siempre fue elegante pero ahora, usaba mas escotes, su sonrisa era amplia, tenía una alegría muy marcada, siempre estaba de buen humor, lo que no ocurría antes, sus ojos apagados tenían una luz diferente, no cabía duda que el ser cogida tres o cuatro veces por semana hasta el agotamiento, la habían convertido en una mujer distinta, algo no desapercibido por Marina su amiga y confidente de siempre, y tuvo que decirle la verdad, aún instándola a vivir de otra manera su viudez, y proponiendo le incluso que tuviera sexo conmigo. Una tarde después de hacer el amor me la tiró directo. La verdad es que de recatadita al inicio de la relación se fue deshiniviendo, el sexo oral era más intenso, tragaba todo mi semen, me decía que le eyaculara en los senos, en el vientre, en el rostro e incluso en la espalda, que le fascinaba sentir los chorros de esperma caliente, y que le hacía tener orgasmos involuntarios. Cuando la tenía penetrada por la vagina y estaba por venirse, me pedía que se la metiera en el culo, y con sus dedos se masturbaba para venirse con mi verga a tope en el ano. Pues como les decía una tarde me dijo que Marina era viuda desde hacía 5 años, su esposo había sido Coronel del ejercito, y había fallecido después de dos años de luchar contra el cáncer, tenía dos hijos el mayor ya subteniente del ejército, y el pequeño que había sido novio de su hija Lorena, había ingresado ese año a la Escuela Politécnica, para estudiar siempre en la milicia. Ella me dijo que Marina era una mujer muy atractiva, a pesar de su edad tenía una figura excepcional, y que tenía ya muchos años de no saber lo que era gozar en el sexo, y que ellas habían tenido una amistad sin tapujos, que ya le había confesado lo nuestro, y que deseaba que ella también gozara de una pija tan hermosa como la mía, que ella no estaba de acuerdo pero que la dejó pensativa. (eso lo dijo ella, no lo estoy inventando). No tocamos ese tema por unos días, yo realmente gozaba la relación con Georgina, su cuerpo hermoso y bien cuidado, nalgas y pechos duros, así como sus muslos y sobre todo la calentura con la que se entregaba a mi. La idea de coger con las dos quedó en mi mente, y una tarde de sábado, eran como las 4 más ó menos me la encontré en una gasolinera, siempre la había visto con pantalones holgadas, y suéteres, a pesar de eso, las caderas se notaban amplias y de cintura si no muy fina bien marcada, y pechos de regular tamaño, quizá un poquito más grandes que de los Georgina. Ese día llevaba una falda que le llegaba abajito de las rodillas, y una camiseta tipo polo ajustada a su torso, sus pantorrillas blancas torneadas y sus chiches si no bien paraditas se defendía, un ráfaga de viento me hizo el favor y levantó su falda, quedando al descubierto unos hermosos muslos blancos y unas nalgas redondas cubiertas por un calzón blanco. Me pidió mi número telefónico porque quería hablar conmigo un poco más despacio, de regreso a casa iba pensando cosas como, quiere hablar conmigo porque quiere coger, y así por el estilo. Y en cierta forma no estaba muy equivocado, esa noche salimos a tomar un café, y me dijo que el día siguiente iba a viajar a la sede de la Escuela militar a ver su hijo, y que siempre la llevaba su otro hijo pero que lo habían destacado muy lejos, al oriente del país, y quería pedirme favor de ser posible que la llevara, pero que sería muy temprano para poder regresar no muy tarde. Salimos a las 5 am. y alas 9 ella estaba en la visita, por razones obvias yo no le acompañé al interior, y como almuerzan con los internos, quedé de pasar por ella a las 4 de la tarde. Más o menos a las 9 de la noche estábamos en su casa, ella entró su habitación se puso unas pantuflas y una bata corta arribita de la rodilla, de nuevo pude apreciar sus bellas piernas, ella me pidió acompañarla