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Categoría: Confesiones

La profesora de mi caserío (1)

Saludos a los lectores, de esta página, en esta oportunidad les voy a contar lo que me ocurrió cuando conocí a una bella señorita de nombre Alcina que fue a ser profesora en la escuela de mi caserío.

Tenía 17 años y cursaba el último año de secundaria en mi querido colegio TBG de la ciudad de Usquil, salía los lunes bien temprano en mi motocicleta y como teníamos casa en esa ciudad me quedaba hasta el día viernes en la tarde, cuando regresaba a mi caserío.

Un día a media semana que regresé a mi casa del campo donde vivían mis padres, me detuvo el profesor de mi caserío para pedirme el favor de llevar a una profesora con dolor de cabeza y recién llegada de la ciudad de Trujillo en la costa, al médico en la ciudad de Usquil donde yo estudiaba.

Le dije que si estaba muy mal, la llevaría de inmediato pero sino era así la llevaría al día siguiente muy temprano. Nos acercamos a la casa donde estaba la profesora, nos hicieron pasar, en un par de minutos apareció élla; una mujer linda de piel canela, pelo corto, cara redonda, ojos negros, labios carnosos, senos medianos, cintura delgada, cadera ancha, muslos fuertes y una sonrisa angelical; me saludó afectuosamente y agradeció mi disposición.

Al siguiente día, muy temprano, salimos para el pueblo, me conversó no se de que, no me acuerdo pero yo solo pensaba en proponerla sea mi novia, en lo bien que la pasariamos juntos, que mis compañeros de colegio sentirían envidia al verme con esa linda mujer, me imaginé llevarla a mi cama hacerla mía y disfrutar de su ternura y que si aceptaría ser mi novia hasta pensaba en casarme un día con élla.

La dejé en la Posta Medica, élla quizo pagarme por el servicio, me negué a recibir álgún dinero, me agradeció mucho y nos despedimos, ese día las clases de filosofía se volvieron una utopía, pensaba solo en élla, en que el sábado siguiente la iría a buscar a su casa para conversar y buscar la manera de como conquistarla.

Cuando salí por la tarde del colegio y fui a mi casa, que sorpresa la mía, estaba afuera esperándome, con su sonrisa de jardin y sus ojos un poco achinados.

-Quería molestarte me lleves de regreso al caserío, me dijo con voz pausada.

-con mucho gusto señorita, le contesté,

La hice pasar, me cambie el uniforme y salimos al caserío. Por el camino conversamos muchas cosas, le pregunté por su novio y me dijo que no tenía, me di cuenta que iba por buen camino, así transcurrió algunos días sin vernos muy seguido y cuando nos veiamos solo era para saludarnos.

Una tarde al salir del colegio la encontré otra véz en la puerta de mi casa esperándome,

-Disculpa el abuso, pero me puedes llevar al caserío, me dijo,

-claro que puedo,la llevaría a donde me pida, la contesté.

se sonrojó un poquito y pasó a esperarme mientras me cambiara; en esas circunstancias empezó una torrencial lluvia.

-esperemos escampe, no debemos mojarnos, le dije

-si, es mejor, no debemos apresurarnos, esto tiene que pasar, me contestó.

Transcurrieron 1, 2, 3 horas y la lluvia seguía, ya era de noche como eso de las 8 y le sugerí:

-Quédese, en mi habitación hay dos camas, puede dormir en una de éllas.

-está bien, disculpa la incomodidad, me contestó.

Salimos a comer al Copacabana, no me dejó pagar la cuenta y nos regresamos a mi casa, subimos al segundo piso donde estaba mi habitación y la señalé su cama, cogí una frazada y se la entregué para que no sintiera frío, pero me quedé solo con una.

Se sacó el saco y los pantalones antes de acostarse, pude contemplar su lindo cuerpo color canela, sus muslos macisos y tetas paradas la miraba de reojo pero noté que élla se dio cuenta; me desnudé,me puse la piama y me acosté.

