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Categoría: Confesiones

POR QUE TENIA PENA CONTARLO

Hola amigos y amigas, ¿recuerdan aquella historia que tenía como título ME DA PENA CONTARLO?... pues les platico que recibí muchos correos acerca de él, unos para bien y otros diciéndome barbaridades, pues se quedaron con los deseos de saber que era lo que me daba pena contar. Hoy he dedicado un poco de tiempo a leer los comentarios que han hecho a mis cuentos e historias mientras me tomo unas copitas para relajar las tensiones del día. ¿Y saben que?...pues que me he puesto ha pensar y a pensar, (tal vez por las copitas que me he tomado) del porque no les hago la historia que tanta pena me daba contar…Bueno, si están de acuerdo conmigo, esta es la historia, y debo contárselas rápido antes de que me arrepienta…

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Sucede que en muchas ocasiones, (y no me vayan a tomar por loca ni otras cosas que puedan pensar) cuando estoy escribiendo los cuentos e historias, me introduzco tanto en la misma que imagino ser uno de los personajes de que les platico y agarro unas calenturas que ni se pueden imaginar, casi siempre termino masturbándome para dar salida a ese calor interno y poder continuar escribiendo. En ocasiones logro controlarme pero en otras me es verdaderamente imposible, me doy cuenta de ello cuando me siento toda mojada entre las piernas y lentamente aparece ese olorcito característico que ustedes saben bien.
Otra de las cosas que me suceden es que a medidas de que voy escribiendo la ropa comienza a molestarme y por lo regular cuando termino estoy completamente desnuda, así que se imaginarán todo el amor y la pasión que pongo en cada uno de mis cuentos e historias. Es como si actuase en una obra de teatro o en un filme, donde los artistas tienen que introducirse de lleno en su personaje para hacerlo creíble, pues a mi me sucede casi lo mismo, pero en este caso es escribiendo y no actuando, bueno, quizás hasta tenga un poco de actuación, pero esa la puedo ver yo sola.
Les confieso que algunas de las historias o cuentos que he escrito son totalmente reales, pero por un problema ético no puedo decirles cuales son, traten ustedes con su inteligencia e imaginación cuales podrán ser, les adelanto que son cuatro, además hay otros tres que tienen parte y parte, es decir, realidad ayudada con un poquito de ficción.
Bueno, por donde íbamos, resulta que en días atrás, hará ya como tres meses, invité a casa a una amiga mía, bastante asidua en la lectura de mis cuentos e historias, porque quería salir de la duda de cómo yo me las arreglaba para poder escribir un cuento así de un tiròn, de que argumentos me valía para hacerlo, pues estaba interesada en aprender y hasta escribir algunos.
Nos sentamos frente al computador y le pregunté si tenía alguna idea o algún tema sobre el cual deseara escribir el cuento o la historia, su mente estaba más en blanco que la pantalla que teníamos delante. Le pedí entonces pensara en algo sexy que le hubiese ocurrido en la escuela con algún chico o alguna chica, pero nada, en su cabecita no aparecía ni la más remota idea, por un instante pensé que se iba a quedar con los deseos de hacer una historia, pero recurrí entonces a algo empleado por mi en algunas oportunidades. Nos paramos en el balcón de la casa y empezamos a observar a cuanto chico o chica pasaba por la calle, solo le pedí que me avisara cuando avistase a alguien que le gustara, con la cual le agradase tener algún tipo de relación sexual. Transcurrieron más de veinte minutos y aquello ya me estaba aburriendo, en eso venía una pareja en ropa deportiva corriendo por la acera y me hizo cierto comentario de que lindo se veían los dos unidos haciendo ejercicios, también admiró los músculos de aquel joven y en cierto sentido la buena figura que tenía la chica.
No esperé más y la senté ante el ordenador, de inmediato me preguntó sobre que iba a escribir, pues aún no tenía idea alguna, le contesté con una risa diciéndole que sin saberlo tenía casi la mitad de la historia en su cabeza, ahora lo que tendría que darle forma; me miró asombrada, pues no entendía ni jota sobre lo que yo le estaba diciendo. –Mira Danay—, le dije, --comienza a escribir todo lo que ha sucedido desde la primera vez que nos sentamos frente a este computador, que no tenías idea alguna sobre que escribir, que después nos paramos en el balcón, el tiempo que estuvimos allí, todas las personas que vimos, las que más te llamaron la atención y lo que más te gustó de ellas. Se que no lograba entenderme mucho lo que yo le decía, pero comenzó a escribir, al principio lo hizo de una forma bastante fría y directa pero le fui explicando que debía dar ciertos detalles para hacer más interesante la historia, poco a poco fue asimilando y su redacción iba mejorando.
Avanzó hasta el punto donde los vio corriendo por la calle y el comentario que hizo al respecto, de pronto su cabecita quedó completamente vacía de nuevo. –Ahora es cuando debes poner a funcionar tu imaginación—, comencé a proponerle que los invitara a subir a la casa con el pretexto de invitarlos a refrescar un poco con algo frío y hacerle algunas preguntas de cómo ella se podía incorporar a esos ejercicios con ellos. Escribió sobre eso y a los pocos minutos tuve que continuar ayudándola.