a la cocina y empezó a preparar a café estaba de espaldas a mi, sentía su perfume suave y fresco, su cintura ceñida por el lazo de la bata, y sus piernas blancas rollizas, se había recogido el pelo en una cola de caballo, y tenia un cuello, terso y suave, me levante de la silla me encaminé hacia ella y sin pensar el reacción alguna, la tomé de la cintura y acerqué mis labios húmedos a su cuello, ella se quedó quieta sentí como empezó a erizarse su piel, recorrí con mi lengua y labios su nuca como succionando levemente, ella sólo suspiro, mordisqué sus orejas y empecé a besar por atrás su rostro, ella soltó las tazas que estaba lavando, y apoyó sus manos sobre el borde del lava trastos, mis manos fueron subiendo por bajo de su bata, el nudo de la bata cedió, y acaricié la parte interna de sus muslos, hasta llegar a frotar su vagina sobre su ropa interior, subí sobre su vientre, y llegué a su senos desnudos, tome cada una con mis manos y sentí como sus pezones grandes se fueron endureciendo, se dio vuelta, con la lengua mojó sus labios y buscaron los míos, y nos unimos en un beso largo, luego chupé sus chiches, y ya mi mano estaba bajo su ropa interior acariciando su chocha peluda, y ya mi dedo medio dentro de ella, suavemente me separó y me dice aquí no, y tomándome de la mano me llevó a su recamara, empecé a besar todo su cuerpo pulgada a pulgada, su sabor de cuca era delicioso, ella buscó mi pene para acariciarlo, sólo al tacto y de pasar sus largos dedos a lo lardo del glande ya mojado hasta los huevos me dijo que era soberbio, largo y grueso, se inclinó sobre mi para darme una exquisita mamada, se puso de lado dándome su espalda, tomó una mano mía y la puso sobre uno de sus pechos, ella con su mano guió mi verga hasta su entrada, me pidió que la penetrara despacio, por el tiempo de no tener sexo y que tenía problemas de lubricasión, empecé a entrar despacio, salía y entraba pero no podía meterle más de la mitad, tomé un poco de crema que tenía en el botiquín del baño, y me embarré los 17 cms, de gruesa pija, y despacio la fui penetrando hasta topar mi pelvis a sus nalgas estaba todo adentro, ella gimió no se si de dolorcito o de placer, me decía que se sentía llena y estirada, que le gustaba la sensación de mi verga adentro, empecé a bombear mientras acariciaba su blanca y delicada espalda, veía sus curvas, sus caderas y tomé sus chiches con mis manos estrujándola, ella levantaba más la pierna y le llegaba al fondo, salía y entraba en la totalidad, no aguanté más y empecé a venirme a chorros, ella empezó a gemir y me dijo que le diera mas duro y más rápido, ella sollozaba y gemía, yo ya me había vaciado pero seguía empujando duro para que llegara a su orgasmo, y explotó. A las 6 de la mañana salí de su casa, tres polvos sensacionales. Dos favores me pidió, no comentar nada con Georgina, que aunque ella se lo había sugerido, prefería mantener esa relación sin que ella se enterara, y el segundo que enamorara a Lorena que la cogiera y que pagara sus caprichos, ya que le había hecho mucho daño a su hijo, lo ilusionó y lo dejó de un día para otro, ahora el pobre joven entre más lejos lo destaquen mejor, entre más lejos de ella mejor. La relación con las dos maduras la seguí, Georgina nunca supo lo de Marina y es más convencí a Georgina a decirle Marina que ya no lo hacíamos más, para guardar privacidad y evitar que por una infidencia se supiera lo nuestro, y así lo hizo, porque una noche me dijo Marina que ojalá por culpa de ella yo no tuviera relación alguna con Georgina. Lo de Lorena se dio sin querer pero eso ya es otra historia.
Datos del Relato
  • Autor: Guicho
  • Código: 25221
  • Fecha: 03-02-2012
  • Categoría: Maduras
  • Media: 4.67
  • Votos: 21
  • Envios: 0
  • Lecturas: 4683
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