-si siente frío acuéstese conmigo para darnos calor,le dije.

-está bien, nos abrigaremos mejor, me contestó

Se levantó, tomó la frazada y vino a mi lado: su perfume era fragancia de mil flores, su aliento de fruta fresca y su cuerpo tibio como una tarde de sol, la abracé y élla a mi, busque sus labios y éllos a los míos y nos confundimos en un gran beso y nos pusimos muy calientes, nos sacamos la ropa que teníamos encima y nos abrazamos nuevamente, abrí sus piernas con mi rodilla tiernamente, la monté e introdujé mi pinga en su concha, estaba caliente como todo su cuerpo, empezó a moverse de placer y decirme que me amaba, tenía la fuerza de un huracan en el culo, empujaba hacia arriba y gritaba; después de un rato de fuertes movimientos me hizo venirme dentro y poco a poco se fue quedando quieta.

-que rico es hacer el amor en este clima frío, me dijo.

-tu eres tan rica en cualquier clima, la contesté; premió mi respuesta con un gran beso.

Nos quedamos dormidos abrazados, cuando desperté tenía la pinga erecta como un mazo otra vez y élla estaba de espaldas, empecé a besarla la espalda y tocarla el culo, hizo un gesto de agrado y parecía seguir durmiendo; la metí desde atras mi pinga en su concha caliente, élla empujaba hacia atras y giraba la cabeza para besarme, transcurrió muchos minutos y cambiamos de posisión, la monté por detras y coloqué mi miembro en su vagina, no entraba todo, la sacaba y metía acomodandola con mi mano , tenía su sexo húmedo hasta el ano, pusé mi pinga en su hoyito y muy despacitó empecé a introducirla, entró la cabeza y sentí resistencia.

-me duele, me dijo

lo saque y volví a meterla varias veces solo la cabeza, continué metiendo cada vez un poco mas y sacandola, hasta que se lo introduje toda y empecé a darle con ganas, mis piernas chocaban en su culo haciendo un sonido de aplauso en ese vaiven de amor y sexo; élla se tocaba el clitoris para sentir más placer, hasta que después de un rato un chorro de semen salió de mis testículos, fue un placer reservado para un agujero ajustado muy ajustado que me hizo delirar hasta tocar el cielo, me quedé un rato sobre ella, su culo quedó inundado de leche espesa como maisena.

- por atras también se siente placer, me has hecho disfrutar, me dijo.

Nos dormimos nuevamente, cuando despertamos ya era de día,

-si voy a dejarte al caserío, me haré tarde para el colegio, le dije,

-no te preocupes, me iré en cualquier carro,me contestó,

Nos bañamos juntos acariciando nuestras partes íntimas bajo el agua tibia, acaricié su culo pronunciado metiendo mi dedo por su hendidura hasta llegar a su ano y hacerle masajes con mi dedo; élla agarró mi verga con sus dos manos la acarició con cariño y se agachó a mamarla, la chupó un buen rato hasta que le dije basta, tenía que estar en el colegio antes de las 8 de la mañana, era Brigadier General y tenía que hacer formar a todos los alumnos del colegio.

Me fui al colegio, élla se quedó en mi casa esperando el bus; el próximo encuentro sería en la casa que la habían dado para que viviera, en el caserío donde trabajaba.

No veía las horas que llegara el día viernes, para ir a disfrutar de las caricias de esa mujer hermosa que me esperaba también ansiosa.

Continuará.
Datos del Relato
  • Autor: Hebab
  • Código: 22395
  • Fecha: 23-02-2010
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.06
  • Votos: 17
  • Envios: 2
  • Lecturas: 2251
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
melisa
invitado-melisa 06-03-2010 00:00:00

Es bonito a sin el amor, pues un chico de 17 puede ser muy atractivo para una mujer, yo tengo 28 años y a veces hay chicos jovencitos que me atraen y si no les entro es por miedo al que diran. Pero es cierto, a las mujeres a veces nos gustan los chicos jovencitos. un beso.

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