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Un poco de manoseo en el ascensor de mi trabajo

Llevo algunos años trabajando en una oficina ubicada en un piso dieciocho, al principio esto fue una molestia para mi, porque eso implica hacer fila para tomar el ascensor en las horas pico, y si por casualidad alguno de estos elevadores no funciona la situación se hace todavía más incómoda. Sin embargo, hace algunos meses llegó un chico nuevo.

Sinceramente, no se para qué empresa trabaja -en el edificio funcionan oficinas de diversas compañías- sólo se que se llama Gabriel porque en una ocasión escuché que lo llamaban otros compañeros, lo cierto es que está muy lindo. Tiene unos veinte y tantos, altísimo con un cuerpo divino de esos que tiene todas sus partes en su santo lugar, un colírio para los ojos.

He notado que él también se ha fijado en mi, aunque obviamente tengo un poco más de edad que él -yo tengo treinta y seis- me mantengo en buena forma, y aunque visto con la discreción profesional del caso, eso no evita que se noten mis atritutos, buenos senos, trasero firme y paradito, mis piernas bien formadas, Etc. Al inicio me miraba con disimulo, pero con el tiempo se dio cuenta de que yo también lo miraba y le sonreía discretamente, así que comenzó a mirarme casi que con descaro, admito que me excita verle el morbo en la mirada cuando me recorre con la vista desde la cabeza hasta los pies. Lo gracioso del caso, es que nunca hemos pasado de un “buenos días”, ya que el ascensor siempre está lleno de gente, él parece un poco tímido y yo no quiero pecar de lanzada tampoco, pero hace unos días las cosas dieron un giro interesante.

Llegué temprano como de costumbre y para variar había un montón de gente esperando el ascensor, no tardé en verlo entre el grupo -es muy alto como para no notarlo- estaba un poco adelante de mi aunque de igual forma me vio, como era viernes iba vestida con unos jeans ajustados, una blusa sin mangas y una chaqueta que no es tan larga como para ocultar mi culo que se marcaba discretamente con los pantalones. Normalmente utilizo faldas en mi trabajo, pero los viernes puedo llevar mis pantalones ajustados y eso destaca más mis curvas, pude sentir como me miraba con disimulo mientras esperábamos el elevador.

Como se imaginan, cuando llegó el ascensor todo el mundo quedó bastante cerca uno del otro, tal y como suele pasar en esos espacios tan pequeños. Lo cierto del caso, fue que tuve que correrme hasta el fondo y vine a quedar justo delante de él, que estaba recostado de la pared. Cuál sería mi sorpresa, cuando el ascensor arranca y siento que se corre un poquito quedando casi pegado a mi cuerpo, otra en mi lugar quizás hubiese buscado de dar un paso y poner distancia, pero yo me hice la desentenida, conciente de que lo tenía muy cerca, la cosa no quedó ahí sino que de pronto pude sentir el bulto rozando contra mis nalgas, el muy descarado me estaba recostando el paquete.

Agradecí el hecho de llevar tacones lo suficientemente altos como para quedar en el lugar indicado, así que solo tuve que sacar un poquito las nalgas para poder pegarle el culo del todo. La gente venía tan distraída que ni siquiera lo notó, unos hablando, otros como de costumbre con la cabeza metida en el teléfono, así que me atreví a mover el culo de lado a lado -claro con discreción- frotándome contra él y uff, no tardé mucho en notar como el paquete incrementó su tamaño. Seguí frotándome disimuladamente y él me hizo saber que lo estaba disfrutando poniéndome una mano discretamente sobre las nalgas, les juro que me dio un mini infarto en el coño cuando sentí como me manoseó todo el culo.

Ya en ese momento se habían bajado unos cuantos del ascensor y la gente como es normal comenzó a abrir espacio, por lo que tuve que dar un paso y separarme, de lo contrario se iban a dar cuenta de que estábamos demasiado pegados para lo que hacía falta. Sin embargo, cuando llegamos a su piso, el muy pillo me dio un buen agarrón de nalgas mientras disimulaba haciendo espacio para salir, como todavía tenía las piernas un poco abiertas casi me pone la mano en el coño! Lancé un suspiro disimulado y lo miré de reojo cuando finalmente avanzó hacia adelante y salió hacia su piso, dejándome excitada y con ganas de más. Pero se que no fui la única que se quedó así, porque al salir llevaba su bolso colocado “muy adelante”, es obvio que estaba tapando el buen bulto que se le levantó y que pude sentir en mis nalgas por unos momentos.

Por ahora ha sido todo, se que nos volveremos a encontrar en el edificio como siempre ¿Intentará seguir con el jueguito? Creo que le dejé más que claro que soy capaz de seguirle la intención ¿Avanzaremos un poco más? – Sinceramente no se qué pasará por ahora, pero se que le tengo muchas ganas y que ese jugueteo no va a quedar hasta ahí, lo dudo mucho, no creen?

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