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EL CIBERNAUTA

NADIE SE ENGAÑE A SÍ MISMO:SI ALGUNO ENTRE VOSOTROS SE CREE SABIO EN ESTE SIGLO, HÁGASE IGNORANTE, PARA QUE LLEGUE A SER SABIO.
1CORINTIOS 3:18

Camilo estaba sentado nuevamente frente a su ordenador. Como de costumbre realizaba el rito que lo conectaba espiritualmente con aquella máquina que lo tenía hechizado. Tenía su retrato como fondo en su pantalla, lo miraba fíjamente y siempre exclamaba:

___¡Vaya mi general, usted es un monstruo en esto de computadoras... Te amo, te adoro, quisiera ser un circuito integrado y sentir como fluye la información por tus sistemas...

Luego la acariciaba, tocaba la pantalla y cerraba sus ojos. Podía sentir el cristal y la energía que fluía de su interior, suspiraba profundamente... era algo místico... su semblante cambiaba y en un instante quedaba desconectado de la realidad.

Ya no recordaba el rostro de su esposa, de aquella mujer que antes de comprar su computadora era su nada y su todo, su ilusión y fantasía, todo su tiempo era para aquella princesa preciosa y brillante. Ya no persibía su fragancia a orquídea, no recordaba la sonrisa sensual, la sonrisa que le quitaba su aliento.
No recordaba la última vez que disfrutó aquel cuerpo de diosa del Olimpo. Era una barbaridad.
Día y noche se pegaba a su ordenador y el tiempo se detenía... todo dejaba de existir, era una manía increíble. Poco a poco fue perdiendo hasta la responsabilidad y fue suspendido del trabajo por sus continuas tardanzas y ausencias.

Pero no le importaba, su mujer trabajaba, tenía un buen sueldo y su niño estaba con sus abuelos.

Comenzaba a las 8.00 a.m. y a veces estaba hasta el otro día. Preparaba varios entremeses, metía un litro de jugo de china en el congelador, varias coca colas y así pasaba el día comiendo y bebiendo jugo...

Paula estaba al borde de la locura. No podía entender cómo aquella maldita máquina le había destruido su matrimonio. No comprendía cómo aquel hombre que vivía loco por ella ahora ni caso le hacía. Sabía que él tenía varios romances cibernéticos, cuando Camilo se tiraba a la cama agotado ella leía las barbaridades que hacía aquel hijo de puta.

A veces lloraba sin consuelo leyendo las historias, habían relatos de pura pornografía, tenía mujeres realizando el acto sexual con animales, homosexuales y lesbianas... pero eso no era nada... era pura diversión... lo que le hería era aquellos diálogos en los cuales él le hacía el amor a alguna cibernética... eran increíble, jamás imaginó que su tierno y dulce esposo fuera tan lujurioso, tan sádico, tan perro, tan canalla, tan puto y desgraciado...

Su perdición había llegado al extremo que ella le descubrió fotos de niños realizando actos sexuales... era asqueante para ella, sintió temor por su hijita... en una ocasión no pudo resistir y vomitó hasta el verde de sus intestinos...

Ella lo amaba con locura pero aquello que estaba pasando fue quemando su amor y ya ni cenizas quedaban. Sólo pensaba en la venganza, en el desquite, en destruirlo... se las pagaría por ser tan malnacido, por cabrón y desgraciado... con ella no iba a jugar como lo hacía con todas aquellas mujeres que engañaba por el internet...
conocería la amargura del engaños, conocería como una mujer se siente cuando descubre que su hombre es un cerdo...

Camilo, en los pocos momentos que le dirigía la palabra a su mujer, le contaba que pasaba mucho tiempo en la computadora escribiendo cuentos y poemas. Todo era mentira. Paulo sabía, sabía todo... pero le escuchaba y lo animaba...

__¡Sí! sé que escribes muy bonito. Quiero ayudarte a publicar tus cuentos y poemas.
¿Sabes?, escribí uno hace unos días y me gustaría que me lo pasaras en tu computadora.

__¡Vaya, no sabías que tú escribías?, te lo pasaré y también lo incluiremos en mi libro...
-respondía muy entusiasmado Camilo-

Después de aquel diálogo pasaron varios días.
La situación era más difícil para Paula. Camilo había dejado de bañarse, estaba descuidado, su cabello y su barba habían crecido, apenas salía de su oficina... todo era un caos... discos por todas partes, fotos de mujeres desnudas, sus diálogos imprimidos estaban sobre la mesa, se había olvidado que aquella mujer vivía en su casa, que ella estaba allí viendo como aquel instrumento diabólico le había arrebatado su hogar, su hombre, su amor de toda la vida...

A veces se acercaba a la puerta de la oficina, se rescostaba y lo miraba...y escuchaba aquellos comentarios estúpidos de su marido.

___¡Nena, sabes que te quiero, lo único que nos separa es esa pantalla pero puedo sentir tus suspiros!¡Me muero por ti! No existe la distancia ni el tiempo... sólo tú y yo...

Así le hablaba a sus amigas por aquel nuevo aditamento que había instalado en su computadora.

Y luego que terminaba la conversación se reía como un loco. Se miraba en el espejo que había colocado al frente para verse cuando chateaba.

__¡Qué macho cibernético eres!, no se salvará ni una... soy una jodienda humana...

Todo esto decía ignorando que su mujer lo estaba escuchando.

Pero llegó la hora de la verdad, la hora cuando tenemos que pagar el costo de nuestras equivocaciones, cuando aparece la justicia divina, cuando las personas se cansan de los abusos... llegó la hora de tomar la copa de la amargura...