--Bueno, ya los tienes acá en la casa, pues aceptaron tu invitación, debes prepararles algo y después sentarte a platicar con ellos sobre las preguntas que querías hacerles. Mientras conversas con ellos vas mirando al chico lo hermoso que está y describes su cuerpo en detalle. Cuando terminó de describir al chico aquello parecía más bien una lección de anatomía que una descripción física de esas que solemos hacer las mujeres cuando alguien nos gusta. Pedí entonces describiera a la chica y me di de cuentas lo bien que había reparado en ella y como detallaba cada parte de su cuerpo, haciendo énfasis en sus firmes senos y sus rosadas piernas carentes de vellos, sin lugar a dudas la chica le había gustado más que el chico y aproveché la oportunidad. Le dije que pensara, que se abstrajese un poco y escribiera algo que le gustaría hacer con ella si se le presentaba la oportunidad.
Volvió a insistir en los senos de la chica y como le gustaría acariciárselos, le platiqué que pensara en ello y escribiese todas sus ideas, así como que la chica se lo hiciese a ella. La descripción que hacía era fenomenal, noté como sus pezones se fueron endureciendo y comprendí que se estaba excitando con lo que escribía, yo sin pensarlo dos veces, como de costumbre, me saqué la blusa y la insté a que lo hiciera también, ante su indecisión tomé la iniciativa y como lo que llevaba puesto era un jersey bastante fino se lo quité sin darle tiempo de volver a pensarlo. Efectivamente, sus pezones se habían endurecido, estaban casi a tope mientras continuaba escribiendo muy entusiasmada, había asimilado muy bien mis indicaciones y lo hacía de maravillas, esperé a que comenzara a describir lo que la chica le hacía a ella y cuando comenzó a narrar como le acariciaba sus senos y sus pezones, ubicada convenientemente detrás de ella, empecé a acariciarla y a jugar con sus bien empinados pezones y a masajear suavemente sus firmes senos, aquello sin duda alguna contribuía a ayudar su imaginación, mientras hacía esto le besaba el cuello y sus orejas, las manos de Danay iban describiendo paso a paso las caricias que yo le proporcionaba, comprendí estaba metida de lleno en su historia y continué haciendo lo mío. Mis caricias y el recorrido de mis manos poco a poco continuaron bajando sin dejar de besarla y acariciarla por el cuello diciéndole palabras muy bajitas e íntimas al oído, su estómago en ocasiones se contraía dándome muestras de excitación. Le subí la corta falda que llevaba y mis manos se deslizaron por sus piernas hasta hacer contacto con su chochita, mientras por encima de su hombro leía lo que ella escribía me dediqué a jugar con sus vellos y a enroscárselos, cada paso y cada caricia que le proporcionaba ella lo describía con lujo de detalles.
Yo también comenzaba a excitarme con lo que leía y las caricias que le estaba tributando a Danay, no tardé en localizar su húmeda entrada, estaba totalmente mojada y me concentré en acariciar su clítoris, ella poco a poco abría más sus piernas hasta darme plena facilidad de movimientos con mi mano. Sus suspiros comenzaban a aparecer en la historia y a escapar de su garganta, su cintura se movía hacia delante y hacia atrás buscando que mi dedo entrara hasta la profundidad de su vagina, abrazándola tan intensamente que ya casi no le permitía ni escribir los movimientos de mi mano eran cada vez más rápidos y profundos hasta que logré llevarla hasta el orgasmo acompañada de suspiros y gemidos bastante intensos. Cuando terminé ella siguió escribiendo y describiendo todo lo que había sucedido, al concluir se detuvo como buscando otras ideas para continuar su obra y no la hice esperar, me coloqué debajo de la mesa, abrí sus piernas nuevamente y comencé a besar su linda concha, después mi lengua recorría de arriba abajo su rajita, escuché como nuevamente el teclado comenzaba a funcionar. Separé sus labios y con la punta de la lengua acariciaba su clítoris, después fui entrando más y más hasta extraerle sus jugos, aquella cintura empezaba a girar, sus gemidos y suspiros aparecían nuevamente, no tardó en dejar de escribir y tomando mi cabeza con sus manos la apretaba fuertemente sobre su sexo pidiéndome más y más intensidad en mis lamidas y chupadas. No pudo esperar más tiempo y apareció otro orgasmo, este de más intensidad que el anterior, mi boca y cara estaban mojadas con sus líquidos, se la mostré y con su lengua se encargó de limpiármela uniéndonos posteriormente en un fuerte beso y un prolongado abrazo.
Me pidió disculpas y que le permitiera sólo unos instantes para poner fin a su historia. Una vez terminada, la leímos entre las dos y tanto ella como yo quedamos maravilladas. Danay se puso muy contenta por las clases que le había dado y prometió escribir otra, trataría de hacerla ella sola sin mi ayuda, pero siempre le di algunos consejos y le transmití algunas de mis experiencias para lograr excitarme y escribir con más facilidad.
Me parece que las copas que he tomado me han hecho escribir más de o que debía, pero bueno, ya saben y conocen por que me daba pena contar esta historia, espero hayan quedado complacidos los mis más exigentes lectores. Un beso para todos.
Datos del Relato
  • Autor: Plastilina
  • Código: 4686
  • Fecha: 07-10-2003
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.76
  • Votos: 33
  • Envios: 1
  • Lecturas: 3786
  • Valoración:
  •  
Comentarios


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3 comentarios. Página 1 de 1
lunae
invitado-lunae 08-10-2003 00:00:00

vaya cuanto tiempo que no leia una de tus fabulosas historias . me gusta mucho cuando la haces del tipo de incesto sigue ahi porfavor

Ketty
invitado-Ketty 08-10-2003 00:00:00

Hola querida amiga, estuvo buena tu historia, no se si serà verdad pero me agrada tu forma de ser, no tienes tabues para decir nada y eres una chica muy,muy caliente. sigue escribiendo que tus cuentos son muy buenos. Saludos.

ANFETO
invitado-ANFETO 07-10-2003 00:00:00

¡Qué maestra, madre mía! Tan ducha en sugerir como en hacer gozar a porfía a Danay, a la que hizo escribir.

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