Una mañana, mientras estaba ensimismado frente a su computadora chateando con una jobven colombiana, metiéndole embustes como siempre, su esposa se acercó... le puso sus manos sobre los hombros y le dijo:

__¡Amor, sé que estás muy ocupado haciendo algo importante.

Le dio un beso en una mejilla y le trajo un taza de café muy caliente.

__Mira amor, bébete esta taza de café, te hará bien... hace tiempo que no disfruta del café que tanto te gustaba...

Camilo se sorprendió y trato de apagar la computadora para que Paula no leyera las obscenidades que estaba escribiendo a su amiga...

Se levantó por unos minutos y tomó la taza. Se dirigieron a la sala. Paula no recordaba cuándo fue la última vez que dialogó con su esposo. Pero no le dio importancia.

Se sentaron en el sofá y se miraron fijamente.
Camilo no encontraba como seguir mirándola, sintió que aquella mirabas eran como finas espadas que atravezaban su conciencia. Por primera vez supo que algo estaba mal, que su personalidad había cambiado, sintió un fuerte dolor en el pecho, empezó a sudar, temblaba...

Paula lo recostó sobre sus piernas y le pasaba las manos por la cabeza... buscó alcohol y le frotó suavemente el cuerpo, le dio una panadol...
Pasaron varias horas y Camilo despertó muy agitado... Vio a su esposa que lo acariciaba y la abrazó fuertemente... con lágrimas en sus ojos le pidió perdón...

Paula lo miró y sonrió tiernamente.

___Mira, todo ha terminado, verás que de ahora en adelante todo será diferente. Ahora que te sientes mejor puedes pasarme el cuento en computadora...

Camilo la miró, se levantó y exclamó:

__¡Sí mi amor! pero antes quiero darme un baño parece que hace un año que no sé lo que es bañarme...

Claro no era un año pero si tres días...

Allí está Camilo, sentado en su computadora con una actitud diferente, pensando que al terminar de pasar su cuento le hará el amor a Paula...

Y comenzó a pasar el cuento sin prestar atención en lo que escribía...

Allí estaba ella., comenzaba el relato... deseosa de hacer el amor con su querido esposo...
pero él estaba sentado en su ordenador, leyendo basura, mintiendo, engañando... ella ardía en deseos, sentía un fuego que le quemaba su identidad secreta, tenía la necesidad de sentir la suavidad y la brutalidad de una verga...
estaba deseperada, no hacía el amor hacía siete meses, dos días, tres horas, cinco segundo...
estaba en los días en que la mujer está que echa humo... que necesita una caricia, un beso, una buena lenguada...

Camilo disfrutaba del relato, se había olvidado que aquello lo había escrito su mujer...
continuaba escribiendo...

Y mientras ella pasaba sus dedos bajo su fina bata, subiendo lentamente, suavemente hasta llegar al pozo de la dicha, al hoyo negro, a la fruta prohibida, hasta el manjar de los dioses y la locura de los hombres, su príncipe escribía en la computadora...

El deseo era una tortura china... sentía cómo se mojaba, como aquel fluido bajaba en silencio entre sus hermosos y bien formados muslos...
Pero su esposo seguía escribiendo, no escuchaba cuando ella lo invitada con voz dulce y suave...

Entonces, enloquecida por el placer, caminó hacia la cocina en busca de un trago...miró por la ventana y vio al joven vecino que cortaba la grama...

Salió al patio en bata... estaba deliciosa, comestible, brutal, encendida, lujuriosa, impecable... el chico la miró, ella lo miró y sonrió... estaba muy sudado, ella muy mojada...
caminó hacia la puerta... se detuvo, abrió un poco las piernas, dejo ver sus pantaletas rojas... el chico abandóno la máquina... cruzó la calle... penetró el jardín... llegó a la cocina... la miró ardientemente... la beso... la beso...la besó con locura... rodaron por la cocina y se escuchaban los gritos de placer...
el marido escribía, escribía, se deleitaba con sus embustes mientras su mujer de moría de gusto sobre el piso frio de la cocina...

Camilo ya estaba terminando de escribir el cuento de su mujer... una frase lo detuvo... penetró su mente... lo perturvó... aquélla frase nunca lo pudo olvidar... fue la primera exclamación de Paula cuando tuvo sexo la primera vez con ella...

___¡Hazme tuya, mátame de placer!

Y aquel chico del relato era idéntico a su vecinito... la descripción de la cocina, era la suya...todo se parecía...la duda lo asaltó y las sombras de la noche cayeron sobre su mente...

Se levantó endemoniado... fue en busca de su mujer... no la encontró en la casa... el ruido de un auto lo llevó al balcón...

Allá iba Paula con su nuevo amor... abrazada y besándolo como una loca enamorada... Sobre la baranda del balcón... un pequeño cuadro, hecho a mano ... una computadora y sentado frente a ella
un hombre con dos cuernos dibujados en su cabeza y aquella frase:
__¡Hazme tuya, mátame de placer!
Cabrón

Fin
Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 5.36
  • Votos: 58
  • Envios: 4
  • Lecturas: 1813
  • Valoración:
  •  
Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
Lorna
invitado-Lorna 29-06-2003 00:00:00

Otro de tus cuentos estupendos. Me ha gustado mucho, qué más puedo decir?

Laila
invitado-Laila 28-06-2003 00:00:00

De verdad José Luis que esta vez te luciste, este cuento es excelente.

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